Agradecimiento desde Santiago de Cuba
Adaptados a reflejar en esta sección, cuestiones
referentes a aspectos negativos de nuestra realidad nacional que
deben ser criticados, muchas veces no nos detenemos a apreciar las
cualidades que engrandecen a los cubanos. Como habitante de la
región oriental de Cuba, sufrí, junto a mis coterráneos, de los
embates del huracán Sandy y sus secuelas posteriores.
Pero como cubano, me conmueve más y al mismo tiempo
me consuela, no solo la ayuda internacional prestada a los
damnificados, sino el altruismo y la solidaridad de muchos
compatriotas de la capital que comparten lo que tienen con sus
hermanos orientales. Eso dice mucho de nosotros los cubanos y
contrasta con la actitud negativa de elementos inescrupulosos que
aprovechándose de la situación dejada por el huracán, acaparan
recursos con vistas a revenderlos a precios exorbitantes en
detrimento, no solo de nuestros bolsillos, sino de nuestros más
sagrados valores.
Bien nos dice Martí que "mientras hay hombres sin
decoro, hay otros que llevan en sí el decoro de muchos hombres".
Nuestra más sincera gratitud, no solo para los
capitalinos, sino para los cubanos de otras provincias que se han
sumado a este accionar tan humano y engrandecedor.
R. Nápoles Ávila
Sinrazones con algunos medicamentos
Por determinada patología diagnosticada por un
neurocirujano, debo tomar tres veces al día Pentoxifilina y dos
veces Dipiridamol, las cuales no puedo dejar de tomar por las crisis
tan fuertes que me dan, que cuando las sufro no puedo ni los ojos
abrir e incluso hasta el conocimiento he perdido.
¿Qué sucede? Que el primer medicamento se ha
convertido en un gran dilema, pues estuvo por el llamado tarjetón,
luego lo quitaron y dejaron por receta médica pero nada más puede
ser indicada por los angiólogos, la primera duda: ¿un neurocirujano
o médico de otra especialidad no está capacitado para saber a cuál
paciente y en qué determinadas patologías debe indicarlo?, porque
para nada tengo que ir a verme con el angiólogo; es molestarlo en
una consulta para que emita una receta de un medicamento que no me
estoy automedicando.
Pero lo peor es que hace unas semanas que no entra
este medicamento (Pentoxifilina) a las farmacias que lo venden, ya
que no se vende en todas. Sabemos que hay medicamentos que deben ser
controlados precisamente para evitar que se compren y los pacientes
los tomen y como dice el importante programa La Dosis Exacta,
no se automedique nadie y luego aparezcan otros problemas de salud
por desconocimiento de consumir los mismos.
Pero lo que más nos preocupa: si estos medicamentos
tan necesarios para algunos están en falta y deben controlarse de
manera tal que solo un especialista está autorizado a indicarlo,
¿cómo es posible que sí existan en las farmacias que venden
medicamentos en CUC y a un precio que, al menos yo, no lo puedo
pagar, y sin necesidad de llevar receta? (Esto sucede con muchísimos
medicamentos que venden en estas farmacias). Entonces, si tuviese
los $30.00 CUC, que me cuestan 30 tabletas (que al ser tres diarias
pues sería para diez días solamente), ¿no es necesario molestar al
angiólogo y se le puede recomendar a cualquier conocido porque a mí
me asienta?
Sabemos que para todo deben existir medidas, lo que
no significa que todas las medidas que se toman sean las correctas,
entonces, en mi humilde opinión y como paciente muy afectada, creo
que se pudiera valorar la medida de que este medicamento, como otros
tantos, antes de llevarlos a farmacias donde solo unos cuantos
pueden comprar, pues volver a ponerlos por tarjetón para que estén
al alcance de todos los pacientes que desdichadamente necesitamos de
ellos y por ende a un precio asequible para todos.
Es preocupante y a la vez increíble que sucedan
cosas como estas, pero, por favor, más que una explicación lo que
necesitamos es que estudien la medida y le den una solución, porque
con una explicación no nos vamos aliviar los enfermos.
M. M. González Alonso
Sobre la respuesta de la Dirección de Inspección
Integral de La Habana del Este
El día 15 publicaron mi carta "Revendedores
autorizados"; al siguiente día contactó conmigo por teléfono el
compañero Wilfredo de la Dirección Integral de Supervisión del
Consejo de Administración Municipal de La Habana del Este y me
informó que iban a accionar sobre lo publicado en Cartas a la
Dirección y posteriormente me darían respuesta.
La respuesta me fue dada por escrito el 21 de los
corrientes y según esta, ellos solamente verifican si el producto
que se está vendiendo tiene la licitud correspondiente, o sea, el
vale de venta en la tienda y que el revendedor lo poseía, ya que la
Resolución no. 345 del Ministerio de Comercio Interior lo amparaba
comprar en cualquier tienda minorista y por eso revende al precio
que él quiera ponerle.
Eso me da a entender que es este organismo entonces
mediante dicha resolución, el que facilita la reventa de todos estos
productos. Creo que se debe revisar y reflexionar bien sobre dicho
documento para impedir las reventas de los artículos que venden las
tiendas minoristas, pues estos revendedores acaparan estas
mercancías y lo que están es dando una falsa visión de escasez
cuando no es así, y voy a poner un ejemplo:
En estos días tal parece que hay escasez de
detergente y usted ve en las tiendas donde sacan el producto
inmensas colas, pero colas de personas que acaparan para luego
revender, pues están amparados a realizar estas acciones. Y yo
pregunto: ¿es correcto eso?
A. L. Márquez Medero
Una observación sobre el uso de la Bandera
El viernes 19 de octubre, fue publicado en este
periódico, un comentario del conocido periodista Pedro de la Hoz con
el título "Una observación, una sugerencia", donde valora
atinadamente algo relacionado con nuestro Himno Nacional, cómo se
interpreta y cómo debe interpretarse.
Yo también he observado y sugiero que se haga
pública una mala práctica que ataca al valor sagrado de nuestra
Bandera Nacional.
En reiteradas ocasiones se divulgan distintos
eventos donde aparece, lo que yo llamaría nuestro principal símbolo
patrio, colocada de forma contraria a los reglamentos, es decir, al
revés.
Ello demuestra poco conocimiento al respecto por
parte de los que organizan esos eventos: asambleas de rendición de
cuenta o de nominación de candidatos a delegados, en actos públicos
también de distintos niveles, en imágenes de eventos en centros de
trabajo o escuelas.
Como es sabido por algunos (muchas personas no lo
conocen) la bandera cuando está izada, la punta solitaria de la
estrella se coloca hacia arriba y cuando está plegada, colgada o
fijada a la pared de forma vertical, entonces esa punta se coloca
orientada a nuestra derecha, es decir, a la derecha de la persona
que la esté observando. Cuando se coloca a la entrada de cualquier
edificio, la bandera se sitúa a la derecha saliendo del edificio, o
sea, a la izquierda entrando y otras reglas más que no se observan.
Yo creo, que debería divulgarse, a falta de la
educación cívica no recibida oportunamente y mediante todas las vías
posibles, lo relacionado con el uso de nuestros símbolos patrios.
O. Olano Guevara
El cambio de mentalidad, una necesidad
impostergable
Es evidente que los cambios que hoy están ocurriendo
en nuestro país, como consecuencia de la implementación de los
Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y de la
Revolución, aprobados en el VI Congreso del Partido, necesitan de
manera impostergable el cambio de mentalidad, no solamente en
nuestro pueblo sino también en nuestros dirigentes a todos los
niveles de la dirección tanto política como económica.
Hay otro aspecto que sabemos que, con sabiduría y
sacrificios, nuestra máxima dirección está trabajando para
erradicarlos definitivamente de nuestra sociedad, me refiero a
vicios, rezagos y tendencias negativas que heredamos y que se
incrementaron con el periodo especial y hoy continúan estimulando y
financiando el imperialismo y la gusanera de Miami.
Ningún análisis que se pretenda hacer sobre temas
políticos, económicos y sociales relacionados con nuestro país,
puede dejar de señalar los siguientes aspectos: Cuba es un país que
sufre un criminal bloqueo que dura ya más de 50 años, existe en el
mundo de hoy una grave crisis económica que involucra a todos los
países del planeta, los cambios climáticos con el calentamiento
global y los desastres naturales que están afectando a la humanidad,
así como nuestros propios errores e ineficiencias, son aspectos que
deben tenerse en cuenta y sin olvidar que, a pesar de todos esos
inconvenientes, debemos reconocer los avances políticos, económicos
y sociales que hemos logrado en estos 50 años de Revolución.
Para enfrentar con espíritu revolucionario y con la
conciencia clara de que solamente una sociedad socialista puede
ayudarnos a salir adelante, tratemos de responder las siguientes
interrogantes:
¿Cómo lograr avanzar y resolver los principales
problemas económicos que hoy nos están afectando y cuál es su
importancia?
1. Lo más importante es la necesidad de que apoyemos
conscientemente los 313 Lineamientos que aprobó el VI Congreso del
Partido y que previamente analizó, discutió y enriqueció todo
nuestro pueblo.
2. Necesitamos lograr una mayor cultura del trabajo,
una mayor disciplina laboral y una mayor cultura económica que ayude
a comprender mejor la necesidad de los cambios económicos que se
están efectuando.
3. Carlos Marx y Federico Engels elevaron a
categoría filosófica el siguiente pensamiento: "El hombre necesita
primero comer, vestir, tener techo y después hacer filosofía" y
continúan: "El hombre necesita en primer lugar abordar los problemas
de su vida material para después desarrollar cultura y vida
espiritual, entendiendo como tal el pensamiento, las ideas, la
conciencia. No es hombre sin estas últimas, o sea que ambas, cultura
y vida espiritual, tienen influencia decisiva en el curso de la
historia" (fin de la cita). Nuestra Revolución, en estos 50 años ha
cumplido con este principio marxista.
¿Por qué es necesario que, junto a los cambios en la
mentalidad económica, debamos hacer también cambios en la mentalidad
política y social?
1. Considero necesaria y correcta la existencia de
un Partido único que mantenga desterrada la politiquería que
imperaba antes del 1959 en nuestro país y además, un solo Partido
mantiene la unidad de nuestro pueblo. Sin embargo, nuestra máxima
dirección partidista ha cumplido hasta ahora este fundamental
principio y mi inquietud y preocupación es la siguiente: ¿Esa
discusión abierta y democrática de los problemas esenciales que
afectan a cada comunidad o centro de trabajo se lleva a cabo en cada
núcleo de la base partidista? Yo pienso que muchos de nuestros
núcleos no han sabido llegar adecuadamente a la gente.
2. Es necesario lograr que el espíritu de la Primera
Conferencia Nacional prevalezca y que cada núcleo de base, zonal o
de centro de trabajo, generen actividades que permitan a nuestro
pueblo transmitir sus inquietudes de todo cuanto haya que rectificar
a nivel local y que no sean como hasta ahora, simples poleas
transmisoras de las orientaciones superiores sino que sean
verdaderos foros de debate.
3. Es necesario que nuestra prensa radial, escrita o
televisiva recepcione, transmita, divulgue, rinda cuenta y pueda
pedirla a todos los niveles de dirección incluidas las estructuras
del Partido. Esto se viene haciendo en parte con resultados hasta
ahora favorables.
4. Es necesario que nuestros medios de comunicación,
fundamentalmente la televisión, dejen de transmitir programas o
seriados que en nada educan a nuestra población y de los cuales
nuestros jóvenes copian lenguajes, estilos de moda y conductas
violentas y poco edificantes.
5. Considero nuestro proceso eleccionario un ejemplo
de democracia y de seriedad y honestidad en todos sus aspectos. Sin
embargo, es necesario que nuestros delegados tengan en su función un
mayor apoyo de los organismos superiores y una mayor autoridad para
dirigir su gestión de gobierno a nivel local. Nuestras asambleas de
rendición de cuenta se han convertido en muchos casos en eventos
poco estimulantes para nuestro pueblo y donde sus planteamientos son
reiterativos y sin adecuada respuesta por parte de los organismos.
6. Cada cuadro de dirección estatal, empresarial o
administrativo que vaya a recibir un cargo de cierta categoría, debe
someterse a una "declaración de bienes" sobre la que debe rendir
cuenta una vez cesada su responsabilidad.
Consolidar, rectificar y cumplir los aspectos
económicos y políticos que he venido exponiendo, ayudarían a lograr
el "cambio de mentalidad" que necesitamos en estos momentos en
nuestro país. Esto evitaría muchas situaciones que hoy están
gravitando sobre nuestra sociedad, veamos algunas de ellas:
1. Hoy no existe entre nosotros el hábito del
debate. Se rechazan los cuestionamientos, no se responden las
interrogantes y nos hemos habituado a obedecer sin discutir las
orientaciones superiores.
2. Estamos habituados a que todo viene de arriba y
eso genera acomodamiento, indiferencia ante los problemas que no nos
atañen directamente y una actitud "quietista".
3. Vemos con preocupación que cada vez más se abre
paso la expresión: "No cojas lucha que esto no lo resuelve nadie",
actitud que produce en la mente y en la conducta de nuestro pueblo
situaciones en extremo negativas: individualismo, indolencia,
indisciplinas, nuestras organizaciones de masas pueden ir perdiendo
su capacidad movilizativa, abre el camino a las ilegalidades,
estimulan en la sociedad los fenómenos subversivos e incluso, llegar
a provocar en el trabajo por cuenta propia, la pequeña empresa y
otras formas de propiedad privada, una mentalidad de "sálvese quien
pueda". Finalmente, lo que quiero afirmar es que la sociedad cubana
debe estar preparada para el proceso en que hoy estamos enfrascados,
o sea, la implementación de los Lineamientos, que el ciudadano
sienta que participa activamente en las decisiones y que lo que
pueda ocurrir, bueno o malo, nos afecta a todos por igual. Si no lo
logramos, el pueblo se desentenderá de todo lo que va sucediendo,
concentrándose en solucionar las dificultades de su vida cotidiana,
individual, que hoy son todavía muchas y agobiantes. Lo que trato es
de llamar a pensar que el "cambio de mentalidad" debe generar un
ambiente político de confianza en la participación ciudadana.
E. Regalado García