Hay que exigir sin blandenguería para retomar el
orden, la disciplina y el acatamiento a la ley
Es preferible andar sin rodeos y llamar las cosas
por su nombre en lugar de convertirnos en ingenuos espectadores de
las manifestaciones repudiables que se dan en algunos de nuestros
barrios. Me refiero a irregularidades e ilegalidades que tanto
indignan, pero que con un adecuado y perseverante funcionamiento de
los factores de la comunidad se pueden neutralizar.
Hay que decirlo responsablemente y con un lenguaje
asequible, ya que a ningún cubano le resultan ajenos estos
indeseables fenómenos. Aquello de que "más vale tarde que nunca"
encaja en esta realidad, para darnos cuenta de que en nuestros
barrios deben predominar y prevalecer las mejores tradiciones
socioculturales en beneficio de la colectividad. Además, no podemos
seguir dilatando y negándonos el derecho a tomar acciones que nos
identifiquen como ciudadanos en defensa de la irreversibilidad del
socialismo y su perfeccionamiento. Si se conocen los problemas, nada
más saludable que aplicar mecanismos de solución colectiva, en
estrecho vínculo con la familia, reconociendo su insustituible
acometividad socioeducativa. Ahora bien, los máximos y absolutos
responsables son los factores de la comunidad.
Buena parte de los cubanos vivimos en edificios
multifamiliares; sin embargo, pocos han tenido acceso al Reglamento
General de los Edificios Multifamiliares, el cual dispone de
normativas, deberes y derechos que son de obligatorio cumplimiento
para propietarios y residentes. Lamentablemente, el desconocimiento
de este dictamen legal impide la concreción de acciones para su
cabal cumplimiento.
Por lo tanto, aquellos que se desvaloraron
socialmente actúan con total impunidad, realizando repugnantes y
especulativos negocios que contrastan con la imagen que distingue a
nuestro pueblo. Para casos como estos debemos estar siempre alertas
y actuar con firmeza.
Como algunos vecinos no quieren buscarse problemas,
queda el terreno despejado para la comisión de aborrecibles
indisciplinas sociales, e involuntariamente nos convertimos en
cómplices de estas infracciones de la ley. Somos muchos los que
abogamos por que exista una mejor regulación y respeto hacia las
normas de convivencia social, pero para eso hay que exigir sin
blandenguería, para retomar el orden, la disciplina y el acatamiento
a la ley. Es tanta la impunidad, la pasividad y la falta de una
labor preventiva, que prácticamente se nos escapa de entre las manos
hacer que estas disposiciones se pongan en práctica.
No se trata de "hacer leña del árbol caído",
pero en algunos lugares hay tendencia al relajamiento de la conducta
social, con manifestaciones que contrastan con el modo de vida y los
valores humanos que logramos en nuestros barrios. Y, no me oculto
para decirlo, los factores de la comunidad tenemos una elevadísima
cuota de responsabilidad, por lo que en cada barrio hay que tomar
medidas bien concebidas y cohesionadas, en correspondencia con la
positiva evolución socioeconómica.
Eso sí, hay que trabajar con sistematicidad,
incorporar a los vecinos activamente, para que asuman posiciones que
contribuyan al mejor desenvolvimiento del barrio. Manifestaciones y
conductas de las que nos quejamos responden a espacios que hemos
cedido, motivo por el cual determinados estratos sociales cometen
indisciplinas repudiables, estimulados por su inadaptabilidad y
ruptura con el entorno de convivencia, por lo que se aprovechan de
nuestras vulnerabilidades y la pasividad colectiva. Por lo tanto, no
nos podemos dar el lujo de que esta sea la imagen que proyecten
nuestros barrios.
En coordinación con el CDR, la Junta Administrativa
está facultada para imponer el orden y hacer valer su autoridad ante
manifestaciones negativas de cualquier tipo, para mantener la normal
convivencia social, preservar y proteger los bienes y áreas comunes,
así como promover el respeto mutuo y la tranquilidad ciudadana entre
los vecinos del edificio. Este argumento se ajusta también a los
propietarios y demás residentes de las viviendas, a quienes les
corresponde acatar las atribuciones de la Junta Administrativa, las
cuales están respaldadas moral y legalmente.
Por lo tanto, preservemos la obra creadora de la
Revolución, que ha sido nuestra principal conquista social y
propongámonos acabar con las indisciplinas e ilegalidades que tanto
contaminan al barrio. Demos un uso adecuado a las instalaciones
comunes del edificio, para que no se distorsionen las funciones para
la cual están concebidas. La higiene y la limpieza de las áreas de
destino colectivo es tarea ineludible de todo el vecindario y no de
una imperceptible minoría. La experiencia nos ha demostrado que,
cuando asumimos posiciones que apelan a la vergüenza individual y
colectiva y explicamos bien el propósito de nuestras acciones,
siempre habrá una vía para avanzar.
Y como toda obra humana pude ser enmendada, el reto
que tenemos por delante es manejable y por lo tanto posible de
rebasar. Lo más complejo es su materialización, convertirlo en
realidad en nuestros barrios; para ello debe haber una plena
identificación CDR-Junta Administrativa-familia, con acciones
prácticas que promuevan los mejores valores y respeto a las normas
de convivencia social, creando para ello un mínimo de condiciones en
la comunidad. Precisamente, nuestras conquistas sociales se definen
en el barrio y se reflejan en el seno de la familia y en toda la
vida social, por lo que si incentivamos el sentido de pertenencia,
el número de beneficiarios sería inagotable, lo que reportaría
grandiosas ganancias socioeconómicas a la vida local en nuestros
barrios.
J. Pozo Álvarez
Esa frase estamos luchando
El motivo de mi carta es la siguiente: el 8 de abril
voy a la agencia de viaje que se encuentra en la terminal de ómnibus
de Ciego de Ávila para reservar pasaje hacia La Habana para un turno
de la vista de mi hijo de ocho años en el hospital Pando Ferrer.
La compañera me atiende de forma muy agradable
cuando le pregunto para qué día le quedan retornos para la semana
entrante; me dice que para el 18 de abril a las 4:00 p.m. y acto
seguido le pregunto que para qué día tenía pasaje para La Habana y
me recomienda para el día 15 de abril a las 5:45 a.m. Salí
complacido por la atención de la compañera puesto que pude reservar
para los dos días.
La sorpresa me la llevo el 18 de abril en la
terminal de ómnibus de La Habana a las 4:00 p.m., pues no hay
salidas reservadas para Ciego de Ávila ese día; en esa situación nos
encontramos otro compañero, mi hijo y yo. El jefe de turno
inmediatamente nos da respuesta y nos envía en un carro con salida
extra para Ciego de Ávila a las 4:15 p.m. de la terminal de ómnibus,
solamente los dos choferes, el otro compañero, mi hijo y yo, y
llegamos a la terminal de La Coubre, aproximadamente a las 4:30
p.m., donde se encontraban varios ómnibus con salida extra y los
choferes del ómnibus nos explicaron que mientras haya un turno
tienen preferencia para no retrasarse en su horario.
Durante la permanencia en ese lugar pude observar
todas las violaciones cometidas en complicidad con el jefe de turno
que entró a las 7:00 a.m. de ese día y salió a las 7:00 p.m.; sin
pudor ninguno en los pasillos se disputaban, como en una manada de
lobos la comida, los cinco CUC que por pasajes resueltos les
cobraban a los pasajeros desesperados por un clima de tensión que
tienen creado para llevarlos a esta situación.
El jefe de turno y toda su camarilla violaron el
orden de llegada de los ómnibus extras para su enriquecimiento
ilícito; por ejemplo, le correspondía cargar al ómnibus de Ciego de
Ávila y le dieron preferencia a un Vía Azul con destino a Camagüey,
donde el 75 % de los pasajeros eran de la cola y el resto de sus
manejos sucios; esto trajo consigo que el ómnibus de Ciego tuvo que
seguir esperando a que salieran los turnos, hasta que me dirigí a
las 8:00 p.m. al jefe de turno entrante y le expliqué la situación
en las que nos encontrábamos el compañero, mi hijo y yo desde las
4:00 p.m.; cuatro horas esperando por que esos irresponsables sin
pudor le dieran salida al ómnibus de Ciego de Ávila.
El jefe de turno entrante nos atendió muy cordial y,
a las 9:00 p.m., partió el ómnibus 3317 perteneciente a ASTRO de la
terminal La Coubre, cinco horas después de la reservación efectuada
11 días antes.
Espero respuesta a mi lógica reclamación a Ómnibus
Nacionales por la venta de reservaciones en un horario no
establecido y al organismo que dirige la Terminal La Coubre.
Tengo otros elementos que no pondré en esta carta,
los cuales diré en el momento oportuno. Como testigo de todo lo
sucedido tengo al compañero médico cardiólogo. También a los
choferes de ASTRO del ómnibus 3317 del extra de las 4:00 p.m. con
destino final a Ciego de Ávila.
La frase es que estamos luchando, pero en
realidad es vergonzoso lo que está sucediendo por decirlo de una
manera más suave.
L. G. Nelson Morgan
¿De dónde sacan los cuentapropistas las lámparas
fluorescentes o bombillos ahorradores?
El país ha hecho un esfuerzo gigantesco para salir
de los apagones y la oscuridad, y aquí en Las Tunas estamos
volviendo de nuevo, no por falta de generación eléctrica, sino por
falta de las luminarias para el hogar, dígase lámparas fluorescentes
o bombillos ahorradores de carácter económico, pues al parecer se
está esperando que los muy caros existentes en las tiendas
recaudadoras de divisas se acaben para entonces surtir los que se
hacían en moneda nacional, pero el tema más crítico es que de las
pocas lámparas de 20 w, que son las más populares y aparecían a un
precio de 18 pesos en moneda nacional y de 1 CUC, desaparecieron por
arte de magia y la que poseemos en casa tenemos que rotarla por
todas las habitaciones.
Lo extraño de esto es que nuestros queridos
cuentapropistas o buhoneros, como se llaman en Venezuela, los tienen
a tres veces o más del precio estatal, y la pregunta que se hace
todo el mundo es de dónde los sacan, pues a nuestras tiendas, según
averigüé, no llegan desde hace rato.
A. Hechavarría
Lo que no queremos ver hoy, mañana nos dejará ciegos
Se me ocurre comenzar de esta forma porque, igual
que el lector R. Zagovalov, tengo gran preocupación por la educación
de nuestros niños y jóvenes, a pesar de los grandes esfuerzos de
nuestros Estado y Gobierno y la importancia que la dirección de este
prestigioso periódico Granma le presta al asunto.
Durante varios días se han publicado numerosos
artículos al respecto y, sinceramente, las respuestas no satisfacen
la preocupación; no voy a cuestionar cifras de asistencia de
maestros y permanencias en las aulas; no las creo. Hay que ver la
cantidad de estudiantes de diferentes enseñanzas y niveles en las
calles en horarios de clases, salida de las escuelas antes de tiempo
porque los maestros no irán por la tarde, etc., etc. Y pese al
esfuerzo por unir la integración de la familia con la escuela, no ha
mostrado buenos resultados que digamos, hay que ver el
comportamiento de nuestros estudiantes en la calle, la chabacanería,
la indisciplina, la falta de respeto a las personas mayores y los
bienes del estado, muchas veces delante de sus padres o maestros.
Pero, me pregunto, ¿han sido esos padres y esos
maestros ejemplo para los niños y jóvenes? Digamos, como lo expresa
el Instituto de Ciencias Pedagógicas, que es un problema
generacional.
La proyección del antes mencionado Instituto quiere
explicar la causa de los problemas de forma justificativa,
justificación que no existe; hay que estar en los horarios de
entrada y salida de los alumnos a las aulas para ver si los maestros
y el personal del sistema están vestidos adecuadamente, si esconden
sus tatuajes, si se expresan adecuadamente; hay que verificar que el
maestro esté frente al aula el tiempo que tiene que estar. No quiero
generalizar estas malas conductas, pero, por muy pocas que se
presenten, esto no debe suceder nunca y eso es responsabilidad de
las direcciones, desde la escuela, el municipio y cualquier otro
nivel del sistema. Recordemos que una papa podrida contamina a las
demás; reflexionemos y pongamos de una vez la atención y las medidas
que hayan que tomarse para ser ejemplos de una educación integral,
conocimiento-educación.
Estamos a tiempo, reconozcamos nuestros errores,
analicemos donde estamos equivocados, porque somos responsables de
garantizar un futuro próspero, siguiendo las enseñanzas de nuestros
grandes maestros: Martí y Fidel.
J. L. Gervet Pérez
Inquietudes sobre el plan de ahorro eléctrico y los servicios
básicos
Me dirijo a ustedes por unas inquietudes que tengo,
que al mismo tiempo me están afectando; me refiero a que en el lugar
donde resido a las Unidades de la Empresa de Alimentos —bodegas,
panaderías— les están cambiando los metros contadores que miden el
fluido eléctrico por unos que se plantean que son modernos, pero
estos, según he escuchado, los han programado con consumo de energía
eléctrica; pero resulta que, por ejemplo, en la bodega La Margarita,
establecimiento U-3054, ubicada en Avenida Pa
tricio Lumumba # 324, esquina Calle 6, Reparto Santa
Rosa, Santiago de Cuba, de la cual soy consumidora, a los tres o
cuatros días de haber cambiado el metro contador no hubo más
suministro de electricidad porque el consumo programado fue agotado.
De eso hace más de 15 días, por lo que el horario de
por la tarde, que es de 4:30 p.m. hasta 8:00 p.m., está afectado
hasta las 6:30 p.m., más o menos por falta de fluido eléctrico,
perjudicando a los consumidores que después que salen de sus
trabajos tienen necesidad de ir a comprar algún producto de la
canasta básica fundamentalmente.
Pero también se encuentra en esa misma situación la
panadería La Indiana, situada en Avenida Patricio Lumumba entre René
Ramos Latour y Pérez Andrés; la misma está cerrada por esa misma
situación y, según me ha informado el compañero que distribuye el
pan a domicilio, hasta el 26 de este mes, más o menos, no se
restablecería en esa Unidad el fluido eléctrico, teniendo que traer
el pan de otras unidades, el cual no tiene horario, viene con mala
calidad y hay días que no ha habido.
Realmente no entiendo qué tipo de programaciones les
han hecho a esos metros contadores que a los tres o cuatro días de
instalarlos, las unidades se quedan sin fluido eléctrico, sin
analizar las afectaciones que esto está ocasionando a la población.
Hay que ahorrar, tomar medidas, hacer conciencia, pero sin afectar a
la población.
S. Fernández Álvarez
CDR y materias primas
Espero los viernes esta sección y realmente me
sorprendió la respuesta dada por los CDR y la Empresa de Materias
Primas por considerarla justificativa y burocrática.
Como fundador de esta organización, que tantas cosas
buenas ha realizado y nos ha enseñado, no considero que se haya
referido en nada a los problemas que en este sentido se han estado
presentando. Nos acordamos desde la recuperación de sellos postales,
que ya casi no circulan, hasta la fiesta en que se convertían los
fines de mes en las cuadras para recuperar todo lo recuperable
posible.
En los últimos diez años he residido en tres lugares
diferentes y en ninguno se ha prestado atención a esta importante
tarea, y en muchas ocasiones en que, por iniciativa, se ha recogido,
se ha tenido que dejar de hacer, pues se llenan los locales de lo
recuperado y no lo recogen a pesar de múltiples intentos. Se nos dio
un caso en que cuando Materias Primas pasó a recoger, se llevó lo
que le interesaba y lo otro lo dejó, lo cual creó una situación bien
molesta en nuestra Zona en el municipio de Plaza.
Realmente la respuesta me parece que no está a tono
con los momentos en que estamos y los reclamos que se le están
haciendo a la organización.
O. Torres Gari
Compra de equipo electrodoméstico sin prueba de funcionamiento
El sábado 13 de abril me personé en la Tienda
comercial La Puntilla, ubicada en Calle 1ra., Miramar, para realizar
la compra de un aire acondicionado con un costo de 406,85 CUC. Me
dirijo al Departamento de Equipos electrodomésticos a realizar dicha
compra y la dependiente me responde que los equipos estaban en
venta, pero no tenían voltaje 220 para realizar la prueba de
funcionamiento, y si el equipo presentaba algún daño tenía que
dirigirme a los talleres de reparación para que visitaran la
vivienda donde se encuentra dicho equipo.
¿Es posible que un Centro Comercial con estas
características no tenga las condiciones necesarias para realizar
dicha prueba y así no maltratar al cliente?
O. Lobaina Lobaina
Sobre prótesis auditivas y sus baterías
La que escribe es una ciudadana que padece de
hipoacusia y que desde que se creó el Centro Auditivo ha sido
beneficiada por sus servicios. Dicho centro, desde su creación,
mejoró la calidad de vida de niños y adultos. No conozco el
porcentaje de la población que padezca de esta limitación (que en
nuestro país debe ser bastante alto), lo que sí puedo asegurar es
que, a partir de que uno comienza a usar estas prótesis auditivas,
la audición mejora extraordinariamente, y se hace mucho más fácil la
comunicación con las personas, tanto en el trabajo, como en la
escuela u otra actividad. Además, la autoestima crece, el carácter
mejora y el estrés desaparece; pero cuando hay escasez de prótesis y
baterías, o no entran al país (como hace alrededor de seis meses),
me refiero a las prótesis intra y sus baterías 312, todos los
beneficios que estas nos aportan desaparecen, y se dificulta de
verdad la comunicación, porque ya estamos acostumbrados a usar estas
prótesis y a escuchar con ellas.
Por todo lo anterior es que me dirijo a ustedes para
que el Ministerio de Salud Pública responda a qué se debe esta
situación; si es por problemas de falta de gestión, planificación,
etc.
O. Menéndez Roche
Urge reparación del balneario de San Diego
Tengo 66 años y problemas en mis rodillas, las tengo
operadas y recupero la salud de ambas con los tratamientos que
recibo en el balneario de San Diego de los Baños, pero veo cómo está
de abandonado ese lugar a pesar de que su dirección y sus
trabajadores hacen maravillas para dar un buen servicio; pero ese
balneario que nos devuelve la salud a tantas personas clama a gritos
que se le pase la mano urgente.
Nosotros somos un pueblo que envejece, cada día
somos más los que necesitamos atención médica, que incluye
medicamentos, placas, ultrasonidos, ingresos hospitalarios y otras
cosas; creo que la reparación del balneario costará menos que lo que
cuesta todo lo que hace el Estado por las personas de la tercera
edad, para que tengamos una buena calidad de vida.
También se le debe pasar la mano a nuestro económico
hotel Saratoga, donde con un buen precio nos alojamos cuando vamos
al balneario. Es justo decir que los médicos, enfermeras, terapeutas
y demás trabajadores de ese balneario son héroes, pues nos dan un
trato muy bueno.
E. García Betartes