Publicada
el 1 de febrero de 2013
¿Por qué nos dicen una cosa y luego no la cumplen?
En Manzanillo se construyó el nuevo acueducto, que
beneficiaría a más de 105 mil habitantes de la zona urbana con todos
sus repartos aledaños.
Hace tres años, a nuestro reparto Ciudad Pesquera
llegó el beneficio de este acueducto y se realizó la instalación de
todas las conductoras que llegan al ciento por ciento de las
viviendas. Pero en las calles B y C, más de 50 viviendas, entre
ellas la mía, han quedado privadas del servicio de agua, lo que nos
obliga a buscarla en las calles aledañas.
Nuestro Delegado ha realizado innumerables gestiones
ante el gobierno local y ante la dirección de Acueducto, pero
infructuosamente, aun cuando todos los organismos de este municipio,
conocen sobre esta caótica situación.
El 10 de julio del 2012 emití personalmente una
queja a la Dirección Provincial de Acueducto. Ese mismo día, recibí
tres llamadas de la Dirección de Acueducto del Municipio, según las
cuales se comprometían a resolver esta situación y aún esperamos que
lo hagan.
Entre los días 15 y 20 de diciembre del propio 2012,
envié una nueva queja a la provincia. Poco después se presentó en mi
casa, el Director del Acueducto local, comprometiéndose a enviar el
martes siguiente, una brigada con todos los equipos para resolver
este problema. Aún estamos esperando esta brigada.
No es posible que se desconozca la cantidad de
millones de pesos que ha costado al país la construcción de un
acueducto, cuyo modelo ha sido considerado uno de los más modernos
de Cuba y que aún haya familias que no reciban el servicio de agua,
debido a lo que consideramos una actitud negligente.
En representación de todas las familias afectadas
del reparto Ciudad Pesquera, de Manzanillo, en la provincia de
Granma.
W. Rodríguez Díaz y C. Pantoja
No hay quien viva con tanto ruido
Les escribo para participarles de una situación muy
difícil que se está presentando en nuestro lugar de residencia.
Resulta que debajo de la casa donde vivimos se decidió la
construcción de una cafetería, la cual se inauguró el día 27 de
diciembre del 2012.
Hasta ahí todo estuvo de maravillas y estaba
funcionando tal y como nos habían explicado los compañeros que
estaban a cargo de las labores constructivas, pues nos decían que
esa unidad funcionaría como un proyecto social comunitario de
desarrollo local, pero cuál sería la sorpresa de los vecinos del
lugar al tener que conocer la triste realidad de saber que dicha
cafetería no solo funcionaría las 24 horas, sino que contaría con
"música" también las 24 horas del día, sin descanso y sin permitir
el descanso de los que allí vivimos, cosa esta que se torna
prácticamente insoportable, pues el grupo de vecinos que habitamos
alrededor somos personas que tenemos que trabajar y estudiar.
Ya hemos hecho reclamaciones a Alimentación Pública
en Pinar del Río, se han establecido quejas al gobierno municipal y
a los propios directivos del centro en cuestión, por el hecho de que
no se nos permite el adecuado descanso en los días laborales, donde
estamos obligados a permanecer despiertos a causa del ruido y la
algarabía hasta las 4 o las 5 de la madrugada, día a día, y después
tenemos que ir a nuestros puestos de trabajo sin dormir a marcar una
tarjeta y a trabajar, incluso en labores peligrosas, pues hay
vecinos cirujanos, pintores de fachada de edificios, choferes de
camiones y rastras de viajes interprovinciales, etc.; además,
también hay niños y adolescentes que estudian y no pueden rendir
todo lo que deben por el hecho de no poder descansar de noche.
En lo particular tuve que tomar la triste decisión
de sacar a mi hija de 13 años de mi casa y enviarla a vivir con los
abuelos, pues era imposible que fuera a la escuela después de vivir
noches y noches en vela, y hasta la fecha no se nos ha dado
respuesta alguna.
Entonces nos preguntamos: ¿Cómo es posible un
proyecto social comunitario, donde no se tiene en cuenta al 95 % de
los miembros de la comunidad (niños de cero a cinco años,
estudiantes de primaria, secundaria y preuniversitario, trabajadores
que cumplen con su función socialmente útil a esta sociedad,
ancianos que necesitan tanto de la tranquilidad, aunque sea solo de
noche), y se mantenga la música y la bulla para solo un pequeñísimo
grupo que nunca sobrepasa los 4 a 6 miembros cada noche y que en su
gran mayoría no tienen un vínculo laboral?
¿Cómo es posible que no se respete lo que el General
de Ejército y Presidente de nuestro país dijo recientemente en un
discurso, "que el horario de descanso de los trabajadores debe ser
respetado"?
¿Cómo es posible que la Policía te diga que si un
ciudadano viola la ley y causa escándalo después de las 10:00 p.m.
en días laborales o después de las 12:00 a.m. en días no laborales
está cometiendo delito y debe ser arrestado, y que después te digan
que ellos no pueden hacer nada por esta situación?
Pensamos que sería más útil si se mantienen la
música y la algarabía en horario diurno, de 8:00 a.m. a 11:30 p.m.
(serían 15 horas y media de esparcimiento para todos), y el resto de
las ocho horas restantes se les permite a los vecinos (niños,
adolescentes, adultos y ancianos), el merecido descanso, tan
necesario.
L. A. Rojas Ampudia y M. A. Oriolo Estrada
¿Cómo pueden desentenderse?
No es posible que una institución estatal se
desentienda de su responsabilidad de custodiar todos aquellos
documentos que durante años sirvieron como registros para el control
de la tierra, hasta el punto de dar como única respuesta que estos
se quemaron, extraviaron o enviaron a otras dependencias sin que
exista evidencia alguna que ampare esta situación o que permita su
localización.
Esta situación me ocurre con la Delegación
Provincial de la Agricultura en Las Tunas donde, al solicitar la
revisión de los registros donde aparecía la entrega a mi fallecido
abuelo de un terreno en la ciudad de Las Tunas en el año 1969 a
cambio de una finca de unas seis hectáreas que poseía en la zona de
Jagüeyes en el municipio de Jobabo, afectada por el plan de buldoceo,
los compañeros de Control de la Tierra me responden que no
encuentran los registros, que muchos documentos allí han sido
quemados a través de los años o han sido trasladados a otras
dependencias, en definitiva que ellos no han logrado localizarlos.
Yo poseo documentos en mi poder, emitidos por
compañeros que se desempeñaron en esa institución en diferentes años
que aseguran la existencia del expediente no. 1289 y de registros de
1969 que también amparan la entrega del terreno. Sin embargo, el
jurídico de la Delegación con el visto bueno del Delegado, aunque
certifican que los documentos que poseo son legítimos y aseguran que
en realidad se le entregó el terreno a mi abuelo, no quieren emitir
un documento de propiedad de mi abuelo sobre el terreno que le fue
entregado en el año 1969.
Mi familia lleva viviendo en este terreno 44 años,
amparada en una decisión en ese entonces del Gobierno
Revolucionario. ¿Cómo es posible que hoy no se quiera reconocer ese
hecho por el mal trabajo de aquellos que debieron custodiar esos
documentos?
M. Pérez Nieves
Otra insatisfacción con los trámites
Motivado en la búsqueda de alternativas para activar
y mejorar mi economía y la de mi familia me decidí, al igual que
muchos otros compañeros, a sacar una licencia de cuentapropista como
albañil. Pero cuál no sería mi asombro al entrar en un camino tan
escabroso¼
El 3 de enero me dirijo a la dirección de Trabajo
del municipio de Guanabacoa pero al llegar, me encuentro una
multitud en medio de la calle, parada frente a una puerta protegida
por un candado y una señora que únicamente respondía "Pide el
último", sin otro tipo de explicación. Y cuando usted trataba de
orientarse¼ : "Pide el último".
Ese día y los siguientes, me fue imposible lograr mi
objetivo y regresé el 7 de enero que fue que logré entrar y hacer mi
solicitud, lo cual suavizó un poco mi incomodidad, pues dentro
habían unas compañeras muy amables, profesionales y dispuestas a
evacuar cualquier duda al respecto. Así me dijeron que fuera el
miércoles 9 de enero para recoger, lo cual me fue imposible
nuevamente por la desorganización y desorientación de la cola.
Hasta que el lunes 14 me dieron una boleta para
inscribirme en la ONAT. Ese mismo día 14 me presenté en la ONAT de
Guanabacoa, esperanzado de que no se repitieran las trabas halladas
en la oficina de Trabajo, y resulta que fue peor aún, pues ahí todo
está acompañado de una mala respuesta con una mala cara, y si usted
insiste, simple y llanamente, le cierran la puerta en la cara. Tal
es el caso, que cuando una de las funcionarias sale a la puerta para
saber quién estaba para pagar la chapa, le pregunto que si no iban a
llamar para trámites, porque habíamos muchos esperando para iniciar
trámites, y me respondió que eso era otra persona¼
y continué esperando.
Sale otra persona para comunicarles a los compañeros
—11:30 a.m.—, que los que tenían que recoger documentos para llenar
su declaración jurada, no la podían recoger hasta el viernes, y aun
era lunes, porque ella no podía estar haciendo uno a uno, y que eso
se entregaría por los consejos.
Los compañeros que estaban en la cola recogieron sus
documentos y se marcharon indignados y echando flores por la boca. A
esa misma funcionaria, le manifiesto mi inconformidad y mi intención
de quejarme a otro nivel, y me respondió que si yo hacía eso, las
perjudicaría a todas, como si los que estábamos afuera no
estuviésemos siendo perjudicados y maltratados por ellas mismas, o
sea, por las funcionarias que deberían tratarnos a toda la población
afablemente.
Pero no queda ahí, cuál sería mi asombro al tocarme
mi acceso para hacer mi inscripción, que la misma compañera que unos
días atrás me había dicho que mi trámite era con otra persona y que
ella no tenía nada que ver con eso¼ era
la misma que estaba atendiéndome. Ella me reconoció y de una forma
burlona me preguntó que si por fin no iba a escribir al periódico
Granma, y yo le respondí que sí, que estaba esperando terminar mis
trámites.
El día 24 logré inscribirme y me dieron un papelito
que dice "Recoger documentos dentro de siete días con 30 pesos de
sellos", y regresé a la oficina de Trabajo para recoger mi carné de
cuentapropista con numeración 671569.
Cuando me hacen entrega de mi carné de
cuentapropista, regreso de nuevo a la ONAT para recoger un documento
que me deben dar allí pues yo soy titular, y contrataré personal de
afuera de mi municipio, porque me lo exigen en el municipio de esos
compañeros que voy a contratar. Me paro en la puerta y sale una
funcionaria y le pregunto del documento, y me dice muy incómoda,
"que debo de hacer la cola" sin contestarme nada más. Miro hacia
atrás y le respondo: "¿cuál cola, si yo soy el único? Y entonces de
muy mala gana, me indica dirigirme a una compañera que estaba
conversando con otra muy amenamente, la que me contesta que para ese
documento debo de esperar 15 días, a lo cual le respondí que ese
término no aparecía en la ley.
Junto conmigo estaban dos compañeros haciendo los
mismos trámites a través de otros municipios Cerro y Playa,
respectivamente. Cuando voy a llamar a un compañero para hacerle ver
a la funcionaria que en otros municipios habían entregado ese
documento inmediatamente, me atacó diciéndome que ella no tenía que
hablar con nadie, y como es lógico, le di mi espalda y me retiré y
le dije que me quejaría a otras instancias.
Y de ahí mismo, otro compañero y yo fuimos para la
ONAT provincial, y nos entrevistamos con una compañera en Atención
al contribuyente, la cual en ese momento estuvo de acuerdo con
nosotros y me dijo que ella consultaría con Guanabacoa y que me
llamaría para darme una respuesta. Y efectivamente al otro día me
llamó, pero no para darme una respuesta satisfactoria, sino todo lo
contrario, que los compañeros de Guanabacoa habían actuado
correctamente y que ese mismo mecanismo lo harían extensivo a todas
las ONAT de la provincia. ¡Dígame usted!
Al recibir esa llamada el 25 de enero, llamé al
teléfono 876-2528 de Atención al contribuyente, y pregunto por la
compañera que había tramitado mi queja el día anterior y no se
encontraba, por lo que me atendió otra compañera, a la cual le
expliqué todo lo sucedido a grandes rasgos, y ella me dijo que el
lunes 28 se comunicaría conmigo. Pensé en dirigirme a la ONAT
Nacional, pero ya era muy tarde, y pensé dejarlo para el próximo
lunes 28.
Pero cuando llego a mi casa ocurrió algo que me hizo
cambiar de idea. Leí en el periódico Granma, en Cartas a la
Dirección , la titulada "Trámite infernal", que describe algo
similar a lo que me ha sucedido, y no es que sea solamente mi
sentir, sino es el de gran parte de los clientes que habían ahí.
Y muchos nos preguntamos. ¿Es necesario las
actitudes que toman algunos funcionarios públicos desde el
micromundo que se rodean? ¿Es necesario que a donde quiera que
lleguemos a hacer un trámite, nos encontremos caras y respuestas
incoherentes? ¿Es necesario mirar por encima de los hombros a los
que se acercan a nosotros buscando una respuesta u orientación en
algo que es totalmente nuevo para nuestra población?¿Por qué no
ubicar en esos puestos claves a personas idóneas y no a cualquiera
para cubrir una plaza? ¿ Debemos seguir soportando los maltratos de
quienes en realidad deben atendernos con un sentido y un sentimiento
de responsabilidad y amor hacia el prójimo y con el respeto que
todos los cubanos nos merecemos entre nosotros mismos?
L. M. Gómez Sánchez
¿Qué papel pueden jugar los municipios para
aprovechar los “excedentes” no acopiables?
Es frecuente ver en los órganos de prensa la noticia
o queja de que pierden toneladas o quintales de frutos por falta de
comercialización por las entidades de organizaciones empresariales,
donde aparece el comodín, o escudo, de la contratación. La
contratación es un instrumento legal que tiene una función
reguladora que de ser objetiva no puede cuestionarse.
Sucede que en el sector productivo formado por el
productor, acopiador y procesador, el primer segmento es el más
débil, pues enfrenta más riesgos como son las limitaciones
económico-financieras, los percances del bloqueo, los ataques de
plagas y las fluctuaciones en el clima y la atmósfera. Luego que el
productor despeja esas negatividades y a base de trabajo e
inteligencia, se le presenta la posible cosecha (que no puede
detener, ni atrasar o adelantar), y entonces aparecen los problemas
con los aparatos de acopio y de industria.
Es preocupante que aún se produzca, o se reproduzca
esta situación. Me pregunto qué papel pueden jugar los municipios
para aprovechar esos "excedentes" no acopiables. ¿Acaso a este nivel
no puede tenerse esa previsión y con factores locales echar a andar
una minindustria y comercialización, con precios oficialmente
aprobados y todo dentro de los marcos legales, pues no puede hacerse
de otra forma?
Me pregunto si a nivel municipal no es factible
crear y controlar medios de envase de acopio, envases para llevar y
comercializar, con la participación de los CDR, escuelas, tiendas de
recuperación de materias primas, de los aniristas o pobladores que
aporten ideas y obras para estos menesteres.
En mis días infantiles eso se hacía y coexistían las
grandes industrias, las minindustrias y las producciones caseras.
El Presidente Raúl Castro más de una vez ha
convocado a buscarle una solución práctica a la producción de
alimentos, en especial, desarrollando o aprovechando las
potencialidades locales. Entonces ¿por qué se suceden estas cosas?
¿Hasta cuándo los municipios seguirán sin facultades?
P. V. Rodríguez Figueira
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