Publicada el 5 de octubre de 2012

El Poder Popular

Es de mi interés que muchas personas mediten acerca de este título. Para mí, en él se concreta la esencia de la Revolución: un estado de obreros y campesinos. Debemos pensar cómo hacerlo en medio del actual proceso de actualización que vive el país. Tengo la convicción de que la misión de las Asambleas Municipales y, por tanto, de los delegados es ejercer el gobierno.

Si me equivoco me rectifican. En mi experiencia como delegado y la que acumulo como ciudadano que se preocupa y participa activamente en la vida de la comunidad, creo firmemente que no se cumple con la misión ni en un 10 %. Veo relación entre esta realidad y muchas de las cosas que se publican por esta sección, que denotan indisciplinas, y que amenazan con hacer proliferar cierta cultura del desorden. No por gusto Martí nos enseñó: "El gobierno de los hombres es la misión más alta del ser humano, y solo se le ha de confiar a quien ame a los hombres y conozca profundamente su naturaleza". Conozco muy bien la calidad humana de muchos delegados y delegadas que elegimos. De cómo los preparamos y cómo se organizan y se crean las condiciones para que aporten desde su tarea de gobierno lo que el pueblo necesita, depende en buena medida el éxito del actual proceso de actualización del modelo económico y social en Cuba.

Debemos comprender que tenemos un formidable ejército de pueblo, capaz de reducir significativamente muchas de las irresponsabilidades e indolencias que padecemos, de cooperar por afrontar los retos de la vida cotidiana, pero no los empleamos a plenitud.

A. Rodríguez Galindo

La eficiencia económica incluye la calidad

La calidad como tema ha estado presente en las páginas de nuestro periódico con la importancia que la misma requiere. Otros lectores se refieren a ella en la Sección de Cartas a la Dirección.

Hoy quiero ofrecer mi opinión, estimulado por lo que expresara el Che, de que la calidad es el respeto al pueblo, concepto que tendrá siempre vigencia en nuestra sociedad.

He leído respuestas dadas a quejas publicadas y comparto con aquellos que las han replicado o han ofrecido elementos que demostraron la existencia del problema. No son explicaciones técnicas, con argumentaciones casi perfectas las que resolverán actualizar nuestro modelo económico, es la exigencia por la real eficiencia, donde se incluya la calidad, para que nadie lo olvide y por supuesto su control, acompañado de la disciplina laboral.

La calidad asegura la garantía del prestigio y la autoridad de todos los colectivos que aportan su trabajo en la creación de bienes y servicios para el pueblo y compromisos comerciales de la nación con otros países. Como ciudadanos sentimos satisfacción cuando un producto cubano es codiciado por su calidad. Igualmente, si escuchamos noticias del incremento de turistas al país, porque toman a Cuba como una preferencia, y sentimos insatisfacción cuando dentro de nuestro pueblo se escuchan quejas por la mala calidad de un producto que se debe consumir necesariamente, como es el caso del picadillo de soya, la jamonada y la carne por dietas médicas y por niños, productos normados que entrega el matadero de res de Candelaria en nuestro caso. Cuestiono si las normas técnicas de elaboración en ese centro andan bien, yo pienso que algo anda mal.

Si desean dar una respuesta a esta queja, les sugiero que visiten los puntos de distribución y realicen una encuesta entre los consumidores, el resultado de esta lo discutan con los factores del centro y después eleven la respuesta. Considero que esta vía es más efectiva para solucionar el problema, pues van a tener los elementos necesarios para la adopción de medidas.

Hay otro centro básico en la producción y distribución de alimentos, la Empresa de Comercio y Gastronomía del municipio de San Cristóbal, que antes de crearse la nueva provincia de Artemisa, se comercializaba aquí la galleta de sal a 12.50 el paquete con buena calidad, después se empezó a vender un paquete a 25.00 pesos, dicen que las traen de La Habana, el caso es que no tiene calidad y en su envase aparecía con lapicero la fecha de vencimiento. Ahora la venden en un nailon transparente, sin datos de la fábrica, lo cual no ofrece ninguna garantía.

Existe en la cabecera municipal un centro de expendio de helados al público, que estuvo casi extinguido durante el periodo especial; hace unos años fue recuperado y convertido en una cremería. Empezaron dando un servicio de calidad con ofertas variadas, siempre estaba lleno de usuarios, aunque se quejaban del precio a tres pesos la bola. Hace un tiempo todo eso se derrumbó, da pena el servicio que se ofrece, pero el precio es el mismo. Los pocos que visitan el centro ahora pagan un servicio que no reciben y la calidad del producto es mala, mientras que la empresa reporta grandes ingresos para lo cual se empeñan, pero deben hacerlo igual para mejorar la calidad y su control, así como, exigir calidad en los productos que compran para vender a la población.

Por último, deseo reiterar, que nuestra sociedad se rige por principios éticos y corresponde a cada cubano de hoy, desde sus puestos, en cualquiera de las esferas de la vida económica, política y social donde actúe, perfeccionar su labor. No se trata de pagar una deuda o cumplir una meta, simplemente, es trabajar mejor porque es nuestro deber y tal empeño depende del hombre.

J. R. Basulto Abréu

Una reflexión de estos tiempos

En una sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, un exministro dijo: "Si perdemos la Revolución, perdemos la nación". Ya hoy en Cuba no se hace contrarrevolución de la forma antigua, alzándose en el Escambray y matando maestros o campesinos, incluso, poniendo bombas en hoteles. Las formas han cambiado hacia métodos mucho más sutiles. Antes, el enemigo era fácilmente identificable y fácilmente neutralizable; frente a frente, ahora podemos tenerlo al lado de forma cotidiana sin conocerlo.

Sin embargo, notamos su presencia continuamente. Lo notamos cuando vemos las pérdidas de las cosechas, que tanto sacrificio cuestan y tanta falta hacen a la población y al país, por decisiones demoradas, por falta de ellas, o por decisiones equivocadas con el conocimiento previo de que otras alternativas pudieron ser consideradas, como ha ocurrido con la cosecha del arroz. O las pérdidas e incumplimientos de muchas empresas debido a la famosa cadena de impagos, la falta de garantía para el acceso a insumos esenciales, de forma oportuna, para la realización de sus procesos productivos, o por la larga estela de trámites incoherentemente burocráticos.

Se evidencia cuando hacemos un trámite de la vivienda o de alguna otra institución donde el burocratismo se exacerba y se ensaña con los ciudadanos; se nota cuando en ciertos niveles de dirección se frena el desarrollo de las medidas acordadas por el Sexto Congreso del Partido con contramedidas hacia estos acuerdos. ¿Alguien me puede explicar el objetivo de la re-centralización de la autoridad de las empresas municipales y la reducción del salario de los funcionarios y técnicos de las mismas, incluyendo las antiguas empresas agropecuarias, hoy Unidades Empresariales de Base?

Es discutible que no se suban los salarios de técnicos y funcionarios en sectores no productivos, pero bajarlos aún más en sectores productivos y en uno tan importante como la Agricultura, que necesita urgentemente cuadros y técnicos de alta calidad, no lo puedo comprender porque es totalmente dañino para la estabilidad y la captación de aquellos actores que dan coherencia y son garantía de los grandes programas que se propone la Revolución en esta rama.

La contrarrevolución se evidencia cuando el burocratismo entorpece cualquier medida o beneficio encaminado a favorecer al pueblo y a su desarrollo económico o social. Si leemos el Granma todos los días encontraremos disímiles ejemplos de lo que, a mi modesto entender, es la "moderna contrarrevolución", la cual, incluso, hasta se puede hacer con "buenas intenciones".

H. C. Machado Martínez

Eduquemos bien, escuela y familia juntas

Les envío mi opinión a propósito de la emitida por N. Páez del Amo, titulada El Estado no tiene por qué fomentar el despilfarro de recursos, publicada el viernes 21 de septiembre del 2012.

Leí con atención la opinión en la que planteó que existen cubanos y cubanas que "no valoran las enormes sumas de dinero y recursos que hay que destinar para dotar a los estudiantes en todos los niveles de enseñanza, de una gran variedad de artículos... ". Y propuso, en síntesis, que los materiales docentes se vendieran en la red comercial minorista, lo que aseguraría ahorro para el Estado y motivación para el esfuerzo personal.

Coincido con sus criterios de la inconciencia de algunos cubanos (as) sobre los gastos estatales en educación y el despilfarro que pudiera generar. Eso es cierto y lo respaldo, pero no coincido con Páez en que el Estado deje de garantizar, en pos de mayor eficiencia económica, los materiales escolares mínimos indispensables para llevar adelante la educación en todos los niveles.

La fórmula que propone, aunque no es nueva, es sin duda eficiente en términos económicos, pero en términos formativos y educativos y mirándola con un sentido estratégico es realmente inadecuada. Una medida de ese tipo profundizaría aún más en nuestras escuelas las diferencias sociales, situación que tendría sus efectos sociopolíticos en largo plazo. No olvidemos en este análisis las peculiaridades de nuestra sociedad, impactada por los cambios ocurridos en el mundo y en Cuba después de 1990.

La educación pública y gratuita en Cuba es una de las principales conquistas del pueblo y establecida como derecho, y el Estado socialista, representante de la voluntad del pueblo, es el responsable de hacerlo cumplir. ¿O es que acaso se olvida el pasado capitalista, cuando los propios maestros públicos debían sacar de sus bajísimos salarios un dinero para comprar algún lápiz o alguna libreta para sus alumnos pobres, o para comprar un cuadro del Apóstol y ponerlo en el aula?

Otra cosa es incentivar, como hicieron mis maestros en los años ochenta, el cuidado de la "base material de estudio". Creo que eso es para el Estado y nuestra sociedad socialista más importante y estratégico que comercializar materiales y libros de enseñanza.

Si educamos a nuestros infantes y adolescentes en el cuidado de sus materiales, pero además, se lo exigimos a sus padres mediante un gravamen monetario fuerte en caso de maltrato o pérdida de los libros y materiales, nuestra sociedad ganaría más a largo plazo, pues formaría generaciones educadas en el ahorro y la responsabilidad, dos valores que se están perdiendo y no precisamente en los pupitres.

Si existe un buen maestro(a) y un colectivo de dirección en la escuela realmente profesional, exigente con la disciplina y el control de los recursos, que eduque y transmita valores universales y patrios, que forme y no deforme, y que sea ejemplo positivo para los estudiantes, no veo la necesidad de estar lucrando con materiales escolares para hacer más eficiente el proceso. La fórmula de Páez genera eficiencia, pero no garantiza hombres y mujeres nuevos y eso lo sabemos. Eduquemos bien, escuela y familia juntas, y tendremos procesos eficientes y hombres y mujeres mejores.

O. R. García Lazo

Queja por falta de respuesta a reclamación

Me dirijo a ustedes con el fin de expresar mi gran preocupación por la falta de respuesta que he tenido de todas las instituciones a las cuales he escrito en busca de una solución a la pésima situación por la cual estoy atravesando hace más de un año, relacionada con la escalera que da acceso a mi vivienda, que fue quitada por la Administración de la Pizzería Vita Nova, donde específicamente el Director de la Unidad Básica de Gastronomía Plaza de la Revolución, José M. Guerra López, se rehúsa expresamente a dar solución a esta situación creada por una entidad que se le subordina, poniendo en duda hasta las propuestas de soluciones dadas por entidades estatales con competencia y facultad para ello, como es el caso de Planificación Física, pues se me comunica por el Gobierno Municipal que dicho compañero ha solicitado un nuevo dictamen al Instituto de Planificación Física, dudando flagrantemente del ya expedido por la Dirección de Planificación Física Municipal de Plaza de la Revolución y Provincial de La Habana.

Asimismo quiero referir que para mi asombro tampoco las instituciones han dado respuesta a Granma, al menos no ha sido publicada respuesta alguna a la carta del día 6 de julio del presente año, así como tampoco he recibido respuestas de las reclamaciones entregadas a las autoridades territoriales y administrativas, ante las cuales me he quejado y que tienen en sus manos la solución de mi penosa situación que me impide habitar en mi vivienda como realmente corresponde a todo ser humano.

Todo este silencio, la falta de seriedad y de sensibilidad humana, para dar respuesta a mis reclamaciones en torno al perjuicio que me ha provocado una entidad estatal, tratándose de una persona de 70 años de edad, que me han impedido el acceso a mi vivienda durante un año, me provoca un gran estado de indefensión.

Z. Villacampa Azcuy

Reconforta saber que no siempre, cuando se señalan “lunares”, la respuesta es la pasividad

Recién publicada la carta La disciplina es una cuestión de hacerla cumplir el pasado viernes 28 de septiembre, recibí la visita de tres oficiales del MININT del territorio en cuestión, a cuyo frente venía un teniente coronel de esas fuerzas.

No hubo (contrario a lo que esperaba) en la expresión de ellos un asomo de réplica, mucho menos de cuestionamiento. Inquirían detalles que le permitieran identificar al agente tolerante. No se trataba solamente, estoy seguro, de "dar una respuesta al caso".

Pude percibir un espíritu de sinceridad y respeto, a la vez que una vislumbre de dignidad conmovida por la falta del subalterno. Debo reconocer que fue una actitud muy profesional, digna de sus cargos.

No creo que los datos que les aporté sirvan de mucho en su esmero por identificar al implicado, pero estoy casi convencido de que de algún modo la reprimenda, a la vez que advertencia, llegó al que le toca. Sé que conductas como esa no generalizan las características de los agentes de nuestro orden interior, pero hay casos, como lo demuestran las misivas de otros ciudadanos.

Por mi parte, reconforta saber que no siempre, cuando se señalan esos "lunares" la respuesta es la pasividad y la verbosidad. Ello estimula a quitarse los pelos de la lengua siempre que la intención más íntima y verdadera sea el bienestar de la sociedad y el mejoramiento de la Patria.

C. E. Zamora Linares

Algo no anda bien con los fósforos

Quisiera me respondieran de la Empresa Nacional de Fósforos, por qué las cajas de fósforos que venden en las bodegas, llegan al establecimiento faltándoles en algunos casos más de la mitad de lo que indica su contenido impreso en la caja, 70.

El pasado 24 de septiembre cuando compré las cuatro cajas, noté que algunas no estaban llenas, fui a la bodega a cambiarlas, revisé varias cajas, incluso, de un paquete nuevo, en dos hallé un contenido aceptable, una con 58 y otra con 68, otras dos con 70. El resto de las 20 cajas revisadas, tenían entre 35 y 50, o sea, que la mayor parte no llegaba a 70 fósforos; súmenle a esto que algunos palillos vienen sin o con muy poca sustancia para rallar, además de los que parecen estar buenos y cuando se rallan se les cae la cabeza, que a veces salta hacia la persona.

Entre la poca calidad y el faltante me parece que algo no anda bien.

S. Ravelo Rodríguez

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