Publicadas
el 2 de marzo de 2012
El reunionismo: enemigo de la economía
Muy buenas las reflexiones del compañero J. Álvarez
López sobre el reunionismo, y quisiera agregar mis consideraciones.
¿Para qué sirven las reuniones? Independientemente
de otros objetivos, las reuniones sirven en general para:
1. Tomar en cuenta las experiencias de los reunidos
en la toma de decisiones en algún tema importante, sea político,
social, económico o científico.
2. Dar una información que debe llegar rápidamente a
los interlocutores.
3. Chequear determinado asunto.
4. Informarse los jefes de lo que está pasando en
las entidades o áreas que atienden o son responsables.
Cuando las reuniones sirven para escuchar y aplicar
las mejores experiencias en la toma de decisiones de diversa índole,
son provechosas siempre que duren un tiempo prudencial.
De esto forman parte las reuniones de los órganos
colegiados siempre que no sirvan para chequear tareas o informarse
los jefes.
Para dar informaciones no deberían ocurrir las
reuniones multitudinarias, sino pequeñas que pudieran dar
colaboradores de los jefes superiores interesados en que determinada
información llegue rápido a los niveles inferiores.
En el caso de la diversificación de las buenas
experiencias, es muy alentador el método utilizado por Cubasolar,
cuya experiencia se vio reflejada en el periódico Granma el 25 de
febrero, con el título "Mucho más que una simple alternativa".
No son las reuniones, sino la visita directa en los
lugares de trabajo, donde mejor se pueden aplicar y demostrar las
buenas experiencias.
Considero que aunque pueda haber un tema
excepcionalmente importante que deba ser chequeado centralmente en
una reunión, las tareas cotidianas deben serlo bajo otro método más
directo en la base y por mecanismos que no hagan perder tiempo a los
funcionarios y dirigentes.
Se dan casos bastante reiterados de compañeros que
tienen que participar en una reunión por horas y al final solo tiene
una participación de un minuto al preguntársele si cumplió o no una
tarea.
Las reuniones para informarse los jefes de qué es lo
que está pasando, considero que es una aberración del método de
dirección que un dirigente debe tener. Él debe informarse por otros
medios y mecanismos previamente establecidos (controles, auditorías,
partes periódicos, informes, valoraciones personales, visitas al
objeto de dirección por colaboradores directos, etc.).
Este asunto del reunionismo es más serio de lo que
se piensa, es un problema ideológico a solucionar.
¿Se ha calculado el daño que le hace a la economía
el hecho de que el cuadro fundamental de las empresas pierda más del
50 % de su tiempo en reuniones citadas por todos los niveles,
organismos e instancias, no solamente por su cuadro centro sino
también por sus subordinados?
Esto explica por qué en muchas ocasiones el director
del centro no se encuentra a la hora de entrada y de cambio de
turnos de su empresa, momento que resulta el más sensible para la
organización empresarial.
O cuando se le falta el respeto al público en una
oficina a la que de antemano es citado, o que tiene programado
atender al público en un horario predeterminado y se encuentra que
no puede ser atendido porque el personal que debe hacerlo fue citado
por los niveles superiores para chequear alguna cosa.
Y lo más angustiante es que ese mismo método a que
el director de la empresa es sometido, él lo aplica con el resto de
la estructura que se le subordina y los niveles intermedios con los
suyos.
Es hora de que tomemos medidas drásticas contra el
reunionismo.
J. R. Pulido Sánchez
Una inquietud sobre titulares y ayudantes del
trabajo por cuenta propia
Les escribo porque soy trabajadora por cuenta propia
con licencia de Talabartería y Bisutería, y tengo varias inquietudes
que necesito que me aclaren, pues no solo yo tengo esta inquietud,
sino también varios compañeros más que tienen su área de trabajo en
la tienda Fin de Siglo, sita en San Rafael e/ Águila y Galiano,
municipio de Centro Habana.
Quisiéramos conocer cuáles son nuestros deberes y
derechos, pues hay momentos en que el titular no puede estar porque
estamos comprando mercancías o elaborando, y se encuentra el
ayudante que tiene que pagar su impuesto y la seguridad social, y
por parte de la Administradora de esa área no se le permite que abra
la mesa si no está presente el titular, con todo lo que trae como
consecuencia esto de pérdidas para el trabajador.
Partiendo de que somos trabajadores, que unos se
incorporaron al trabajo por cuenta propia, pero otros quedamos
disponibles y somos el sustento de la familia y que a todos los
ciudadanos se nos dio esta posibilidad, además de la opción de tener
varias licencias, mi pregunta es: Si una misma persona tiene dos o
más licencias y dos o más áreas de trabajo, ¿el ayudante puede o no
trabajar sin estar el titular? En mi caso tengo una licencia de
Bisutería y otra de Talabartería en distintas áreas de trabajo y
lugar.
Teniendo en cuenta que la Dirección de Trabajo del
municipio en que uno radica no te dice que no puedes tener dos o más
áreas de trabajo. Además, ya la gran mayoría de nosotros tenemos
nuestro lugar de trabajo y no existe el problema de que hay
trabajadores por cuenta propia sin ubicación, y a los compañeros que
están sacando licencia, cada municipio les da su ubicación para
trabajar.
Conocemos que es un derecho que tiene el ciudadano
aunque se encuentre vinculado a un centro, que se le dio esta opción
de trabajo aunque estén realizando otra actividad para el Estado, y
este no puede abandonar su puesto de trabajo para estar todo el día
en el área donde ejerce su licencia como trabajador por cuenta
propia, ya que para eso tiene a su ayudante trabajando.
Es por ello que me dirijo a ustedes, para que me
aclaren estas dudas que tenemos varios compañeros, ya que no
queremos caer en indisciplinas, pero lo que sí no se puede permitir
es que una administración constantemente nos esté amenazando con el
cierre del lugar, y que no deje que el ayudante abra el área de
trabajo o que trabaje tranquilo si no está el titular.
M. B. Pérez Alfonso
¿Quién lo tiene que resolver?
Con relación a lo publicado en Cartas a la Dirección
con el título "Mendigos no, vagos y alcohólicos", es de destacar que
esta situación, planteada por R. Sarduy Díaz, preocupa a muchas
personas en la capital, pues en los últimos tiempos se ve una mayor
proporción de estas personas en las diferentes vías principales sin
que los organismos competentes realicen las acciones que
correspondan.
Para poner un ejemplo, podemos decir que en días
pasados, en horas de la mañana, de 23 y O hasta 23 y G había 13 de
estas personas, contadas en una sola senda, principalmente sentadas
en el suelo de las aceras, pidiendo dinero. Para nadie es un secreto
que esta es una calle muy importante de la capital donde circulan
muchas personas nacionales y extranjeras al existir muchas
instalaciones hoteleras, de servicios, organismos centrales, etc.
Hace algún tiempo se publicó en la prensa nacional
la creación de un pabellón especial con todas las condiciones para
trasladar a estas personas hasta su ubicación definitiva, pues en
algún lugar residen. la pregunta sería: ¿de quién es esta
responsabilidad?, ¿por qué no la cumplen de manera sistemática y
dejan que esto pase?
Otro tema en esta misma calle 23, zona de La Rampa,
son las condiciones de las aceras, no solo desde el punto de vista
constructivo sino de suciedad, suciedad con mayúscula. Recordamos
con nostalgia cuando esta era una zona priorizada, se reconstruyeron
las aceras con material especial, con arte, y tenían una atención
preferente.
En semanas anteriores leímos con satisfacción el
trabajo que se realiza en Bayamo de limpieza y conservación, donde
participan incluso las instalaciones que están radicadas en las
respectivas áreas, y recordamos que hace muchos años en La Habana el
mantener limpios los frentes de cada establecimiento era una
responsabilidad de cada uno de ellos.
F. Velasco Bouzada
Acerca de los créditos para la reparación y
construcción de viviendas
Los créditos para la reparación y construcción de
viviendas son algo muy importante para todo nuestro pueblo, urgido
de una vivienda decorosa. Considero que los mecanismos son
acertados, solo discrepo de dos y una vez más acudo a este medio
para expresarlos.
Primero: Vivo en Pilón, soy nacido y criado en este
lugar, pero mi centro de pago es en Manzanillo, entonces no puedo
solicitar créditos en el lugar donde vivo, y lo peor, debo buscar
dos codeudores en Manzanillo que, aun cuando tengo familia y
amistades, para algo tan serio es mejor los más allegados y estos se
encuentran en mi municipio natal. Creo que es injusto y no estoy de
acuerdo; el desarrollo actual de las comunicaciones permite que
estas trabas no frenen este proceso.
Segundo: En lo relacionado con los codeudores es
igual de injusto el requisito de que deban tener igual o superior
capacidad de pago, por ejemplo, en mi familia soy el de más alto
salario con 831 pesos en moneda nacional, lo que me hace desechar a
un familiar para codeudor que por lo general es la primera opción a
la que se acude. Creo que se pudiesen realizar los cálculos a partir
de los datos del codeudor de menor ingreso, y el crédito estaría por
la capacidad de pago de este aunque el solicitante tenga una
capacidad de pago superior.
Y. Riverón García
Privilegios a quienes se los merecen
Soy uno de los tantos jóvenes a quienes preocupa el
porvenir de su país, del cual me siento orgulloso por sus logros y
avances en varios sectores, gracias al socialismo que defendemos
hace 50 años; considero que es el país más justo y la opción más
viable para salvar a la humanidad.
Pero también soy el primero en reconocer los errores
que hemos cometido en su construcción y perfeccionamiento, con una
crítica constructiva me abro camino entre mentes huecas que solo les
importa vivir bien y se les hace la boca agua con el sueño
americano.
Una vez leí una reflexión del Comandante en Jefe,
donde figuraba una frase que me impactó, y desde ese momento la
llevo como arma contundente a donde quiera que voy y la suelto a
quemarropa a quien ose ser superficial en una crítica, (cito)¼
Toda aquella persona que necesite más de lo imprescindible para
vivir vale menos como ser humano¼ La
mayoría pierden el habla ante tan magistral frase, la vida demuestra
que es así.
Me gradué recientemente de Licenciado en Derecho y
desde que era estudiante leo y analizo esta sección creada para que
el pueblo plantee sus problemas y propongan soluciones. Quisiera
abordar un tema, que entre muchos otros me preocupa e incomoda: La
recreación sana de los jóvenes, estudiantes o no, a un precio
accesible y justo.
Hace unos años existió una opción organizada por la
Unión de Jóvenes Comunistas que consistía en el otorgamiento de
entradas a discotecas, mesas en cabaret, piscinas, campismos, a un
precio, que aunque no podía ser asumido por la mayoría de los
padres, si se aflojaban un poco los codos, le podían dar un gusto a
su hijo, pero había que estimularlo ya que habían obtenido buenos
resultados; eso es algo que toda familia honrada y formada por la
Revolución debería hacer sin vacilación. Sin embargo, es cierto que
no funcionó bien por el subsidio ni porque debiera ser una función
de la organización.
Hoy en algunos centros de enseñanza en ocasiones se
organizan este tipo de actividades, pero aún es insuficiente, ya que
no logran satisfacer a todos los jóvenes que necesitan esta forma de
esparcimiento, además, el precio de la entrada puede que sea
asequible, pero el de las bebidas y los comestibles sigue igual. Si
vas a una discoteca, el precio de entrada oscila entre 2, 3, 5, 10 y
hasta 20 CUC. ¿Qué hijo de obrero o campesino que tengan ingresos
promedios, intelectual, oficial de la FAR y el MININT, puede pagar
tal suma de dinero? Así mismo pasa con los productos que en esos
lugares se comercializan.
Soy consciente de que el mundo se encuentra en una
profunda crisis económica-financiera y que nuestro país no está
ajeno, por lo que se precisa eliminar derroches excesivos, gastos
superfluos y gratuidades, entre otras problemáticas que fueron
abordadas en el Sexto Congreso del Partido, pero no por eso debemos
establecer esos precios inalcanzables. ¿Por qué la diferencia de
precios de los productos que ofertan en las cadenas de tiendas en
divisa con los de las referidas instalaciones recreativas?, ¿por qué
duplicar y triplicar los precios si el salario se mantiene estático,
en CUP y la mayoría que los frecuentan son jóvenes estudiantes?,
¿acaso tienen mejor calidad? Todos sabemos que no es así, dicen que
es por el sitio y sus condiciones, me parece que esa justificación
es para todos los ricos de los países capitalistas y no para un
joven humilde que nació de una Revolución socialista, que se quema
las pestañas para aportar en un futuro a su país o para el que se
sacrifica trabajando en cualquier sector estatal que tributa al
desarrollo económico y lo único que desea es despejar junto a sus
amigos o con la novia.
Considero que si una de estas instalaciones la
visitan en sus varias secciones entre 50, 100 o más clientes a un
precio de entrada de 2 CUC y con precio de venta razonable,
alcanzaría para sufragar los gastos que se ocasionen y contribuir a
la recaudación.
No obstante, a pesar de los altos precios ves como
muchos jóvenes frecuentan los mejores lugares y consumen grandes
cantidades de los mencionados productos como si costaran un CUP; con
certeza puedo decir que la gran mayoría no estudia ni trabaja, vive
del negocio o del invento que tanto daño hace a los que realmente se
esfuerzan por echar el país adelante; también abundan los que rentan
su cuerpo o realizan todo tipo de actos denigrantes, o a los hijos
de papá, me pregunto, ¿para ellos es que existen estas instalaciones
recreativas? Si es así, no se está siendo consecuente con la
verdadera juventud revolucionaria en la que confían nuestros
principales dirigentes.
Es poco gratificante llegar del trabajo o de la
escuela agotado y ver cómo en la esquina de cualquier cuadra te
encuentras con algún compañero de juego de la infancia que se pasa
el día ocioso, tomando cerveza, montando en automóviles y por
supuesto, yendo y viniendo de discotecas con las mejores vestimentas
y creyéndose el dueño del universo. Si le preguntas por la situación
actual del país o del acontecer internacional, te dice que no les
importa lo que está pasando, que lo que está es loco por marcharse
del país y otras cosas que no puedo repetir por su contenido obsceno
y ofensivo.
Estos temas y otros más han sido objeto en varias
ocasiones de debates entre los estudiantes universitarios,
revolucionarios, modestos, dispuestos a ofrendar sus vidas por la
Patria y en honor a aquellos jóvenes que a lo largo de la historia
murieron por la causa que hoy disfrutan las nuevas generaciones,
pero no por eso dejamos de tener necesidades propias de la edad, que
hasta hoy solo quedan en sueños por no contar con la solvencia
económica adecuada. Creo que si ponemos la pirámide en su lugar
rescataríamos valores e incentivaríamos la importancia del estudio y
el trabajo, pero para esto hay que empezar privilegiando a los que
realmente lo merezcan.
J. MartosYapur
¿Para quién es la música en las guaguas?
Cuando en la prensa escrita, radial y televisiva se
critica o comenta el problema de la música en las guaguas, que tanto
molesta a muchos de nosotros, solo se mencionan dos aspectos: los
géneros y el volumen. Es decir, que aparentemente se acepta que la
música como tal debe estar presente, que es inevitable, que resulta
tan imprescindible como una pieza de repuesto para que los ómnibus
puedan arrancar y rodar.
¿Y tiene que ser así?
Quienes han viajado al extranjero o han residido en
otros países, refieren que en ningún lugar los ómnibus del
transporte urbano llevan "música incorporada". Y los que siempre han
vivido aquí, saben que en Cuba los ómnibus urbanos nunca han tenido
música para "entretener" a los pasajeros. Y no nos referimos solo a
los ómnibus del inmediato periodo prerrevolucionario, como los de la
Cooperativa de Ómnibus Aliados (COA) y los de Autobuses Modernos,
sino también a todos los existentes durante la Revolución hasta que
llegaran los Yutong y los bielorrusos.
De manera que, ¿cuál es la razón para que un
problema tan criticado como la música en los ómnibus no sea resuelto
de manera expedita? ¿Es tan difícil? No se trata simplemente de
"orientar" o "exhortar" a los choferes a que pongan la música a un
volumen adecuado, o a que pongan géneros de aceptación por "todos".
No. Porque la música, como otras cosas, es de carácter subjetivo, y
a unas personas lo "bajito" les resulta alto, y a otras lo alto les
parece "bajito". Y en cuanto a géneros, ¡hay tantos gustos
diferentes!
De lo que se trata es de poner fin al problema de
una vez y por todas. ¿Son los ómnibus propiedad de los choferes, o
lo son de todo el pueblo, que pagó por su adquisición y paga por su
uso? ¿Los ómnibus los administra el Estado en representación del
pueblo, o los administran los choferes en una especie de extensión
"por la libre" del cuentapropismo en el transporte urbano? Porque
incluso muchos choferes cuyos carros no tienen sistema de audio, se
los han puesto ellos mismos, haciendo modificaciones (¿autorizadas?)
en los vehículos, junto con profusión de "adornos" de todo tipo.
¿A quién le corresponde tomar cartas en el asunto?
¿No bastaría con una disposición administrativa del organismo
correspondiente, el Ministerio del Transporte, para que la música —a
cualquier volumen y de cualquier género— desaparezca de los ómnibus,
dejándonos viajar en paz?
F. Ángel Gómez
Sobre los revendedores
En primer lugar quiero precisar que estoy
completamente de acuerdo con el desarrollo de las formas de empleo
no estatal en correspondencia con los Lineamientos aprobados por
Sexto Congreso del Partido sobre la política económica, pero
considero que es necesario brindarle un seguimiento permanente en su
aplicación práctica para introducir las modificaciones que sean
necesarias para asegurar que cumplan sus verdaderos objetivos.
Este es el caso de los trabajadores que se dedican a
revender artículos que se ofertan en la cadena de establecimientos
que operan en divisas y en moneda nacional y al margen comercial ya
elevado de por sí, le suman un incremento en la mayoría de los casos
de más del doble, pudiéndose ilustrar en los siguientes ejemplos:
una ducha eléctrica que cuyo precio de venta en divisas en de 31,00
CUC la venden a 70,00 CUC, un breaker de 2,65 CUC a 7,00 CUC,
válvulas de las ollas de presión de menos de un CUC a 50,00 pesos
cubanos, teipe y un sinnúmero de artículos más.
Esta actividad no opera bajo los principios de
competitividad en la producción o los servicios, lo que es necesario
para generar un proceso de elevación de eficiencia muy beneficioso
para el país, y por el contrario se aprovecha de la gestión de
producción o importación estatal, acaparan los productos de mayor
demanda creando desabastecimientos en los establecimientos estatales
y suben artificialmente los precios aprobados centralmente por los
organismos competentes; también pudieran vender artículos de
procedencia ilícita. Tampoco le incorporan un valor adicional como
es el caso de los carretilleros donde es justo que cobren algo más
ya que llevan los productos a las puertas de las casas, ya que estos
trabajadores, en muchos de los casos, operan en los alrededores de
establecimientos comerciales, por ejemplo, en el parqueo situado en
42 y 39, Playa, contiguo a la tienda Almendares, pudiéndose
comprobar que los artículos que detallé anteriormente no están
disponibles en la ferretería de esta tienda ni en otros
establecimientos estatales y sí los tienen los revendedores a
precios muy superiores. Me han dicho que algo similar existe en el
complejo comercial situado en Carlos III y en otros lugares.
Como la mayoría de la población que consideramos que
los precios de los artículos que se ofertan en la red de tiendas
estatales no se corresponden con el salario y las jubilaciones que
recibimos, apoyamos esta medida ya que estamos conscientes que esto
se revierte en beneficio de todo nuestro pueblo, no siendo este el
caso de los revendedores.
Soy del criterio que este asunto debe ser revisado,
introduciendo las correcciones que correspondan ya que está
perjudicando grandemente a la población o al menos deben ser
explicadas las razones que lo justifican, ya que hay un gran
descontento.
R. Guillermo Sanz
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