Publicada el 16 de noviembre de 2012

Extender la cuenta para los damnificados del Sandy a todo el país

Ante los lamentables acontecimientos producidos por el paso del huracán Sandy, los cubanos sentimos la necesidad de cooperar en la ayuda a los afectados.

Las provincias orientales han sido seriamente dañadas, descubrimos en cada noticia que las consecuencias cada vez son peores, por lo que nos gustaría que la opción que se habilitó en La Habana de abrir una cuenta para que los ciudadanos donen la cantidad que puedan, se extienda para el resto del país o que se le dé la tarea a una organización de masas, ya que muchos sentimos la necesidad de poder ayudar en algo a los damnificados, sobre todo en la compra de materiales de la construcción.

Sé que esta iniciativa no afecta la economía particular y se lograría recaudar una gran suma si todos los cubanos pudiésemos donar algo a nuestros compatriotas y así poder ayudar a la economía del país.

J. E. Villafaña Laguna

Buscando perfeccionar la gestión del delegado

Durante los días 1 y 2 del presente, participé en un seminario impartido a los delegados a la Asamblea Municipal del Poder Popular de Santa Cruz del Norte, donde profesores, secretarios de asambleas y dirigentes nos trasmitieron conocimientos que abarcaron desde la Constitución de la República, las funciones, deberes y derechos del delegado, hasta cómo preparar y ejecutar una rendición de cuenta para que, realmente, cumpla su cometido.

El viernes 2, al regresar a casa pude leer el Granma, en especial esta sección de mi preferencia, por considerarla muy oportuna y valiente, al reflejar las opiniones, críticas y sugerencias que en ella tienen un espacio para el debate y la reflexión. Para sorpresa, me encontré con diversas, y muy bien fundamentadas, ideas de varios delegados sobre el papel que nos corresponde desempeñar en la Cuba de estos tiempos. Fue como si ellos hubiesen participando en nuestro seminario, porque la mayoría de las opiniones, de una forma u otra, fueron debatidas en nuestras sesiones, buscando perfeccionar la gestión del delegado y hacerla palpable por esa comunidad que nos eligió como sus fieles representantes ante el máximo órgano de gobierno del territorio.

Quiero dar mi modesta opinión sobre uno de los temas discutidos con mucha fuerza en nuestro seminario y es el referente a si los directivos están o no, en la obligación de asistir y rendirle cuenta a la asamblea sobre sus gestiones o la calidad de los servicios que están obligados, por ley, a brindarle a la comunidad.

Defiendo la idea de que el delegado les exija a los directivos, desde los nacionales hasta los de base, su participación en la rendición de cuenta de la circunscripción donde ejerce dicha responsabilidad, para explicarle al pueblo las causas del porqué los servicios o la calidad de los productos tienen deficiencias. Esto se revierte en más calidad, control y eficiencia y sirve para que las direcciones administrativas sean más rigurosas, desde la selección de sus cuadros hasta las inspecciones de sus especialistas. No hay mejor inspector que el pueblo y se le puede dar una explicación, muy sofisticada técnicamente, sobre los distintos tipos de harina y su incidencia en la calidad del pan. Pero él lo aceptará una vez. Para la próxima tiene dos alternativas: mejorar la calidad del producto o solicitar la baja.

También puede ser al revés y el delegado hacerse acompañar por directivos que son ejemplo y es justo que los vecinos les feliciten por su trabajo. ¿Existe algún estímulo y mérito mayor que sentirte reconocido por el pueblo?

El delegado y el administrativo no son enemigos, todo lo contrario; el primero es el pueblo, y gobierno a la misma vez, que visita, exige y se preocupa por las condiciones en que ese directivo hace su trabajo, y el segundo es hijo de esa comunidad, que ocupa una responsabilidad por y para el pueblo.

De eso se trata, de subirnos la parada nosotros mismos y no pensar que cuando criticamos la gestión del presidente, vicepresidentes, funcionarios o administrativos estamos resolviendo el problema. Se resolverá cuando se tenga en cuenta la labor participativa de la comunidad y se aúnen los esfuerzos de empresas, industrias, organismos, organizaciones de masas y cuentapropistas en un mancomunado esfuerzo para obtener resultados superiores que se reviertan en mayor calidad de vida.

Un ejemplo, entre cientos de ellos, que nos da la medida de la importancia de escuchar y defender la sabiduría popular puede ser este:

En reiteradas asambleas de rendición de cuenta, el delegado explica todas las gestiones hechas con el gobierno y empresas para resolver las tapas de los tanques de agua de los edificios multifamiliares por los riesgos que implica tener el agua a la intemperie. Las justificaciones seguían siendo las mismas, que si el bloqueo, la fábrica no las vende sueltas, no hay materia prima, los moldes redondos no se consiguen, etc. Cansado de ellas, un vecino preguntó en voz alta: ¿Y será tan difícil hacerlas en el propio municipio o es que las tapas solo pueden ser redondas? Si los decisores le hubiesen prestado todo el interés y prioridad a un asunto de tanta sensibilidad, destinando los recursos necesarios para la confección de dichas tapas, hoy no solo estaría resuelto el problema, sino que esta idea estaría generalizada a lo largo del país. Pero, aquí aparecen los dichosos y justificativos peros, el cemento no se puede coger para eso porque viene destinado a asuntos priorizados por el país, o Mantenimiento Constructivo no tiene incluido, en su objeto social, la construcción de tapas de tanques.

Escuchar, razonar, debatir con los electores las posibles soluciones comunitarias para después defenderlas ante su Asamblea Municipal es el rol que nos corresponde a los que hemos sido elegidos para una tarea tan hermosa y retadora en estos tiempos, donde todos contamos para seguir defendiendo la obra de una Revolución que sigue emanando ejemplos para cientos de pueblos y que es preciso seguir construyendo con la participación de todos.

A eso nos llaman los Lineamientos del Partido y nuestro General Presidente.

L. S. Leyva Yero

“Financiamiento” del transporte

El viernes 26 de octubre se publicó una carta de P. A. Palenzuela Marrero con una preocupación que creo se puede generalizar en todo el país. Todos conocemos que el transporte de pasajeros en buena parte se soporta en vehículos particulares, almendrones, incluyendo La Habana.

También conocemos que el combustible que utilizan estos medios es producto del desvío de los organismos y entidades estatales, me atrevería a decir que el Estado "financia" el transporte privado de pasajeros, si además tenemos en cuenta que los repuestos y modificaciones (muy prácticas) que se realizan en estos autos, se nutren de piezas desviadas y confeccionadas en talleres también estatales.

Ahora a la pregunta que se hace Palenzuela me gustaría cambiarla por: ¿Podrían los que les venden el combustible a estos porteadores hacerlo si en sus empresas existieran los controles establecidos y sus directivos velaran por ello?

R. Rodríguez Melián

El efecto contaminante de los Almendrones por Diez de Octubre

Siete y treinta antemeridiano, Calzada de Diez de Octubre, esquina de Toyo; sentido Víbora-Vedado, 70 autos americanos esparciendo el humo por toda la calzada, no solo los llamados boteros, sino autos rusos, camionetas de empresas y todo un enjambre de vehículos que dejaban una estera de humo a su paso, contaminando la mañana de quienes felizmente se dirigían a sus escuelas o trabajos o a sus menesteres diurnos.

Pregunto: ¿Cuánto tiempo más va a pasar hasta que nos demos cuenta de que situaciones como esa, poco a poco, van lacerando la salud de los que en especial viven en esa zona que, además, carece de árboles capaces de amortiguar el inminente daño?

Si en diez minutos se mueven por esa calzada 70 autos con la carga contaminante que allí experimenté, ¿cuánto dióxido de carbono se lanza al medio ambiente en todo un día en ese municipio, que dicho sea de paso no es el que peor situación vive? ¿No se podrá pensar en soluciones para esa crisis, como quizás limitar o desviar autos antiguos en ciertos días de la semana por otros recorridos, hasta tanto no se pueda incrementar el transporte estatal o de refuerzo de forma que se reduzcan los particulares?

El aire que se va respirando, luego de años de ese transitar, se hace denso y lacera la salud de la ciudad y no se ve intención de mejorar esa situación.¿Cómo es posible que esos autos pasen el llamado Somatón? ¿A cuánto descenderá el índice de mortalidad de las próximas generaciones si ese humo lo siguen respirando, día tras día, los escolares que se dirigen a sus escuelas a escuchar temas sobre la defensa del medio ambiente? He ahí otra asignatura pendiente.

A. Mesa Imbernó

Inconformidades de un colectivo de trabajadores

Mediante la presente, el colectivo de trabajadores de la fábrica de galletas Elsa, del municipio de Placetas, en Villa Clara, les hace llegar su desacuerdo con la decisión tomada por la empresa, y su inconformidad con el tratamiento laboral y salarial recibido en su caso, el cual han acordado titular: "La ineficiencia del derroche energético de otros, cobrada al bolsillo de la familia de los trabajadores de la fábrica", basados en los siguientes hechos:

Los directivos de la Empresa Provincial Productora de Alimentos (EPPA), de Villa Clara, decidieron paralizar la fábrica, debido, según ellos, a un déficit de combustible durante los actuales meses de noviembre y diciembre.

Los directivos y funcionarios de la Unidad Empresarial de Base (UEB), de Placetas, adscrita a la empresa referida anteriormente, y que dirige la fábrica, determinaron declarar interruptos a todos sus trabajadores, exceptuando al administrador, proceso que se pensó y llevó a efecto sin la participación ni el conocimiento de la CTC a ningún nivel.

Estos funcionarios dijeron no tener reubicación para ofertar, ya que solamente contaban con dos plazas para auxiliares de limpieza en panaderías y dos plazas de operario en la fábrica de fideos, perteneciente a la propia UEB, pero distante a siete kilómetros de la ciudad, y sin transporte ni almuerzo, por lo cual dejaron abandonados a su suerte a 23 trabajadores.

Estos directivos, tanto a nivel municipal como provincial, no tuvieron la delicadeza ni la gentileza de ni siquiera cumplir con su deber, ninguno se personó en el centro ni convocó reunión alguna para dar al colectivo las explicaciones que resultasen necesarias, o responder las inquietudes de estos trabajadores.

Ante las preguntas de los trabajadores, el administrador, de pasillo, dijo que según su director, la empresa había sufrido una reducción del 30 % de la cifra de combustible del mes, debido a las afectaciones del huracán Sandy. Ahora con el paso de los días, su versión es otra, es que la provincia se excedió en el consumo eléctrico, y tomó la medida de entregar menos combustible a las entidades (penalización), o sea, a ciencia cierta, hoy los trabajadores ponen en duda si está diciendo la verdad o existen otras razones.

Los trabajadores no están de acuerdo con que se paralice la fábrica durante los dos meses últimos del año y quedarse sin sustento, si la reducción era de un 30 %, ¿por qué entonces les quitaron el 100 %? Plantean: y si es por sobreconsumo eléctrico, ¿por qué no penalizan a los que se excedieron, a los "dragones" y "dragoncillos", como dijese un maestro del periodismo en Villa Clara, y afectan todo un colectivo que ni se pasó en consumo ni la cocción es con corriente eléctrica.

El colectivo de trabajadores de la fábrica, ha venido teniendo afectación laboral y económica durante todo el año, mes tras mes, debido precisamente a un plan de producción mal confeccionado y aprobado por estos mismos directivos de la EPPA provincial, en el cual el combustible planificado solo respalda el 60 % de la producción, resultando de ello interrupción laboral mensual de cinco a siete días, pero ningún directivo ni está sancionado ni interrupto ni sin salario.

Además de esto, de forma irrespetuosa, todos estos directivos incumplieron la orientación de la máxima dirección del país de reunirse con todos los trabajadores a inicio de año para discutir el plan, en la fábrica no se hizo.

En resumen: Hoy los trabajadores de la fábrica están interruptos casi todos, casi todos sin garantía salarial, sin que ningún funcionario de ninguna organización se haya personado en el centro y se haya reunido con ellos.

Colectivo de trabajadores de la fábrica de galletas Elsa

¡Le zumba la guayaba, pero también el coco!

Fue la expresión que se nos ocurrió cuando leímos en páginas recientes de viernes de Granma, en que se expone el caso de la pérdida de ese fruto y la "odisea" que sufrió un cosechador. ¿A cuántos otros que no lo expusieron a la prensa les habrá ocurrido lo mismo?

Le zumba la guayaba que nuestro centro "La Flora", donde elaboramos y comercializamos panes y dulces, se vio afectado en al menos seis tipos de dulces por faltar la mermelada de guayaba. Lo del coco zumba más duro; nos falta desde el mes de mayo pasado, afectando un grupo de productos y sus variantes a ofertar. ¿Que no hay guayaba ni coco en Cuba? ¡Quién se atreve a decir eso!

Lo que sí nos atrevemos a asegurar es que se deben combatir varias cosas, entre ellas:

Primero.—Esa mentalidad que nosotros denominamos "neocolonial" de algunos, para los cuales todo lo que provenga del extranjero es mejor, es más seguro o ambas cosas.

Segundo.—No contratar las producciones nacionales para —como muchísimos cubanos con razón o sin ella comentan— tener la "posibilidad" de "negociar" con el extranjero, aduciendo la no confiabilidad de las producciones o servicios nacionales. Quienes así actúan o se pronuncian no dejan de tener, desgraciadamente, cierta razón cuando observan la falta de integralidad de los planes a nivel de ejecutores en la economía.

La guayaba, el coco y cuanto otro potencial productivo o de servicios se planifique, requiere en sus distintas fases de aseguramientos e insumos; lo que se requiere en enero no puede llegar en oktiembre (no ver falta de ortografía). Dificultades económicas nos sobran, no puede ser que de todo se culpe a la situación financiera ni al imperialismo; está por ver y exigir si todos conjugamos el verbo hacer en todas sus formas del español, del ruso y del inglés.

El compañero Raúl nos decía en 1996, refiriéndose a mercadotecnia y planificación: "Aquí no puede haber ni improvisación ni voluntarismo, como no lo puede haber en nada".

El verbo exigir hay que conjugarlo en español y en todos los idiomas y dialectos del mundo.

Los cubanos tenemos que aprender y entender definitivamente que todo aquel o aquellos que con su actuar negligente o ineficiente (sin hablar de los que lo hacen con malicia), malgastan, deterioran, destruyen o hacen inservibles los recursos, están sacando el dinero de nuestros bolsillos. El bolsillo del Estado y del Gobierno es parte inseparable de nuestro propio bolsillo; no es el bolsillo de ningún capitalista. Por muchas formas de propiedad que coexistan en nuestro país, eso será así mientras seamos un Estado socialista. Si lo entendemos así, entonces estamos en el deber de hacer, cada cual en su lugarcito, pero también de exigir.

J. L. Marichal Castillo

Sobre la falta de información para acceder a ómnibus en La Habana

Recientemente recibí de visita en mi domicilio un pariente que reside en la provincia de Guantánamo y el mismo me comentaba lo difícil que le resultaba moverse en la ciudad de La Habana, sobre todo en los momentos que tenía la necesidad de desplazarse en ómnibus, debido a la falta de información.

Me puse a meditar en el asunto y efectivamente, aquellos que residimos en La Habana no nos percatamos de tal situación porque estamos entrenados en vivir en esta ciudad, pero el que viene de fuera se encuentra con la realidad de gran cantidad de paradas del transporte público que no tienen señaladas el número de los ómnibus que por el lugar circulan, en otros casos la situación es peor al no existir ni siquiera la señalización de que en el lugar paran ómnibus por la ausencia de la conocida P.

Infinidad de calles que han perdido las señalizaciones de sus nombres en las esquinas en no pocas zonas, falta de letreros de orientación ya no solo para el peatón sino para el automovilista. No hace tanto tiempo existían postes, incluso lumínicos, señalando restaurantes, hoteles, sitios de interés, nada de esto existe, por lo demás solo quedan en el recuerdo aquellos cobradores o conductores que anunciaban las paradas a las que se acercaba el ómnibus y los lugares de interés cercanos existentes o la posibilidad de hacer combinaciones para otras rutas de ómnibus.

En los llamados metrobús, las conocidas P, se hizo un intento para orientar en ese sentido apareciendo a bordo de los mismos unos carteles de las rutas que tomaban y las paradas de coincidencia, pero hasta eso ya se ha ido desapareciendo. Incluso había paradas donde existían carteles de las horas aproximadas que pasaban los ómnibus por ellas.

¿Sería posible conocer si el rescate de esto será posible algún día cercano o seguiremos preguntando y recorriendo a tientas la ciudad?

A. Sánchez Sierra

Revendedores autorizados

Muchos han sido los escritos que han salido en la prensa sobre los revendedores autorizados (léase algunos cuentapropistas), pero el colmo es que en tu propia cara te falte el respeto uno de estos personajes y acaba de sucederme con uno de ellos en la Zona 1 de Alamar, el cual estaba vendiendo los filtros de cerámica que llevan los filtros de agua coreanos, al precio de 250.00 MN o 10.00 CUC.

¿Por qué tan caro si vale en la tienda 3.75 CUC? Me respondió que eso a él no le importa y es verdad, lo que a él le importa es triplicar los precios de las mercancías y lo más importante que se lo permiten, pero ¿quién es el que autoriza estas ilegalidades o es que es el pueblo trabajador el que tiene que mantener a estas inescrupulosas personas? ¿Cuánto gana por vender un solo filtro de esos? 156.00 MN o 6,25 CUC, más que la mitad de un salario mensual de cualquier trabajador.

Cuando el lector Sánchez Mesa escribió a Cartas a la Dirección el 28 de septiembre sobre la reventa de los filtros de agua en los alrededores de la tienda de Carlos III, a la semana siguiente salió la respuesta de la Dirección de esa tienda, donde fue sancionada la cajera por haber vendido en demasía los susodichos filtros, y sin que nadie se ofenda es injusta esa medida, porque estamos esperando a que se tomen medidas a los que autorizan, inspeccionan o no sé qué, a revender estas y otras muchas mercancías tales como detergente, frazadas de piso, etc., y cito lo que el 20 de julio A. Pérez Ortega escribió a ese periódico: El revendedor no es más que un parásito de la sociedad que trata de vivir del pueblo trabajador, dándole un mayor valor a la mercancía de lo establecido por el Estado en la red minorista estatal, que acapara los productos deficitarios en la red estatal, en ocasiones adquiridos ilícitamente y que no le aporta nada a la economía del país.

A. L. Márquez Medero

Envíe su correspondencia a:
Periódico Granma. Departamento de Atención al Lector. General Suárez y Territorial. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. Código Postal: 10699. Zona Postal Habana 6, Apartado Postal 6187 o al correo electrónico: cartasaladireccion@granma.cip.cu Teléfonos 881 9712 o 881 3333, extensiones: 143,145, 148, 177.
 

 

SubirSubir