Resultó triste ver el espectáculo que, motivado por la necesidad de regresar a sus lugares de origen, vivimos en los primeros días del 2014, en especial el pasa-do sábado, día 4, en la Terminal de Ómnibus Interprovinciales de Las Tunas.

No por ser algo que se repite cada año y en determinadas fechas, fundamentalmente días de las madres, feriados por el 26 de Julio y días de fin de año, se adoptan por las autoridades medidas especiales para minimizar estos hechos, dejando a la improvisación las so-luciones.

No pienso sea solo responsable el Ministerio de Transporte en esta falta de previsión. Pienso que todo aquel que, como expresara Raúl en Santiago en el acto por el aniversario 55 de nuestra Revolución, defienda que esta Revolución es del pueblo y para el pueblo, todo el que pueda encontrar una forma de servirle, de hacerla feliz y de minimizar al menos una de sus dificultades, de-be también considerarse responsable.

El día antes señalado éramos más de mil, entre potenciales viajeros y familiares los que desbordábamos el local de dicha Terminal, espectáculo que se comentaba se repetía en Bayamo y otras ciudades del oriente cubano. Niños en el piso, ancianos sentados sobre sus equipajes, puertas del andén cerradas para evitar el trasiego de personas, pero a la vez impidiendo la normal circulación del aire, formaban parte de este espectáculo.

Todo esto, a mi modo de ver, evitable, en un país donde todo o casi todo se puede poner en función de una necesidad, ya sea esta un evento meteorológico o una amenaza del imperialismo. ¿Por qué no movilizar las guaguas Yutong que se utilizan para la transportación de estudiantes, si estos se encontraban de vacaciones? ¿Por qué no solicitar a otros organismos con este tipo de equipos su apoyo, aunque fuera para viajes cortos y liberar entonces los de la Empresa Nacional de estos servicios y poderlos utilizar en viajes largos? ¿Por qué no planificar combustible para es-tas situaciones?

Es increíble describir el abuso y la corrupción que se "destapa" en este río re-vuelto: choferes cargando una Yutong escolar detrás de la Terminal al precio de 10 CUC por persona, ¿de dónde salió, autorizado por quién?; choferes de Vía Azul "sin capacidades" para la taquilla de fallos cargando tres personas en la propia Terminal, solo después de haber dado marcha atrás, lógico, de haber cargado en la Terminal el dinero iba al Estado, de la forma que lo hizo ya sabemos cuál fue su destino; asienticos "portátiles" en las Yutong que nadie ve y que permiten a los choferes viajar en ellos para vender sus asientos de descanso o montar pasajeros adicionales, que en el primer caso, atenta contra la calidad del servicio al constituir una amenaza de agotamiento físico, capaz de provocar lamentables accidentes.

Para los que como yo tienen un hijo viviendo en la capital y para mi mismo hijo, acostumbrado a pasar estos días juntos, no es justo pedirnos que nos abstengamos de viajar como única forma de evitar estas situaciones, cuando pensamos que las soluciones puedan ser otras.

Ya esta situación pasó. La Revolución salió dolida al darles pie a sus de-tractores a culparla de todo lo acontecido. Pensemos en la próxima avalancha de viajes, seguramente para el "Día de las Madres" y demostremos que ¡Sí se puede!

Como conocemos, ETECSA y el país hacen un gran esfuerzo por emitir con cierta frecuencia las Guías Telefónicas que permiten conocer los números deseados cuando queremos comunicarnos con algún centro, para evitarnos viajes innecesarios.

Ocurre que cuando queremos utilizar este método, nos tropezamos con el inconveniente de que los números que aparecen en el mencionado documento no pertenecen al departamento o dirección original, porque de manera caótica han cambiado la disposición de una oficina o un buró. Esto provoca que la Guía no cumpla la función para la cual fue emitida.

También ocurre que existen organismos y empresas que omiten o no reportan todos los números de teléfonos disponibles y otros no reportan ninguno, provocando que la población no tiene adónde llamar para obtener la información desea-da.

Quisiera llamar la atención, teniendo en cuenta la importancia que en el mundo tienen las comunicaciones, para que en nuestro país que tantas dificultades tenemos con el transporte, podamos utilizar eficientemente algo que poseemos a nuestro alcance.

L. Hernández

Con cierto disgusto me dirijo a esta sección con el propósito de poner en su conocimiento y de todos quienes siguen lo que en la misma se publica una situación que ya hace historia.

En la cuadra de Milagros Oeste, entre Felipe Poey y Heredia, en la barriada de Santos Suárez, La Habana, desde hace ya muchos años existe un "salidero" de agua potable que ciertamente han re-parado o tratado de reparar en numerosas ocasiones, pero que persiste y en estos momentos (días pa--res del mes de enero del 2014 entre las 13:00 horas y la 01:00 horas) mis cálculos grosso modo es de que se está vertiendo a la calle alrededor de un galón de agua por segundo aproximadamente (alrededor de 40 mil galones en las 12 horas que se presta el servicio).

¿Qué hace Aguas de La Habana? Me motivó a escribir después de ver un spot en la TV alertando sobre el ahorro del preciado líquido, instando a evitar los goteos en las pilas... ¡Por favor, que alguien haga algo!

P. Sierra Figueredo

Les escribo como todos los usuarios de esta sección, que cuando tropezamos con una piedra en el camino acudimos a ustedes para que públicamente se explique la política establecida a seguir detrás de los hechos que ocurren y sirvan para que otros parecidos no se repitan, ahora expongo lo sucedido.

A las 2 y 30 de la tarde del 12 de enero compro un re-fresco de piña enlatado en el Punto de Venta de Bonachea perteneciente a la cadena TRD, sito en la calle Marcelino Diéguez (en el parquecito de esta comarca) en el municipio de Las Tunas, provincia Las Tunas, por un valor de 0.60 CUC. Allí mismo mientras la dependienta tramitaba el cambio del billete, le abrí a mi nieto de siete años de edad, el susodicho refresco, el cual se derramó completo, por estar fermentado, la compañerita que me atendió muy amable y correctamente me explicó que ella no podía cambiarme el producto porque la fecha de vencimiento no lo justifica, ni ponerlo como merma por abrirlo, estando consciente la misma y las demás personas que allí se encontraban que realmente aquel cuerpo extraño salió de la lata peor que cuando Aladino frota su lámpara mágica.

Al preguntar qué hacía, me reiteró que ella no puede hacer nada ya que si me da otro refresco es un faltante que ya tiene por el motivo de la fecha de vencimiento que es posterior a este hecho. Me dio los teléfonos de las oficinas de TRD (348240), de antemano me dijo que como es domingo no debía haber nadie, que existía un Puesto de Mando de TRD pero no aparece registrado en la guía telefónica, se lo solicité entonces al 113 y me dieron el 371575, que tampoco responde.

Les escribo porque no entiendo por qué la soga tiene que quebrarse por el lado más débil, ¿soy la culpable de lo sucedido y por tanto soy penalizada con 15 pesos de los que gano, por comprar un producto que no sirve? ¿Dónde están mis derechos?

Espero una respuesta de la entidad que corresponda, para comprender la esencia de este fenómeno.

Independientemente de la invitación que siempre nos hace Granma, estoy haciendo uso del artículo 63 de nuestra Constitución.

P. Alonso Fernández

Hoy me dirijo a ustedes con la esperanza de que alguna solución o respuesta me puedan ofrecer. Llevo 5 años visitando el municipio de Cárdenas, ciudad de las Primicias, provincia de Matanzas y desde entonces he visto que es una ciudad donde los caballos y las bicicletas abundan por montones, es impresionante la cantidad que existe, además de ser una ciudad que históricamente ha sido parte de nuestra Revolución.

Pero no entiendo cómo es posible que no existan calles y donde las hay es imposible transitar por ellas, es un desastre total y en tiempo de lluvias menos posible por las inundaciones que al momento se forman.

Nunca en todo ese tiempo he visto que las arreglen. Las guaguas que transportan a los trabajadores de Varadero cuando entran a Cárdenas obligan a los choferes a agenciárselas para poder llegar a su destino. Les pongo un ejemplo de una, a partir de la calle llamada Zaes y 24, no se puede apenas caminar por la cantidad de baches que tiene y las entrecalles son caminos llenos de agua y fango.

J. González Fernández