Deficiencias en el cableado para las hornillas
eléctricas
El domingo 9 de febrero, en horas de la mañana fui
al taller de Enseres Menores, de la ciudad de Las Tunas, ubicado en
el bulevar de la calle Francisco Vega, para cambiar los cables d-e
mi hornilla eléctrica.
La técnica de turno, gentilmente me atendió y trajo
el nuevo paquete de cables (cuatro en total). Enseguida me aclaró.
El más pequeño no sir-ve, pues al prepararlo para la hornilla no da
la medida.
Decidí medir el cable de marras y efectivamente
tiene 14 centímetros de longitud. Le pregunté si eran de fabricación
nacional y me respondió: son de importación. La procedencia no es lo
fundamental, el problema esencial está en la pérdida de material que
existe.
Si analizamos la inmensa cantidad de hornillas
eléctricas existentes en los hogares cubanos (cientos de miles)
entregadas por el Programa de la Revolución Energética, la constante
re-pa-ración a que deben ser sometidas, pues convierten la
electricidad en ca-lor, nos podremos dar cuenta del gasto en que se
incurre para tener que botar, así literalmente, ese tramo de cable.
No es ocioso en este caso recordar lo que plantean
los Lineamientos 142 y 249 de la Política Económica y Social,
aprobados por el VI Congreso del Partido, en relación con la
elevación sostenida de la calidad de los servicios y la eficacia
para la reparación y el mantenimiento de los equipos eléctricos de
cocción.
Huelgan los comentarios: la pregunta es ¿Por qué
siguen sucediendo estas cosas?
Otro asunto es la falta de estabilidad en la entrada
de piezas de repuesto, al preguntar por el cabo de la olla de
presión, modelo Suprema, la respuesta de la técnica, fue: "Hace
‘si-glos’ que no entran".
Hasta esa fecha, no había entrado nada en el
referido taller para reparar los equipos. Considero que los
directivos y los responsabilizados con la adquisición de estos
materiales, en la Dirección de Servicios a la Población, del
Ministerio de Comercio Interior, deben ser más cuidadosos a la hora
de solicitar los materiales y más ágiles en la distribución. A la
postre es dinero que se pierde y morosidad que disgusta al cliente.
G. González Quesada
El pa’quí pa’llá con una multa pagada
El 14 de agosto de 2013 fui multado por transitar en
una moto eléctrica sin casco, cuya multa pagué al día siguiente en
la oficina de Artemisa, municipio donde ocurrió el hecho.
El 19 de enero de 2014 me detiene una motorizada y
al tirarme por planta me informa que no he pagado la multa antes
mencionada, le enseño el comprobante de pago al patrullero y me dice
que, a pesar de eso, tenía que retirarme la licencia de conducción,
que me dirigiera a la oficina de cobro de multas para hacer la
reclamación, pues se hizo un mal trabajo por parte de las compañeras
que allí laboran.
Al llegar me mandan a la oficina de tránsito donde,
supuestamente, debían darle solución al problema. Después de hacer
la cola para ser atendido me orientaron que tenía que esperar a que
la llevaran para el centro, que si quería conducir en ese intervalo
debía hacerme fotos para que se diera un papel el cual tiene validez
por un mes.
Mi pregunta es:
¿Para qué sirve y cuál es la función del comprobante
de pago?
¿De quién es el mal trabajo que afecta a la
población?
A. Hernández
Falta de sensibilidad o cómo calificarlo
Algo imposible de comprender, por lo inhumano y
contradictorio, es el cobro de alquiler del servicio de taxis
El caso que me ocupa está relacionado con la tarifa
que aplica en el servicio de alquiler de taxis, en este caso la base
de Alamar, en el traslado de los familiares de un fallecido desde la
funeraria hacia el cementerio donde el monto de lo marcado por el
taxímetro se multiplica cuatro veces haciendo alusión a la capacidad
de pasajeros del auto, considerando esta medida como un hecho
denigrante por los afectados.
A continuación narro los hechos de lo sucedido:
En la mañana del 6 de febrero en ocasión del
fallecimiento de mi cuñado el cual residía en la localidad de
Guanabo donde fue velado en la funeraria de la misma, al no disponer
de transporte para el entierro en el cementerio del poblado de
Calabazar en el municipio de Boyeros, que por decisión de la familia
así se dispuso, nos vimos en la necesidad de solicitar el servicio
de alquiler de taxis que ofrecen las funerarias a través de una
coordinadora y para mayor sorpresa la misma nos informa sobre el
referido tipo de tarifa antes mencionada de cuatro veces el valor
del taxímetro. Como era la hora de salida no tuvimos otra opción que
aceptar y en momentos como estos tan tristes nada más había por
hacer.
Posteriormente le pregunté en persona al taxista del
vehículo chapa BU24321 si disponía de algún tipo de documento que
acreditara la tarifa que se aplicaría y manifestó que no, "que era
cosa de la empresa"; en el recorrido me manifesté interesado por
toda esta situación y le realicé varias preguntas, que si el
vehículo era arrendado y respondió que para ellos sí, refiriéndose a
la empresa, que no cuentan con salario asignado y que tenían que
pagar las roturas. Le pregunté que si me encontraba en la calle como
un cliente normal y lo paraba y le pedía llevarme a otro sitio, le
puse ejemplo una discoteca, qué precio me aplicaba a lo que
respondió que lo que marcara el taxímetro en ese momento y yo digo,
para una fiesta el cobro sencillo y para un entierro de un ser
querido u otra persona el cobro multiplicado por cuatro, aunque vaya
una sola persona en el auto. Al llegar al cementerio le entregué al
chofer un importe de $120.00 pesos y nos transportamos solo tres
personas.
Yo me pregunto, ¿se puede admitir semejante falta de
sensibilidad humana, tratándose del tipo de servicio que se está
brindando? ¿dónde está el sentido de la justicia por la que tanto ha
luchado el cubano? ¿Es posible que se apliquen este tipo de medidas
en una empresa que afecten directamente al pueblo?
En espera de una respuesta convincente.
E. L. Cáceres Linares
Continúa la mala calidad del arroz
El pasado mes de octubre una compañera de esta
ciudad de Manzanillo escribió a esa dirección preocupada con mucha
razón sobre la calidad del arroz que se le entrega aquí por la cuota
normada y lo calificó como "rompe cervical". Al mes de publicada la
nota el arroz llegó en óptimas condiciones, pero a los siguientes,
diciembre del 2013, enero y febrero siguen entregando arroz que
contiene lo siguiente:
a) Un elevado por ciento de cabecilla.
b) Cantidad de arroz partido con puntas negras.
c) Semillas negras y machos.
d) Una gran cantidad de polvo ya que hay que lavarlo
varias veces.
Preocupado por eso que afecta a toda la población de
Manzanillo, y es posible que a muchos más, comencé de forma
particular a realizar algunas averiguaciones al respecto con el
resultado siguiente:
Conversando con algunos compañeros que tienen
vínculos con los molinos y secaderos de arroz de Manzanillo y Río
Cauto, logré lo siguiente:
1) Que al realizar el llenado de cada saco, ya
tienen el por ciento de arroz entero, partido y cabecilla que se le
debe echar.
2) A principios de año el administrador de Río Cauto
dijo en una entrevista que habían entregado a la Empresa Porcina 2
000 toneladas de cabecilla. Al parecer cuando la Empresa Porcina no
quiere más cabecilla se la echan a los sacos de arroz de consumo.
3) Es decir, se conoce de antemano qué se debe echar
en cada saco, por tanto la pregunta es: ¿De quién es la
responsabilidad? a) El responsable del Molino; b) La Delegación
Provincial en Granma; c) Directivas de la Dirección Nacional.
Sería muy conveniente para toda nuestra población,
que quienes tengan la responsabilidad de esta orden dieran
respuestas aceptables sobre esta situación al periódico Granma.
Comentario muy importante:
Desde los años 2012 y 2013, en toda nuestra prensa
radial, escrita y televisiva, y desde los niveles municipales,
provinciales y nacionales se ha informado a toda la población, sobre
el plan de inversiones realizadas en todos los molinos y secaderos
del país, incluidos los situados en esta provincia de Granma, con
tecnología brasileña y de otros países, y en todos los comentarios
finales de cada funcionario y dirigente se menciona la mejoría en la
calidad del arroz.
Parece, al recibir el arroz cada mes en nuestras
bodegas, que lo anterior fue un sueño, ya que en el arroz es tan
pésima su calidad como mucho antes de todas estas inversiones.
Los suministradores extranjeros, ejemplo Viet Nam,
graban en los sacos el por ciento de grano partido que no pasa del
15 y además no contiene cabecillas. ¿Por qué aquí no grabamos en los
sacos, o en una etiqueta, el por ciento de partido y cabecilla?
En ocasiones y pensando sobre esta situación, me
pregunto qué objetivo se busca echando un por ciento tan elevado de
cabecilla, cuando ya cada saco lleva también un por ciento de arroz
partido, ¿será esto un misterio?
M. Carnicero Ballester
¿Qué nos impide retomar la moneda de 0.40?
Hace unos cuantos años el Banco Central de Cuba tomó
la decisión de eliminar la moneda de 0.40 centavos y sus razones
tendría para eso. Pero como la vida real es más práctica que la
planificada, nos damos cuenta que la puesta en circulación de esa
moneda de 0.40 centavos favorecería enormemente la transportación
por ómnibus tanto en la capital como en provincias. En la capital se
mueven diariamente más de 400 mil personas en las diferentes rutas
que cubren los 15 municipios.
Tenemos, asimismo, personas que se ven obligadas a
echar 1.00 peso por no tener cambio al momento de subir al ómnibus.
Todo esto resulta beneficioso porque contaríamos con
una moneda que es exactamente el valor de la transportación interna
en la capital.
Pienso que los directivos de la institución
anteriormente mencionada deberían reflexionar sobre esta propuesta,
la cual, a todas luces, repercutiría favorablemente en el público en
general.
M. García Pérez
Las obras del aeropuerto y la entrada de
acompañantes
A principios de diciembre, si la memoria no me
falla, oí o leí una nota de prensa del Instituto de Aeronáutica
Civil donde se disculpaba por los inconvenientes y molestias
causados a las personas que allí acudían, por la reparación de la
Terminal 3 del aeropuerto José Martí y que se esperaba finalizar
estas obras para finales de ese mes de diciembre.
La única molestia que causaban estas obras era que
solo había acceso a la Terminal a los pasajeros, las personas
acompañantes o que venían a recibir a un familiar o amigo tenían que
permanecer aglomeradas fuera de la Terminal.
Ya estamos a mediados de febrero y sigue la misma
situación de inconvenientes y molestias en la Terminal.
Empleados del aeropuerto con los que he conversado,
me han dicho que es propósito de la dirección de Aeronáutica Civil
no permitir más la entrada de los que no sean pasajeros.
Hay un cartel sobre las puertas de entrada donde
dice que solo se permite el acceso de pasajeros y han construido
servicios sanitarios en la parte de afuera de la Terminal.
Sería bueno preguntarle a la dirección de
Aeronáutica Civil si van a ser permanentes los inconvenientes y
molestias a las personas que acuden a esa Terminal y cuál es la
causa de ser, posiblemente, los únicos en el mundo que tomen esta
medida.
R. Valenzuela Acebal
¿Dónde está el papel higiénico?
Después de algún tiempo sin escribir no puedo
sustraerme a la tentación de volver por mis fueros y preguntar al
que me pueda responder ¿qué se hizo del papel higiénico o
sanitario?; ya sabemos la "explicación poco entendible" del
desabastecimiento de algunos productos de aseo tales como el
detergente, pero al menos esos productos que no existen en las
tiendas recaudadoras en divisas, tienen su presencia en los mercados
de productos industriales, pero ¿qué hacemos para sustituir el
imprescindible papel higiénico? En el periodo especial las personas
utilizaban indistintamente, cualquier papel. Lo más triste no es su
no existencia a ningún precio, y miren que el precio es bien caro,
sino que no hay una explicación a la población, como la hubo,
entendible o no, respecto a los otros productos.
Espero no solo una respuesta por esta vía, sino que
aparezca, como el ave fénix, en las tiendas, el querido y muy
necesario papel higiénico.
N. Lainé Oquendo
¿Concluirán la destupición de un tragante que quedó
a medias en el reparto Camilo Cienfuegos?
Soy vecino del reparto Camilo Cienfuegos, primero
construido por esa magnífica revolucionaria, compañera Pastorita
Núñez, a la que como forma de mantener vivo su recuerdo en las
nuevas generaciones se instaló una tarja en su homenaje a la entrada
del reparto.
El 15 de octubre del año 2011, los vecinos del
edificio 67 en el mencionado reparto fueron víctimas de una gran
inundación debido a las fuertes lluvias de ese día y los moradores
de la primera planta corrieron peligro por la magnitud de la
inundación, además de que muchos perdieron buena parte de sus bienes
personales. Señalan algunos que ya con antelación habían ocurrido
otras de similares características.
Que esa inundación es consecuencia de los tragantes
tupidos en el reparto, particularmente los del edificio 67,
consecuencia de que las aguas se precipitan desde la parte alta a la
más baja que resulta ser el ya mencionado edificio, que por demás
tiene tupido desde hace años el tragante principal que desemboca en
el mar y que a pesar de las múltiples gestiones realizadas con
diferentes autoridades y con los diferentes delegados del Poder
Popular, electos por los vecinos, aun no ha tenido solución, incluso
ha sido planteamiento en las distintas asambleas de rendición de
cuenta.
El 29 de noviembre del 2013 volvió a ocurrir otra
inundación e hizo acto de presencia el nu-e--vo delegado, compañero
Harry, el que por sus gestiones logró que se presentara una brigada
a efectuar la destupición de la tubería del tragante del edificio,
lo que provocó la alegría de los que actualmente vivimos en él, pero
resulta que como dice un viejo refrán "la alegría en casa del pobre
dura poco" y luego de apenas dos jornadas de trabajo se marcharon
dejando sin conclusión el trabajo "Tupido el desagüe" e hicieron la
promesa al delegado de que volverían y... aún los estamos esperando,
no sabemos hasta cuándo y para colmo echaron sobre los bordes de la
zanja, que estaban limpiando, toda la mezcla de tierra y piedras,
que tal como pensábamos, al caer algunas lluvias volvieron a
precipitarse dentro de la zanja, que por demás, repito, nunca
llegaron a destupir y doy fe de ello pues personalmente me personé
en el lugar y comprobé lo que les comento.
El desagüe sigue tupido y de no adoptarse medidas
efectivas en cuanto regresen las lluvias volveremos a tener
inundaciones, las que por el nivel que han alcanzado pueden llegar a
las tomas eléctricas y sus consecuencias pueden resultar de carácter
grave para las personas que en los bajos del edificio habitan,
además de las pérdidas de bienes personales que pueden volver a
provocar, como ocurrió en el 2011.
Nuestro delegado (Harry) tiene las mejores
intenciones de resolver la petición de sus electores, pero parece
ser que no cuenta con el necesario apoyo de las autoridades
responsables de llevar a feliz término este trabajo, las que deben
solucionarlo y ofrecer las correspondientes explicaciones.
Han transcurrido más de dos meses y todo sigue
igual. ¿Qué tendremos que hacer los vecinos para lograr que los que
iniciaron el trabajo y lo dejaron a medias lo culminen? ¿A quién
tendremos que dirigirnos? ¿Será que quizás los compañeros del
Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos podrán ayudarnos a
resolver lo que puede convertirse en desastre?
Sabemos perfectamente que el problema tiene solución
y los vecinos creemos que sin tener que emplear grandes recursos.
Los vecinos estamos en la mejor disposición de colaborar.
J. M. Regalado