Publicadas
el 30 de septiembre de 2011
Yaguajay: aprovechar lo que tenemos con disciplina,
organización y control
Soy espirituana del municipio norteño de Yaguajay y
estoy profundamente preocupada, pues en la recién concluida Asamblea
de Balance del Partido en la provincia centraron los debates en
asuntos trascendentales para la economía del territorio; esta no fue
afectada solamente por problemas con la disponibilidad de recursos
materiales y financieros sino también por problemas de carácter
subjetivo, como la no adecuada organización del trabajo, frecuentes
cambios estructurales en actividades decisivas, entre otros; además
el compañero Abelardo Álvarez Gil, integrante del Secretariado del
Comité Central abordó las consecuencias negativas que ha tenido la
provincia por la inadecuada selección, conducción y control del
trabajo con los cuadros, con lo que yo estoy totalmente de acuerdo.
La decisión de escribirles la tomo al tener
conocimiento de que la planta dedicada a la producción de módulos
para la construcción de viviendas modelo Sandino, que dejó de
pertenecer al Grupo Empresarial de la Construcción (GECA) del MINAZ,
al realizar esta un cambio en su estructura y llevando a cabo el
reordenamiento laboral comenzado a finales de enero ha dejado
disponible a un grupo de trabajadores de esta planta. La empresa de
la construcción que debe asumir la misma, al igual que GECA radica
en la cabecera provincial, se dice que piensa mudar todos los
equipos y la tecnología de producción hacia un lugar más cercano a
ellos; yo me pregunto: ¿será esta decisión correcta?, ¿lo harán por
un problema de rentabilidad o comodidad?, ¿qué pasará con esos
trabajadores que tienen más de 25 años de trabajo, incluso en el
sector y hoy están disponibles cumpliéndose su garantía salarial sin
recibir ofertas de trabajo?
Pienso que estos trabajadores podían continuar con
la producción en la fábrica haciéndolo con productividad, eficiencia
y eficacia.
El municipio de Yaguajay perdió sus tres centrales
azucareros, uno de los cuales, el primero en desactivarse hacía solo
un año se le había realizado una reparación capital; también
perdimos la fábrica de torula, la de refrescos está casi paralizada.
Si se deja perder esta fábrica que aporta tanto al desarrollo ¿con
qué nos sostenemos?, ¿con una agricultura mayoritariamente secana?
No lo creo; debemos aprovechar cada pedacito de lo que tenemos en
todos los sectores con disciplina, organización y control.
D. Matías Luna
Urgente sugerencia para la próxima Feria del Libro
Quizá quede poco tiempo para la Feria del Libro del
2012. Un libro no se concibe, escribe, edita e imprime en unos pocos
meses. Mucho menos se puede elaborar e implantar toda una política
editorial. Pero ya sabemos que el viaje más largo empieza por un
primer paso.
El trabajo editorial —al igual que lo hace la
educación— debe adaptarse al nuevo modelo económico. No me refiero
al aspecto económico del trabajo editorial, me refiero a lo que se
publica, aunque estén muy relacionados ambos aspectos.
Nuestras librerías no están precisamente vacías,
pero a juzgar por la lenta rotación, parece tratarse de títulos de
dudosa demanda. Lo que casi no existe (para no ser absolutos) son
libros de oficios, técnicas y artes manuales. Y pudiéramos
preguntarnos ¿cuántos compatriotas los necesitan ya hoy para
ayudarlos a emprender una nueva vida profesional?
Creo que muchos estarían felices de encontrar
manuales de —por ejemplo— carpintería, albañilería, plomería,
electricidad, técnicas agropecuarias y agronomía, sobre gestión y
contabilidad de pequeñas empresas familiares, jardinería,
gastronomía, costura y sastrería, construcción de edificaciones
menores, en fin.... Dejo la lista ahí para no aburrir pues sería
larguísima.
Los mencionados textos, que deben ser muy prácticos
e ilustrados, no deben tener solo los aspectos técnicos sino los de
nuestra legislación y demás normas al respecto.
Por ejemplo, ahora prolifera la venta liberada de
materiales para reparaciones y construcción con recursos propios.
¿No sería útil disponer de álbumes que sugieran diseños prácticos,
económicos y con un mínimo de valores estéticos para viviendas y
negocios? Por supuesto, teniendo en cuenta e informando sobre las
regulaciones legales, urbanísticas y sanitarias que norman estas
construcciones y sin olvidar los trámites indispensables exigidos.
Creo que si no lo hacemos así, la ignorancia se
sumará a otros factores que no enumero por conocidos. Todos ellos
sumados, no harán más que agregar nuevos adefesios arquitectónicos a
los que ya abundan de otras épocas y autorías, sin contar los que no
eran adefesios originalmente pero que el paso del tiempo —y de otros
factores— los han rebajado a esa categoría.
L. R. Capó
Con casi dos meses de nacido… y no ha podido ser
inscrito
Contaba mi abuela que antaño se inscribían los niños
a los dos, tres y hasta seis meses después de nacer; claro que eso
tenía una explicación lógica ya que hace 60 años, la mayoría del
pueblo era analfabeto y no tenía acceso a la información ni a los
recursos, que gracias a la Revolución hoy se tienen.
Pero mi pregunta es la siguiente ¿Será que en vez de
evolucionar habremos involucionado en el tiempo?, esto lo digo por
la situación que describiré a continuación:
Resulta que ya hace un mes y veinte días que mi hijo
nació en el municipio de Florida en la provincia de Camagüey y solo
lo sabemos la madre y yo, digo esto porque a los efectos legales el
niño no existe debido a causas desconocidas y ajenas a nosotros, las
cuales no encuentro explicación y nadie ha podido informarme
correctamente.
Mi hijo ya tiene casi dos meses de nacido y todavía
no se ha podido inscribir legalmente, porque la famosa planilla, la
más esperada, que debió haber sido enviada del Registro Civil de
Florida ya hace casi dos meses, no acaba de llegar al Registro Civil
de Sancti Spíritus, provincia en la cual vivimos.
Dirijo mi inquietud a ustedes con el afán de
revertir esta situación lo antes posible, después de que ya me he
dirigido a los órganos pertinentes para dicha reclamación como es el
DPS de Camagüey el pasado lunes 12 de septiembre, donde quedaron de
darme respuesta y de localizarme lo antes posible y siguen pasando
los días y ninguna noticia al respecto.
A decir verdad yo estoy muy preocupado de que esa
planilla de inscripción se haya perdido o extraviado, porque según
le dijeron a mi esposa en el Registro Civil de Florida, ellos la
mandaron para Sancti Spíritus el 15 de agosto y aún el 20 de
septiembre que fui por enésima vez allí, no ha llegado; sin embargo,
han llegado planillas de otras provincias más lejanas como Matanzas,
de niños que nacieron mucho tiempo después que el mío.
Es una situación desagradable que espero no se
demore más.
D. Olivera Viciedo
Medir la presión arterial
Es sabido que la hipertensión arterial afecta
actualmente a un cuarto de los adultos cubanos, lo que significa, al
menos, un millón de personas aquejadas de una deficiencia que de no
ser atendida eficazmente puede traer graves afectaciones a distintos
órganos del cuerpo e incluso llevar hasta a la invalidez por serias
limitaciones motoras y por graves e irreversibles daños al cerebro,
por lo que resulta económicamente positivo lograr que la
hipertensión no llegue nunca a esos extremos de gravedad mediante el
sencillo recurso de propiciar su más minuciosa, rápida y efectiva
atención y control.
Hace un par de años en el policlínico que me
corresponde de 15 y 18, en el Vedado, estuvo habilitado un cubículo
con una enfermera adiestrada al efecto que solo se dedicaba a tomar
la presión. De inmediato se alivió en un 25 % el recargado trabajo
de los médicos, los hipertensos pudieron ser atendidos con premura,
y los amplios conocimientos médicos de los galenos pudieron ser
utilizados de manera mucho más útil en enfermedades y dolencias que
sí requieren (y a veces con urgencia) de esos conocimientos.
Habilitar un cubículo y una enfermera solo para esa
función no es un gasto superfluo ni excesivo, sino un negocio
redondo al evitar la posterior inversión de cuantiosos recursos para
hacer frente a las múltiples y graves consecuencias que pueden traer
aparejadas las hipertensiones mal atendidas.
J. R. Gómez
Con el transporte particular de pasajeros se
puede hacer algo
Leyendo la historia del médico de Bauta, que
apareció el pasado viernes 23 de septiembre en Cartas a la
Dirección, el cual se quejaba con toda razón de que le quieran
cobrar 10 pesos por el viaje desde la terminal del Lido, Marianao,
hasta su localidad, pienso que ya es hora de tomar cartas en el
asunto.
Es verdad que mantener un vehículo en la actualidad
es sumamente costoso: hay que inventar las piezas de repuesto, el
combustible no es barato y, además, hay que pagar varios impuestos.
Pero también es cierto que los que necesitamos movernos regularmente
hacia los municipios de la provincia de Artemisa, que es lo que
conozco de primera mano, tenemos la sensación de que no les
importamos nada a esos choferes y conductores. Lo de ellos es
maximizar la ganancia a como dé lugar. El cliente es solo alguien a
quien sacarle dinero, nunca una persona a la que se sirve.
Mientras no se logren soluciones a largo plazo, hay
que seguir con los camiones, las camionetas y las máquinas de
alquiler. Pero se puede hacer algo mientras tanto. Pienso que se
podría utilizar el mecanismo de flexibilización de los impuestos
para aliviar ciertas estrecheces. En este caso, concretamente,
pienso en el impuesto por el ejercicio de la actividad. Propongo que
se establezca un sistema impositivo escalonado: mientras más barato
se cobre, menos impuesto se paga. Incluso se puede llegar a la
liberación del pago de ese impuesto. Los choferes y conductores se
acogerían voluntariamente al sistema. El que lo haga, debe estar
claramente señalizado como tal, por ejemplo, en un lugar visible del
camión. Ello serviría de información a la población, la cual, de
paso, tendría todo el derecho de defenderse y, eventualmente, de
denunciar a los violadores y tramposos que pretendieran aprovecharse
de la nueva facilidad. Todo ello debe venir acompañado, por
supuesto, de controles regulares sin previo aviso por parte de la
entidad tributaria.
Lejos estoy de pensar que se trata de una solución
perfecta, pero sí estoy convencido de su valor como principio y de
su relevancia educativa y política. Por un lado los choferes se
verían apoyados en su labor y se buscaría estimular entre ellos un
sentimiento de solidaridad hacia sus clientes, los cuales, a fin de
cuentas, son su razón de ser (¿o acaso debemos esperar hasta que ese
médico de Bauta le diga a un chofer, cuando este le traiga a su hijo
enfermo, que si no paga tal o cual cantidad de dinero, no lo
atiende?). Por otro lado los clientes, o sea, la población, verá así
una manifestación concreta de que, efectivamente, "nadie quedará
desamparado".
O. Sandoval López
Pulmones que dañan
Necesaria es, e impostergable, la tarea de
repoblación forestal que se acomete en todo el país, y en ese
sentido se avanza. Se sabe la importancia y repercusión mediata que
implica sembrar árboles en las ciudades por su efecto para
equilibrar y mantener el medio que nos rodea.
Sin embargo, no siempre se estudia bien el escenario
que se pretende repoblar, ni se seleccionan adecuadamente las
especies a sembrar.
Nadie discute que contamos con profesionales capaces
de llevar a cabo una misión como esta, pero si los autorizados para
ello no estudian los pro y los contra ahora, una vez plantados los
árboles, las consecuencias negativas se verán al paso de los años.
Les cito el caso de lo que ocurre en el reparto
Carlos Manuel, de la capital provincial de Pinar del Río, un lugar
donde siempre han existido árboles desde que el Gobierno
Revolucionario tomó en cuenta la necesidad de oxigenar la ciudad.
Sucede que en este reparto fueron sembrados muchos
ocujes en 1959 y después de 50 años ya estos han degenerado por
talas no efectuadas, mal manejo de su crecimiento y falta de
mantenimiento en general.
Una brigada de la Dirección de Comunales en Pinar
del Río apareció hace alrededor de un mes en el citado reparto y
demolieron los viejos ocujes, los cuales han destruido aceras,
techos de las casas cercanas, tuberías de agua y sanitarias, en fin,
ocujes que provocaron más daño que beneficios.
Los vecinos de este reparto nos alarmamos al saber
que después de esta demolición, la decisión tomada fue la de sembrar
nuevamente ocujes, o sea, solo se han sustituido los viejos árboles
por otros nuevos, que dentro de unos años terminarán de destruir lo
que ya hicieron los anteriores.
Nos preguntamos una y otra vez: ¿Es que el hombre no
aprende de las experiencias negativas? ¿Por qué repetir viejos
errores? ¿Por qué no se hace un estudio real de los inconvenientes
que acarrea sembrar árboles que, lejos de ayudar, destruyen al paso
del tiempo?
Recientemente visité la ciudad de La Habana y pude
comprobar que se repite la situación de los añosos árboles
destruyendo aceras, tuberías, cercas, que impiden el paso de los
peatones, y algunos son el hábitat ideal para vectores, provocando
que nuestra bella capital, lejos de embellecer, se deteriore día a
día.
¿Nuestros ingenieros y técnicos forestales no
conocen especies vegetales que faciliten la oxigenación de la ciudad
y a la vez salvaguarden las construcciones y las viviendas?
¿Por qué sembrar árboles destinados a espacios
abiertos, en lugar de plantas y arbustos que den colorido y no sean
invasoras? ¿Por qué no se toma en cuenta que estos grandes árboles
destruyen el entorno ante el paso de ciclones y huracanes? ¿Por qué
no se fomentan el gusto y la cultura por la vegetación ligera,
variada en matices y colores en las ciudades y parques?
Se sabe además que una ciudad sin árboles no es una
ciudad, y que constituyen los pulmones necesarios para mejorar la
calidad de la vida, pero ¡ojo!, con los años habrá que reafirmar que
hay pulmones que dañan.
Amamos la vegetación y somos defensores de la
siembra de plantas en toda la ciudad, pero no se trata de sembrar
por sembrar y cumplir una norma o tarea, se trata de sembrar
pensando en el futuro, pensando en todo y en todos.
A. Cabrera Aguilar
Trámites burocráticos en ETECSA
El pasado 25 de agosto, aprovechando que disponía de
una semana de vacaciones, me decidí a poner a mi nombre los
servicios de agua, electricidad, gas y teléfono que recibo en mi
casa, la cual heredé recientemente de una tía. Aprovechando las
bondades de las Páginas Verdes, Información sobre trámites del
Directorio Telefónico de ETECSA, edición 2011-2012, verifiqué que
los documentos a presentar en las entidades que prestan estos
servicios se resumían a: recibo del último mes debidamente pagado,
carné de identidad, libreta de abastecimiento, propiedad de la casa,
certificado de defunción y en el caso de ETECSA, además, una carta
de solicitud del interesado.
Me personé primeramente en las Oficinas de Aguas de
La Habana del municipio de Diez de Octubre, donde radico, y luego de
la presentación de los documentos el trámite de cambio de titular
del contrato no tomó más de dos minutos. Después, me dirigí a CUPET
y el trámite duró cinco minutos y salí hasta con una copia del nuevo
contrato. Posteriormente, visité las oficinas de la UNE y luego del
completamiento de los documentos requeridos, el trámite no sobrepasó
los 10 minutos.
Feliz por la velocidad con que había realizado todas
mis gestiones, por último, me presenté en las Oficinas de ETECSA, de
Juan Delgado y Luis Estévez. Al sentarme frente a la funcionaria
encargada de la realización de trámites, cuál no sería mi sorpresa,
al escucharle preguntar si había traído las copias de todos los
documentos necesarios. ¿Copias?, pregunté asombrado, pues todo lo
había resuelto solo presentando los originales y la compañera me
justificó que eran necesarias, pues ellos debían conformar un
expediente.
Contrariado, me dirigí al Foto Service más cercano a
verificar las tarifas de las fotocopias y estas oscilaban entre 0.30
y 0.45 centavos de CUC, según el tamaño del papel y yo necesitaba al
menos seis. Al solicitarle a la dependienta el servicio, ella me
dijo que la fotocopiadora estaba rota y me indicó la dirección de
una persona que realiza ese trabajo por cuenta propia. Me dirijo
entonces al trabajador por cuenta propia y este me dijo que cada
fotocopia tiene un valor de 10 pesos MN, es decir que tuve que pagar
60 pesos por un trámite de cambio de titular de un contrato, dinero
que ni siquiera fue a parar a las arcas del Estado y que no tuve que
gastar con las otras tres empresas de servicios.
Para serles sincero, me fui muy indignado y me sentí
maltratado por los mecanismos burocráticos de que dispone ETECSA
para este tipo de trámites. Primeramente, ETECSA mal informa a los
clientes al no aclarar en su Directorio Telefónico la necesidad de
presentar copias de los documentos legales. Segundo, solicita una
carta de solicitud del interesado, que según la funcionaria de
trámites, ya no es necesaria. Tercero, solicita a los clientes que
les proporcionen fotocopias de carné de identidad, certificado de
defunción, factura de pago y de la propiedad de la casa, para armar
un expediente que solo es de interés de la entidad, pues eso no
consta entre los deberes de los abonados y para colmo, después de la
funcionaria completar cuatro formularios, y yo firmarlos, ninguno
fue a parar a mis manos, como constancia del trámite realizado. ¿Es
este el precio que tenemos que pagar los abonados para poder
disponer de servicios a los cuales tenemos derecho?
E. R. Chong Crespo
Envíe su correspondencia a:
Periódico Granma. Departamento de Atención al Lector. General
Suárez y Territorial. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba.
Código Postal: 10699. Zona Postal Habana 6, Apartado Postal 6187 o
al correo electrónico: cartasaladireccion@granma.cip.cu Teléfonos
881 9712 o 881 3333, extensiones: 143,145, 148, 177. |
|