Publicada el 20 de julio de 2012

Sobre los cobros y pagos

Todas las semanas recibimos en los medios diversas informaciones sobre los problemas que tenemos con los cobros y pagos. Estudié economía y he pasado parte de mi vida trabajando la economía. De todas formas no me considero un especialista del tema y es probable que esté un poco desactualizado de lo que sucede realmente hoy en día. Por tanto le pido a los especialistas que comenten sobre este tema y de conjunto podamos llegar a aclararlo.

La esencia de lo que no veo en los análisis que hacen los medios es que, primeramente, cualquier proceso productivo o de servicio, conlleva un ciclo de reproducción que no es igual para cada caso. Por otra parte, ninguna empresa puede trabajar si no posee un capital de trabajo y funciona con un esquema adecuado de créditos de sus suministradores y préstamos financieros cuando sean necesarios.

Cualquier económico sabe que para poder dirigir una empresa no solo se debe conocer del proceso productivo o de servicio, sino también se debe conocer cómo funcionar desde el punto de vista financiero. Sin una situación financiera limpia ninguna empresa puede trabajar.

Tomemos un solo ejemplo (que es el más utilizado) pero este se puede aplicar a cualquier proceso y hagámoslo lo más sencillo posible: la agricultura.

Una empresa agrícola para funcionar debe contar con un capital de trabajo que puede estar compuesto por las tierras, los medios de trabajo y alguna cantidad de dinero para accionar. Por otra parte, debe recibir semillas, fertilizantes, combustible y otros medios para poder cultivar los productos. También debe contratar personal para trabajar hasta obtenerlos. Después de cosecharlos se los vende a Acopio u otras vías de realización. Habitualmente Acopio u otros intermediarios no son los que realizan la venta final, y es el que vende el producto quien termina recibiendo el dinero fresco que permite ir pagando a toda la cadena. Lo que llamamos cerrar el ciclo de reproducción.

¿Cuánto tarda la empresa agrícola en recibir este dinero fresco desde que comienza el ciclo reproductivo hasta su cierre?

Mientras este tiempo pasa, ¿cómo la empresa les paga a todos sus suministradores, trabajadores y todos los pagos que debe realizar para poder funcionar? De esta manera las empresas se llenan de cuentas por cobrar y pagar y llegamos a los millones que se señalan en los trabajos que se publican.

Según he podido averiguar, las empresas agrícolas deben pagarles a sus suministradores en un plazo de 15 a 30 días. Acopio, de igual forma, debe pagar a los productores en ese mismo plazo. ¿Acaso es posible tener unas finanzas limpias?

En el sector que trabajé con suministradores extranjeros y cubanos tenía un ciclo de reproducción de 120 días, y a los suministradores del patio no les permitían dar más de 30 días de crédito por lo que sus productos se quedaban fuera del mercado buena parte del tiempo mientras que los de los extranjeros, que daban créditos de hasta 180 días, siempre estaban en el mercado y recibían sus pagos sin problemas hasta de forma anticipada.

¿Qué pienso que falta en la información?

No creo que lo importante sea solo analizar que existen tantos millones sin pagar y tantos sin cobrar si no que seamos capaces de analizar si a ese empresario, cuando se le dio la responsabilidad de dirigir ese proceso se le dio el capital de trabajo suficiente, si sus suministradores le dieron los créditos necesarios para poder tener buena salud financiera y si cuando lo necesitó recibió los préstamos necesarios. Si esto funcionó adecuadamente entonces el Estado, como dueño de la empresa, tendrá que prescindir de ese empresario que no fue eficiente. Si los mecanismos financieros no funcionan adecuadamente tenemos que buscar soluciones de fondo que no creo se resuelvan con conciliaciones bancarias. Tenemos que ir a la esencia de los problemas.

O manejamos correctamente las finanzas o cambiamos al empresario que sea incapaz de hacerlo. Este análisis es el que falta en la información.

En las manos de los dueños de las empresas, que somos todos en representación del Estado, está, como lo estipulan los Lineamientos Económicos y Sociales del Partido y de la Revolución, velar porque los procesos productivos funcionen adecuadamente también desde el punto de vista financiero.

J. Gutiérrez Alonso

La política hacia las indisciplinas sociales debe ser drástica y sistemática

El tema que quiero tratar es el de las indisciplinas sociales y pienso que la política a seguir en nuestro país debe ser bien drástica y sistemática, pero no se puede contar con personal corrupto para ello.

Hablo así porque como cubana, mi sentir es de decepción con relación a que se debe hacer más en materia de medidas que frenen de raíz el crecimiento que va en aumento de griterías a deshora, gentes que echan sus "cosas" en los alcantarillados y los tupen, latones de basura asquerosamente desbordados y faltos de tapas, calles y aceras con serias dificultades para el paso normal de transportes y peatones, de salideros de agua, etc. Nada de esto es ajeno, pero resulta que al parecer tenemos algo de miedo en bajar la mano que debe aplastar tanta inmundicia.

Muchas personas hablan de que en otros países aplican muchas más medidas y todas bien sólidas y drásticas que las de aquí, ¿por qué allí por botar un papel en la vía pública se multa, así como también por poner la música alta o hacer ruido hasta con el descargue del inodoro después de la diez de la noche? Pienso que las personas en nuestro país no tienen la culpa de hacer esas cosas, ellos puede que sean así, pero estoy segura de que lo hacen porque se les permite, o sea, las autoridades se hacen de la vista gorda o se vuelven corruptos como sucede con algunos inspectores, o no tienen deseos de trabajar; en cualquier caso es algo reiterativo hasta el cansancio y no vemos resultados positivos.

Da pena en las escuelas cómo van los estudiantes, la poca o ninguna ética de los profesionales o el personal que trabaja con público y vuelvo con los etc., porque es el cuento de nunca acabar, es un círculo vicioso.

¿Se cree de veras que fue por el periodo especial o por el bloqueo que se han perdido todos los valores del ser humano? No, es sencillamente porque se perdió la vergüenza, porque el río se revolvió y seres ya corrompidos extendieron como la caja de Pandora todo lo malo que hoy padecemos.

Pensemos seriamente en esto, pasemos revista y actuemos, ¡pero de verdad!

L. Soto González

Baterías de repuesto ¿un artículo fantasma?

Quiero referirme a un tema ya abordado antes por otros lectores, que parece no ha merecido atención de las instancias correspondientes. Se trata de las baterías recargables de repuesto para los electrociclos, de los cuales ya hay una respetable cantidad vendida, en diferentes tipos y tamaños, tanto a empresas —para uso de los trabajadores—como a particulares.

No hace falta argumentar la utilidad de estos equipos en términos de solución de una parte del problema de transporte —aunque sea pequeña— y de ahorro de combustible, pues el consumo de corriente en la recarga de las baterías que alimentan al electrociclo es ínfimo comparado con la utilidad del servicio. Si hiciera falta, agréguese que este medio de trasporte es ecológico, además del ahorro mencionado, por no producir ruido ni emisiones nocivas, así como relativamente seguro por su límite de velocidad.

Pero sucede que sus baterías recargables —componente imprescindible—, tienen como promedio solo un año de vida útil, y los repuestos para ellas se venden a cuentagotas, solo a las empresas. Se trata de baterías de no más de 12 voltios y 20 Ah (amperes/hora) las mayores.

En el caso de las motos eléctricas vendidas a particulares, además de ser prohibitivos los precios, hay el agravante de que no se venden baterías de repuesto, lo cual significa que al caducar queda inutilizable un equipo carísimo pues, hasta donde conozco, no ha aparecido solución nacional para sustituir la importación de estas baterías. En la mayoría de los casos los particulares que logran adquirir este medio tienen que hacer un importante sacrificio y privarse de muchas otras cosas también necesarias. El resultado real un año después, es haber entregado una cantidad significativa de moneda convertible en concepto de recaudación y pasado un año arrinconar el trasto inservible que queda ocupando espacio en espera del milagro de la aparición de repuestos en el mercado.

Granma publicó recientemente que la fábrica "XX Aniversario" de Manzanillo está en condiciones de suplir la mitad de la actual demanda nacional de baterías ("Producción cubana de baterías pudo evitar importaciones", —miércoles 12 de junio), pero menciona un rango de ellas desde 45 hasta 200 Amperes h, presumiblemente para equipos grandes de combustión interna, lo cual es un logro del que, por supuesto, nos congratulamos todos. En ese mismo artículo nos enteramos de que varios importadores nacionales, desconociendo estas capacidades recién alcanzadas, compraron en el extranjero una cantidad enorme de baterías a un costo millonario, la mitad de las cuales se podían producir en el patio¼ y sigue sin mencionarse por nadie las pequeñas de entre 8 a 20 Amperes h.

O es otro caso de mala planificación, o de compra de equipos sin el debido respaldo de repuestos, o cualquier otro escollo de nuestra cotidianidad, el problema está ahí. ¿Acaso es tan caro adquirir estos componentes, sabiendo, como tienen que saber los importadores, que sin eso estos equipos no trabajan? ¿Hasta cuándo vamos a seguir comprando equipos sin la necesaria cobertura de repuestos?

C. E. Molinet de la Vega

El cuentapropista y el revendedor

Tanto en la prensa, en la radio y la televisión mucho se ha hablado al respecto. A partir de haberse hecho la correspondiente apertura por el Estado, han surgido problemas que a mi modo de ver hay que solucionarlos de inmediato porque perjudican al pueblo trabajador.

A nadie le cabe la menor duda sobre el apoyo que el pueblo le dio a lo aprobado en el Sexto Congreso del Partido con el objetivo estratégico de elevar le economía de nuestro país. Hoy existen más de 300 mil cuentapropistas aprobados, pero considero que unos lo son y otros son simples revendedores que adquieren y acaparan los productos, principalmente los deficitarios, en las tiendas estatales y se dedican a revenderlos a la población a precios más altos; en otros casos habría que ver de dónde proceden o entran al país muchas de esas mercancías.

Cuentapropista ha de ser aquel que con su esfuerzo le aporta un valor agregado a un producto o materia prima o que presta un servicio necesario a la población como pueden ser los carretilleros que acercan los productos del agro a los vecinos en el barrio. En estos últimos, en muchos casos, también vemos que se viola lo establecido, ya que se mantienen estacionados con sus carretillas a menos de 100 metros de los mercados estatales vendiendo los mismos productos del agro; así como otros que no se ven en la red estatal y que surgen a través de un mercado subterráneo proveniente de la agricultura.

El revendedor no es más que un parásito de la sociedad que trata de vivir del pueblo trabajador, dándole un mayor valor a la mercancía de lo establecido por el Estado en la red minorista estatal, que acapara los productos deficitarios en la red estatal, en ocasiones adquiridos ilícitamente y que no le aporta nada a la economía del país.

Soy del criterio de que no se debe permitir el surgimiento de timbiriches, ni portales de revendedores, donde vemos mercancías de todo tipo, váyase a ver de dónde surgen o cómo entran al país.

¿Acaso pensamos que con esa cantidad de revendedores, cuyo número es bastante grande, vamos a resolver la economía? ¿Por qué se permite la venta de productos que, con solo dar un simple paseo por las calles de La Habana, uno se da cuenta de que son ilícitos y no hay una autoridad que tome carta en el asunto? ¿Hasta dónde los trabajadores que se sacrifican y viven de su salario o los pensionados que tanto lucharon por esta Revolución tienen que permitir semejantes cosas en una sociedad socialista que tanto sacrificio y sangre costó?

Ya es hora de parar semejantes cosas, lo malo hay que cortarlo rápido y no esperar a que coja fuerza, después cuesta mucho más trabajo erradicarlo y los implicados se convierten en enemigos de la Revolución.

A. Pérez Ortega

Una opinión de por qué no bajan los precios

Uno de los temas más recurrentes en la calle y en las aulas universitarias es el de por qué los precios de los productos, ya sean agrícolas o industriales, así como los servicios, no bajan, cuando se ha incrementado la oferta a raíz de las nuevas medidas implementadas a la luz de los Lineamientos Económicos y Sociales aprobados en el Sexto Congreso del Partido.

Para la mayoría de las personas que opinan al respecto, ya es hora de que comience a verse algún resultado, porque indudablemente, la producción es cuantitativamente mayor, aunque la demanda se mantenga alta. Mucho se debate sobre el particular, cada cual ofrece sus modos de ver, pero me parece esencial lo que plantea un experimentado colega nuestro, cuando indignado afirma: "Aquí no existe eso de la oferta y la demanda, lo que existe es un acuerdo entre bandidos".

Sin el ánimo de ofender a quienes honestamente hayan decidido dedicarse a la esfera del comercio de bienes o servicios, lo que se observa es que no existe una diferenciación de precios, estos son casi los mismos desde Oriente hasta Occidente, con sus raras excepciones y se aprecia, en los centros comerciales, que los expendedores de algún producto o servicio agredan verbalmente y hasta amenacen a quien trate de vender los suyos a menor precio que el acordado. Ponerse de acuerdo para hacer el mal a la sociedad no puede ser catalogado de otra manera que de actitud bandidesca. No existe ni puede existir el regateo, propio de los mercados que se respetan, en los que los vendedores, asegurándose una ganancia razonable, flexibilizan los precios adecuándolos a las posibilidades del comprador.

A nuestro juicio, la causa esencial por la cual no bajan los precios y pasa eso que les permite ponerse de acuerdo, radica en que por lo elevado del punto de partida de los mismos, los vendedores se aseguran ganancias vendiendo una parte pequeña de lo que ofertan, por lo que pueden perder la otra sin ningún problema. (Aquí el Estado podría influir, poniendo coto a la insensatez). Ilustremos con algunos ejemplos:

Un transportista privado, que antes cobraba tres pesos por una carrera, y hoy cobre 20, puede darse el lujo de salir con 20 pasajeros y la mitad de los asientos vacíos, y ya lleva asegurados 400 pesos, para lo que antes tendría que haber montado 133 personas. Es muy sencillo, lo mismo sucede con cocheros y otros, esto sin mencionar que el acuerdo incluye que se tenga que pagar no hasta donde se va, sino hasta donde va el vehículo, no hay tramos intermedios.

En el caso de los que expenden alimentos o productos agrícolas, sucede lo mismo. Si el plátano es vendido a tres pesos y adquirido a 80 centavos o a un peso, no importa que quien venga a comprar un plátano sea una madre con un niño en brazos, que solo traiga dos pesos, aunque ya de por sí le está garantizando un ciento por ciento de utilidades, se puede echar a perder el 30 % de los mismos, que la ganancia está asegurada, y los precios también.

Alguien comentaba que se alarmó al ver los desperdicios de una paladar, donde se botaban raciones de pollo y de pescado frito, para el sancocho de los cerdos, y que el dueño decía que "no se preocupara, que eso estaba pago". Tal actitud se parece a la de las cúpulas capitalistas ante las crisis de "superproducción". Pienso que si nuestros trabajadores por cuenta propia pierden la esencia de que trabajan en función de resolver situaciones sociales también, y que son fruto de una sociedad socialista que espera de ellos solidaridad y altruismo, para juntos edificar un futuro mejor, están contribuyendo a que se pierda la esencia de lo que tanto ha costado, y que se puede perder; recordarles también que su competencia con el Estado es desleal, porque el Estado recauda para redistribuir y ellos recaudan para resolver sus necesidades y para lucrar, lo que les permite a algunos una vida holgada, sin perder los derechos que tenemos el resto de los ciudadanos, que continuamos la batalla desde el sector estatal.

Las medidas que se han tomado no son para desalmar a los hombres y mujeres que han encontrado un modo honrado de vivir en el sector no estatal, no se debe perder la esencia de la sociedad en la que vivimos y su carácter social.

R. Ávila Figueredo

¿Por qué no secamos esos mangos?

La producción de mango este año, como en años anteriores, supera la capacidad de la industria, no solo en Pinar del Río, sino también en Santiago de Cuba, Cienfuegos y dondequiera que haya plantaciones y algunos árboles. Por ello se lamentan los agricultores y vecinos que los ven pudrirse en el suelo.

Los recursos invertidos en desarrollar la producción de frutales no se están aprovechando. El consumo de fruta fresca no es suficiente en el pico de la cosecha, las industrias tradicionales no dan abasto, y las minindustrias requieren de una inversión que no está al alcance de muchos productores privados o cooperativas. Todas requieren de grandes cantidades de agua, azúcar y energía eléctrica para su producción, pero sobre todo de envases de lata, que no son baratos ni fáciles de adquirir para el productor artesanal.

¿Por qué no hemos pensado en secar la fruta en vez de hacerla dulce? Si bien en Cuba no hay hábito de comer frutas secas —más allá de uvas pasas cuando podemos permitirnos ese lujo—, en otros países se desviven por comer mango, piña, papaya, guanábana y otras "exóticas" frutas tropicales de forma desecada, tan natural y sin azúcar añadida. Entre otros usos sirven para ensaladas, meriendas, la playa y el campismo.

Por tanto, si no las consumimos en casa ¡siempre podemos exportarlas! Hay un enorme mercado para frutos secos orgánicos en Europa y Norteamérica, son fáciles y baratos de transportar porque no necesitan refrigeración y tienen bajo peso relativo.

Los secadores de frutas solares no requieren de energía eléctrica —el sol lo hace todo—, y un modelo de pequeña capacidad (10-20 kilogramos de frutas frescas) puede costar 1 500 dólares o menos en Canadá. CUBASOLAR, sociedad cubana para la promoción de las fuentes renovables de energía y el respeto ambiental, ha construido prototipos de secadores solares pequeños para plantas medicinales y otros usos, y publicado un manual instructivo.

El desarrollo que necesitamos requiere de muchos cambios de mentalidad a diferentes escalas, del gigantismo nacional a la pequeña producción local, del derroche de energías fósiles y materias primas importadas, al uso de energías renovables y materiales domésticos, de costumbres alimentarias poco saludables al consumo de alimentos naturales y sin azúcar.

R. Betancourt Abio

Librería que no funciona hace seis meses en Playa

En Avenida 70 esquina de 29 A, en el límite de los municipios de Playa y Marianao, La Habana, existe desde hace algún tiempo una librería en donde se pueden encontrar revistas, periódicos y libros, tanto de autores nacionales como extranjeros, en moneda nacional.

Lamentablemente, durante todo este primer semestre no ha funcionado y su iluminación se mantiene encendida y en un rincón con materiales de construcción. A través de los ventanales de vidrio, los potenciales lectores podemos ver tanto material acumulado en sus estanterías, pero inaccesible sin ninguna información; perdón, sí, hubo durante enero, febrero, marzo y abril, en un papel escrito a mano, decía que la Feria del Libro estaba durante enero del 2012 donde siempre. ¿Quién está a cargo de esta librería?, ¿de quién depende esta librería?, ¿por qué no se informa a la población cuándo será reabierta para que cumpla su importante función social?, ¿por qué tanto secretismo y lentitud?

L. Arellano

 

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