Publicadas
el 4 de noviembre de 2011
Créditos bancarios pagados sin terminar de ejecutar
Es importante darle solución a una situación
determinada, pero a mi juicio uno de los problemas más importantes
que nos perjudica a todos es el referido al marco jurídico
institucional, en el cual se está trabajando.
Cuando se leen las denuncias, arbitrariedades y
perjuicios a personas por parte de entidades estatales y viceversa,
es que suelen llegar hasta el periódico porque no hay una respuesta
jurídica firme de quien debe darla, sin que nada pase, salvo algunas
excepciones si la comparamos con el total de situaciones.
En mi caso es preocupante el hecho de haber pagado
un crédito bancario con intereses a la Vivienda para cubrir
materiales de construcción por esfuerzo propio, y a pesar de haber
serias irregularidades en la Vivienda en la provincia de Santiago de
Cuba, al suspenderse las ventas de materiales por esa vía sin tener
en cuenta los créditos anteriormente mencionados desde el mes de
diciembre del 2010, quedamos varios compañeros con créditos
bancarios pagados sin ejecutar completamente. Aunque la medida fue
por razones económicas y de reordenamiento que se entienden, la
pregunta es, cuándo y quién va a pagar ese dinero que en mi caso es
de 3 741 pesos. La respuesta siempre ha sido: se va a resolver,
estamos trabajando en eso. Hace ya 10 meses.
¿Y qué puede hacer uno entonces para demandar a esa
institución por los daños que eso provoca?
C. Lobaina Acosta
Perjuicio por alta tensión
Hace 1 año y 8 meses en mi municipio, Lajas, se cayó
un cable de alta tensión sobre la línea de consumidores de la red
nacional; esta alta tensión, como es fácil deducir, afectó varias
casas en la localidad, causando daños en los equipos
electrodomésticos, en mi caso me dañó un equipo de reproducción de
música.
Inmediatamente me dirigí a la entidad de referencia
para notificar mi caso, se me tomaron los datos y se personaron en
el lugar las autoridades competentes, tomando fotos y dejando
constancia de los hechos acaecidos, incluso se me entregó un código
como constancia de que el caso había sido tramitado por la vía
habilitada al efecto, el código es 8090.
No he tenido respuesta alguna de los funcionarios a
cargo de mi caso y como les describí anteriormente, ya ha
trascurrido un tiempo más que prudencial para que la empresa pueda
resarcir los daños y, al menos en mi caso, no estoy en condiciones
de adquirir, en la red minorista, otro equipo como el que he
perdido.
Quisiera tener una respuesta satisfactoria sin tener
que emprender una querella contra la mencionada entidad.
C. Martínez Gómez
Los cambios hay que hacerlos y no solo en las
panaderías
Acerca del posible arrendamiento de las panaderías
se manifiestan opiniones que rechazan al cambio, se pronuncian por
el conservadurismo y el irrenunciable apego a esquemas centralizados
de dirección.
Vamos a empezar por aclarar, que las formas
cooperativas de producción y servicios responden plenamente al
principio socialista de distribución: "de cada cual según su
capacidad y a cada cual según su trabajo", así como el concepto
mismo de propiedad privada tampoco está reñido con la construcción
de un mundo más justo. La enorme diferencia entre el socialismo y el
capitalismo está dada, no tanto por el tipo de propiedad, sino por
quién detenta el poder, en manos de quién están los medios
fundamentales de producción, así como por la igualdad de
oportunidades y la mayor equidad en la repartición de las riquezas
que ofrece el primero y en lo que basa su mayor justeza.
Realmente, no me imagino a trabajadores robándose a
ellos mismos impunemente, como sucede con el sistema centralizado,
en el que muchos se confabulan para estafar al Estado socialista y
enriquecerse a costa del desvío de las materias primas y otros
insumos, que ese Estado pone a su disposición y que una gran parte
de ellos van a parar al mercado subterráneo, en detrimento del
producto ofertado y el servicio brindado y, muchas veces, a manos de
cuentapropistas, que por no existir un sistema suministrador
mayorista, se abastecen de tales "proveedores".
Si todas esas panaderías (así como el comercio
minorista en general) tuvieran que comprar en almacenes las materias
primas y bienes con los que comerciar, elaborar un producto o
brindar un servicio de alta calidad, capaz de venderse en un mercado
competitivo, regido por la oferta y la demanda (ley económica
vigente plenamente en el socialismo pese a nuestros deseos), además
de asumir los costos y erogaciones de impuestos al fisco, para al
final repartir entre todos las ganancias, no creo que le permitan a
ningún trabajador apropiarse para su beneficio personal o derrochar
lo que, en realidad y no de forma indirecta, le pertenece a todo el
colectivo. Y si son capaces con su esfuerzo de crear bienestar para
los demás y además ganar dinero mediante una gestión eficiente,
bienvenidas sean esas ganancias producto del trabajo y la
satisfacción de necesidades de la población.
Para proteger al sistema y al pueblo contra todo
mal, estará el Partido y el Estado proletario con su infraestructura
e instituciones socialistas.
En el nivel actual del desarrollo social, los
trabajadores necesitan que el producto de su esfuerzo y trabajo
redunde en bienestar para ellos y su familia, que sigue siendo la
célula fundamental de la sociedad. La población debe ver traducida
su labor cotidiana en la satisfacción de sus necesidades crecientes.
Ese es el principio fundamental del socialismo.
Con paternalismos, igualitarismos y satanizando
mecanismos de probada efectividad, no lograremos romper la inercia,
ni acabar con el inmovilismo y la burocracia, que como un freno
invisible no nos deja avanzar por el camino que ha trazado el VI
Congreso del Partido y sus Lineamientos.
N. Páez del Amo
Paciencia de los pacientes
Nos hemos acostumbrado a vicios.
Mi esposa concurrió a operarse de hemorroides, todo
muy bien, cuando acudió al salón la atendieron correctamente, pero
mientras ejecutaban la operación tuvo la oportunidad de enterarse
del promedio académico de los hijos de los médicos, enfermeras y
auxiliares presentes en el salón, tanto fue así, que cuando
terminaron casi tiene que bajarse sola de la camilla y tuvo que
preguntar hacia dónde dirigirse, porque la conversación era tan
amena que por poco se olvidan de ella. Con apego a la verdad debemos
reconocer que la operación fue un éxito y se pudo librar de una
molestia que padeció por años.
En mi caso acudí al dentista y mientras me atendían
participé como oyente en un conversatorio entre la dentista y su
auxiliar referido a la mala higiene de las calles y posteriormente a
las ventajas de hacer ejercicios físicos para la salud de las
personas. En una de las pocas oportunidades que me dijeron algo, fue
para referirme la mala posición de la pieza que me estaban
reparando, lo cual, a pesar del reproche, no podía resolver, pues
era un cordal.
Recientemente acudí a extraerme sangre para unos
análisis, muy amable la compañera, pero durante los preparativos
apareció una compañera que cambió de pareja y quería conocer
mediante análisis si podría salir embarazada sin riesgos; me
canalizaron la vena con habilidad, pero todo sin interrumpir la
conversación, que nada tenía que ver con la operatoria.
¿Debemos acostumbrarnos a esto?
E. L. Hernández Gómez
Otro asegurado en desacuerdo
El viernes 28 de octubre leí la carta publicada en
esta sección, con el título "Un seguro inseguro" de L. T. Fernández
Manso sobre su odisea con el seguro. Esto me ha motivado a
escribirles a la sección, pues me solidarizo con sus apreciaciones.
En enero del 2010 a mi auto Lada 2107, certificado
en buen estado técnico por la Empresa de Seguros de Villa Clara, se
le desprendió una rueda delantera en la carretera central en las
proximidades de Camagüey y se volcó. Al mismo se le afectó
seriamente su carrocería; como se encontraba asegurado realicé los
trámites correspondientes con la ESEN, primero de Camagüey y después
con la entidad de Villa Clara.
El 15 de marzo del 2010, recibí una comunicación
firmada por el Lic. Juan Francis Romero García, donde dice: "una vez
analizada la reclamación presentada por usted ante la Empresa de
Seguros Nacionales se realizaron las acciones establecidas en el
procedimiento de la aseguradora entre ellas la inspección del
vehículo por parte de SEPSA, como resultado de la misma se dictaminó
que el bien asegurado es cambio de carrocería".
También he recibido otras comunicaciones de la
oficina central donde se me informa del derecho que tengo ahora a la
reposición del vehículo y otra de que en cuanto se le asignen carros
a la Empresa cumplirán con las reclamaciones etc. etc.
Debo decir, que el auto se me otorgó en 1990, junto
a él llegó el periodo especial con la correspondiente crisis del
combustible; a pesar de las dificultades para poderlo usar lo
aseguré y nunca he dejado de pagar lo que me correspondía (es en
este único aspecto, al menos en el caso de los autos, donde el
Seguro sí es seguro, eficaz y cumplidor). Debo agregar que el
traslado del auto desde Camagüey hasta Santa Clara corrió por mi
cuenta, que el estacionamiento desde entonces también ha estado a mi
cargo y que ya no visito la ESEN porque nunca saben nada. Ya hasta
mi agente de seguro me pregunta que si me he enterado de algo,
cuando debía ser a la inversa.
Siempre he comprendido la situación económica que
vive y ha vivido nuestro país y tampoco me asusta andar a pie, no le
doy mucha importancia a la avalancha de comentarios que hay
alrededor de este tema, pienso que eso le corresponde a la Empresa
de Seguro en virtud de velar por su prestigio. Pero sí me afecta la
falta de información y de atención a los casos como el mío.
Personalmente opino que si se decidió crear dicha Empresa es porque
se consideró como un hecho oportuno y viable tanto para aseguradores
como para asegurados. Si por la situación actual se han tenido que
modificar las condiciones y ha disminuido la responsabilidad social
de dicha entidad, todos los asegurados debimos ser partícipes de
esos cambios para decidir si continuamos asociados a ese servicio
pues resulta que ya somos varios los que hoy sufrimos la inseguridad
del Seguro.
P. J. Méndez Suárez
Trabajadores por cuenta propia o revendedores por
propia cuenta?
Considero que ha sido una política acertada ampliar
las posibilidades del trabajo por cuenta propia, pues permite
resolver problemas que eran de difícil solución con anterioridad,
vigoriza nuestro comercio del día a día y brinda oportunidades a
muchos trabajadores de obtener su sustento.
Pero observo cómo cada día aumenta más un tipo de ¿cuentapropismo?
que se aleja en mi opinión del trabajador por cuenta propia.
Proliferan los revendedores de cebolla, ajo y otros
productos agrícolas a elevados precios. ¿Dónde los obtienen? ¿Los
siembran ellos o los compran en nuestros mercados, o por otros
medios, para después venderlos a un precio superior? A este paso no
va a existir otra posibilidad de obtener estos productos que a
través de este comerciante.
Yo estaría de acuerdo con esta forma de trabajo, si
nuestra agricultura fuera lo suficientemente competitiva, algo que
en este momento no ocurre. Ese mismo análisis se podría hacer para
artículos industriales e incluso de nuestra canasta básica.
Estimo que es necesario analizar esta situación y
buscar alternativas para estos trabajadores. Tal vez puedan
justificarse en determinadas zonas sin mercados o muy alejadas.
L. Fernández León
Envíe su correspondencia a:
Periódico Granma. Departamento de Atención al Lector. General
Suárez y Territorial. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba.
Código Postal: 10699. Zona Postal Habana 6, Apartado Postal 6187 o
al correo electrónico: cartasaladireccion@granma.cip.cu Teléfonos
881 9712 o 881 3333, extensiones: 143,145, 148, 177. |
|