Publicada
el 16 de agosto de 2013
La guerra de los decibeles o Invasión a los tímpanos
Se ha abusado de la nobleza de la Revolución, de no
acudir al uso de la fuerza de la ley, por justificado que fuera,
privilegiando el convencimiento y el trabajo político, lo cual
debemos reconocer que no siempre ha resultado suficiente.
Me referiré directamente al asunto que quiero
abordar.
Esta carta bien pudiera llamarse La guerra de los
decibeles o Invasión a los tímpanos. Vivo desde que nací, hace más
de 50 años, en un área de tradición dentro del Carnaval Santiaguero
y jamás había percibido tanta invasión al oído y tan alta la
potencia de la música en esos baffles monstruosos y con los
tonos bajos a todo dar repiten hasta la estridencia. Todo era
indescriptible al oído. No se oye el timbre de la puerta; no se oye
el teléfono ni se puede hablar por él; no se puede ver la televisión
ni oír la radio y casi no se puede convivir. Hay que salir para
buscar tranquilidad en casa de algún familiar o vecino lejano para
escapar del ruido infernal que te invade hasta las 4:00 o 5:00 a.m.
(casi 20 horas diarias). Han puesto un kiosko de Palmares que va de
acera a acera, en el centro de la cuadra, en la que tradicionalmente
se sitúan otros dos en los extremos, ocasionando la imposibilidad de
sacar tres motos estatales de vecinos que laboran con ellas, y el
mismo tiene un par de baffles de seis pies de alto con una
potencia de más de 100 watt que acaba con cualquier tímpano sano. En
mi casa habita mi tía, una anciana de 92 años que no puede evadirse
de la bulla; en la cuadra coexisten otros venerables ancianos
octogenarios en igual condición. Esto no es un área abierta como el
parqueo del Guillermón Moncada o como las áreas de las plazas
existentes en la ciudad donde las ondas pueden expandirse sin
obstáculos, ni ecos, ni retornos, sin feed back. Es un abuso
auditivo imponer esos monstruos en áreas de viviendas, casi dentro
de las casas, en cuadras cerradas y más aun cuando a menos de tres
metros de distancia entre un baffle y otro hay otro grupo de
baffles del kiosko de ARTEX con otra música, tratando de
imponerse al ritmo atroz del anterior, en una guerra de decibeles o
invasión a los tímpanos de los vecinos inermes, víctimas de la
competencia despiadada de la bulla, no de la melodía ni de la buena
música. Eso no es divertido.
Disculpen, no acabo: a media cuadra, a 20 metros, en
la intercepción de Santa Rita y Calvario hay otro grupo de
baffles que en la tarima tradicional exponen también música.
Como verán, al unísono hay tres monstruosos juegos de baffles
con música distinta y a toda potencia desplegada; simplemente ningún
mortal común puede oír nada, ni discernir música alguna, para
bailar, ni conversar. Se es simplemente la víctima de la guerra de
los decibeles. Entonces me pregunto y propongo: si existe más de una
norma jurídica que determinan los decibeles admisibles al oído
humano, ¿por qué no se cumplen? ¿Por qué no se norman los espacios,
las distancias entre grupos de baffles, los horarios de
audición, los niveles de volumen, acorde a cada hora del día o la
noche, que permitan el descanso a los que trabajamos y a los demás
niños y ancianos que también lo necesitan? ¿Por qué no se aplican a
través de los grupos de inspectores existentes las multas por las
contravenciones a la ley por su incumplimiento?
Dejar claro que para nada estoy en contra del
Carnaval, de la verdadera Fiesta Popular, de la celebración al
esfuerzo y al trabajo, de la conmemoración patria; para nada. Nada
más merecido para este heroico y noble pueblo, que una vez más se
levanta con con la ayuda de todos y demuestra su hidalguía, su
rebeldía y heroísmo. Pero que sea con orden, con el cumplimiento de
lo establecido en las normas, con organización, con planificación y
con control.
L. V. Méndez López y vecinos
Inversión inmovilizada, servicios que no se dan
El que suscribe es un trabajador del Servicio de
Cirugía Refractiva del Hospital Provincial Docente Celia Sánchez
Manduley, de Manzanillo, donde desde el año 2007, gracias al
Programa de Desarrollo de la Oftalmología que se produjo en el país,
se instaló el equipo de Excimer Láser, el cual permitió realizar un
número significativo de cirugías con magníficos resultados y elevada
satisfacción por parte de los pacientes.
Lamentablemente, desde el pasado mes de junio del
2012, por dificultades con el clima de nuestro salón, un importante
número de pacientes no han podido ser operados por dicha situación,
la cual ha sido de conocimiento de todas las instancias
administrativas y políticas de nuestra provincia, específicamente
los funcionarios de la empresa Copextel, que está a cargo del
mantenimiento y reparación de este clima.
Todo este tiempo he sido testigo de la morosidad y
la lentitud, así como la falta de sensibilidad y responsabilidad de
esta empresa, que a lo largo de un año no ha resuelto estas
dificultades, ocasionando insatisfacciones en pacientes y
trabajadores e incluso poniendo en riesgo el estado del equipo
láser, donde las condiciones de humedad y temperatura deben
mantenerse estables una vez que el equipo está instalado. Este
equipo es muy sensible y requiere temperaturas y humedad estables en
su local; dicho sea de paso, el Esiris (nombre del equipo de cirugía
láser) tiene un alto costo para el país.
O. Profet. Y V. Mailo, Dpto. Cirugía Refractiva HQCD
Celia Sánchez Manduley
Nada sustituye el papel que a cada cual nos
corresponde en nuestro puesto de trabajo
Me ha motivado escribirles el reciente reportaje
transmitido por la televisión, en el que se exponen los penosos
hechos ocurridos en el Jardín Botánico Nacional. Aunque sin duda
estos resultan dolorosos y casi espeluznantes, sobre todo para los
que amamos la naturaleza, además de ser fieles defensores de la
lucha contra cualquier tipo de delito, me parece muy saludable que
se expongan estos resultados investigativos por los medios de
comunicación masiva y que se haga con todos los detalles que sean
posibles, fundamentalmente en relación con los responsables
principales de estos actos, pero el reportaje me ha dejado un gran
sinsabor, que espero sea solo por razones de divulgación de la
información.
Es innegable la actuación totalmente inescrupulosa
de los implicados, pero ¿qué sucede con los responsables de la
custodia de tan importante patrimonio natural del país, o sea, los
directivos y todos los trabajadores de esta insigne institución?
¿Cómo estos profesionales explican que en un periodo aproximado de
dos años les hayan usurpado casi 40 joyas forestales (27 caobas
africanas y 11 tecas, creo que precisa el reportaje)? ¿Es posible
talar, desgajar, trasladar¼ esta cantidad
de árboles sin que los garantes de su custodia se percaten o puedan
tomar las medidas en el momento oportuno? ¿Qué pasó después de que
se percataron (si así ocurrió) de las primeras manifestaciones, o
sea, qué pasa después de que me roban el primer árbol?
Estas y muchas otras interrogantes no dejan de
palpitarme y este es solo uno de los tantos hechos que vemos a
nuestro alrededor, muchos de los cuales se han "divulgado" en los
últimos tiempos. Yo, al igual que muchos jóvenes cubanos, creo que,
como dice ese magnífico trovador matancero, Tony Ávila, "(¼
) aunque en mi casa me siento contento, hay cambios que mi casa
necesita (¼ )" y dentro de ellos podemos
pensar, por citar solo dos ejemplos, en el rescate de una Policía
Nacional Revolucionaria con más fuerzas para combatir hechos como
este o leyes más severas, pero, a pesar de mis pocos años vividos,
creo que nada sustituye el papel que a cada cual nos corresponde
jugar en nuestro puesto de trabajo, cualquiera que este sea, tomando
como bandera, en primerísimo lugar, el sentido de pertenencia por
esa parte del patrimonio cubano que tenemos bajo nuestra custodia y
considero que en este sentido los dirigentes juegan un rol
protagónico e insustituible.
¿Quién, si no es el director de la escuela, tiene
que saber que hay un profesor que no se prepara para impartir clases
de calidad o, lo que es mucho más vergonzoso, comete algún fraude?
¿Quién, si no el director del policlínico, tiene que saber que las
consultas comienzan a la hora que el médico llegue y que se
resuelven exámenes, reactivos, dietas a cambio de dinero o regalos?
¿A quién le toca ver que las dependientes atienden cuando terminan
de hacer su cuento, y que el desodorante o el champú que se venden
están muy lejos de ser los que produce Suchel? ¿Qué sienten estos
dirigentes cuando alguien "de afuera": padres, estudiantes,
pacientes, clientes, visitantes¼ les
revela un problema que ha estado ocurriendo en sus narices sin que
ellos lo vean, o sin que hagan lo que les corresponde para
resolverlo, que es lo importante?
Una vez más, en ese arsenal inagotable que
constituye el pensamiento del Maestro encontramos la guía: "Haga
cada uno su parte de deber y nada puede vencernos".
A. González Noda
El pago a los jubilados: la ley o “a ley del
almanaque”
Me pregunto por qué si la ley dice que el día 1ro.
de cada mes el jubilado tiene derecho a cobrar su jubilación, el
Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS) decide el cobro los
días 4, 5, 6, 7 y 8 de cada mes, de acuerdo al almanaque anual que
confeccionan.
El día 1ro. dan los mandados en la bodega, el 2 o el
3 cobran la luz, el 1ro. llegan tres recibos de gas juntos porque no
tenían cobrador (Oficina de Playa 64 y11), pero llega el picadillo a
la carnicería y el cartero cobra el periódico del 1ro. al 3.
Todos los jubilados no tienen recursos o respaldo
económico para esperar pacientemente al día 7 para poder cobrar y
poder pagar, hay muchos jubilados que tienen esta preocupación;
puede que el INASS tenga muchas razones para poner esas fechas, pero
los jubilados también tenemos muchas razones para que se nos pague
en tiempo y nadie nos ha preguntado nunca qué opinamos. Esas fechas
se convirtieron en "ley". Que se cumpla la ley creada para el cobro
del jubilado y no la "ley" creada con el almanaque.
D. Simón Lauzan
Ha llegado el momento de actuar de modo firme y
sereno
El 22 de marzo de 1959, Fidel expresó: "Esta es
empresa de hombres generosos y no de egoístas".
Recientemente mi esposa y yo nos incorporamos a la
Casa de Abuelos del municipio de San Cristóbal y estamos recibiendo,
como personas de la tercera edad, otra de las bondades de nuestro
sistema social, y puedo asegurar que aquí se respira patriotismo,
existe una atención diferenciada y se introducen ideas, para que la
estancia en este lugar sea más agradable y placentera.
Todos sus integrantes, junto a la Dirección,
discutimos el contenido del discurso del General de Ejército Raúl
Castro Ruz en la Asamblea Nacional del Poder Popular, donde se
produjeron varias intervenciones y hubo consenso en que,
independientemente de las afectaciones producidas a los valores
ético-morales, toda esta situación puede ser revertida a favor del
pueblo, sin el cual no sería posible una Revolución como la nuestra:
humana, solidaria, revolucionaria y antimperialista. La historia
misma está a la vista de todos, que la analicen los incrédulos y
vean en ella, cuántos momentos culminantes hemos vivido y cuántos
reveses se convirtieron en victorias.
Soy de los que piensan que ha llegado el momento de
actuar de modo firme y sereno, como ha expresado Raúl, sin prisa,
pero sin pausa. Eso sí, exigiendo a todas las instituciones que
conforman nuestro sistema social en el país y en todos sus niveles,
el cumplimiento de sus responsabilidades sin términos medios.
Considero además, que por ser la familia la célula fundamental de la
sociedad y en ella se conoce del actuar de cada uno de sus miembros,
exhorto que se realice un autoanálisis y se patentice un compromiso
moral, para contribuir a eliminar la mancha que hoy obstaculiza la
brillantez de nuestro radiante sol.
Deseo recordar un pensamiento de nuestro Héroe
Nacional José Martí: "Quien no tenga el valor de sacrificarse, debe
tener al menos, el pudor de callar ante los que se sacrifican".
J. R. Basulto
Otra opinión sobre los mantenimientos preventivos
planificados
Me solidarizo plenamente con las cartas que sobre
los programas preventivos planificados aparecieron publicados los
días 2 y 9 del presente mes, por lo que solo deseo agregar a lo ya
expuesto, una arista de este problema que reviste igual importancia,
dado su impacto directo en el uso racional de la fuerza de trabajo
que labora directamente en el área de mantenimiento de cualquier
entidad.
¿A qué me refiero? El actual reglamento sobre la
elaboración y presentación de la aprobación y control de las
plantillas de cargos (Resolución 36/10 del MTSS), en su anexo 2
establece como premisa indispensable para la determinación correcta
del personal de mantenimiento, tanto en el aspecto cuantitativo como
de la calificación, la existencia de un plan de mantenimiento
eficiente y subraya que sin este último, la labor de mantenimiento
se vuelve una actividad caótica.
Visto el problema desde el ángulo de la utilización
racional de la fuerza de trabajo, sin un plan de mantenimiento bien
elaborado resulta imposible calcular la misma con objetividad, de
manera que quienes aprueban tales plantillas, si cumplen con lo
establecido en la norma antes mencionada, estarían garantizando que
en su entidad el Programa de Mantenimiento Preventivo Planificado (PMPP)
responda a sus requerimientos y necesidades; y al mismo tiempo que
el personal que se utilice sea el necesario, y con una calificación
acorde a las complejidades de cada una de las revisiones y
mantenimientos, a saber: ligeros, medianos y generales.
Vale decir entonces que los cálculos de las
necesidades de fuerza de trabajo calificada y otras, para las tareas
de mantenimiento, responden precisamente al PMPP, siendo el caso,
que al no contarse con el mismo, o no ser este objetivo, sucede lo
que a diario apreciamos, o sea una utilización irracional del
personal que se dedica a esta importante actividad, con la
consiguiente elevación de los costos y gastos que en nada
contribuyen a la tan deseada eficiencia empresarial.
Este fenómeno del que hablamos, está directamente
asociado a los Lineamientos No. 7, 169 y 220 de la Política
Económica y Social del Partido y la Revolución, y por consiguiente
resulta un imperativo inmediato su implementación y estricto
cumplimiento por todas las partes involucradas.
R. Mateo Suárez.
¿Quién le pone el cascabel a los carros
particulares?
A partir del 22 de julio del presente año, los
camiones particulares de pasaje con ruta Las Tunas-Manatí han subido
sus tarifas de $5.00 a $10.00. Esto ha originado en la población
trabajadora disímiles críticas y disgustos de aquellos que tienen
que viajar para trabajar o estudiar.
Un profesional de Las Tunas que deba viajar al
municipio de Manatí por 24 días al mes para trabajar durante dos
años, con $500.00 de salario, y tenga que apelar a este único
servicio, tendría que pagar $480.00 de su salario, restándole
$20.00. O sea, gastaría el 96 % de su salario en transportarse a su
lugar de trabajo.
Estos carros poseen una capacidad de 50 a 60
personas; en un viaje de ida y vuelta (84 km), recaudan de 1 000 a 1
200 pesos y algunos son capaces de dar hasta tres vueltas,
promediando de 3 000 a 3 mil 600 pesos recaudados en un día y de $90
000.00 a $108 000.00 en un mes.
La población afectada se siente dolida y a la vez
disgustada por no contar con ofertas que le permitan viajar a un
precio más módico y desea que alguien le ponga el cascabel a los
carros arrendados particulares para que estos no abusen de la
población necesitada.
O. Rivero Herrera
Última queja ante lo mal hecho
Sobre el basurero del reparto Aldabó a lo largo de una cuadra en
la orilla del río, el periódico ha tenido la amabilidad de publicar
dos cartas, una el 26 de octubre del 2012 y otra el 26 de junio del
presente año, y la respuesta que han dado los organismos
responsables, entre ellos Comunales, Salud Pública y Recursos
Hidráulicos, ha sido nula; han desplegado una ofensiva de recogida
movilizando buldózeres, carretas y camiones, por una vez, pero todo
sigue igual o peor.
La credibilidad de los vecinos de la zona sobre los responsables
de este grave problema virtualmente no existe, pues no le hacen el
menor caso a esta publicación en el órgano del Comité Central del
Partido. Crean un desprestigio inmenso y promueven con ello la
indisciplina que ya existía y ahora se ha incrementado.
Mucho le agradezco al colectivo de este medio de prensa, pero al
parecer nos tendremos que despedir de estas páginas y acostumbrarnos
a vivir entre la basura y la pestilencia, por la indiferencia de los
responsables, lo cual evidencia hasta qué grado de pérdida de
valores hemos llegado.
R. Castañeda Rueda
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