Publicada el 3 de mayo de 2013

Hay que exigir sin blandenguería para retomar el orden, la disciplina y el acatamiento a la ley

Es preferible andar sin rodeos y llamar las cosas por su nombre en lugar de convertirnos en ingenuos espectadores de las manifestaciones repudiables que se dan en algunos de nuestros barrios. Me refiero a irregularidades e ilegalidades que tanto indignan, pero que con un adecuado y perseverante funcionamiento de los factores de la comunidad se pueden neutralizar.

Hay que decirlo responsablemente y con un lenguaje asequible, ya que a ningún cubano le resultan ajenos estos indeseables fenómenos. Aquello de que "más vale tarde que nunca" encaja en esta realidad, para darnos cuenta de que en nuestros barrios deben predominar y prevalecer las mejores tradiciones socioculturales en beneficio de la colectividad. Además, no podemos seguir dilatando y negándonos el derecho a tomar acciones que nos identifiquen como ciudadanos en defensa de la irreversibilidad del socialismo y su perfeccionamiento. Si se conocen los problemas, nada más saludable que aplicar mecanismos de solución colectiva, en estrecho vínculo con la familia, reconociendo su insustituible acometividad socioeducativa. Ahora bien, los máximos y absolutos responsables son los factores de la comunidad.

Buena parte de los cubanos vivimos en edificios multifamiliares; sin embargo, pocos han tenido acceso al Reglamento General de los Edificios Multifamiliares, el cual dispone de normativas, deberes y derechos que son de obligatorio cumplimiento para propietarios y residentes. Lamentablemente, el desconocimiento de este dictamen legal impide la concreción de acciones para su cabal cumplimiento.

Por lo tanto, aquellos que se desvaloraron socialmente actúan con total impunidad, realizando repugnantes y especulativos negocios que contrastan con la imagen que distingue a nuestro pueblo. Para casos como estos debemos estar siempre alertas y actuar con firmeza.

Como algunos vecinos no quieren buscarse problemas, queda el terreno despejado para la comisión de aborrecibles indisciplinas sociales, e involuntariamente nos convertimos en cómplices de estas infracciones de la ley. Somos muchos los que abogamos por que exista una mejor regulación y respeto hacia las normas de convivencia social, pero para eso hay que exigir sin blandenguería, para retomar el orden, la disciplina y el acatamiento a la ley. Es tanta la impunidad, la pasividad y la falta de una labor preventiva, que prácticamente se nos escapa de entre las manos hacer que estas disposiciones se pongan en práctica.

No se trata de "hacer leña del árbol caído", pero en algunos lugares hay tendencia al relajamiento de la conducta social, con manifestaciones que contrastan con el modo de vida y los valores humanos que logramos en nuestros barrios. Y, no me oculto para decirlo, los factores de la comunidad tenemos una elevadísima cuota de responsabilidad, por lo que en cada barrio hay que tomar medidas bien concebidas y cohesionadas, en correspondencia con la positiva evolución socioeconómica.

Eso sí, hay que trabajar con sistematicidad, incorporar a los vecinos activamente, para que asuman posiciones que contribuyan al mejor desenvolvimiento del barrio. Manifestaciones y conductas de las que nos quejamos responden a espacios que hemos cedido, motivo por el cual determinados estratos sociales cometen indisciplinas repudiables, estimulados por su inadaptabilidad y ruptura con el entorno de convivencia, por lo que se aprovechan de nuestras vulnerabilidades y la pasividad colectiva. Por lo tanto, no nos podemos dar el lujo de que esta sea la imagen que proyecten nuestros barrios.

En coordinación con el CDR, la Junta Administrativa está facultada para imponer el orden y hacer valer su autoridad ante manifestaciones negativas de cualquier tipo, para mantener la normal convivencia social, preservar y proteger los bienes y áreas comunes, así como promover el respeto mutuo y la tranquilidad ciudadana entre los vecinos del edificio. Este argumento se ajusta también a los propietarios y demás residentes de las viviendas, a quienes les corresponde acatar las atribuciones de la Junta Administrativa, las cuales están respaldadas moral y legalmente.

Por lo tanto, preservemos la obra creadora de la Revolución, que ha sido nuestra principal conquista social y propongámonos acabar con las indisciplinas e ilegalidades que tanto contaminan al barrio. Demos un uso adecuado a las instalaciones comunes del edificio, para que no se distorsionen las funciones para la cual están concebidas. La higiene y la limpieza de las áreas de destino colectivo es tarea ineludible de todo el vecindario y no de una imperceptible minoría. La experiencia nos ha demostrado que, cuando asumimos posiciones que apelan a la vergüenza individual y colectiva y explicamos bien el propósito de nuestras acciones, siempre habrá una vía para avanzar.

Y como toda obra humana pude ser enmendada, el reto que tenemos por delante es manejable y por lo tanto posible de rebasar. Lo más complejo es su materialización, convertirlo en realidad en nuestros barrios; para ello debe haber una plena identificación CDR-Junta Administrativa-familia, con acciones prácticas que promuevan los mejores valores y respeto a las normas de convivencia social, creando para ello un mínimo de condiciones en la comunidad. Precisamente, nuestras conquistas sociales se definen en el barrio y se reflejan en el seno de la familia y en toda la vida social, por lo que si incentivamos el sentido de pertenencia, el número de beneficiarios sería inagotable, lo que reportaría grandiosas ganancias socioeconómicas a la vida local en nuestros barrios.

J. Pozo Álvarez

Esa frase estamos luchando

El motivo de mi carta es la siguiente: el 8 de abril voy a la agencia de viaje que se encuentra en la terminal de ómnibus de Ciego de Ávila para reservar pasaje hacia La Habana para un turno de la vista de mi hijo de ocho años en el hospital Pando Ferrer.

La compañera me atiende de forma muy agradable cuando le pregunto para qué día le quedan retornos para la semana entrante; me dice que para el 18 de abril a las 4:00 p.m. y acto seguido le pregunto que para qué día tenía pasaje para La Habana y me recomienda para el día 15 de abril a las 5:45 a.m. Salí complacido por la atención de la compañera puesto que pude reservar para los dos días.

La sorpresa me la llevo el 18 de abril en la terminal de ómnibus de La Habana a las 4:00 p.m., pues no hay salidas reservadas para Ciego de Ávila ese día; en esa situación nos encontramos otro compañero, mi hijo y yo. El jefe de turno inmediatamente nos da respuesta y nos envía en un carro con salida extra para Ciego de Ávila a las 4:15 p.m. de la terminal de ómnibus, solamente los dos choferes, el otro compañero, mi hijo y yo, y llegamos a la terminal de La Coubre, aproximadamente a las 4:30 p.m., donde se encontraban varios ómnibus con salida extra y los choferes del ómnibus nos explicaron que mientras haya un turno tienen preferencia para no retrasarse en su horario.

Durante la permanencia en ese lugar pude observar todas las violaciones cometidas en complicidad con el jefe de turno que entró a las 7:00 a.m. de ese día y salió a las 7:00 p.m.; sin pudor ninguno en los pasillos se disputaban, como en una manada de lobos la comida, los cinco CUC que por pasajes resueltos les cobraban a los pasajeros desesperados por un clima de tensión que tienen creado para llevarlos a esta situación.

El jefe de turno y toda su camarilla violaron el orden de llegada de los ómnibus extras para su enriquecimiento ilícito; por ejemplo, le correspondía cargar al ómnibus de Ciego de Ávila y le dieron preferencia a un Vía Azul con destino a Camagüey, donde el 75 % de los pasajeros eran de la cola y el resto de sus manejos sucios; esto trajo consigo que el ómnibus de Ciego tuvo que seguir esperando a que salieran los turnos, hasta que me dirigí a las 8:00 p.m. al jefe de turno entrante y le expliqué la situación en las que nos encontrábamos el compañero, mi hijo y yo desde las 4:00 p.m.; cuatro horas esperando por que esos irresponsables sin pudor le dieran salida al ómnibus de Ciego de Ávila.

El jefe de turno entrante nos atendió muy cordial y, a las 9:00 p.m., partió el ómnibus 3317 perteneciente a ASTRO de la terminal La Coubre, cinco horas después de la reservación efectuada 11 días antes.

Espero respuesta a mi lógica reclamación a Ómnibus Nacionales por la venta de reservaciones en un horario no establecido y al organismo que dirige la Terminal La Coubre.

Tengo otros elementos que no pondré en esta carta, los cuales diré en el momento oportuno. Como testigo de todo lo sucedido tengo al compañero médico cardiólogo. También a los choferes de ASTRO del ómnibus 3317 del extra de las 4:00 p.m. con destino final a Ciego de Ávila.

La frase es que estamos luchando, pero en realidad es vergonzoso lo que está sucediendo por decirlo de una manera más suave.

L. G. Nelson Morgan

¿De dónde sacan los cuentapropistas las lámparas fluorescentes o bombillos ahorradores?

El país ha hecho un esfuerzo gigantesco para salir de los apagones y la oscuridad, y aquí en Las Tunas estamos volviendo de nuevo, no por falta de generación eléctrica, sino por falta de las luminarias para el hogar, dígase lámparas fluorescentes o bombillos ahorradores de carácter económico, pues al parecer se está esperando que los muy caros existentes en las tiendas recaudadoras de divisas se acaben para entonces surtir los que se hacían en moneda nacional, pero el tema más crítico es que de las pocas lámparas de 20 w, que son las más populares y aparecían a un precio de 18 pesos en moneda nacional y de 1 CUC, desaparecieron por arte de magia y la que poseemos en casa tenemos que rotarla por todas las habitaciones.

Lo extraño de esto es que nuestros queridos cuentapropistas o buhoneros, como se llaman en Venezuela, los tienen a tres veces o más del precio estatal, y la pregunta que se hace todo el mundo es de dónde los sacan, pues a nuestras tiendas, según averigüé, no llegan desde hace rato.

A. Hechavarría

Lo que no queremos ver hoy, mañana nos dejará ciegos

Se me ocurre comenzar de esta forma porque, igual que el lector R. Zagovalov, tengo gran preocupación por la educación de nuestros niños y jóvenes, a pesar de los grandes esfuerzos de nuestros Estado y Gobierno y la importancia que la dirección de este prestigioso periódico Granma le presta al asunto.

Durante varios días se han publicado numerosos artículos al respecto y, sinceramente, las respuestas no satisfacen la preocupación; no voy a cuestionar cifras de asistencia de maestros y permanencias en las aulas; no las creo. Hay que ver la cantidad de estudiantes de diferentes enseñanzas y niveles en las calles en horarios de clases, salida de las escuelas antes de tiempo porque los maestros no irán por la tarde, etc., etc. Y pese al esfuerzo por unir la integración de la familia con la escuela, no ha mostrado buenos resultados que digamos, hay que ver el comportamiento de nuestros estudiantes en la calle, la chabacanería, la indisciplina, la falta de respeto a las personas mayores y los bienes del estado, muchas veces delante de sus padres o maestros.

Pero, me pregunto, ¿han sido esos padres y esos maestros ejemplo para los niños y jóvenes? Digamos, como lo expresa el Instituto de Ciencias Pedagógicas, que es un problema generacional.

La proyección del antes mencionado Instituto quiere explicar la causa de los problemas de forma justificativa, justificación que no existe; hay que estar en los horarios de entrada y salida de los alumnos a las aulas para ver si los maestros y el personal del sistema están vestidos adecuadamente, si esconden sus tatuajes, si se expresan adecuadamente; hay que verificar que el maestro esté frente al aula el tiempo que tiene que estar. No quiero generalizar estas malas conductas, pero, por muy pocas que se presenten, esto no debe suceder nunca y eso es responsabilidad de las direcciones, desde la escuela, el municipio y cualquier otro nivel del sistema. Recordemos que una papa podrida contamina a las demás; reflexionemos y pongamos de una vez la atención y las medidas que hayan que tomarse para ser ejemplos de una educación integral, conocimiento-educación.

Estamos a tiempo, reconozcamos nuestros errores, analicemos donde estamos equivocados, porque somos responsables de garantizar un futuro próspero, siguiendo las enseñanzas de nuestros grandes maestros: Martí y Fidel.

J. L. Gervet Pérez

Inquietudes sobre el plan de ahorro eléctrico y los servicios básicos

Me dirijo a ustedes por unas inquietudes que tengo, que al mismo tiempo me están afectando; me refiero a que en el lugar donde resido a las Unidades de la Empresa de Alimentos —bodegas, panaderías— les están cambiando los metros contadores que miden el fluido eléctrico por unos que se plantean que son modernos, pero estos, según he escuchado, los han programado con consumo de energía eléctrica; pero resulta que, por ejemplo, en la bodega La Margarita, establecimiento U-3054, ubicada en Avenida Pa

tricio Lumumba # 324, esquina Calle 6, Reparto Santa Rosa, Santiago de Cuba, de la cual soy consumidora, a los tres o cuatros días de haber cambiado el metro contador no hubo más suministro de electricidad porque el consumo programado fue agotado.

De eso hace más de 15 días, por lo que el horario de por la tarde, que es de 4:30 p.m. hasta 8:00 p.m., está afectado hasta las 6:30 p.m., más o menos por falta de fluido eléctrico, perjudicando a los consumidores que después que salen de sus trabajos tienen necesidad de ir a comprar algún producto de la canasta básica fundamentalmente.

Pero también se encuentra en esa misma situación la panadería La Indiana, situada en Avenida Patricio Lumumba entre René Ramos Latour y Pérez Andrés; la misma está cerrada por esa misma situación y, según me ha informado el compañero que distribuye el pan a domicilio, hasta el 26 de este mes, más o menos, no se restablecería en esa Unidad el fluido eléctrico, teniendo que traer el pan de otras unidades, el cual no tiene horario, viene con mala calidad y hay días que no ha habido.

Realmente no entiendo qué tipo de programaciones les han hecho a esos metros contadores que a los tres o cuatro días de instalarlos, las unidades se quedan sin fluido eléctrico, sin analizar las afectaciones que esto está ocasionando a la población. Hay que ahorrar, tomar medidas, hacer conciencia, pero sin afectar a la población.

S. Fernández Álvarez

CDR y materias primas

Espero los viernes esta sección y realmente me sorprendió la respuesta dada por los CDR y la Empresa de Materias Primas por considerarla justificativa y burocrática.

Como fundador de esta organización, que tantas cosas buenas ha realizado y nos ha enseñado, no considero que se haya referido en nada a los problemas que en este sentido se han estado presentando. Nos acordamos desde la recuperación de sellos postales, que ya casi no circulan, hasta la fiesta en que se convertían los fines de mes en las cuadras para recuperar todo lo recuperable posible.

En los últimos diez años he residido en tres lugares diferentes y en ninguno se ha prestado atención a esta importante tarea, y en muchas ocasiones en que, por iniciativa, se ha recogido, se ha tenido que dejar de hacer, pues se llenan los locales de lo recuperado y no lo recogen a pesar de múltiples intentos. Se nos dio un caso en que cuando Materias Primas pasó a recoger, se llevó lo que le interesaba y lo otro lo dejó, lo cual creó una situación bien molesta en nuestra Zona en el municipio de Plaza.

Realmente la respuesta me parece que no está a tono con los momentos en que estamos y los reclamos que se le están haciendo a la organización.

O. Torres Gari

Compra de equipo electrodoméstico sin prueba de funcionamiento

El sábado 13 de abril me personé en la Tienda comercial La Puntilla, ubicada en Calle 1ra., Miramar, para realizar la compra de un aire acondicionado con un costo de 406,85 CUC. Me dirijo al Departamento de Equipos electrodomésticos a realizar dicha compra y la dependiente me responde que los equipos estaban en venta, pero no tenían voltaje 220 para realizar la prueba de funcionamiento, y si el equipo presentaba algún daño tenía que dirigirme a los talleres de reparación para que visitaran la vivienda donde se encuentra dicho equipo.

¿Es posible que un Centro Comercial con estas características no tenga las condiciones necesarias para realizar dicha prueba y así no maltratar al cliente?

O. Lobaina Lobaina

Sobre prótesis auditivas y sus baterías

La que escribe es una ciudadana que padece de hipoacusia y que desde que se creó el Centro Auditivo ha sido beneficiada por sus servicios. Dicho centro, desde su creación, mejoró la calidad de vida de niños y adultos. No conozco el porcentaje de la población que padezca de esta limitación (que en nuestro país debe ser bastante alto), lo que sí puedo asegurar es que, a partir de que uno comienza a usar estas prótesis auditivas, la audición mejora extraordinariamente, y se hace mucho más fácil la comunicación con las personas, tanto en el trabajo, como en la escuela u otra actividad. Además, la autoestima crece, el carácter mejora y el estrés desaparece; pero cuando hay escasez de prótesis y baterías, o no entran al país (como hace alrededor de seis meses), me refiero a las prótesis intra y sus baterías 312, todos los beneficios que estas nos aportan desaparecen, y se dificulta de verdad la comunicación, porque ya estamos acostumbrados a usar estas prótesis y a escuchar con ellas.

Por todo lo anterior es que me dirijo a ustedes para que el Ministerio de Salud Pública responda a qué se debe esta situación; si es por problemas de falta de gestión, planificación, etc.

O. Menéndez Roche

Urge reparación del balneario de San Diego

Tengo 66 años y problemas en mis rodillas, las tengo operadas y recupero la salud de ambas con los tratamientos que recibo en el balneario de San Diego de los Baños, pero veo cómo está de abandonado ese lugar a pesar de que su dirección y sus trabajadores hacen maravillas para dar un buen servicio; pero ese balneario que nos devuelve la salud a tantas personas clama a gritos que se le pase la mano urgente.

Nosotros somos un pueblo que envejece, cada día somos más los que necesitamos atención médica, que incluye medicamentos, placas, ultrasonidos, ingresos hospitalarios y otras cosas; creo que la reparación del balneario costará menos que lo que cuesta todo lo que hace el Estado por las personas de la tercera edad, para que tengamos una buena calidad de vida.

También se le debe pasar la mano a nuestro económico hotel Saratoga, donde con un buen precio nos alojamos cuando vamos al balneario. Es justo decir que los médicos, enfermeras, terapeutas y demás trabajadores de ese balneario son héroes, pues nos dan un trato muy bueno.

E. García Betartes

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