Publicada el 6 de septiembre de 2013

Caja de Resarcimiento. Misión imposible

Leyendo la sección Cartas a la Dirección me percato que la situación del compañero C.M. Smith Ordóñez en cuanto a la Caja de Resarcimiento es muy similar a la mía, pero en mi caso en vez de dos años, son tres los que han trascurrido desde la fecha de reclamación (16/09/2010).

Parece que esto es un mal generalizado, soy de la provincia de Holguín y desde principios del 2011 estoy comunicándome con la compañera Cristina, la cual generalmente se encuentra viajando a La Habana buscando cheques, la respuesta siempre es la misma: "no ha llegado su cheque", en más de una ocasión he decidido desistir, pero ¿por qué lo haría si es un derecho como ciudadano que se me pague la indemnización por el daño causado?, el sancionado ya está en la calle y yo todavía no recibo mi pago. ¿Qué mecanismo es el que está fallando? ¿Por qué la demora en cumplir el pago?

La causa referida es la 310/2010, del Tribunal Provincial. Sección 1ra.

A. Mariño Pérez

¿Por qué creamos “prohibiciones” que se prestan para cualquier cosa?

Vivo en la ciudad de Sagua la Grande, un pueblo que en cuanto a indisciplina social e ilegalidades tiene un amplio camino por resolver, pues así lo vemos y lo discutimos en cada esquina sus ciudadanos.

En esta ocasión me voy a referir a dos situaciones que he estado observando hace algún tiempo y las pongo a disposición de los lectores de esta sección buscando la reflexión.

En primer lugar hace ya más de dos meses, cuando viene a mi casa el compañero de la Empresa Eléctrica a tomar la lectura del consumo de mi metrocontador me explica que no puede decirme en ese momento cuál ha sido mi consumo pues está "prohibido". Pregunto a mis compañeros de trabajo que viven en diferentes áreas de la ciudad para comprobar si era un problema único de mi zona y resulta que no, a todos les ha sucedido lo mismo.

Aprendí a leer yo mismo mi metrocontador, tomo cada día el consumo para saber y planificarme para el resto del mes y cuando viene la cuenta "a ciegas" porque me siguen insistiendo que está prohibido, siempre me viene de 20 a 30 pesos por encima de mi lectura personal y por más que reclamo me dicen que seguramente no sé tomar el consumo de manera correcta. Pues ahora quién me explica a mí y al pueblo por qué no tengo derecho de saber en el momento cuánto consumí, si es mi gasto eléctrico, por qué no puedo saberlo con tiempo y poder planificar mi salario con antelación a la fecha de pago en las oficinas de la Empresa Eléctrica.

Otra situación que hemos estado viendo en un servicio recién nacido y ya viene con "problemas" desde pequeño y me refiero al servicio de Internet instalado en el Centro de Multiservicios de Etecsa en Sagua la Grande; el servicio está bien pensado para mejorar la informatización de nuestro pueblo, la conexión es buena, pero una vez más la mano del hombre rompe los beneficios, pues estamos hablando de un servicio caro, si se tiene en cuenta el salario medio de la población, y aún así ya se lucra con él.

Pues en este Centro está prohibido llevar dispositivo USB o de cualquier otro tipo para guardar información, entonces si necesito enviar un documento o archivo adjunto en un correo electrónico no lo puedo hacer, pero entonces aparece la palabra mágica de otro usuario que te dice si "ayudas" a la muchacha que está trabajando hoy, te permite cuando no hayan muchas personas conectar tu memoria flash y hasta te compacta las fotos para que se envíen más rápido en el mensaje.

Tenemos que combatir los problemas de frente y denunciar lo mal hecho sin mucha teoría, tal y como se ve, porque cada cosa tiene su nombre y hay que llamarla como es.

N. Pérez Sosa

Respetar el contrato es defender los bienes del pueblo

En el año 2013 los campesinos de la CCSF Abel Santamaría de Quivicán, sembraron sin firmar contratos, tampoco firmaron las dos hojas llamadas Modelo Consolidado para la Contratación de las siembras y ventas al Estado de la producción agropecuaria, quiere decir que sembraron y están cosechando y entregando al Estado sin el documento oficial que es el Contrato, además esta cooperativa nunca ha hecho contrato individual con los productores.

Los campesinos sembraron frijol bajo esta circunstancia sin firmar contratos, les entregaron el paquete tecnológico dos meses después que se efectúa la siembra, las siembras cogieron plagas y la cooperativa no fue a la Comisión de Sanidad Vegetal para reportar esta situación, donde ahora por el incumplimiento de la entrega de los frijoles por el campesinado lleva una multa.

En la asamblea de campesinos de agosto el Presidente de la cooperativa y el administrador expresaron que ellos fueron tres veces a la Comisión de Sanidad Vegetal no había nadie, pero tuvieron tres meses para hacer este trámite. Otras cooperativas certificaron su frijol por enfermedad. A quien hay que poner la multa por negligente e irresponsable, es a los directivos de la cooperativa que agregaron además, que son dos y que tenían mucho trabajo.

Pero además cómo vas hacer un plan de producción del año, entregarlo a la ECV 19 de abril sin tener un sostén productivo que son los contratos individuales de las fincas y campesinos, cómo vas a entregar un paquete tecnológico para las siembras del frijol si no existe un respaldo legal que proteja al Estado y al campesino.

En la asamblea general de campesinos el administrador dijo: vamos a chequear el cumplimiento del plan de producción, y yo pregunto: ¿de qué plan de producción se está hablando, y de qué cumplimiento se está hablando? Se incumplió en el tomate de industria y el tomate se pudrió en el campo y el campesino perdió recursos del Estado, el producto y sin poder demandar a nadie porque no tiene nada que lo respalde jurídicamente.

Que paguen los responsables, que sean sustituidos por gentes capaces y preparadas; en estos tiempos que vivimos tiene que dirigir el que está preparado integralmente, el que no sabe no puede dirigir, la cooperativa, no es para vivir de ella sino aportarle a ella.

R. Leyva Mateo

Ha faltado sistema de trabajo para restituir la disciplina perdida

La batalla contra el delito, la corrupción y las ilegalidades en general, tan necesaria como vital en nuestra sociedad, no es tarea por encargo y mucho menos un fenómeno social para resolver en corto tiempo. Se trata de un proceso complicado, con un entramado de manifestaciones de conductas retorcidas en personas, grupos sociales y colectivos laborales, cuyo máximo común múltiplo es el reblandecimiento de valores claves como la honestidad, la honradez y la laboriosidad.

No podemos ni debemos entretenernos en el combate de estas manifestaciones, y el enfrentamiento demanda penetración, neutralización y sanciones; estas últimas acorde con la naturaleza, alcance y repercusión de los hechos detectados.

Tenemos el sagrado deber de formar una generación más educada y culta en el respeto a la legalidad, el reforzamiento de los valores más universales y por encima de todo, la responsabilidad de preservar nuestro socialismo, su obra y los principios que la animan.

Pienso que en esta batalla ha faltado sistema de trabajo para atacar las causas y poder definir un orden, restituir la disciplina perdida y al mismo tiempo desarrollar la cultura de respeto a la ley.

Como dijo el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, en la clausura de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su primer periodo de sesiones de este año, y cito: "Se ha abusado mucho de la nobleza de la Revolución".

Considero que la gama de delitos presentes en la realidad cubana de hoy tiene en su base general, la impunidad, lo cual es expresión de esa falta de sistema de trabajo para lograr no solo, unidad de criterio, existente ante el fenómeno, sino de acción y de mando. Las más debilitadas en esta compleja labor.

De esa impunidad se deriva un conjunto de causas muy dañinas para consolidar el sistema necesario ante tales manifestaciones en la vida social, económica y productiva del país.

—Las pobres medidas administrativas ante reiteradas violaciones detectadas por el Control Interno en no pocas entidades laborales productivas y de servicios.

—La poca o ninguna combatividad de las organizaciones de masas en centros laborales.

—La tolerancia de un grupo de administraciones ante la falta de control y chequeo de los recursos asignados para cumplir los compromisos productivos.

—La incapacidad de no pocos cuadros, directivos, funcionarios y especialistas en los más variados sectores para enfrentar con éxito sus tareas.

—Los análisis repetitivos de incumplimientos similares, por mucho tiempo y no pasa nada.

—No llegar a las causas de los problemas y quedarse solo en las consecuencias, los pretextos como justificaciones, el discurso reiterativo de años anteriores y lo que es peor, la ausencia de planes de acción coherentes y específicos.

—El trabajar casi siempre bajo la tiranía de lo urgente (crisis del proceso directivo), en detrimento de lo verdaderamente importante, en una gama nada despreciable de sectores, empresas y ramas de la producción y los servicios. Un ejemplo: el trabajo publicado en este diario el pasado 27 de agosto de este año, referido a los incumplimientos en la transportación de cargas. Habrá que capacitar mejor a nuestros empresarios.

—No por dejarla para último la considero menos importante: La poca aparición en nuestros órganos de prensa, especialmente en los provinciales que mucho pueden hacer, de las medidas ejemplarizantes para frenar, hacer retroceder y detener las ilegalidades, indisciplinas sociales y hechos de corrupción presentes en nuestra realidad.

La vergüenza a la que hizo alusión el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, nos convoca a combatir estas causas, a cerrarle el cerco al delito económico, la corrupción y la falta de disciplina social. La cultura de respeto a la legalidad debe ir acompañada del respeto, la medida y el sistema, si buscamos el éxito en esta batalla.

G. González Quesada

¿Apagones programados o averías continuadas?

Esta misiva tiene el objetivo de plantearles una preocupación y queja sobre un tema muy delicado y sensible para la población y que ha venido ocurriendo en los últimos días en la zona donde resido.

En uno de los circuitos del Barrio Cayo Hueso, municipio de Centro Habana, han venido ocurriendo en los últimos días, frecuentes y continuados apagones, lo que acarrea el inevitable malestar de la población que allí reside, ¿por qué la desconectan?, ¿es apagón programado?, si así fuera debía salir publicado en la prensa; la semana anterior nos la quitaron al menos un día, pero luego la quitaron el sábado de 10:30 a 12 de la noche, el domingo de 8 a 9 de la noche y el lunes 2 de septiembre, día de inicio del curso escolar, de 8 a 11 de la noche; ¿serán averías continuadas?, es curioso, porque coinciden en los horarios, además de que recientemente fuimos objeto, como otras zonas del país, de los arreglos de las redes eléctricas, entonces, ¿de qué se trata?

Por lo sensible de la situación que no solo molesta por la oscuridad, sino por la hora en que ocurre, cuando las trabajadoras están enfrascadas en la tarea de preparar la alimentación para su familia, y, como en el caso del domingo las madres, padres o abuelos, preparando las cosas de sus hijos, los que seguramente habrán tenido que realizar después de las 11 de la noche, y si lo dejaron para el lunes, estarían con el credo en la boca, esperando que a las 8 en punto, les vuelvan a dejar sin electricidad.

N. Lainé Oquendo

¿Derechos del consumidor?

Soy jubilado, 69 años de edad. Los espejuelos se me rompieron a principios de julio. Después de varios días de gestiones: 1) para ver al médico de la familia que nos corresponde y obtener una remisión a la oftalmóloga del policlínico; 2) allí obtener un turno, dado para unos días después; 3) asistír a la consulta del día indicado (17 de julio); al fin pude obtener la receta correspondiente para poder encargar los espejuelos que necesito.

Estaba esperanzado que tendría una rápida solución para poder reparar mis espejuelos, pues había escuchado comentarios de varios compañeros sobre las "ópticas en moneda nacional" que "habían mejorado, la calidad y rapidez de sus servicios". Ese mismo día fui a la óptica de Línea entre 6 y 8, Vedado, con la receta y la armadura metálica, en buenas condiciones ya que había tenido poco uso, de la cual se me había roto uno de los cristales. Después que comprobaron la calidad de la armadura, ser posible su reutilización y que tenían los cristales indicados, pagué lo establecido para el trabajo a realizar y me dieron el comprobante de la solicitud y pago efectuado.

Primera sorpresa: Me dijeron que debería llamar al teléfono 830 4566, dentro de ¡30-45 días! (no era tan rápido como me habían dicho) para comprobar si ya estaban listos, pues no me podían indicar una fecha concreta en que estarían listos los espejuelos. Y me pregunto: ¿por qué no saben el tiempo para hacer un trabajo concreto en que tienen tanto la armadura como los cristales?

Transcurrido más de un mes (24 de agosto) llamé al teléfono indicado, y después de muchos intentos, pues o estaba ocupado o no respondía, la persona que me atendió me dijo que ya mis espejuelos estaban listos. Fui expresamente a buscarlos, ya reparados, pero... ¡No, era un error! Aún no estaban listos. La recepcionista que me atendió indicó que llamara de nuevo, una semana después, el sábado 31 de agosto.

Después de varios intentos para comunicarme telefónicamente se me informa que ya mis espejuelos están listos. Fui de inmediato a buscarlos. Me atiende la misma recepcionista de la semana anterior y que había respondido mi indagación telefónica y me dice, de nuevo, ¡que no estaban listos! Parecía una burla.

Esta vez, a diferencia de la primera ocasión, me incomodé. Me respondieron, ella y otros dos trabajadores de la óptica que estaban en la recepción, con explicaciones y justificaciones de distinto tipo como que había habido un error, que el error no era de ella, que ella es la que "da la cara", que en vez de bifocales en el taller habían hecho monofocales; que la indicación en el libro de control de los trabajos estaba mal reflejada, y no actualizada, que las responsabilidades eran de otras personas, la administradora, el que había hecho mal los espejuelos, etc. Y de nuevo, me dijo que debía llamar el lunes próximo, pero en esta ocasión directamente a la administradora.

Le comenté a la recepcionista, molesto, que yo lo que quiero son mis espejuelos, no seguir con la pérdida de tiempo inútilmente llamando por téléfono, visitando la óptica, oyendo excusas y justificaciones, etc., que todos esos errores de quien hayan sido, son un problema del trabajo colectivo de la óptica en su conjunto, y entre ellos son los que tienen que resolverlo. El cliente paga por resultados, no por justificaciones por no hacer lo solicitado.

Y me pregunto, ¿por qué la(s) mala(s) calidad(es) de otros tienen que afectar solo al cliente? Considero que un generalizado y frecuente "Disculpe por las molestias ocasionadas" no es suficiente y lo peor, ni contribuye a solucionar que no se repitan los errores y malas calidades. Por ejemplo, en mi caso, en lo que no hay justificación para lo injustificable, ¿quién me retribuye las dificultades de tener que estar todos estos días sin poder disponer de los espejuelos que necesito, tener que estar pendiente para no olvidar tener que dedicar tiempo llamando por teléfono al establecimiento en cuestión (generalmente se requieren muchos intentos por estar la línea ocupada) y visitando infructuosamente la óptica, a recoger los supuestamente listos espejuelos? ¿Quién me retribuye ese tiempo que me han hecho perder, los recursos empleados para ir y regresar a la óptica más las molestias e incomodidades motivadas? ¿A quién se podría demandar por ello?

V. Pina Tabío

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