Publicada
el 29 de noviembre de 2013
Recibir la prensa es un martirio
Vivo en el municipio de Contramaestre de la
provincia de Santiago de Cuba.
Estoy suscrito a los periódicos Granma, Juventud
Rebelde dominical y Sierra Maestra, y recibirlos es un martirio, el
servicio es malo, en ocasiones se pasan días y no lo recibes o de lo
contrario llega con varios días de atraso.
He conversado en dos oportunidades con el cartero de
mi barrio, pero el problema se mantiene. Este mes el cartero no fue
a cobrar la prensa a la casa; y el 7 de noviembre del 2013 le
informó a mi suegro que yo debía pagarlo en el correo. Hace años que
he tenido suscripción a la prensa y siempre los carteros van a la
casa a cobrarla. ¿Será que cambió?
Soy médico de profesión y a la hora que salgo del
hospital ya la Oficina de Correos de Contramaestre está cerrada, la
misma cierra a las 4:30 p.m. hora de salida del hospital, pero si le
sumas que a partir de las cuatro de la tarde no puedes certificar
una carta porque ya no trabaja, en verdad el Correo cierra a las
4:00 p.m., aunque se mantengan abiertas las puertas hasta las 4:30
p.m. En ocasiones llegas a certificar una carta y si la empleada
salió, las que quedan no pueden hacer el servicio aunque estén sin
hacer absolutamente nada y tienes que esperar.
Ahora este mes no recibo la prensa por mal trabajo
del cartero y lo más probable que pierda la suscripción, en la casa
donde vivo siempre hay personas por lo que no había excusa para no
cobrar.
He preguntado en la cuadra a los vecinos que reciben
la prensa y lo mismo les sucede, hay días que nunca la reciben o
llega con días de atraso pero no se quejan, aunque a decir verdad la
inmensa mayoría son personas de la tercera edad.
Tema aparte merece el envío y recibo de cartas, hace
años soy miembro de la FECAP y jugar ajedrez postal por correo
ordinario es muy dificultoso por las demoras de las cartas y el no
recibo de las mismas aunque sean certificadas.
¿Es muy dificíl en nuestro país que un cartero y el
Correo cumplan y satisfagan a sus clientes? ¿Quiénes o quién
controla todo este mal trabajo? ¿Hasta cuándo se seguirán publicando
quejas como esta en la prensa cubana?
Me gustaría que alguien me diera respuesta y
solucionara el problema para poder recibir la prensa y no perder la
suscripción, y sobre todo que acabe de mejorar el servicio que
presta el Correo, realmente es muy penoso que a estas alturas sea
muy difícil repartir la prensa con eficiencia.
R. Au Cardero
El bagazo tiene problemas con la vivienda
Soy del municipio de Bartolomé Masó Márquez,
provincia de Granma. Todo empezó en diciembre del 2012, cuando los
residentes del lugar comenzamos a observar movimientos de materiales
en el patio del central azucarero de igual nombre que el municipio.
Rápidamente se conoció que el objetivo era construir
"la casa del bagazo" para que el bagazo mantenga los parámetros
requeridos en su uso como combustible y sea mucho más eficiente.
Todos nos alegramos pues pensamos que sería muy bueno para todos;
lamentablemente no fue así.
Nuestro municipio es pequeño, se ha desarrollado y
ha crecido en torno a la principal industria antes mencionada. En
torno a la fábrica se desenvuelve la vida económica, administrativa,
política y social del territorio como es de suponer.
Muy próximo a los límites del central pasa la
principal vía del municipio, en la cual está ubicada la terminal de
ómnibus y camiones particulares, además una de las piqueras de
coches, también está el depósito de los vagones con caña que
abastecen la industria. De aquí podemos deducir que el movimiento de
personas y vehículos es caótico y a eso súmesele lo de los vagones
de caña que bajan con frecuencia hasta el basculador.
En el proyecto de la casa del bagazo, el mismo cae
de una altura que debe estar cerca de los ocho metros del suelo. En
el periodo de zafra sopla constantemente el viento con fuerza.
Resultado: el bagazo va a dar a la terminal, la calle, viviendas
aledañas, unidades gastronómicas y quien sabe donde más.
Actualmente no se ha terminado la construcción, al
parecer este año la zafra también tendrá retrasos, los lugareños y
visitantes del lugar sufriremos nuevamente la presencia de un cuerpo
extraño en nuestros ojos, o el riesgo de ser atropellados por un
carro, por la imposibilidad de mirar al frente. Bajará la asistencia
a las escuelas y centros de trabajo, se incrementarán las consultas
en oftalmología y disminuirá la producción y los servicios, todo
porque después de un año el bagazo no ha resuelto su problema con la
vivienda.
A. Cordoví Rosabal
La indolencia de Comunales debe desaparecer
Por estos días el tema de la recolección de basura se comenta por
doquier y el municipio de Boyeros no escapa a tal problemática. Hace
poco comentaba con mi delegado sobre la situación existente por la
presencia de un megavertedero en la prolongación de la calle 327,
haciendo esquina con la calle 170 del reparto Lutgardita.
En dicho lugar se ha creado un megavertedero que, por cierto, con
demora en la recogida de basura, a tal punto que llegó al cierre
total de la calle por donde no podían pasar ni transeúntes ni
vehículos, con la propagación de roedores y vectores que pululaban
por toda la calle.
¿Por qué llegar a tal situación?; ¿por qué demorar la recogida de
basura?; ¿por qué convertir una calle en un vertedero municipal?;
¿hasta cuándo la indolencia de los organismos encargados de esta
tarea se va a imponer?
En estos momentos, cuando muchas enfermedades infecciosas están
apareciendo nuevamente en el contexto epidemiológico del país, la
indolencia de estos organismos debe desaparecer.
J. C. Laurencio Espinosa
Ventanillas cerradas en CADECA
Mi planteamiento está en que acabo de llegar a la CADECA de
Ayestarán y San Pedro: mucha cola y una sola ventanilla trabajando y
tres cerradas. Es la tercera instalación que encuentro así. Esto
ocurre a menudo. Se han invertido recursos y se gasta energía. Hay
empleados cobrando, es lógico deducirlo. Pero la relación
ventanillas abiertas-cerradas parece ser del 20 % de aprovechamiento
abiertas.
No es responsabilidad de los puntos de servicios. A todas luces
es un asunto a nivel de la administración en la ciudad. ¿A qué
organismo central pertenece esta institución? Pues creo que deben
hacer cambios significativos en la dirección provincial.
F. Fernández Varona
Desde la óptica de un lector-cobrador
Uno de los temas que con mayor frecuencia se tratan
en las páginas del periódico es la sensible relación
consumidores-prestadores de servicios. Generalmente son los
consumidores los discrepantes de los segundos, pero en esta ocasión
quisiera exponer algunos criterios personales en dirección opuesta.
Soy lector-cobrador de la Unión Eléctrica y, por la
importancia del tema y lo abarcador que este es, pienso que debe ser
traído al debate general. Ocurre que en esta difícil relación de
cobrar dinero a la población, se olvidan cuestiones elementales que
deben tenerse en cuenta para el normal desarrollo de esa
correspondencia. Las iré desglosando poco a poco.
1. No se debe olvidar que la erogación monetaria que
se realiza por el consumo eléctrico corresponde a un servicio ya
recibido poco más de un mes atrás.
Pongamos un ejemplo concreto. En el mes de
septiembre se está cobrando lo consumido entre los últimos diez días
de julio y unos veinte días de agosto. Es importante tener eso en
cuenta, por lo que expondré más adelante. Para muchos —demasiados
para mi consideración— tal compromiso y obligación son negociables y
estiman que pueden honrarlos cuando lo consideren conveniente. Claro
que existen los mecanismos necesarios para hacerlos comprender, pero
generan confrontaciones y fricciones, a veces innecesarias por
olvidar los deudores lo antes expuesto.
A veces acudo a un ejemplo extremo para hacer ver a
los morosos una cosa que es evidente: a nadie se le ocurriría ir a
una farmacia a adquirir un medicamento (por muy enfermo que esté el
paciente) sin el dinero correspondiente. Los servicios eléctricos y
telefónicos se pagan mucho después de haber sido consumidos. Todos
los demás servicios se pagan al momento de recibirse.
2. Entre julio y agosto ocurre el pico de consumo
eléctrico en los hogares cubanos debido a varias razones: padres e
hijos están de vacaciones en casa con el consiguiente incremento de
horas sentados ante los televisores (a veces hasta altas horas de la
noche o de la madrugada, siguiendo algún evento deportivo
transmitido desde las antípodas); abriendo los refrigeradores
constantemente para mitigar el agobiante calor (conozco por
experiencia el comportamiento de los hijos ante los refrigeradores:
lo abren y buscan pacientemente dentro de ellos lo que desean, a
veces compulsados por la inextinguible sensación de hambre o sed que
padecen en la adolescencia, por demás señal de que gozan de buena
salud). Demás está decir el esfuerzo constante y permanente que debe
realizar el equipo de refrigeración para llevar de nuevo la
temperatura interior hasta la fijada por el termostato. Con
frecuencia en esta época permanecen funcionando más de un ventilador
para refrescar el ambiente.
No olvidar que en el tiempo analizado el promedio de
la temperatura ambiental es el más alto. Una ley física elemental
que muchos tratan de olvidar es que el consumo eléctrico es
directamente proporcional a la temperatura ambiental. Y lo traigo a
colación, porque con frecuencia se argumenta que se tienen los
mismos equipos y que por tanto se debe consumir lo mismo todos los
meses. Craso error. Sería bueno que especialistas trataran en la TV
cómo se comporta el consumo eléctrico a través del año en los
hogares cubanos, pero de manera amena, gráfica y asequible para
cualquier persona.
3. A menudo en nuestras relaciones perdemos las
perspectivas en los diferendos a los que nos vemos abocados, y
acudimos a las ofensas para imponer nuestros criterios a falta de
razones válidas que sustenten nuestros puntos de vista. No pocas
veces me han tildado de cosas que no son publicables... , por
pundonor. Pero por ética y profesionalismo las he obviado. ¿Cómo es
posible tildar de ladrón a una persona que le presenta una factura
oficial y le cobra exactamente lo que dice en ella? Se podrá culpar
al que la trae que se equivocó en la lectura reflejada, pero eso no
lo convierte en ladrón.
Siempre trato de enseñar a mis consumidores cómo
leer sus metro-contadores y calcular sus gastos para no dejar en
manos de otros el control de su consumo. Sin embargo, las respuestas
son pueriles: "eso es muy complicado para mí", "yo no tengo tiempo
para eso... ", etc. Cuando los llevo al convencimiento de que lo
reflejado en las facturas es lo consumido por ellos, entonces le
echan la culpa al metrocontador (la inmensa mayoría recién
sustituidos por nuevos y garantizados equipos) y amenazan con ir a
la compañía a solicitar un inspector. Les recomiendo siempre que
antes de hacerlo revisen sus equipos e instalaciones interiores
antes de que pierdan su tiempo y se lo hagan perder a los demás.
4. El cobro por el consumo eléctrico se basa sobre
un método deslizante en el que más consume, más paga. Viene bien
explicadito en el aviso que se entrega a comienzo de cada mes, pero
se obvia olímpicamente por algunos que se resisten a pagar por lo
que consumen. Permítanme un poco de sarcasmo: debería hacerse como
con los chóferes a quienes antes de entregarle una licencia para
manejar, deben aprobar un examen previo. Pues bien, cada cual
debería aprobar un examen de control de su gasto energético. Sé que
eso en inviable, pero ¡cuánta energía se ahorraría y cuántos
disgustos se evitarían!
Quiero terminar, no con el pesimismo por los
problemas existentes en estas difíciles relaciones, sino
agradeciendo a todas las personas (les aseguro que son mayoría) que
nos tienden su mano fraterna para brindarnos un vaso de agua fría,
un refresco o un buchito de café a fin de mitigar nuestras penurias
provocadas por el tórrido sol o las molestas lluvias, y cumplir así
con nuestras tareas desde la humilde trinchera que nos han asignado.
A ellos, muchas gracias. A los que nos ofenden... , los compadezco,
pues son solo pobres personas que al hacerlo se desvalorizan ellos
mismos.
A. Gómez Falcón
La otra cara de la electricidad
Mi esposa y yo, trabajadores del Centro de
Inmunología Molecular, sufrimos el maltrato de los compañeros de la
Empresa Eléctrica de Fontanar, pues es la segunda ocasión que nos
cortan la luz pagada tempranamente en el cajero automático.
Ya le informamos al cobrador la primera vez que
nosotros por nuestro régimen de trabajo (salimos a las 6:30 a.m.) y
llegamos a la casa en Fontanar cerca de las 8:00 p.m., teníamos la
necesidad de hacerlo por esa vía pues incluso trabajamos los
sábados, y él sencillamente respondió: "Eso no funciona y no es mi
problema". Con esa respuesta intentamos explicarle que además
tenemos un niño pequeño de 4 años y no es fácil llegar de noche a la
casa para preparar la comida y no tener corriente eléctrica porque
alguien no está haciendo su trabajo.
Llamamos a la Empresa Eléctrica del municipio de
Boyeros y allí nos atendió una señora muy amable y muy comprensiva
que nos dijo que el cobrador estaba autorizado a cortar la luz y
ellos tenían hasta 48 horas para restablecerla. ¿Entonces tenemos
que sufrir el mal trato de no tener electricidad durante dos días al
menos?
M. Hernández Ruiz
Edificando la ilegalidad con los materiales de
construcción
Múltiples han sido los criterios emitidos por la
población acerca de la venta de materiales de construcción por parte
de los organismos del Estado, como múltiples han sido las respuestas
dadas por las diferentes instancias del gobierno, ya sea a través de
la prensa, la Mesa Redonda, el NTV, entre otras, pero..., el
resultado sigue igualito, y me refiero al desabastecimiento de
materiales, al acaparamiento por parte de personas inescrupulosas
que luego revenden los mismos productos que escasean, todo esto sin
el debido control, y lo más triste, a la vista de todos, porque no
es menos cierto que cuando los carretoneros, como es el caso del
rastro de la localidad de Santa Fe, municipio de Playa, amanecen
diariamente allí, amparados por una licencia de cuentapropista, para
transportar, no para revender, y eso es lo que hacen, acaparan los
productos que más escasean como son los áridos, cemento, acero y
más.
Entonces me pregunto, ¿no existe ningún mecanismo
estatal que regule, controle y ponga fin a este negocio que se está
edificando deliberadamente y que perjudica a la población?, ¿no
cuenta el Estado con organismos con la autoridad suficiente para
tomar medidas al respecto?
V. Sánchez Borrego
Los pesos y las pesas en el comercio
Quisiera abordar el tema del sistema de pesaje que
se aplica en el comercio.
La mayoría de los comercios minoristas trabajan con
las pesas heredadas de antes del 59, tal parece que cambiaron muchas
cosas en el comercio pero ellas se resistieron y aún están ahí como
recuerdo de otros tiempos.
Se utilizan las pesas llamadas de pata de gallina
que por el lado del dependiente marca el peso en libras y por el del
cliente en kilogramos, estas pesas con un fiel infiel, en manos de
dependientes ágiles son nuestras "fieles servidoras". Sé que se les
coloca un sello que certifica su "óptima funcionalidad". Observo una
contradicción al ver que se están vendiendo pesas electrónicas, con
capacidad de entre 12 y 15 kg en MN en un precio en el entorno de
los 800.00 pesos, según indagué con un funcionario de PEXAC,
fabricadas en Cuba.
Me pregunto: ¿Por qué esas pesas no están
disponibles para las bodegas? Quizás la producción sea limitada y no
cubra la demanda del país. En Ciego de Ávila hay placitas con
condiciones óptimas y pesas electrónicas donde usted ve el peso y el
valor de lo que compra.
Estamos acostumbrados a que nos vendan por mazos,
bultos, latas, jarros.
¿Cuándo adoptaremos el sistema internacional de
unidades? ¿Qué cuesta establecer en determinados lugares sistemas de
pesaje en los que se preste el servicio, no gratuito, en el que se
pueda comprobar imparcialmente cualquier peso o medida?
Solo citaré un ejemplo de lo que nos sucede, por
estas cosas.
Mi hijo mató un cerdo y lo pesó donde vive, lo
contrató en Holguín, al llegar y pesarlo en el lugar donde se lo
comprarían para venderlo en un mercado, pesó 10 libras menos, al no
haber un lugar neutral y no disponer de tiempo, tuvo que aceptar el
pesaje y seguro perdió.
Debe ser una política del comercio vender pesas a la
población a precios que no tengan el 250 % de ganancia para que
estén al alcance del consumidor y así la gente sepa cuánto compra y
cuánto paga.
L. Pantoja
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