Publicada el 24 de enero de 2014

Una tienda de menos de un año con peligro de derrumbe

En la esquina de las calles Martí y Dr. Codina de la ciudad de Manzanillo, fue abierta hace apenas un año la tienda "La Violeta", perteneciente al Fondo Cubano de Bienes Culturales y que comercializa artículos artesanales y otros objetos diversos. El establecimiento se acondicionó en un antiguo local que ocupa la planta baja de un edificio; se hizo una inversión considerable a juzgar por el movimiento de obra que allí se desplegó y por los elementos constructivos modernos y elegantes que ahora lo conforman y atraen la atención de los transeúntes. En su interior se exponen con muy buen gusto las obras de arte que están a la venta.

El 17 de enero pasé por allí y me acerqué a una de las vidrieras; cual no sería mi asombro cuando veo un cartel con una inscripción que dice: ¡Cuidado! peligro de derrumbe, y una flecha apuntando hacia arriba directamente a un balcón que, efectivamente, en lo alto, amenaza caer en cualquier momento. Me alejé casi corriendo de allí mientras las preguntas surgían en mi mente: ¿cómo es posible que este lugar, que apenas ha comenzado a cumplir su función social, ya esté proclamando avisos con el objetivo de alejar a los clientes en vez de atraerlos?, ¿cómo es posible que se hiciera tal inversión sin tener en cuenta el estado general de la estructura?; ¿quién emitió el dictamen técnico de obra para autorizar su uso como un centro comercial que ya se declara como sitio peligroso?, ¿no miraron hacia arriba?, ¿o es que el quebrantamiento de ese balcón y su peligro de derrumbe ocurrieron de ayer para hoy?, ¿habrá otro nombre que darle a eso si no es barrabasada?

¡Y pensar que cosas como esas suceden en medio de toda una campaña por la eficiencia y contra la chapucería!

C. Zamora Linares

A los tripulantes del Yutong 2847

Un lector se dirige al representante de la Empresa de Ómnibus Astro Santa Clara, Villa Clara

Muy estimado compañero,

Mi nombre es Luis Bartolomé Lecha Estela. Soy meteorólogo de profesión e Investigador Titular del Centro de Estudios y Servicios Ambientales (CESAM) de Villa Clara, perteneciente al CITMA; viajaba el pasado sábado 11 de enero hacia La Habana, acompañado de mi esposa y en un carro de mi centro de trabajo, con el fin de recibir la orden Carlos J. Finlay, que le otorga el Consejo de Estado a los científicos destacados del país.

Alrededor de las 6:30 a.m., al pasar el Servicentro Oro Negro de Jagüey Grande, nuestro carro tuvo una fuerte vibración y un sonido de metal molido que venía de las ruedas traseras. Volvimos al Servicentro y comprobamos que la cruceta trasera de la transmisión estaba destruida y yo debía estar en el Memorial José Martí a las 10:00 a.m.

Así, amaneciendo, mi esposa y yo vestidos con ropa muy elegante, estábamos pidiendo "botella" en la autopista, mientras que de Santa Clara salía otro carro para resolver la rotura, pero ya no llegaríamos a tiempo a La Habana si no seguíamos viaje de inmediato.

Después de unos 30 minutos nos paró el ómnibus Yutong No. 2847, tripulado por Roberto Cintra y Jaime Serra, en la ruta Manzanillo-Habana. Le explicamos lo su-cedido y nos montaron al tener capacidad disponible, se nos hizo el cobro reglamentario del pasaje sin asomo de intento por recibir un pago extra, entregando los dos boletines como comprobante. Amablemente el chofer comprobó la hora a que debíamos estar en La Habana y casi no daba tiempo, por lo que apuró un poco el paso, no paró en el Conejito (con el acuerdo de los pasajeros) y a las 9:30 a.m. nos bajamos mi esposa y yo en la esquina de la Biblioteca Nacional, a un paso del Memorial. Llegamos a tiempo y todo se desarrolló después, según lo previsto. Nuestro transporte, ya arreglado, nos recogió alrededor de la 1:00 p.m. para el regreso feliz a Santa Clara.

Recibí con gran satisfacción y orgullo la orden Carlos J. Finlay, pero ello fue posible gracias a la solidaridad, buen trato y cooperación de los tripulantes del Yutong 2847, por lo que al bajar les confesé que por personas como ellos me sentía orgulloso de ser cubano y el día 15, fecha en que se conmemora el Día de la Ciencia cubana, quiero a través de Ud. agradecer profundamente este gesto que honra la calidad humana y revolucionaria de esos trabajadores de Astro, en contraposición a una minoría que aún se aprovecha de sus viajes para hacer comercio ilícito, tratando indebidamente a los pasajeros que transportan.

Quisiera pedirle, además, que haga llegar estos criterios al seno del colectivo laboral donde trabajan estos compañeros.

Luis B. Lecha Estela

Aún hay esperanzas

Acostumbrado al maltrato en las entidades que brindan servicios al público, y disgustado por la rotura de un electrodoméstico adquirido en fecha reciente, el 20 de enero me comuniqué vía telefónica con el taller de reparación de equipos sito en la Ave. 31 y 58, municipio de Playa, para hacer valer la garantía adquirida con la compra del equipo.

Conversé con la compañera Dalia y me llevé una gran sorpresa. ¡Qué diferente a todo lo que había imaginado! Su atención, buen trato y profesionalismo fueron tan inesperados que hasta su explicación sobre la demora que tendría la visita del equipo técnico a mi vivienda para dictaminar la falla me pareció lógica y aceptable.

Sentí respeto, "respeto hacia el consumidor", la frase repetida una y otra vez, se hizo palpable, cercana. Sentí que no todo está perdido y esa esperanza me motivó a escribir a esta sección, incluso ante el escepticismo de mis amigos y personas allegadas que me aconsejaron esperar el desarrollo de todo este trámite burocrático que recién comienza.

Agradezco públicamente a esa persona que no conozco, y lo hago con la intención y el propósito de acabar con esa cadena de malentendidos e ineficiencias en la que todos estamos de alguna forma vinculados.

A. M. Álvarez

Desde noviembre no reciben agua en Baire

Le escribo esta carta para informarle una situación crítica que presentamos los pobladores del Consejo Popular de Baire del municipio de Con-tramaestre, provincia de Santiago de Cuba, ya que desde el mes de noviembre no recibimos el servicio de agua por la simple razón que las turbinas siempre están quemadas.

Este planteamiento ha sido analizado en todas las rendiciones de cuenta hace varios años atrás y no hay una solución a esta situación. Yo he presentado la queja a la Empresa de Aguas Turquinos de nuestro poblado y nunca dan una respuesta satisfactoria. el agua que se está consumiendo es acarreada por pipas particulares con el valor de 5 pesos los tanques de 55 galones. Ante esta situación no hay una respuesta al pueblo.

D. Pacheco Chang

La salud del pueblo es lo primero

La recogida de basura en la Isla de la Juventud es deficiente, al extremo que hace más de 15 días no pasan

Con todo el respeto y reconocimiento, nos dirigimos a esta prestigiosa página de ese periódico, tan querido y que continúa a la vanguardia, denunciando todos los criterios y planteamientos del pueblo.

Lo que nos ocupa, se refiere al tema de la Higiene Comunal, para nadie es un secreto que una de las tareas más importante de la máxima dirección de la revolución es la" SALUD DEL PUEBLO", aquí la recogida de basura es deficiente, al extremo que hace hoy más de 15 días no han venido. Han sido numerosas las gestiones y en vez de mejorar, este problema se ha convertido en crónico, es bueno decir que las moscas, cucarachas y ratones se han incrementado grandemente y no es secreto para nadie que ellos son transmisores de enfermedades infectocontagiosas (estos vectores pululan en estos momentos en las casas y calles, debido a esta situación crítica de higiene), pasamos el fin de año y ya estamos casi a mediados del mes de enero y seguimos con la crisis y para qué hablar de la fetidez existente.

Debemos decir que cuando se hacía la recogida con carretones de caballos, se cumplía con mayor eficiencia, según refiere la directora de Servicios Comunales, lo retiraron porque algunos de estos carretoneros pasaban muy pocas veces en el mes y los mismos exigían el pago completo; con esta respuesta no estamos de acuerdo porque la recogida era cada dos o tres días, no obstante la solución fue recogerla 2 veces por semana, nunca se ha cumplido. A todo lo antes expuesto se ha sumado la indisciplina social provocando la aparición de microvertederos, que además nadie controla como se hacía antes con las inspectoras que tenía Comunales.

Miguel A. López Calvo

Reclamaciones sobre la factura telefónica… y nada

Les escribo porque hay cosas que no entiendo. La cuestión es que he dejado de recibir la factura telefónica del cartero que atiende mi zona. Es necesario aclarar que aunque puedo saber el importe de mi facturación llamando al número telefónico 112, no me dan los detalles de esta, ni tengo la evidencia escrita de la misma, por lo cual requiero saber los detalles de la factura y por otra parte, pago por adelantado mi facturación; por tanto, siempre tengo crédito.

En la primera ocasión que no llegó la factura a mis manos, no le presté atención, pensé que era algo eventual; la segunda reclamé en la oficina comercial de Etecsa en Marianao, donde la joven que me atendió para procesar mi reclamación, entre otras cosas, me dijo que eso era un problema de Correos de Cuba; en particular, de la Sucursal que está en 51 y 128 en Marianao, le contesté que mi contrato era con ETECSA y no con Correos de Cuba, ustedes fueron quienes lo subcontrataron.

En esa oportunidad aproveché y también me quejé con una compañera (no sé el cargo) del departamento de Cartería en la oficina de Correos mencionada, a falta de los encargados que no estaban en el centro en esos momentos, me dijo que el cartero que atiende mi área estaba enfermo, a lo cual le dije, que deseaba que se mejorara, pero no es mi culpa que lo esté, que debía recibir el servicio de alguna forma.

Ya en la tercera oportunidad reclamé nuevamente en la oficina comercial de ETECSA en Marianao, pero ahora con la jefa, la cual me dijo que iba a elevar dicha situación, después de comprobar en una PC que no existían errores con mi dirección. Días después me enteré que mi vecino que tiene 90 años estaba yendo a buscar el periódico con el peligro que es cruzar la avenida 51, una persona que usa bastones para caminar, porque todavía permanecía enfermo el cartero, por lo que decidí ir a reclamar a la oficina postal de Correos de Marianao, 51 y 128, nuevamente; cuál sería mi impresión cuando vi varias personas de la tercera edad recogiendo su periódico, porque no tenían cartero, eso me molestó más todavía.

Una compañera que pienso que era la jefa del área de Cartería me dijo que faltaban varios carteros, porque habían solicitado la baja del centro o estaban enfermos, a lo que le plantee qué culpa tengo yo, por lo que le anuncié que iba por otras vías para resolver esta situación porque me pareció que están conviviendo con el problema y no con la búsqueda de una solución.

Me llamó la atención que junto a la compañera mencionada, había tres hombres separando y repartiendo los periódicos por lo que exclamé que por qué ellos no ayudaban a resolver el problema de la repartición, a lo cual uno de ellos contestó que no era su trabajo, cosa que me indignó más.

Me pregunto qué culpa tienen los usuarios de estos servicios de mensajería de los problemas que tienen estas empresas.

O. Jiménez Larrudet

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