|
Publicada
el 2 de noviembre de 2012
De jefes… y valores
En el Granma del pasado 5 de octubre, página
3, hay un artículo firmado por Felix López, que está muy bueno, pero
considero que cuando se hable de las características de un buen
jefe, no debemos referirnos solo a las de índole técnicas, capacidad
de dirección, exigencia, responsabilidad, preparación económica y
jurídica, competencia, conocimiento de gestión de capital humano,
puede tener todas esas condiciones y sin embargo faltarle otras
relacionadas con los valores de los que tanto hemos hablado.
Esas características pueden estar presentes en
dirigentes de empresas e instituciones capitalistas, pero ellos no
servirían para dirigentes en Cuba, pues les faltarían las que tienen
que tener los dirigentes de una empresa o Institución cubana.
Los jefes en la Cuba revolucionaria, también, y
además de todas esas características, deben ser ejemplos en su
trabajo y en donde viven, austeros, sencillos, preocupados por los
problemas de sus subordinados, modestos, sentirse comprometidos con
la obra de la Revolución, combativos con lo mal hecho.
Se puede ser máster en ciencias de la dirección y
ser corrupto, se puede ser eficiente y ser corrupto, se puede
cumplir y ser eficaz, y ser corrupto, egoísta, prepotente...
G. Urrutia
Mensaje a los orientales
Las imágenes de un Santiago de Cuba devastado por la
furia de Sandy conmocionan por estos días a todos los cubanos, sin
embargo en los habitantes del sur camagüeyano las instantáneas
provocan algo más que puro asombro o dolor.
Los recuerdos de noviembre del 2008, para los
santacruceños, nos une a la realidad actual de santiagueros,
holguineros, guantanameros cuando con ojos húmedos vimos retorcerse
por los vientos de Paloma gran parte de nuestros mejores sueños.
Por ello, supimos compartir el dolor dejado por
Sandy, desde el mismo instante en que la visión de un panorama
desolador se extendió por la mayor de las Antillas pero también
podemos notificarles, como se ha materializado ya en esos momentos
difíciles cuando se hace inmensa la unidad de los cubanos. Es en un
instante como este cuando demostramos al mundo que solo un sistema
social como el nuestro es capaz poner todos los medios y recursos
necesarios en función de los más necesitados, pero sobre todo
podemos afirmarles que no faltarán abrazos sinceros, abrazos fuertes
y firmes de gente sencilla y trabajadora que no escatimará esfuerzo
y distancia para brindar su ayuda solidaria.
Y es así como esperamos que reciban este mensaje,
con un apretón de manos amigas que como toda Cuba confía en la
rebeldía perenne de la cuna de la Revolución, y las otras dos
provincias hermanas.
Orientales, la dirección del Partido y el Gobierno
de Santa Cruz del Sur y los más de 43 mil habitantes de este pueblo
de ciclones, no pueden más que reiterarles las palabras del General
de Ejército Raúl Castro tras el paso de Paloma: los revolucionarios
no se rinden al enemigo, ni a los huracanes, confían en la
Revolución.
Pablo Peribañez Hernández
Presidente Asamblea Municipal del Poder Popular
Mensaje solidario de cooperantes cubanos en Zulia, Venezuela
Los cooperantes del Centro Médico Diagnóstico de
Alta Tecnología, General Rafael Urdaneta, ubicado en el municipio
Maracaibo, estado Zulia, República Bolivariana de Venezuela,
queremos a través de ese órgano hacerle llegar a los familiares y
allegados de los fallecidos por el huracán que acaba de azotar
nuestra isla, nuestro dolor y condolencias, y a los habitantes de
las provincias afectadas nuestra solidaridad incondicional e
irrestricta, además de estar a la orden de lo que de nosotros
demande la máxima dirección del país y nuestro Ministerio de Salud
Pública.
Como se ha dicho en más de una ocasión: "Ser
solidario no es dar lo que nos sobra, sino compartir lo que se
tiene".
Con la confianza absoluta de que saldremos
victoriosos una vez más ante las adversidades y la convicción de que
la Revolución más temprano que tarde restañará los daños causados
por el siniestro.
Integrantes de la Brigada del CAT,
Misión Barrio Adentro, Zulia
La entereza de nuestro pueblo revertirá la situación
La misión diplomática de Cuba en Angola y todos los
cubanos que prestan sus servicios en esta hermana nación, desean
transmitir un mensaje de solidaridad a nuestro pueblo, por los
desastres ocasionados por el paso del huracán Sandy en las
provincias orientales.
Con dolor fue recibida la noticia de las pérdidas de
vidas humanas y extensos daños materiales ocasionados por este
fenómeno natural, pero estamos seguros que una vez más, la entereza
de nuestro pueblo revertirá la situación y saldremos adelante.
A este mensaje de solidaridad se unen la comunidad
de cubanos residentes y las diferentes asociaciones de solidaridad
con Cuba aquí en Angola, especialmente los "Caimaneros" (graduados
en nuestro país), quienes se han comunicado con la Embajada para
transmitir sus sentimientos solidarios por el desastre ocurrido en
la tierra en que nacieron o que supo acoger a muchos de ellos
durante su formación profesional.
Embajada de Cuba en Angola
Desde Guamo, mensaje a los damnificados
Cómo podría comenzar sin antes significar esa
hermosa labor que con fuerza y abnegada valentía están haciendo
todos los pobladores que de una forma u otra estuvieron de frente
contra el monstruo que nos impuso la naturaleza, en las provincias
de Santiago de Cuba, Guantánamo y Holguín para recuperarse lo más
pronto posible del desastre que están atravesando; también es de
meritorio reconocimiento toda la labor que está haciendo nuestro
Gobierno para darle una pronta solución a los problemas que aquejan
a nuestros hermanos.
Desde aquí mis saludos, a todos valor y fuerza que
un mejor mañana nos espera, todo depende de nosotros para que ese
día esté muy pronto en llegar, mientras que el huracán quedará como
muestra de que sucedió tan solo en nuestro recuerdo y el daño
sicológico que nos causó, porque los pueblos y las ciudades volverán
a renacer producto de nuestro arduo trabajo.
O. Fis
El delegado es el eslabón principal de la cadena
del Poder Popular
Siguiendo el debate sobre el Poder Popular iniciado
por A. Rodríguez Galindo y D. Morales, publicados el 5 de octubre y
el 26 de octubre, respectivamente, quisiera aportar mi opinión sobre
un eslabón de este importante sistema de la institucionalidad
cubana: el Delegado de la circunscripción.
No repetiré lo dicho por los que me antecedieron en
sus opiniones; estoy plenamente de acuerdo con ellos en sus
apreciaciones. Pero creo que este es un problema de nuestra vida
nacional sobre el que pudiéramos estar hablando un buen rato, es la
esencia de nuestra organización estatal en materia de gobierno.
Un aspecto esencial en este engranaje es el
delegado, pues de él depende buena parte de la existencia, los
éxitos y los fracasos del Poder Popular. Digo una buena parte y no
todo, pues como ha referido Morales hay una dosis importante de
responsabilidad de las estructuras que deben ayudar y velar por el
triunfo de los delegados en su gestión en la circunscripción.
Primero que todo, el delegado debe ser el líder del
barrio, de hecho lo es institucionalmente, es elegido por la mayoría
de la población de su circunscripción y por tanto merece el respeto
y el cariño de sus electores. Pero el delegado debe alimentar ese
liderazgo, pues de ello depende buena parte del éxito de su gestión
como representante de su pueblo.
No solo debe preocuparse por los problemas
materiales, hay muchos problemas en los barrios que no son
materiales o problemas que derivan en materiales por la falta de una
orientación o dirección de las personas que conforman la comunidad.
Toda comunidad necesita de un líder, respetado,
organizador, orientador y capaz de someter al orden la vida social
de la comunidad. Hay muchos problemas que solo los resuelve la
población si dispone de organización, capacidad movilizativa,
actitud revolucionaria y valentía y todas esas cualidades de la
comunidad solo pueden revelarse si tienen un director, un
orientador: ese es el delegado.
Fui delegado y conozco bien de lo que hablo, pues
cuando el activismo del delegado, su labor educativa, su
combatividad social por liberar al barrio de esas indolencias tiene
éxito, la población lo agradece.
El socialismo necesita del sacerdocio bondadoso de
sus miembros. La única escuela de la que se gradúan todos sus
pupilos, sin excepción, es la sociedad. De ella se aprende lo que
ella te enseña y si dejamos que ella solo enseñe malacrianzas,
faltas de respeto, incultura, vulgaridad y en no pocos lugares
violencia, pues de eso se graduarán sus alumnos.
El delegado es quien tiene que movilizar todas las
fuerzas revolucionarias y ciudadanas para la organización de la
población ante cada peligro que amenace la comunidad, sobre todo
cuando se trata de peligros internos que solo la comunidad puede
darles solución. En los comienzos del periodo especial esa fue la
divisa principal y con mucha dignidad y valentía se enfrentó y se
venció ese reto que en su dimensión no ha sido sobrepasado en ningún
momento posterior.
Incluso hay problemas materiales que la propia
comunidad enfrenta y resuelve, pero tiene que respirarse
solidaridad, dignidad, respeto y amor por el prójimo y sobre todo un
inmenso compromiso con Cuba y su socialismo, que aunque lleno de
dificultades sigue sobreviviendo con los mejores índices de vida de
población alguna, sin peligros de vandalismos generalizados o mafias
armadas. Hay que luchar por mantener a Cuba libre de las lacras que
pululan en otras naciones que sufren una inseguridad sin límites.
Como dice muy bien Morales, con la gestión del
delegado tienen que estar comprometidas todas las estructuras del
Gobierno, desde el municipio hasta los diputados que reciben el voto
de los electores de esos barrios.
¿Cuántos dirigentes del Gobierno de cualquier nivel,
Consejo Popular, delegados provinciales y diputados ayudan a los
delegados a que preparen sus reuniones de rendición de cuenta, para
debatir los verdaderos problemas del barrio y que no solo son las
escaseces materiales? ¿Cuántos de ellos participan en las
rendiciones de cuenta para sufrir o festejar los fracasos y/o los
éxitos de esa comunidad que lo eligió?
Creo seriamente en la necesidad de recuperar la
figura del delegado de la circunscripción y junto con él, la de los
demás elegidos en nuestro sistema de gobierno y veremos como este
sistema eleccionario cobrará una importancia mucho mayor que la que
ya hoy tiene, por la naturaleza intrínsecamente revolucionaria de
este pueblo.
Finalmente, para mí el delegado es el eslabón
principal de la cadena del Poder Popular, pero solo si vive para su
comunidad, si visita a sus vecinos, si camina el barrio, si oye sus
preocupaciones, si sabe como late el corazón de ese colectivo que
está agrupado en la circunscripción. El delegado tiene que atraer a
los gobernantes a su barrio, tiene que atraer a los delegados
provinciales, tiene que atraer a los diputados y aunque lo critiquen
no permitir por ningún concepto que en su barrio se comentan
arbitrariedades, negligencias, irresponsabilidades de las que a
diario, con vergüenza, estamos viendo publicadas en todos nuestros
medios, aunque para eso tenga que movilizar a su pueblo para impedir
semejantes atropellos.
Hoy para luchar por el socialismo no necesitamos
coger un fusil para combatir en una trinchera, quizás la lucha hoy
sea más difícil, pues a veces y no pocas, es luchar contra nosotros
mismos, contra nuestras miserias humanas o nuestra incultura
ideológica. Hay que preocuparse por tener un buen líder del barrio y
ese debe ser el delegado. Por eso debemos apostar todos, desde los
electores hasta los que después les toca velar porque el delegado
cumpla las funciones por la que su gente lo eligió.
J. Fundora Lliteras
Las funciones del delegado deberán adecuarse
también a estos nuevos tiempos
Pienso que de ningún modo debemos suponer que el
sistema electoral cubano ha llegado a su plena maduración, pues
considero que no es solo la separación de las funciones
administrativas y de gobierno en el ámbito provincial y municipal lo
que deberá ser perfeccionado, sino que, del mismo modo, debiera
aplicarse a las funciones de los delegados y que estos puedan
dedicarse más bien a tareas de representantes del pueblo ante el
Gobierno en cada instancia, que como el encargado de gestionar ante
las diferentes entidades administrativas la solución de los
problemas cotidianos de la comunidad, para después rendir cuenta a
sus electores.
Recuerdo muy bien cómo esa encomiable tarea de
búsqueda de solución de los problemas de la comunidad y de la
rendición de cuenta a los electores se hacía en los primeros
tiempos, pues fui electo delegado en los dos primeros mandatos. Eran
momentos en que la nueva administración estatal en el ámbito
municipal y provincial era incipiente y los delegados nos
convertimos en sus más importantes colaboradores y teníamos la
reciprocidad necesaria para responder ante los electores. Para mí
fueron cinco años sin un solo fin de semana en los que no tuviera
ocupado todo el tiempo, incluso sábados y domingos.
Pero la realidad de hoy día es que por lo general
ser propuesto como candidato a delegado constituye en vez de alegría
una gran preocupación, pues la mayoría de los elegidos no tienen
flexibilidad laboral alguna para cumplir con tan importante tarea
junto con sus obligaciones como trabajador, estudiante, militar,
etcétera y en la práctica se ha visto que la gente elude esa
responsabilidad y claro está, no debe de ningún modo ser
representante del pueblo quien no tenga aptitud, tiempo y voluntad,
para cumplir el mandato.
Hay que tener en cuenta que en la actualidad la
experiencia de Artemisa y Mayabeque busca tener una administración
local mucho más consolidada y que los gobiernos municipales y
provinciales asumen nuevas responsabilidades. Por esto considero que
las funciones del delegado deberán adecuarse también a estos nuevos
tiempos y el pueblo debe comprenderlo. Quizás por la trascendencia
de esta problemática en la que muchos ciudadanos pudieran opinar y
brindar sabias experiencias debiera ser otro tema de debate.
R. Pérez Cabrera
Más apreciaciones sobre el Poder Popular
Quien escribe fue nominado candidato a delegado a la
Asamblea Municipal del Poder Popular en dos de las asambleas de
nominación de candidatos efectuadas en septiembre del año en curso,
y posteriormente elegido como delegado el 21 de octubre por un 70 %
de los votos emitidos.
Por lo que comparto con la opinión de D. Morales en
la totalidad de los puntos planteados en su opinión sobre el tema, y
quisiera citar dos de las ocho opiniones.
Primer punto, y cito: "Las respuestas a los
planteamientos de los electores carecen en gran parte de ellas, de
la objetividad que deben tener, pues si no hay los recursos para
cumplirlos, entonces hay que buscar variantes u otras posibilidades,
pero no irse por la tangente de la justificación en la respuesta".
Sobre este punto: Muchas de las veces, la mayoría de
ellas, no se trata en sí solo de la falta de recursos, sino del mal
ese que todavía está de moda, que es el burocratismo, siendo este la
antesala de la corrupción, y que hay que acabar de cortarlo de raíz
de una vez y por todas, sin dejar de mencionar que a esto se le
suma, la falta de voluntad política en la gestión administrativa y
finalmente, la falta de perseverancia en tratar de darle la solución
a los problemas, que muchas veces está lejos de la falta de
recursos, ya que en muchas ocasiones están ahí prestos a ser
utilizados, pero que no se les dan el uso más conveniente. Si el
bloqueo norteamericano es el causante en su totalidad de que muchos
de nuestros problemas no se puedan resolver, es verdad también que
no acabamos de interiorizar que otro bloqueo que tenemos es el
generado por nuestros propios errores a la hora de tomar decisiones.
Segundo punto, y cito: "Los consejos de la
Administración Municipal (CAM), deben ayudar más al delegado en su
gestión para que realmente sea un gestor del gobierno y no un
tramitador de problemas. El Presidente y los demás miembros del CAM
y de la dirección de la Asamblea Municipal, son profesionales,
mientras que el delegado (si no es jubilado o ama de casa), es un
trabajador que sin afectar su jornada laboral cumple el papel para
el que fue electo, por tanto es un eslabón no profesional del Poder
Popular".
Son tantos los problemas a plantear por los
electores, que de por sí, requieren de una esmerada dedicación por
parte del delegado, además de las investigaciones y gestiones que
debe hacer este, para que su función cumpla la demanda de sus
electores, y así no perder la confianza de estos, quienes vieron en
él la solución de los problemas, y que precisamente por esa
confianza depositada, es que fue elegido. Por lo que el delegado,
debiera ser también liberado de su centro de trabajo con el mismo
salario que percibe, para que así pueda hacer un arduo trabajo en el
cumplimiento de sus funciones.
D. Cárdenas Marcial
|
Envíe su correspondencia a:
Periódico Granma. Departamento de Atención al Lector. General
Suárez y Territorial. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba.
Código Postal: 10699. Zona Postal Habana 6, Apartado Postal 6187 o
al correo electrónico: cartasaladireccion@granma.cip.cu Teléfonos
881 9712 o 881 3333, extensiones: 143,145, 148, 177. |
|