Publicadas
el 16 de septiembre de 2011
El control es imprescindible, pero no debe
entorpecer el servicio
Soy una trabajadora por cuenta propia y en reunión
con el Consejo de la Administración Municipal de Boyeros fuimos
informados que los inspectores procederían a multar a los titulares
de la licencia cuando el mismo no se encontrase presente en el
momento en que ocurriera la visita de inspección o durante sus
recorridos.
Se argumentó que el trabajador contratado no está
facultado para atender y despachar al cliente si el titular no está
presente.
Nuestros argumentos no resultaron considerados en
ese momento y es por ello que los someto a esta sección.
Esta advertencia fue preocupante para todos los
cuentapropistas presentes en dicha reunión; hemos buscado en la
Gaceta donde aparece publicada la resolución que regula el trabajo
por cuenta propia y no aparece nada al respecto, al menos nosotros,
los afectados, no la encontramos.
Nuestras preocupaciones son:
¿Debo cerrar mi establecimiento para ausentarme a
cumplir una necesidad fisiológica, para ir a gestionar y adquirir
insumos, para recoger a mi hija en la escuela, porque me han llamado
que se siente mal, para tomarme un descanso de uno o dos días, como
cualquier ciudadano, que los necesita?
Tengo tres trabajadores contratados, como lo
establece la ley, pago puntualmente mis obligaciones tributarias ¿es
necesario mantenerme al frente de mi establecimiento desde que abro
hasta que cierro, cuando he contratado a personas que son de mi
entera confianza, como lo establece la legislación vigente, capaces
igual que yo de dar la información requerida por dichos inspectores?
Supongamos que un día me enfermo o me accidento y obtengo un
certificado médico, y no obstante a ello, no hago solicitud de
suspensión temporal de mi licencia y continúo pagando mis impuestos
correspondientes; supongamos que soy una persona emprendedora y
obtengo otra licencia para desarrollar otra actividad diferente por
cuenta propia, lo cual está autorizado por la resolución, que una
persona pueda poseer dos licencias,
Cómo quedo en el contexto, evidentemente poco
razonable, de la medida a cumplir por nuestra parte que nos fue
informada, porque no es posible que dos titulares puedan estar
presentes a la misma vez en el punto en su venta.
Considero que pueden hallarse medidas más apropiadas
para el control de nuestra actividad.
C. Rosa Rodríguez
Una Alerta Necesaria
Obligada felicitación a los trabajadores avícolas
que han mantenido con su ingenio, dedicación, disciplina y gracia a
los recursos que el Gobierno ha puesto en sus manos, la producción
de huevo en todo el país. Sin embargo, se está desperdiciando, tanto
por los organismos como por la población, un 65 % aproximadamente de
los envases de cartón que se utilizan para el traslado de los
huevos. (Los cálculos los hago basándome en lo que sucede en mi
municipio)
Según otros escritos de la prensa, la producción de
los llamados cartones tiene parte de su costo en divisa. Es por ello
lo de "Una Alerta Necesaria": Si para un millón de huevos,
utilizamos 300 000 cartones aproximadamente (no existe otro modo de
transportar de manera segura el huevo a lo largo y ancho del país) y
de estos, se deteriora el 65 % (se pierden 195 000 cartones).
Cartones de huevos con excelente calidad y muy buena terminación. En
mi modesta opinión, por qué no se establece la reposición de estos
envases. Una solución podría ser a través de Materias Primas,
empresa que podría comprar los envases a un precio razonable y de
esta manera recuperarlos nuevamente.
Sería injusto que disminuya la producción de huevo
por falta de envases.
G. Suárez Calzado
Falta de sistematicidad y control: el factor
común
Hace ya algún tiempo que para el bien de todos los
cubanos contamos en nuestra prensa con un espacio de opinión en el
que se abordan los más variados temas, casi siempre problemas que
incluyen todos los sectores y esferas. Díganse: vivienda, salud,
comunicaciones, los servicios, transporte, agricultura, educación,
órganos de dirección, en fin, no se escapa nadie y al mismo tiempo
encontramos respuestas no tan abundantes como debieran, llenas de
amonestaciones, reuniones con los trabajadores y hasta separaciones
del centro de trabajo; medidas todas que en mi humilde criterio solo
ponen al descubierto un único factor común, la falta de
sistematicidad y control de la gran mayoría (no de todos), de los
cuadros a todos los niveles que propician ese tipo de
irregularidades y con los que casi nunca se toman medidas.
¿Dónde estaban el director, el administrador, el
gerente, el jefe, el secretario del Partido, el delegado o el
responsable de¼ la escuela, la fábrica,
la tienda, el restaurante, el hospital o la oficina cuando se
produjeron el rosario de atropellos, maltratos, robos y violaciones
de leyes y decretos que leemos cada viernes?
¿Hasta cuándo las respuestas evasivas? Tratando
algunas de enmendar errores injustificables o peor aún, el silencio
cómplice de otros como si lo ocurrido fuera lo normal¼
y ¿dónde están los jefes de esos jefes, en parte también
responsables?
Las medidas son necesarias, sin duda, cuando van
dirigidas a reflexionar y educar, pero engañosas cuando se emplean
como telón para ocultar males más profundos.
Sean mejores los que dirigen y serán mejores los
dirigidos, sean más responsables y exigentes, y habrán menos
atropellos, buenos ejemplos sobran —acabamos de perder a uno
recientemente—, multipliquémoslo y hagamos de lo correcto y lo bueno
lo cotidiano, entonces hablaríamos de otro factor común.
E. E. Broche Vidal
La escuela, la familia, la comunidad y el uniforme
escolar
Ya abrió sus puertas el nuevo curso escolar
2011-2012, con nuevas metas por delante y muchos retos que afrontar
dentro del proceso docente-educativo y el firme propósito de
fortalecer el papel del profesor para que haga un uso más adecuado y
eficiente de su labor educativa y formadora, así como de los medios
de enseñanza de los que dispone.
Ahora bien, el personal docente debe insistir en la
correcta disciplina de los educandos, en la rigurosa calidad de las
clases, en la debida interrelación alumno-profesor, en la educación
formal, que comienza por el uso correcto del uniforme escolar, que
es la imagen que el estudiante refleja ante la sociedad, en la cual
vive y se desarrolla como ser social.
Nuestros educadores deben ser los primeros en
predicar con su ejemplo, para exigir después que los estudiantes
usen correctamente el uniforme escolar, que cuiden su escuela, los
materiales de estudio, que creen hábitos de estudio y se preparen
debidamente para la vida futura, lo que les permitirá adquirir una
verdadera cultura integral. Con estas premisas cumplidas estaremos
evitando que se repitan viejos errores cometidos en etapas
anteriores. Por lo que este curso debe ser de mayor rigor en todos
los sentidos.
La escuela debe convertirse en el eslabón dentro de
la sociedad que permita construir un mundo mejor, enfatizar y
divulgar entre los estudiantes nuestros principios y valores, para
que nuestra obra no se vea interrumpida y así poder preparar y
educar mejor a los continuadores.
La familia no es ajena a esta formación, ella
desempeña un papel clave y activo, al igual que la comunidad, que es
donde el joven se forma o se deforma, pero la escuela es
insustituible en la creación y asimilación de valores e
identificación social.
Nuestra sociedad, la familia y la escuela no pueden
permanecer pasivas ante hechos que pueden llevar a nuestros
estudiantes a acciones, actitudes y comportamientos repudiables, por
lo que, lo que no está correcto, debe ser criticado y erradicado con
autoridad moral.
Ante esta imperiosa realidad, es preocupación y
ocupación de todos: familia-escuela-sociedad, que el uniforme de los
estudiantes se use como corresponde y está reglamentado. En tal
sentido, urge que la familia, en primer lugar, coopere
conscientemente con nuestro personal docente en la adecuada
realización de su labor formadora y educativa y se sientan con todo
el apoyo necesario para tomar medidas y emprender acciones para el
logro de este objetivo.
La experiencia aconseja apelar a la cooperación y a
la comprensión, haciendo una exhortación a los padres, para que esta
contradicción entre el cumplimiento del reglamento escolar y el
deseo de estar a la moda, no se convierta en un obstáculo
insalvable. No hay necesidad de llevar pulsos, uñas postizas,
escandalosos pelados a la moda y otros atuendos a la escuela, ni
tampoco transformar las prendas del uniforme, cuya tendencia seguirá
creciendo si no la atacamos desde su raíz.
No defiendo para nada el uso incorrecto del
uniforme, ni la pasividad de algunos docentes ante estos hechos,
mucho menos la posición evasiva de los padres, que en ocasiones se
convierten en cómplices para complacer a sus hijos. Hay que llegar a
los estudiantes, acercarse a ellos con un enfoque educativo y
persuasivo, con argumentos convincentes, para que modifiquen en lo
posible su modo de actuar en función de las exigencias y reglamento
escolar, sin renunciar a los tiempos en que vivimos, pero acatando
la disciplina y lo que está reglamentado.
Por ello, el uso correcto, limpio y en buen estado
del uniforme, debe ser de carácter obligatorio como parte de la
incansable labor educativa que realiza la escuela para dar
continuidad al perfeccionamiento del proceso docente-educativo, con
nuestros propios esfuerzos, capacidad e inteligencia.
J. Pozo Álvarez
Con administradores así no hay protección al
consumidor
que valga
Múltiples veces he oído sobre la protección al
consumidor y en mi opinión la elemental protección es que te den por
lo que pagues, por eso quiero relatarles lo que sucedió el 13 de
septiembre en el agromercado estatal sito en San Bernardino entre
Serrano y Durege, Santos Suárez, centro regido por la Dirección
Municipal de Comercio y Gastronomía de Diez de Octubre.
Compro unas piezas de carne de cerdo y el
dependiente me dice que son siete libras y media, como dudé de que
estuviera completo rectifiqué el peso en mi pesita y él me dijo que
la pesita manual que yo llevé estaba mal.
Después de pagarla me dirigí al administrador al que
le pedí que me comprobara el peso y este simplemente me dijo que no
tenía pesa de comprobación a lo que le dije que en el mercado había
otras pesas, que lo hiciera en una de ellas. Se dirigió a una
casilla donde estaba una compañera que se negó a pesar la carne
diciendo que la pesa era suya y no estaba obligada a pesarla, yo me
dirigí al administrador y le pregunté si él no era el administrador,
entonces la compañera accedió a pesarla diciendo ella que eran siete
libras cosa que yo no tenía forma de comprobar porque la pesa no es
digital y siempre el brazo lo oculta para que no lo vea el cliente.
Con el administrador nos dirigimos al dependiente,
el administrador no abrió la boca y yo le dije que eran siete libras
lo puso de nuevo en su pesa y me devolvió el dinero de media libra,
pero ahí no quedó la cosa, le pedí al administrador que me diera el
libro de quejas y me enseñó una libreta que no estaba foliada, en
esa libreta no me dejaba escribir sino que iba a escribir él. Ante
esta situación al no estar foliada la libreta no perdí el tiempo
reflejando mi queja le pedí el nombre y se negó a dármelo diciendo
que no estaba obligado a hacerlo.
En ese lugar la música es alta y antes de comprar le
llamé la atención al dependiente sobre la cantidad de moscas y me
dijo que la gente la compraba con moscas y todo y que así lo vendían
en todo el país.
Qué nos queda a los consumidores cuando el
administrador del centro evidentemente protege a los que venden y no
respalda al consumidor. Esa fue mi impresión de este lugar al cual
por supuesto no iré más aunque a ellos no les interese y sigan con
su fatal conducta.
M. Llanes Godoy
Inscripción de nacimiento sin solución
El 30 de junio del 2011 mi padre falleció. Me dirigí
a la Notaría en Nueva Gerona, Isla de la Juventud para solicitar mi
Inscripción de nacimiento, ya que la necesito para hacer los
trámites para sacar el Acta Declaratoria de Heredero y para los
trámites en la Dirección de la Vivienda. En incontables veces me
dirigí a la Notaría y desde la Isla de la Juventud, donde vivo, han
llamado incansablemente a Matanzas, donde nací, pero allá no dan la
información que hace falta para proceder a hacer la inscripción,
alegando que están en construcción y que los documentos se mojaron.
Pregunto:
¿Hasta cuándo tengo que esperar para legalizar los
documentos de vivienda, teléfono, cuánto tiempo más debo esperar,
quién es el responsable que dejó todos estos documentos en un lugar
que están construyendo y se dañaron, por qué tengo que ser afectado
por la irresponsabilidad de otro?
La casa sigue a nombre de mi padre al igual que los
demás documentos y no puedo hacer nada legal porque donde quiera que
voy me dicen que sin este documento no puedo hacer nada. Llevo más
de dos meses en esto, sin respuesta, y claro, sin solución.
R. Guerra Martell
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