Publicada el 21 de febrero de 2014

Deficiencias en el cableado para las hornillas eléctricas

El domingo 9 de febrero, en horas de la mañana fui al taller de Enseres Menores, de la ciudad de Las Tunas, ubicado en el bulevar de la calle Francisco Vega, para cambiar los cables d-e mi hornilla eléctrica.

La técnica de turno, gentilmente me atendió y trajo el nuevo paquete de cables (cuatro en total). Enseguida me aclaró. El más pequeño no sir-ve, pues al prepararlo para la hornilla no da la medida.

Decidí medir el cable de marras y efectivamente tiene 14 centímetros de longitud. Le pregunté si eran de fabricación nacional y me respondió: son de importación. La procedencia no es lo fundamental, el problema esencial está en la pérdida de material que existe.

Si analizamos la inmensa cantidad de hornillas eléctricas existentes en los hogares cubanos (cientos de miles) entregadas por el Programa de la Revolución Energética, la constante re-pa-ración a que deben ser sometidas, pues convierten la electricidad en ca-lor, nos podremos dar cuenta del gasto en que se incurre para tener que botar, así literalmente, ese tramo de cable.

No es ocioso en este caso recordar lo que plantean los Lineamientos 142 y 249 de la Política Económica y Social, aprobados por el VI Congreso del Partido, en relación con la elevación sostenida de la calidad de los servicios y la eficacia para la reparación y el mantenimiento de los equipos eléctricos de cocción.

Huelgan los comentarios: la pregunta es ¿Por qué siguen sucediendo estas cosas?

Otro asunto es la falta de estabilidad en la entrada de piezas de repuesto, al preguntar por el cabo de la olla de presión, modelo Suprema, la respuesta de la técnica, fue: "Hace ‘si-glos’ que no entran".

Hasta esa fecha, no había entrado nada en el referido taller para reparar los equipos. Considero que los directivos y los responsabilizados con la adquisición de estos materiales, en la Dirección de Servicios a la Población, del Ministerio de Comercio Interior, deben ser más cuidadosos a la hora de solicitar los materiales y más ágiles en la distribución. A la postre es dinero que se pierde y morosidad que disgusta al cliente.

G. González Quesada

El pa’quí pa’llá con una multa pagada

El 14 de agosto de 2013 fui multado por transitar en una moto eléctrica sin casco, cuya multa pagué al día siguiente en la oficina de Artemisa, municipio donde ocurrió el hecho.

El 19 de enero de 2014 me detiene una motorizada y al tirarme por planta me informa que no he pagado la multa antes mencionada, le enseño el comprobante de pago al patrullero y me dice que, a pesar de eso, tenía que retirarme la licencia de conducción, que me dirigiera a la oficina de cobro de multas para hacer la reclamación, pues se hizo un mal trabajo por parte de las compañeras que allí laboran.

Al llegar me mandan a la oficina de tránsito donde, supuestamente, debían darle solución al problema. Después de hacer la cola para ser atendido me orientaron que tenía que esperar a que la llevaran para el centro, que si quería conducir en ese intervalo debía hacerme fotos para que se diera un papel el cual tiene validez por un mes.

Mi pregunta es:

¿Para qué sirve y cuál es la función del comprobante de pago?

¿De quién es el mal trabajo que afecta a la población?

A. Hernández

Falta de sensibilidad o cómo calificarlo

Algo imposible de comprender, por lo inhumano y contradictorio, es el cobro de alquiler del servicio de taxis

El caso que me ocupa está relacionado con la tarifa que aplica en el servicio de alquiler de taxis, en este caso la base de Alamar, en el traslado de los familiares de un fallecido desde la funeraria hacia el cementerio donde el monto de lo marcado por el taxímetro se multiplica cuatro veces haciendo alusión a la capacidad de pasajeros del auto, considerando esta medida como un hecho denigrante por los afectados.

A continuación narro los hechos de lo sucedido:

En la mañana del 6 de febrero en ocasión del fallecimiento de mi cuñado el cual residía en la localidad de Guanabo donde fue velado en la funeraria de la misma, al no disponer de transporte para el entierro en el cementerio del poblado de Calabazar en el municipio de Boyeros, que por decisión de la familia así se dispuso, nos vimos en la necesidad de solicitar el servicio de alquiler de taxis que ofrecen las funerarias a través de una coordinadora y para mayor sorpresa la misma nos informa sobre el referido tipo de tarifa antes mencionada de cuatro veces el valor del taxímetro. Como era la hora de salida no tuvimos otra opción que aceptar y en momentos como estos tan tristes nada más había por hacer.

Posteriormente le pregunté en persona al taxista del vehículo chapa BU24321 si disponía de algún tipo de documento que acreditara la tarifa que se aplicaría y manifestó que no, "que era cosa de la empresa"; en el recorrido me manifesté interesado por toda esta situación y le realicé varias preguntas, que si el vehículo era arrendado y respondió que para ellos sí, refiriéndose a la empresa, que no cuentan con salario asignado y que tenían que pagar las roturas. Le pregunté que si me encontraba en la calle como un cliente normal y lo paraba y le pedía llevarme a otro sitio, le puse ejemplo una discoteca, qué precio me aplicaba a lo que respondió que lo que marcara el taxímetro en ese momento y yo digo, para una fiesta el cobro sencillo y para un entierro de un ser querido u otra persona el cobro multiplicado por cuatro, aunque vaya una sola persona en el auto. Al llegar al cementerio le entregué al chofer un importe de $120.00 pesos y nos transportamos solo tres personas.

Yo me pregunto, ¿se puede admitir semejante falta de sensibilidad humana, tratándose del tipo de servicio que se está brindando? ¿dónde está el sentido de la justicia por la que tanto ha luchado el cubano? ¿Es posible que se apliquen este tipo de medidas en una empresa que afecten directamente al pueblo?

En espera de una respuesta convincente.

E. L. Cáceres Linares

Continúa la mala calidad del arroz

El pasado mes de octubre una compañera de esta ciudad de Manzanillo escribió a esa dirección preocupada con mucha razón sobre la calidad del arroz que se le entrega aquí por la cuota normada y lo calificó como "rompe cervical". Al mes de publicada la nota el arroz llegó en óptimas condiciones, pero a los siguientes, diciembre del 2013, enero y febrero siguen entregando arroz que contiene lo siguiente:

a) Un elevado por ciento de cabecilla.

b) Cantidad de arroz partido con puntas negras.

c) Semillas negras y machos.

d) Una gran cantidad de polvo ya que hay que lavarlo varias veces.

Preocupado por eso que afecta a toda la población de Manzanillo, y es posible que a muchos más, comencé de forma particular a realizar algunas averiguaciones al respecto con el resultado siguiente:

Conversando con algunos compañeros que tienen vínculos con los molinos y secaderos de arroz de Manzanillo y Río Cauto, logré lo siguiente:

1) Que al realizar el llenado de cada saco, ya tienen el por ciento de arroz entero, partido y cabecilla que se le debe echar.

2) A principios de año el administrador de Río Cauto dijo en una entrevista que habían entregado a la Empresa Porcina 2 000 toneladas de cabecilla. Al parecer cuando la Empresa Porcina no quiere más cabecilla se la echan a los sacos de arroz de consumo.

3) Es decir, se conoce de antemano qué se debe echar en cada saco, por tanto la pregunta es: ¿De quién es la responsabilidad? a) El responsable del Molino; b) La Delegación Provincial en Granma; c) Directivas de la Dirección Nacional.

Sería muy conveniente para toda nuestra población, que quienes tengan la responsabilidad de esta orden dieran respuestas aceptables sobre esta situación al periódico Granma.

Comentario muy importante:

Desde los años 2012 y 2013, en toda nuestra prensa radial, escrita y televisiva, y desde los niveles municipales, provinciales y nacionales se ha informado a toda la población, sobre el plan de inversiones realizadas en todos los molinos y secaderos del país, incluidos los situados en esta provincia de Granma, con tecnología brasileña y de otros países, y en todos los comentarios finales de cada funcionario y dirigente se menciona la mejoría en la calidad del arroz.

Parece, al recibir el arroz cada mes en nuestras bodegas, que lo anterior fue un sueño, ya que en el arroz es tan pésima su calidad como mucho antes de todas estas inversiones.

Los suministradores extranjeros, ejemplo Viet Nam, graban en los sacos el por ciento de grano partido que no pasa del 15 y además no contiene cabecillas. ¿Por qué aquí no grabamos en los sacos, o en una etiqueta, el por ciento de partido y cabecilla?

En ocasiones y pensando sobre esta situación, me pregunto qué objetivo se busca echando un por ciento tan elevado de cabecilla, cuando ya cada saco lleva también un por ciento de arroz partido, ¿será esto un misterio?

M. Carnicero Ballester

¿Qué nos impide retomar la moneda de 0.40?

Hace unos cuantos años el Banco Central de Cuba tomó la decisión de eliminar la moneda de 0.40 centavos y sus razones tendría para eso. Pero como la vida real es más práctica que la planificada, nos damos cuenta que la puesta en circulación de esa moneda de 0.40 centavos favorecería enormemente la transportación por ómnibus tanto en la capital como en provincias. En la capital se mueven diariamente más de 400 mil personas en las diferentes rutas que cubren los 15 municipios.

Tenemos, asimismo, personas que se ven obligadas a echar 1.00 peso por no tener cambio al momento de subir al ómnibus.

Todo esto resulta beneficioso porque contaríamos con una moneda que es exactamente el valor de la transportación interna en la capital.

Pienso que los directivos de la institución anteriormente mencionada deberían reflexionar sobre esta propuesta, la cual, a todas luces, repercutiría favorablemente en el público en general.

M. García Pérez

Las obras del aeropuerto y la entrada de acompañantes

A principios de diciembre, si la memoria no me falla, oí o leí una nota de prensa del Instituto de Aeronáutica Civil donde se disculpaba por los inconvenientes y molestias causados a las personas que allí acudían, por la reparación de la Terminal 3 del aeropuerto José Martí y que se esperaba finalizar estas obras para finales de ese mes de diciembre.

La única molestia que causaban estas obras era que solo había acceso a la Terminal a los pasajeros, las personas acompañantes o que venían a recibir a un familiar o amigo tenían que permanecer aglomeradas fuera de la Terminal.

Ya estamos a mediados de febrero y sigue la misma situación de inconvenientes y molestias en la Terminal.

Empleados del aeropuerto con los que he conversado, me han dicho que es propósito de la dirección de Aeronáutica Civil no permitir más la entrada de los que no sean pasajeros.

Hay un cartel sobre las puertas de entrada donde dice que solo se permite el acceso de pasajeros y han construido servicios sanitarios en la parte de afuera de la Terminal.

Sería bueno preguntarle a la dirección de Aeronáutica Civil si van a ser permanentes los inconvenientes y molestias a las personas que acuden a esa Terminal y cuál es la causa de ser, posiblemente, los únicos en el mundo que tomen esta medida.

R. Valenzuela Acebal

¿Dónde está el papel higiénico?

Después de algún tiempo sin escribir no puedo sustraerme a la tentación de volver por mis fueros y preguntar al que me pueda responder ¿qué se hizo del papel higiénico o sanitario?; ya sabemos la "explicación poco entendible" del desabastecimiento de algunos productos de aseo tales como el detergente, pero al menos esos productos que no existen en las tiendas recaudadoras en divisas, tienen su presencia en los mercados de productos industriales, pero ¿qué hacemos para sustituir el imprescindible papel higiénico? En el periodo especial las personas utilizaban indistintamente, cualquier papel. Lo más triste no es su no existencia a ningún precio, y miren que el precio es bien caro, sino que no hay una explicación a la población, como la hubo, entendible o no, respecto a los otros productos.

Espero no solo una respuesta por esta vía, sino que aparezca, como el ave fénix, en las tiendas, el querido y muy necesario papel higiénico.

N. Lainé Oquendo

¿Concluirán la destupición de un tragante que quedó a medias en el reparto Camilo Cienfuegos?

Soy vecino del reparto Camilo Cienfuegos, primero construido por esa magnífica revolucionaria, compañera Pastorita Núñez, a la que como forma de mantener vivo su recuerdo en las nuevas generaciones se instaló una tarja en su homenaje a la entrada del reparto.

El 15 de octubre del año 2011, los vecinos del edificio 67 en el mencionado reparto fueron víctimas de una gran inundación debido a las fuertes lluvias de ese día y los moradores de la primera planta corrieron peligro por la magnitud de la inundación, además de que muchos perdieron buena parte de sus bienes personales. Señalan algunos que ya con antelación habían ocurrido otras de similares características.

Que esa inundación es consecuencia de los tragantes tupidos en el reparto, particularmente los del edificio 67, consecuencia de que las aguas se precipitan desde la parte alta a la más baja que resulta ser el ya mencionado edificio, que por demás tiene tupido desde hace años el tragante principal que desemboca en el mar y que a pesar de las múltiples gestiones realizadas con diferentes autoridades y con los diferentes delegados del Poder Popular, electos por los vecinos, aun no ha tenido solución, incluso ha sido planteamiento en las distintas asambleas de rendición de cuenta.

El 29 de noviembre del 2013 volvió a ocurrir otra inundación e hizo acto de presencia el nu-e--vo delegado, compañero Harry, el que por sus gestiones logró que se presentara una brigada a efectuar la destupición de la tubería del tragante del edificio, lo que provocó la alegría de los que actualmente vivimos en él, pero resulta que como dice un viejo refrán "la alegría en casa del pobre dura poco" y luego de apenas dos jornadas de trabajo se marcharon dejando sin conclusión el trabajo "Tupido el desagüe" e hicieron la promesa al delegado de que volverían y... aún los estamos esperando, no sabemos hasta cuándo y para colmo echaron sobre los bordes de la zanja, que estaban limpiando, toda la mezcla de tierra y piedras, que tal como pensábamos, al caer algunas lluvias volvieron a precipitarse dentro de la zanja, que por demás, repito, nunca llegaron a destupir y doy fe de ello pues personalmente me personé en el lugar y comprobé lo que les comento.

El desagüe sigue tupido y de no adoptarse medidas efectivas en cuanto regresen las lluvias volveremos a tener inundaciones, las que por el nivel que han alcanzado pueden llegar a las tomas eléctricas y sus consecuencias pueden resultar de carácter grave para las personas que en los bajos del edificio habitan, además de las pérdidas de bienes personales que pueden volver a provocar, como ocurrió en el 2011.

Nuestro delegado (Harry) tiene las mejores intenciones de resolver la petición de sus electores, pero parece ser que no cuenta con el necesario apoyo de las autoridades responsables de llevar a feliz término este trabajo, las que deben solucionarlo y ofrecer las correspondientes explicaciones.

Han transcurrido más de dos meses y todo sigue igual. ¿Qué tendremos que hacer los vecinos para lograr que los que iniciaron el trabajo y lo dejaron a medias lo culminen? ¿A quién tendremos que dirigirnos? ¿Será que quizás los compañeros del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos podrán ayudarnos a resolver lo que puede convertirse en desastre?

Sabemos perfectamente que el problema tiene solución y los vecinos creemos que sin tener que emplear grandes recursos. Los vecinos estamos en la mejor disposición de colaborar.

J. M. Regalado

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Periódico Granma. Departamento de Atención al Lector. General Suárez y Territorial. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. Código Postal: 10699. Zona Postal Habana 6, Apartado Postal 6187 o al correo electrónico: cartasaladireccion@granma.cip.cu Teléfonos 881 9712 o 881 3333, extensiones: 143,145, 148, 177.
 

 

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