La tan alabada ley de oferta-demanda
No es necesario ser economista, ni experto en Marketing para
percibir algo "raro" en la tan alabada ley de oferta-demanda, que
casi siempre se utiliza como sable contra quienes —con entera razón
a veces, y en otras ocasiones con inusitado nivel de incomprensión—,
se oponen a los elevados precios de determinados productos y
servicios, esencialmente ofrecidos por trabajadores por cuenta
propia. Para que esta Ley se manifieste en toda su magnitud deben
coexistir dos condiciones básicas:
· Libre competencia: cantidad de vendedores (competidores) que
utilizan de forma distinta las variables de comercialización
(precio, producto, distribución y comunicación). O sea, un cierto
número de oferentes que comercializan sus productos o servicios de
manera desemejante, esencialmente mediante la diferenciación de
precios.
· Libre concurrencia: la capacidad de elección del consumidor. Si
no deseo comprar un producto o servicio del vendedor X, lo haré del
Y, o del Z¼
Resulta muy fácil darse cuenta de que ninguna de estas
condiciones básicas se expresa en muchos de los productos/servicios
que ofrecen los cuentapropistas. La proliferación de vendedores no
significa que exista libre competencia.
Pongamos por caso los cocheros: la piquera se atiborra de ellos,
pero en términos comerciales no pueden ser considerados
competidores, aunque satisfagan la misma necesidad, pues funcionan
algo así como una corporación que impone precios a todos sus
miembros. "Son dos pesos por tramo¼ y
cuidadito con decir lo contrario, porque te bajas". En esas
circunstancias el viajero se ve imposibilitado de acudir a algún
otro "competidor", ¡pues no existe! Los ómnibus que podrían acudir a
su ayuda, casi nunca están a la hora de ir al trabajo o siempre
quedan retrasados. Es un escenario de competencia monopólica donde
no rige una única empresa, sino una asociación "informal" de
cocheros que abarca más del 50 % de la cuota de mercado del
transporte urbano en algunas ciudades. Cierta vez, en un afamado
programa radial de Santa Clara, algunos funcionarios de la dirección
de Trabajo y Seguridad Social se escudaron con la ley de
oferta-demanda para responder a las quejas de los ciudadanos sobre
el aumento inusitado en alrededor del 100 % de los precios de los
cocheros. No puede existir dicha ley cuando los supuestos
competidores colaboran en la formación de precios, monopolizan una
abismal cuota de mercado e imposibilitan al consumidor a acudir a
otras ofertas.
Llamo la atención sobre este importante asunto, pues cada día
escucho más rechazos del ciudadano común a los precios inflados de
ciertas actividades por cuenta propia, a pesar de que con las
últimas regulaciones estén disminuyendo para ellas la carga
tributaria.
Ser un defensor del trabajo privado (donde me incluyo), no debe
justificar la enajenación del Estado en la regulación de los precios
de ciertos productos y servicios vitales para la población. Menos
aun cuando se ejercen prácticas oligopólicas sobre ellos. Tal parece
que los precios llegaron hinchados, y así se quedarán, no importa si
se paga menos al fisco¼ ya tienen una
"ley" que los respalde.
E. Tirado López
Aclaración sobre el derecho mercantil
La Habana, 25 de enero de 2012
"Año 54 de la Revolución"
Co. Lázaro Barredo Medina
Director
Periódico Granma
Ciudad.
Ref.: Derecho Mercantil. ¿Una asignatura pendiente?
Estimado compañero:
He leído la entrevista de referencia publicada en la página 8 de
Granma del pasado lunes, y me veo en la obligación de hacer
algunas aclaraciones, que expongo a continuación:
Desde mediados de la década de los 90 el Derecho Mercantil se
incorporó nuevamente al plan de estudios de la Licenciatura en
Derecho, si bien ya mucho antes se impartía bajo el nombre de
Derecho Comercial Internacional.
La bibliografía de la asignatura es actual y de autores cubanos,
los libros extranjeros son materiales de consulta y apoyo. Aunque la
doctrina cubana de Derecho mercantil es aún escasa, no hay ausencia
total, dado que, además del texto básico, existen varios libros
también de autores cubanos sobre Empresas Mixtas, Contratos
Internacionales, Arbitraje Comercial Internacional, Mediación, y
otras materias, por lo que no puede afirmarse que la asignatura no
cuenta con bibliografía de origen nacional para su instrucción.
La apertura económica del país dando paso a la inversión
extranjera se gestó a partir del Decreto-Ley No. 50, de febrero de
1982, luego en 1987 se constituyó la primera Empresa Mixta, y ya en
1994 se habían constituido varias decenas de Asociaciones Económicas
Internacionales, a partir de cuya experiencia se promulgó la actual
Ley de Inversiones Extranjeras en 1995.
El Código de Comercio de 1885, hecho extensivo a Cuba en 1886,
está vigente aún salvo aquello que expresa o tácitamente ha sido
derogado por las disposiciones legales dictadas después del triunfo
de la Revolución, aunque muchas de sus disposiciones están marcadas
de notable obsolescencia. Es así que las regulaciones del Código
rigen precisamente la vida societaria de las Empresas Mixtas
constituidas al amparo de la Ley de la Inversión Extranjera y de las
sociedades mercantiles cubanas, igualmente se aplica a: los
contratos mercantiles, la comisión mercantil, el transporte
terrestre y, en especial, al transporte marítimo, por lo que resulta
de frecuente invocación en la solución de litigios entre sujetos de
las relaciones mercantiles internacionales con entidades cubanas,
que se dirimen tanto en la vía judicial como en arbitraje, y, en
este caso, tanto en la Corte Cubana de Arbitraje Comercial
Internacional como en Cortes extranjeras. Para este último supuesto,
muchas veces las partes deben acreditar el texto y vigencia de la
norma legal invocada como fundamento de Derecho, lo que se realiza
bien mediante una "Vigencia de Ley", expedida por Notario Público, o
bien mediante un Affidávit (certificación expedida por dos Abogados
en ejercicio), por lo que con frecuencia los Notarios o Abogados
cubanos han debido certificar la vigencia de preceptos del Código de
Comercio.
Con el objetivo de promover el estudio y contribuir a la
formación de especialistas desde el 23 de marzo de 1997, fue
constituida en el seno de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, la
Sociedad Cubana de Derecho Mercantil, que cuenta con cientos de
miembros, y que todos los años lleva a cabo eventos científicos
nacionales e internacionales, como el que se está celebrando en el
Hotel Nacional de Cuba, con la participación de 140 asistentes,
sobre Arbitraje Comercial Internacional.
Considero que, en modo alguno, el Derecho mercantil es una
asignatura pendiente en el país actualmente, aunque se debe
continuar trabajando en la especialización, pues se evidencian
problemas en la práctica diaria de las relaciones comerciales
nacionales e internacionales. Pero se trata de una disciplina en la
cual no basta solamente la teoría, y para formar verdaderos
especialistas debe ir acompañada de una buena práctica, lo que
requiere de tiempo y esfuerzos. Es ahí donde hay que trabajar.
Dejo en sus manos la forma de aclarar a los lectores esta
lamentable confusión.
Saludos
Dr. Rodolfo Dávalos Fernández
Profesor Titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de la
Habana.
Presidente de la Sociedad
Cubana de Derecho Mercantil.
Presidente de la Corte Cubana de Arbitraje Comercial Internacional.
Problemas actuales de la dirección científica en el sector de la
construcción
Siempre que leo esta sección de los viernes, nos complacen mucho
los trabajos como los de A. J. Serra Rodríguez, porque muestran la
capacidad de la evidencia cuantificada y con criterios de medida,
que permiten que cualquiera que haga los cálculos llegue a
conclusiones similares.
Aunque no debemos desesperarnos en materia de instauración de las
mejores prácticas para construir nuestro socialismo, tampoco debemos
dejar de emitir señales de inconformidad ante los absurdos
manifiestos de los funcionarios, injustificablemente lentos y
facilistas. Me refiero a que en materia de la construcción de
viviendas y otras construcciones, paulatinamente, las medidas
implicarán otras medidas, y entre todas harán ajustarnos a las
mejores prácticas universales del funcionamiento de una de las ramas
más dinámicas en la reproducción ampliada de nuestra economía y
sociedad.
Ciertamente, la producción de las construcciones es una de las
más subdesarrolladas, de baja eficiencia en el uso de los recursos
materiales, de baja productividad, en fin donde mayor heterogeneidad
y diferencias técnico-económicas existen entre los productores. Por
tanto, es donde con más fuerza se presentan los sentimientos
individuales y personales, donde con marcada objetividad se presenta
la necesidad de las relaciones mercantiles y donde los sentimientos
de propiedad privada sobre los procesos productivos reclaman una
organización de la gestión que reconozca la participación
protagónica de los trabajadores en los resultados finales de la
producción y de las utilidades.
Existen medidas y elementos culturales que se vienen
implementando y que van a rehabilitar el orden racional de estos
procesos; entre ellas citamos:
· La ampliación del trabajo por cuenta propia.
· La flexibilización para desburocratizar la utilización de la
Ley General de la Vivienda.
· Los contratos que harán con el banco las personas que reciban
créditos bancarios o asignaciones de subsidios personales para la
construcción de viviendas.
· La posibilidad y sistematicidad del uso de los constructores
cuentapropistas, tanto por la población, como por las entidades
estatales y las no estatales.
· La organización de las pequeñas y medianas empresas no
estatales y estatales, en esta rama de la economía.
· La elevación de la cultura del detalle, de la competencia y la
competitividad que introducen la apertura de una mayor diversidad de
sujetos económicos en la sociedad.
· El perfeccionamiento de las empresas constructoras estatales,
que incluye el uso de contratos y reclamaciones ante incumplimientos
de los mismos.
· La ampliación de modelos de gestión modernos, tales como el
Control Interno, la Dirección Participativa por Objetivo, la
Dirección Integrada de Proyectos, etc.
· La sistematización del uso legal del pluri-empleo.
· El perfeccionamiento y proliferación del uso de los sistemas de
pagos colectivos e individuales.
· El funcionamiento de los fondos financieros descentralizados a
nivel de empresas para financiar el desarrollo social y la
motivación de los trabajadores, lo cual conduce a que los colectivos
laborales estatales se hagan cargo de sus propias vidas económicas.
· Los nuevos roles que les deparan a los gobiernos locales la
utilización de los impuestos para el Desarrollo Local, en los que la
implementación de modelos públicos para la gestión urbana y el
desarrollo integral lo tienen a su disposición para multiplicar la
eficacia de todos los sectores, entre ellos la construcción de
viviendas y de edificaciones públicas.
Entonces, como dice un dicho popular, "la mesa está servida". De
lo que se trata es de insistir en no ser morosos. Insistir en ser
creativos. Denunciar los casos de inercia en las localidades y en
nuestras entidades constructivas que no mejoran aceleradamente los
sistemas de gestión. Recordar que en buena medida los
incumplimientos en la producción para las inversiones constituyeron
la razón principal del incumplimiento del PIB en el 2011.
I. D. Castañeda Pérez y G. Rubio Mejías
El Estado Socialista debe tomar medidas con los infractores
Hay opiniones que, aunque las respetemos, necesitan de una
respuesta, aunque no me considero la persona más adecuada en el
tema. Mi frase favorita es "el camino hacia el infierno está
empedrado de buenas intenciones" y en ella pensé al leer la carta
"Cambiemos nuestra mentalidad". Es verdad, nuestra mentalidad debe
"evolucionar", tiene que cambiar hacia lo que, en nuestro
Socialismo, resuelva la situación económica, que en definitiva es la
que sustenta toda la sociedad; sin embargo, si bien debemos tomar
inteligentemente del sistema capitalista aquello que nos pueda
servir para nuestros fines, no creo que la receta de liberalismo
económico que nos están proponiendo en "Cambiemos nuestra
mentalidad" sea la correcta.
El mundo capitalista se dio cuenta en su momento de su
ineficiencia y actualmente está combatiendo la nueva receta
edulcorada del imperialismo, el "neoliberalismo". Es necesario
entender que está comprobado que el Estado tiene que controlar la
economía, sea emergente o no, estatal o particular, pues de ahí se
deriva su capacidad organizativa y evita la especulación y otros
males económicos.
Si hablamos de precios multados, por lo menos sé que los precios
multados del Estado se revierten en mi beneficio y en el de mi
familia a través de la salud, educación y muchísimas cosas más, pero
los precios multados de los revendedores no van en beneficio de la
sociedad, sino en el de ellos, una gran diferencia diría yo; que se
defiendan pero que no abusen, como es el caso.
Asimismo, estoy muy de acuerdo con continuar la eliminación de
ese "falso igualitarismo" que tantos problemas nos ha creado
material y espiritualmente como también con la correcta aplicación
de la ley número uno del Socialismo: "De cada cual según su
capacidad, a cada cual según su trabajo". Pero, reitero, el Estado
Socialista debe controlar la incipiente economía y tomar medidas con
los infractores para que se desarrolle sin malformaciones.
V.M. Ponce de León
Burocratismo en trámites de la ONAT
La Dirección del país hace un gran esfuerzo por mejorar las
cosas, hacerlas más viables y aligerar los trámites que nos vemos
obligados a realizar y en los últimos tiempos se está insistiendo en
hacernos ver la importancia que tiene el cumplir con las
obligaciones tributarias en tiempo. Les cuento lo que me ha sucedido
y quisiera que alguien me explicara el porqué.
El impuesto sobre el transporte terrestre (chapa) se pagaba en el
banco mediante un modelo que uno mismo recogía y llenaba en el
propio banco el mismo día que iba a hacer el pago.
Hace unos años la ONAT estableció que ese mismo modelo había que
recogerlo en sus oficinas. En una ocasión, estableció una chequera
por tres años que aliviaba los trámites, pues en ese tiempo no había
que ir a la ONAT, sino directamente al banco. Ya el pasado año se
quitó la chequera y entonces hay que ir a la ONAT a que te den el
modelo para poder pagar.
Tengo la costumbre de pagar ese impuesto en enero. El pasado día
10 fui a la ONAT del municipio de Arroyo Naranjo con el comprobante
de pago del año pasado a recoger el mencionado modelo. Primer viaje
y primera cola.
El día 13 fui a la oficina del banco que se conoce como Quinta
Canaria a pagar el impuesto (segundo viaje y cola) y para sorpresa
mía no me quisieron cobrar, porque el modelo que me dieron en la
ONAT tiene la fecha del día 10, que es cuando fui a ese lugar, y
aunque el pago del impuesto según lo establecido vence en el mes de
mayo, el funcionario que me atendió en la ONAT de acuerdo con las
tres personas con que hablé, me puso esa fecha y yo tenía que pagar
ese mismo día y que por tanto tenía que ir otra vez a la ONAT a que
me dieran de nuevo el modelo con otra fecha.
Como ven, después de haber dado dos viajes y hecho dos colas,
tengo que hacer lo mismo de nuevo y además de eso, no he podido
cumplir con mi obligación tributaria.
Agradecería que alguien me explicara el porqué de estas cosas.
O. Torres Gari
Encontrar soluciones al alumbrado público capitalino
No me molesta tanto la falta de iluminación vial nocturna, como
ver tantos postes encendidos durante todo el día, calles y calles
enteras, en muchísimas zonas de la capital. Desde el municipio de
Playa, donde resido, hasta Santa María del Mar, donde fui un
tiempito atrás, por solo dar dos ejemplos.
Si la Unión Eléctrica me dijera que no tiene dinero para reponer
las bombillas quemadas y por eso tenemos zonas oscuras, lo
entendería, dada la situación económica del país. Lo que sí no
entiendo por qué la UNE deja que su alumbrado público compita con el
sol en áreas tan extensas de la capital, con el subsiguiente
derroche de petróleo, que no debe ser poco. ¿Cómo es posible que
durante un periodo tan largo de tiempo no encuentre ninguna
solución? ¿El bolsillo de quién paga todo este derroche?
Hace años, el alumbrado del parque ubicado frente a mi edificio
lo apagaba por la mañana y lo encendía por la noche una persona
encargada para ello, manipulando el "catao" de la esquina. Y aquello
funcionaba. Hoy invertimos y nos hicimos dependientes de las células
fotoeléctricas para automatizar el encendido y apagado del alumbrado
público, que a todas luces no dio el resultado esperado. Y me vuelvo
a preguntar: ¿acaso no sería bueno mostrar mayor agilidad en buscar
soluciones verdaderas de ahorro que se ajusten a las condiciones
concretas del país? ¿Por qué tanta lentitud en atajar los problemas?
La vida ha demostrado que no todo depende de las dificultades
económicas, sobre todo cuando hay voluntad y deseo para poner la
inteligencia, a menudo necesariamente colectiva, en función de
solucionar los problemas. Quizás así, de lo mismo que se ahorró, se
podrían comprar algunas bombillas y poner más confortables las
noches citadinas.
I. Nedelcu