Tropiezos en la producción lechera...
Quiero referirme al trabajo publicado en Granma
el 4 de junio sobre los problemas de la producción lechera. Mi
opinión, es que la solución de este problema, u otros problemas, no
se logra responsabilizando a fantasmas como la indisciplina y la
blandenguería, por lo mal hecho. Hay que ser práctico, lo que aquí
se impone señalar es que los ministerios, las empresas y los
organismos involucrados en su funcionamiento, no se han ocupado con
la integralidad que exige este trabajo. Únicamente de esa
integralidad es que pueden nacer mecanismos eficaces y con ellos
conquistar el éxito de los lineamientos planteados. No es un
problema a solucionar por las ramas del árbol.
Por otra parte, no puede entenderse por qué no se
gastan algunos miles de dólares en aditamentos como el
lactodensímetro si estos pueden aportar tanto en el ahorro de
millones.
E. Roche Fojo
Pago atrasado a trabajadores
Tras leer en Cartas a la Dirección la respuesta de
Osmín Abel Camejo Peñalver, delegado provincial de la Agricultura en
La Habana, me dispongo a exponer la insólita situación de Granja
Arroyo, Cultivos Varios, respecto al pago de salario por resultados
de los trabajadores, con atraso de hasta dos años. Dicha granja en
varias ocasiones ha prometido pagarlo, pero todo ha caído en saco
roto.
En agosto pasado, me reincorporé al sector
educacional por el motivo antes mencionado, aunque mi esposo
continúa desempeñándose como trabajador agrícola. El que suda en la
tierra tiene derecho como cualquiera a planificar con su dinero lo
que estime conveniente.
Nuestra familia ha hecho planes disímiles y uno de
ellos era utilizar ese dinero en la graduación de una de nuestras
hijas. A un mes de terminar su carrera universitaria, me pregunto:
¿van a pagar cuando las calendas griegas?
G. Zaldívar Romero
El precio de las cafeteras
Realmente he quedado desconcertado con el precio de
las cafeteras. Resulta que tuve que salir a comprar una, pues la de
fabricación italiana que compré, sin llegar a los dos años, se fue
de rosca, y ahí comenzó mi confusión, pues el mercado ofrecía dos
tipos de cafeteras de seis tazas: una china a 9,80 CUC, y otra
cubana a 16,80 CUC. Y aquí viene mi pregunta:
—¿Cómo es posible que una cafetera que se fabrica
aquí, incluso en la provincia donde vivo, apenas dos kilómetros de
distancia de la tienda, y que supuestamente sustituye importaciones,
cueste casi el doble de otra que traen desde el otro lado del mundo?
Ante esta interrogante solo me queda especular con
algunas respuestas:
1.- Que la cafetera china es de mala calidad y por
eso se vende a ese precio. (En tal caso habría que cuestionar al
funcionario que contrató la compra).
2.- Que el costo de producción de la cafetera cubana
es muy alto. (Entonces, para qué producirlas en Cuba si en el
exterior se encuentran más baratas).
3.- Que la EINPUD no tiene cómo cumplir sus ingresos
y lo intenta hacer aumentando el precio a sus productos. (En tal
caso, sería una fábrica no rentable).
Sé que pueden surgir otras conjeturas, pero serían
solo eso. Ese es el motivo que me lleva a pedir la aclaración
económica que me saque de mi desconcierto y me permita tomar un café
sin hacerme tantas preguntas.
L. R. Gómez García
¿Por qué los veterinarios no pueden dar recetas a sus
“pacientes”?
Este es un problema que quizás solo lo pueden
entender las personas que tienen mascotas en sus viviendas y que
preocupa, no solo a mí sino a todos los que acudimos por necesidad a
las clínicas veterinarias. Es innegable que la atención médica es
muy buena y se hace todo lo posible por salvar la vida y la salud de
los peludos. Pero la dificultad surge una vez que el enfermo y sus
dueños ya están fuera de la clínica, con el método en las manos.
En la mayoría de los casos, el veterinario (de lo
más amable) les ha dicho: para el dolor, le dan una duralgina dos
veces al día, o le inyectan un ámpula. En la herida, le echan la
crema de nitrofurazona (o algún otro antibiótico), y que no le falte
su penicilina diaria, por una semana. Ah, si no quiere comer, le
ponen un suerito de dextrosa. A todas estas, nada de recetas.
Los veterinarios están facultados a operar, brindar
primeros auxilios, diagnosticar enfermedades, indicar tratamientos,
pero no pueden recetar nada. En la mayoría de los casos, los perros
y los gatos se curan con los mismos medicamentos que los seres
humanos, y una vez fuera de la clínica veterinaria, los atribulados
dueños nos vemos obligados a acudir a la consulta del médico de la
familia para pedirle a la asombrada doctora que nos haga el favor
(sin ninguna obligación por su parte), de recetarnos lo indicado por
el veterinario.
Me pregunto: ¿Es justo esto? Para conseguir un suero
hay que ir al cuerpo de guardia del hospital más cercano y allí
suplicar a alguna enfermera que nos regale "aunque sea medio
suerito", "que tengo mi perrito enfermo", etcétera. La vitamina K,
tan necesaria para las hemorragias en perros y gatos, también solo
se consigue "suplicando a las once mil vírgenes", y para lo demás,
hay que recurrir al recetario de la doctora de la familia. Y vuelvo
a preguntar: ¿Por qué los veterinarios no pueden recetar? ¿Acaso son
especialistas de inferior categoría? ¿Acaso se puede curar sin
medicamentos?
Por otra parte, en la clínica veterinaria sí se
pueden comprar los medicamentos que son de uso exclusivo animal, los
que sirven para eliminar pulgas y garrapatas, o combatir todo tipo
de ácaros. Pero son caros, y en el caso de perros de mediano o gran
tamaño, no todos los dueños de animales pueden darse el lujo de
comprarlos. Las tabletas antiparasitarias se venden en CUC, y
carísimas, pero no se puede perder de vista que la mayoría de los
parásitos que infectan a los animales, infectan también a los seres
humanos, y preservando a las mascotas nos preservamos a nosotros y,
sobre todo, a nuestros niños.
N. Labzóvskaya
¿Indisciplina o insensibilidad?
Me dirijo a ustedes con el interés de hacer pública
una situación que me ocurrió con mi niño de solo dos años de edad.
En la mañana del domingo 17 de junio del presente
año, mi niño sufrió una caída en la casa, que le provocó un
traumatismo craneal, evidenciado en un hematoma enorme que se le
produjo en la frente. Inmediatamente me dirijo al Policlínico
Elpidio Berovides, ubicado en San Agustín, municipio de La Lisa y
después de ser valorado por la doctora del cuerpo de guardia, le
indica una placa de cráneo (rayos x), para determinar si existía
fractura; la doctora me explica que el único policlínico que brinda
el servicio de guardia de rayos x es el Cristóbal Labra, que debía
llevarlo allí, o de lo contrario debía llevarlo al Pediátrico Juan
Manuel Márquez; a juzgar por la distancia y el transporte sobre todo
un domingo, decido ir al policlínico Cristóbal Labra.
A las 12:45 p.m., llegamos al policlínico y el
técnico de rayos x no se encontraba en su área, le pregunté a la
doctora de guardia que sí se encontraba en su consulta y me dijo que
había ido a almorzar, sin otra alternativa nos sentamos a esperarlo,
transcurridos 30 minutos, me dirijo al comedor del policlínico y le
pregunto al personal de servicio por el técnico, me responden que él
no había estado por ahí, asumí que había ido a almorzar fuera del
policlínico y continué esperando, al pasar un rato decido ir a las
oficinas administrativas con el objetivo de recibir alguna
orientación de parte de alguien y le pregunto a una persona que
estaba en Recursos Humanos si sabía algo del técnico de rayos x, me
respondió que él estaba por ahí, le dije que llevaba más de media
hora esperando y no aparecía, al no recibir otra respuesta, vuelvo a
sentarme a continuar esperando.
Cuando ya llevaba una hora de espera, con toda mi
paciencia agotada, unido a la desesperación que como madre sentía,
le vuelvo a preguntar por el técnico a la doctora de guardia que
permanecía en su consulta y la respuesta siguió siendo la misma; la
persona que estaba en Recursos Humanos se acercó y me preguntó si
aún no había llegado y le dije que no, retirándose del lugar sin
pronunciar palabra.
Después de un rato, decidimos ir a la Dirección de
Salud Municipal, en busca de alguna orientación o alternativa para
mi niño, pero al llegar al lugar comprobamos que se encontraba
cerrado, sin nadie que pudiera atenderme.
En ese momento tomamos la decisión de irnos para el
Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, considerando que estaba
perdiendo un tiempo que no podía darme el lujo de perder teniendo en
cuenta el estado de mi niño y la incertidumbre de un diagnóstico aún
sin confirmar. Al llegar al centro hospitalario mi niño fue atendido
adecuadamente.
Me pregunto: ¿Qué horario tiene el personal de salud
establecido para almorzar?, ¿están autorizados a salir de sus
puestos de trabajo por tiempo indefinido, sin dejar dicho a qué hora
regresan?, estas son algunas de las interrogantes que tengo, sobre
todo cuando es el único técnico en rayos x que en ese momento está
responsabilizado con la atención de todo un municipio.
Es lamentable que el trabajo y la imagen de una
institución que agrupa personas tan valiosas y consagradas como son
nuestros médicos, que han dado muestras de ello a lo largo de muchos
años y en muchos países del mundo, se vea empañada por la
negligencia de algunos que aún no perciben la responsabilidad que
sobre sus hombros cuelga.
Considero que alguien debe revisar los mecanismos de
control de la disciplina que poseen las instancias de salud a nivel
municipal, máxime cuando son las que deben realizar la atención
primaria de salud que tanto facilita el desplazamiento innecesario a
los hospitales y la consiguiente descongestión de ellos.
M. álvarez Domínguez
Así no podemos
La máxima dirección del país se esfuerza en
implantar resoluciones y medidas que favorezcan a la población en
tramitaciones legales, para así despojar a nuestras instituciones de
la burocracia, ilegalidad y corrupción, que por lo general van
juntas de las manos.
Cuesta mucho sacrificio a un trabajador, sin grandes
relaciones o con criterio para no utilizarlas, oportunidades y
recursos, realizar un trámite que parece simple manteniéndose al
margen de lo ilegal.
Al igual que muchos cubanos llevo años con pésimas
condiciones de vivienda y creí resolver mi problema construyendo en
la azotea de una familia amiga del municipio de 10 de Octubre. En
aquel primer momento no pensé que ese acto de amistad y buena
voluntad fuese tan complicado, no por las nobles intenciones de mi
amigo sino por el efecto colateral y traumático del peloteo del que
en ocasiones somos víctimas. Cuando empecé a preparar las
condiciones para construir (finales del 2004 principio del 2005),
fui a todos los lugares pertinentes para extraer los documentos
necesarios y avanzar sin problemas, todo en un marco legal y
transparente, como es lógico que debe ser. Posterior a muchas
consultas, tuve la posibilidad de que me otorgaran la licencia de
construcción por esfuerzo propio amparada por una resolución de
convalidación en el año 2009 (que nunca me llegó).
En el año 2010 se paraliza la obra por no poseer la
propiedad o la llamada cesión de azotea, por lo que no pude avanzar
en la construcción de mi vivienda, si colocaba un bloque sin dicha
resolución podrían retirarme la licencia y perder el derecho de
ejecutar la obra (así de fácil).
En medio de tanto disgusto, un funcionario de la
UMIV de 10 de Octubre me explica que hablara con el propietario para
tramitar un Permiso de uso de azotea o terreno. En todas las
ocasiones que me dirigí al arquitecto de la comunidad de guardia,
que sesiona en la Dirección Municipal de la Vivienda, que es donde
atienden a la población el arquitecto o abogado de guardia, me llevo
la sorpresa que representaba un asombro para ellos los trámites que
pretendíamos realizar mi amigo y yo, pues ninguno tenía experiencia
en un caso así, y debo confesar que para enfrentar este peloteo hay
que estudiar e informarse, porque los que tienen la obligación de
informar por no decir que no saben, desinforman, con o sin la mejor
de las intenciones.
Después de varias consultas entre ellos me dieron
una lista de dictámenes y documentos que tenía que tener, para
entonces elevarlo a la provincia y que esta me diera dicho permiso
de uso de azotea. Un buen día, contento como nunca, pensé que estaba
cerca de mi meta, madrugo y llego al abogado de guardia ostentando
todos mis papeles y mis logros en el ámbito de lo legal. Él
serenamente se ríe y me dice que nada de eso me servía, que la
Dirección Provincial de la Vivienda no estaba otorgando ningún uso
de cesión de azotea.
Pero no se qué pensar, porque ahora en el Directorio
Telefónico de Cuba, páginas amarillas, edición anual 2012 de ETECSA,
en la página 53 relacionada con la vivienda, aparece lo siguiente:
TRÁMITE CESIÓN DE USO DE AZOTEAS–Norma Jurídica
Resolución 14/06.
Este trámite se realiza para ceder, por compraventa
(precio libre entre las partes) o donación, el uso de la azotea
libre de construcción a una persona para que por los mecanismos
establecidos construya su vivienda.
Este trámite se resuelve por la Dirección Provincial
de la Vivienda aunque los interesados lo presenten en la Dirección
Municipal de la Vivienda aportando: Información, trámites y
documentos que han sido presentados. La Resolución 14/06 se hace
efectiva en el 2006.
Es inconcebible, ¿Qué pensar? Ahora puedo decir que
la resolución 14/06 no se respeta y que un directivo la interpreta
como le da la gana y la aplican como ellos quieran.
Y al leer lo que decía el Directorio Telefónico fui
a ver al abogado de guardia de la Vivienda en el municipio. El
compañero al ver mi enojo me dice que mi problema se resolvía a
nivel de Notaría. Comencé otra carrera en medio de las
responsabilidades de mi trabajo y la de mi amigo como propietario.
Di un recorrido por varias notarías para documentarme bien y no
perder mi tiempo, en todos los murales de información aparece el
trámite de Permiso de uso de terrenos o azoteas, resulta que en 10
de Octubre existen tres oficinas o notarías para realizar el
irresistible trámite, la más cercana a la vivienda está en proceso
reconstructivo y su atención es limitada, la otra situada en
Porvenir y Pocitos, después de una mañana en cola, sale a la luz el
famoso permiso de la Dirección Provincial de la Vivienda y que la
notaría afirmó que no lo daba, de momento me vi como al principio,
sin nada, me mandó a los lugares por donde había pasado sin resolver
nada.
Nuestro país introduce resoluciones, nuevas leyes,
trabaja duro en la creación de nuevos mecanismos para proteger a los
ciudadanos, facilita la adquisición de materiales, exige el
cumplimiento de los planes de fabricación de materiales de la
construcción, aboga por una ciudad con mejores condiciones para los
cubanos y entonces, la burocracia y la falta de motivación en unos
casos, la falta de solidaridad y en ocasiones el deseo intencionado
de recibir a cambio, entorpece el desarrollo normal de cualquier
gestión legal y le hace la vida imposible al ciudadano común.
J.I.Moreno Acosta
¿Quién me protege a mí?
Soy trabajador por cuenta propia desde el 26/1/2011
en la actividad de carpintería.
Escribo a esta sección del periódico Granma
porque realmente estoy pasando por una situación que es
desesperante. Después de leer la resolución 32/2010 de la Ministra
de Trabajo y Seguridad Social tramité mi licencia de cuentapropista
con el propósito de comercializar con las empresas estatales, porque
a mi juicio nadie puede sostener a su familia trabajando de modo
lícito la carpintería hacia el mercado particular. Mi primer
problema está determinado por el hecho de que ninguna empresa tenía
los marcos legales para contratar mis producciones, eso quiere decir
que, desde aquel momento el reloj fiscal comenzó a andar para mí,
pero no el que marcaba mis derechos como trabajador por cuenta
propia. Tenía la obligación de contribuir pero no el derecho de
vender.
Cuando por fin aparecieron los marcos legales,
mediante la Instrucción 7/11 del Ministerio de Economía y
Planificación y la resolución 101 del Banco Central de Cuba que
establecen las formas de las relaciones contractuales y las formas e
instrumentos de pagos entre personas naturales y jurídicas,
respectivamente, entonces apareció por un lado el miedo por parte de
las empresas a realizar estas operaciones y por otro las
reglamentaciones de las empresas regulando las formas de trabajos
con los particulares.
Quiero ponerles un ejemplo real. El grupo
empresarial de la industria alimentaria no me contrata porque dice
tener empresas en el grupo que le pueden brindar el servicio que yo
le ofrezco, pero lo cierto es que sus empresas están carente de esas
producciones vitales o el asesor legal del puerto que decide no
autorizar el contrato porque ese dinero va a parar al bolsillo del
particular. Mientras el puerto sigue con los problemas derivados de
no poseer esas producciones. ¿Se estará ayudando de esta manera a
los esfuerzos del país por establecer ese tan necesario modelo
económico cubano?
El capital de inicio lo he gastado pagando una
licencia que no funciona, y no funciona por causa de qué: la
burocracia, el capricho y el miedo no la dejan funcionar y si la
entrego entonces no tengo documentación para gestionar contrato y no
tengo otro modo de sostener mi hogar. ¿Qué hago?
O. Zayas
Sobre las migraciones desmedidas o no controladas
He estado al tanto de las cartas publicadas
referentes al arribo de personas procedentes de otras regiones.
Todos recordamos y aun está vigente la aplicación
del Decreto 217 que regula el arribo de personas a la capital para
ser acogidos en algún núcleo familiar.
Como concepto pienso que debe primar el respeto a
criterios de las personas, que se han referido al tema.
He leído detenidamente lo que se ha publicado por
varios lectores y me pregunto yo, ¿cómo anda el Decreto 217, está
derogado?, ¿qué nivel de aplicación tiene?, ¿los infractores no lo
conocen?, ¿no lo respetan?
Como veo inmigración desmedida o no controlada en la
capital de todos los cubanos, concepto a mi juicio a interpretar
desde el punto de vista económico y social:
1. ¿Se conoce aunque sea por apreciación la cantidad
de personas que han arribado a la capital?
2. ¿Qué fuente de empleo se les puede ofertar si se
trabaja en la reducción de plantillas?
3. ¿De qué viven esas personas que no tienen fuente
de empleo, por tanto, no devengan un salario?
4. ¿Cómo les llegan los servicios esenciales como
son la salud, la educación a los niños, la electricidad, los
alimentos, los recursos energéticos para sus alimentos, el agua, el
transporte, cuyo 50 % está de baja por mantenimiento o reparación?
5. ¿Está preparada la ciudad para otorgar la
atención que requieren esos arribantes?, me refiero al balance
socioeconómico que se tiene.
6. Referente a la vivienda, recordaré lo que se
publicó hace unos días en la última página de este periódico en el
artículo titulado "Atajar el desorden", referido a lo que está
ocurriendo en el municipio de Cárdenas, uno de los más prósperos del
país.
No comentaré sobre el escrito porque todo está
claro, solo expresaré:
¿Cuántos de estos asentamientos están con iguales o
peores condiciones en la capital?
¿Estarán los mismos urbanizados debidamente?
¿Estarán todos legalizados, contarán con los
servicios básicos de luz, agua, etcétera?
Confío en que lo que debemos es ordenar y exigir por
la disciplina y la legalidad.
A. A. Núñez