Publicadas
el 20 de mayo de 2011
Llevar a la práctica los Lineamientos aprobados
Cuando se nos convocó para discutir y opinar
libremente sobre el Proyecto de Lineamientos de la Política
Económica y Social del Partido y la Revolución, no faltaron los
escépticos (que le hacen juego al enemigo) que decían ¿Para qué?, si
ya todo lo que se va a hacer está escrito.
Si bien los medios de difusión nos mantuvieron
informados de todo el proceso de discusión desde la base hasta la
clausura del Sexto Congreso del Partido, no fue hasta ahora que con
el estudio del tabloide explicativo puesto a la venta, me percaté de
la profundidad del trabajo realizado para recepcionar y evaluar los
diversos planteamientos de la población.
Prueba de esto es que casi el 70 % del documento
original fue modificado y que de 291 lineamientos inicialmente
concebidos se elevaron a 313, lo que nos confirma que se tuvieron en
cuenta nuestras preocupaciones y que fue un proceso democrático tal
como había indicado el General de Ejército Raúl Castro.
Ahora algunos se preguntan cómo llevar a la práctica
cada uno de los Lineamientos, tema complejo pero que tiene su
estrategia en la que todos tenemos que contribuir, desde nuestro
puesto de trabajo o de estudio hasta haciendo propuestas; esta
sección de Granma puede ser una vía.
Entre las preocupaciones que me han manifestado
algunos compañeros, está la del arrendamiento a los trabajadores de
las pequeñas unidades gastronómicas, como los llamados círculos
sociales que tienen uno o dos trabajadores pero que por estar
ubicados en comunidades y pequeños poblados, realizan una función
social. A estos les he recordado lo siguiente.
Hasta los primeros años de la Revolución funcionaron
en las ciudades y los poblados las sociedades de recreo dirigidas
por una directiva elegida por los socios, que pagábamos una cuota
mensual y que nos daba derecho a disfrutar de la instalación, juegos
pasivos, televisión, tocadiscos y otras ofertas que a partir de
bailes y actividades recreativas organizaban las directivas para
disfrute de todos.
Pero el servicio gastronómico diario lo realizaba el
que llamábamos conserje, que se ocupaba de limpiar y atender el
local, velando por sus medios, y como pago por esa responsabilidad
vendía los productos que allí se ofertaban por cuenta propia, todos
los días excepto cuando había fiesta.
Al pasar estas instalaciones a círculos sociales
inicialmente se pensó mantener los directivos pero, por la falta de
facultades que tenían al depender de una empresa u organismo que las
administraban estatalmente y decidían lo que había que hacer en
ellas, perdieron sus objetivos, y salvo excepciones, los círculos
sociales se fueron deteriorando, dejando de cumplir la misión de
recreación y se convirtieron en una carga para el Estado.
Paralelo a esto la Revolución promocionó y se
construyeron miles de instalaciones rústicas en la zona rural para
círculos sociales, donde se efectúan reuniones y se desarrollan las
actividades recreativas de la comunidad, pero con el tiempo y la
falta de recursos generalmente están deterioradas y mal atendidas
porque son administradas por una empresa municipal que no tiene
forma de priorizarlas.
Ante esta realidad ¿no sería posible retomar la
fórmula que existió hasta principios de la década del 60, que cada
círculo tenga su directiva electa por sus vecinos y que la actividad
gastronómica la realice el trabajador que allí labore con un
arrendamiento, tal como hacíamos en las antiguas sociedades de
recreo?
Con ello lograríamos un mayor sentido de pertenencia
de la comunidad, les quitaríamos a las empresas una carga que afecta
su economía y no renunciaríamos a la propiedad del Estado como se ha
venido haciendo con algunas barberías; solo habría que buscar la
forma de cómo venderles los abastecimientos que pudiera ser por la
tienda que casi siempre existe en esos lugares.
Esta sería una formula socialista de mejorar la
recreación y el funcionamiento de los círculos sociales, sin ser una
carga para el Estado y una vía de llevar a la práctica uno de los
Lineamientos aprobados en el Sexto Congreso del Partido.
A. Arteaga Pérez
Posibilidad de sustituir importaciones con la
producción de libretas
Nos dirigimos a su redacción porque confiamos en que
por esta vía se nos dé respuesta a un problema que hace años estamos
defendiendo y no se nos acaba de dar una respuesta positiva o
negativa convincente.
La posibilidad de fabricar libretas escolares como
fuimos capaces de producir en los años 2000, 2001, 2002 y 2003,
resultando vanguardia nacional en los cuatro años consecutivos.
Para conocimiento general, la máquina fue montada en
nuestra UEB en el año 2000, alcanzando a partir de ese mismo año
hasta el 2003 niveles productivos mensuales de 1,5 a 2 millones de
unidades, todo esto con un colectivo de 30 trabajadores dividido en
dos turnos.
En el año 2004, por decisiones de niveles superiores
se dijo que por un problema de costo se decidió comenzar a importar
las libretas desde China, por lo cual nuestra máquina fue parada a
pesar de los buenos resultados obtenidos. Desde ese entonces hemos
realizado pequeñas producciones para mantenerla con un buen estado
técnico.
Nos preocupa que en medio de la situación económica
difícil que atravesamos, donde el camino a seguir es producir y
sustituir importaciones, el país invirtiera millones en la
importación de una máquina de libretas e incluso libretas, cuando en
la UEB Jatibonico, perteneciente a la Empresa del Papel, que
comercializa papel y cartulina a utilizar en dicha producción,
existe un colectivo calificado y una máquina capaz de realizar dicha
producción, que podría abarcar las necesidades para la educación en
la región central del país.
Esperamos que se entienda que lo que pedimos es
trabajar, apoyar al país en la sustitución de importaciones y
garantizar empleo para nuestro municipio.
Trabajadores de la Empresa del Papel, UEB
Jatibonico, Sancti Spíritus
Inconformidades con la fiesta por el Día de las
Madres a la entrada del Cementerio
El pasado domingo 8 de mayo los cubanos celebramos
el Día de las Madres como tradición arraigada e imprescindible. Para
aquellos que aún la tienen presente constituye un "día de fiesta",
pero para aquellos que la hemos perdido físicamente es otro el
sentimiento que se profesa.
Para ser concreto con este espacio debo decir que es
de bastante mal gusto que, junto a la entrada del Cementerio de
Colón, o sea, en calle 12 entre 23 y 25, se haga una feria muy
jubilosa con lechón asado, pollo frito, cerveza bien fría, botellas
de ron y arriba de eso con música de ambiente festivo. Y para
rematar carteles "saludando" el Día de las Madres.
Los que allí concurrimos vamos a cumplir con nuestra
madre ausente físicamente y no hay que explicar mucho cual es el
estado anímico que nos embarga. Allí vamos a "honrar" no a
"saludar", de entrada, y otras personas y nosotros nos expresamos y
nos sentimos dolidos con esa "festividad" que en ese marco no encaja
de ninguna manera.
Pienso que no está mal ese apoyo logístico de la
gastronomía, pero pido de corazón que lo trasladen y que el área que
ocuparon se destine solo para la venta de flores en cualquiera de
sus modalidades, y que la atmósfera que reine allí sea de respeto al
dolor y sobrecogimiento de un día triste para muchos.
Seguro estoy que hasta los que la tienen aún viva y
la disfrutan, estarán de acuerdo con nuestro reclamo, pues los
valores humanos y el respeto al prójimo están entre las principales
e imprescindibles conquistas de la Revolución.
R. Nodarse Fernández.
Impagos a campesinos en San Nicolás de Bari
Acogimos la solución a los impagos al sector
campesino con gran satisfacción, sin embargo, en San Nicolás de
Bari, en la CCS José L. García tienen campesinos a los que no les
han pagado algunas de sus mercancías entregadas desde el mes de
enero y febrero a la Industria de Conservas de San Antonio. También
se nos deben, por parte de Acopio, envases que fueron usados desde
esa fecha. En mi caso, se me deben 152 cajas de tomate desde enero y
febrero.
Estas negligencias son de conocimiento de todos los
funcionarios del municipio desde hace algún tiempo.
-Los responsables, ¿habrán tenido que dejar de
cobrar sus salarios algún mes?
-¿Por dónde estarán las cajas que a cuatro meses no
han regresado?
A. Ramos Vasallo
Los revendedores no son cuentapropistas
Veo muy positiva y necesaria la posibilidad que se
ha creado para ejercer el trabajo por cuenta propia dentro del marco
de nuestras leyes socialistas, pues constituye una fuente de
ingresos y de trabajo legales y da respuestas a problemas que
tenemos los cubanos y que por diversas causas el Estado no puede
asumirlos.
Considero que las licencias deben ser entregadas a
aquellas personas que sean capaces de brindar un servicio o producto
fruto de su trabajo o de su intelecto técnico-profesional o a
aquellas personas que una vez que reciben una materia prima o
producto ya terminado son capaces de darle un valor agregado para
incrementar su valor de uso, por ejemplo: el que compra el huevo y
después oferta la tortilla, el que compra el refresco en polvo y le
añade azúcar, hielo y después lo oferta, y así sería interminable la
lista de casos con los cuales considero correcta la licencia
extendida a los cuentapropistas.
Mis incomprensiones radican en que:
Veo con mucha frecuencia en la calle personas que
poseen licencias de cuentapropista y no brindan servicio alguno a
los trabajadores, sino por el contrario lo que hacen es hacernos
mucho más difícil la situación económica, pues son personas que no
crean nada con sus manos ni brindan un servicio o producto con valor
agregado, sino que son puros revendedores y lo único que agregan es
precio —y desmedido— a los mismos productos que oferta el Estado en
las cadenas de tiendas.
¿Por qué hay que otorgar una licencia de
cuentapropista para vender estropajos de aluminio, lapiceros, pilas
de linterna, espejuelos, cachimbas de televisor, tabacos, fósforos,
medias, barrenas, papel de lija, tubos de luz fría, bombillos
ahorradores y toda una serie de productos más que haría interminable
la lista, cuando el Estado los oferta en sus cadenas de tiendas pero
a un precio mucho menor que el que ofertan estos revendedores que,
repito, no dan ningún valor agregado para su uso, sino que lo que sí
agregan es el precio que después tenemos que pagar los que vivimos
de nuestro salario.
Por ejemplo: El Estado oferta el paquete de 4
estropajos de aluminio a un CUC, son rápidamente acaparados por
estos cuentapropistas y después lo venden a 10,00; 12,00 y hasta
14,00 pesos la unidad, o sea que en ocasiones el precio supera hasta
el 200 %
del precio oficial. Yo he visto paquetes de pilas de
1.5 volts de 8 unidades en un CUC, y después he necesitado 2 pilitas
y he tenido que pagar 10,00 pesos por cada una de ellas. Ejemplos
sobran.
Estos no son cuentapropistas, son revendedores
inescrupulosos y estranguladores de la economía de los que trabajan,
que se amparan en una licencia que se les ha otorgado y con la cual
se sienten con toda la autoridad del mundo para, como se dice en
buen cubano, "acaballarnos" más.
Considero que no es el sentir ni el propósito con
que nuestro Estado ha brindado esta nueva posibilidad, que bien
utilizada será de seguro un éxito más de nuestra Revolución.
S. I. Chávez Domínguez
Cumpliendo mi compromiso de escribir
Me llamó la atención y me preocupó el que el
periódico hubiera insertado en la edición del 6 de mayo la respuesta
a la carta remitida por N. Valdés Pereda previamente publicada por
ese diario. Le explico las razones de mi preocupación:
El co. Valdés Pereda expone verdades objetivas en
relación con el robo, la estafa, el engaño a la población, su
impacto económico en la inmensa mayoría de la población y, sobre
todo, su impacto político y la credibilidad de las instituciones
estatales (en las que incluyo al Partido en tanto Granma es
su vocero oficial).
¿Sobre qué bases hago esta afirmación? Le explico:
Estoy totalmente seguro de que en ese diario
trabajan periodistas inteligentes, que también son parte de la
población de este país y por lo tanto conocen perfectamente las
situaciones que se exponen en la carta del lector. Por esto, no
puedo explicarme cómo pueden haber publicado la respuesta de una de
esas instituciones estatales que, por momentos, parecen absurdas.
En su carta Valdés Pereda expone que, en "una
especie de investigación partiendo de lo que me faltaba en el peso
de los productos que adquiría, busqué pesas o básculas fiables, lo
desarrollé en dos ocasiones, lo llevé a efectivo y lo comparé con lo
que recibo de salario, y el resultado fue que el 33 % de lo que
recibo mensualmente se me escapa por esta vía, solo por el robo en
las pesas". Es decir, la tercera parte de su salario.
Por su parte, en su respuesta a este tema, el Lic.
Guillermo J. Pérez Barroso, Director Provincial Integral de
Supervisión y Control del Consejo de la Administración Provincial de
La Habana (una institución estatal), reconoce que los planteamientos
expresados por Valdés Pereda "se corresponden con conductas
delictivas que contravienen lo legislado" en toda una serie de
leyes, decretos, regulaciones, etc., algunas de ellas recogidas,
incluso, en nuestro Código Penal.
Continúa exponiendo que se han aplicado una cantidad
de multas (43 642) por un total de 2 339 728 pesos.
Las cifras pueden parecer impresionantes a primera
vista, pero un simple cálculo aritmético nos dice que el promedio de
estas cifras es de 53,61 por multa impuesta: muchísimo menos que la
tercera parte del salario mínimo establecido en nuestro país.
Como elemento adicional, Pérez Barroso menciona que
"se han solicitado 22 788 medidas disciplinarias", 20 854 menos que
las multas impuestas (47,78 % de las multas); y de las solicitadas,
solo 18 580 "recepcionadas" (interpreto que atendidas y aplicadas
las sanciones correspondientes, que van desde "Separación y democión
definitiva del cargo y en otros casos amonestaciones". Si estamos
hablando de delitos, como se sanciona solo con multas más bien
simbólicas, separaciones (¿del centro de trabajo, de la entidad, de
qué?), y demociones (¿no robes aquí, roba allá?).
Termina su respuesta Pérez Barroso con algo que no
le veo utilidad porque no se solucionan estas deficiencias: "Además
se le hizo saber al promovente que en todos los casos puede
dirigirse a nuestras oficinas de Atención a la Población, a través
del teléfono 640-57-34 o a cualquiera de las 15 entidades
municipales donde se encuentran enclavadas las Direcciones
Integrales de Supervisión".
No conozco ni a Valdés Pereda ni a Pérez Barroso,
pero dudo mucho que el primero, después de leer la respuesta del
segundo, tenga deseos de dirigirse a estas instituciones para
cualquier caso que desee plantear.
Como cuestión adicional, y volviendo a lo que digo
al principio de esta carta en cuanto a la credibilidad del
periódico, no puedo menos que recordar aquel tiempo en el que,
estando ya la Revolución en el poder, importantes medios de prensa
se encontraban aún en manos de la burguesía, cuando los trabajadores
de esos medios decidieron publicar (y publicaron) las famosas
"coletillas" a los artículos que no expresaban la verdad o
contradecían los principios revolucionarios.
Quizás pudiera valorarse si nuestros medios
retomaran esta saludable práctica, desde la óptica revolucionaria y
con una nueva forma (análisis, discrepancias, etc.) de desligarse de
planteamientos y respuestas absurdas dictadas por la burocracia y el
inmovilismo. En definitiva, el Partido no es el Estado y no tiene
por qué hacerse eco de sus errores, sino señalarlos y combatirlos.
H. Jiménez Torres
Discrepancia sobre el uso de la bandera
Me remito a la sección para exponer mi opinión
discrepante con las expresadas recientemente en este espacio sobre
el uso de la bandera en artículos u otros objetos.
En el mundo actual, vivir al margen de la
globalización resulta imposible, este fenómeno en el ámbito cultural
abarca desde la imposición de costumbres ajenas a nuestro país hasta
la importación de todo tipo de artículos con símbolos y banderas
extranjeras, dentro de lo cual, los EE.UU. son líderes en exportar
su cultura y modo de ver el mundo al resto de los mortales en este
planeta.
Conscientes de este problema, países de economías
emergentes han contrarrestado esta invasión de la única forma a mi
entender realmente efectiva para evitar que, los jóvenes sobre todo,
conviertan los símbolos extranjeros en parte de su cultura; y lo han
hecho promoviendo y comercializando todo tipo de artículos con sus
símbolos nacionales para así evitar que se adopten los foráneos en
la moda. Prohibir la entrada a nuestro país de prendas de vestir con
banderas extranjeras es una solución que además de imposible
resultaría absurda, ya que de forma más efectiva y subliminal
también penetran a través del cine, la televisión y otros medios,
pues solo estaríamos dando la solución de "botar el sofá donde nos
fueron infieles".
Flexibilizando las leyes para el uso de la bandera
se podrá contener la creciente presencia de banderas extranjeras en
la ropa he incluso tatuadas en el cuerpo de muchos de nuestros
jóvenes; al realizar una pequeña encuesta entre los "pepillitos" de
mi barrio sobre qué tipo de símbolos preferían usar si extranjeros o
cubanos, resultó que solo la falta de comercialización de productos
nacionales que respondan a nuestra identidad e imagen inclina la
balanza hacia el uso de los "de afuera" por encima de los nuestros.
En la etapa de la adolescencia, los jóvenes se
identifican mucho a través de símbolos e imágenes, y al no
permitirse usar su bandera para reafirmar su identidad, son mucho
más vulnerables a la penetración ideológica.
Considero un extremismo el plantear que tener una
bandera en un auto o en un bicitaxi es una afrenta a los símbolos
patrios, o que es irrespetuoso vender los tan populares collares de
cuentas con nuestra insignia.
Veo mi bandera como algo más que un símbolo al cual
debo saludar en lo alto pero que no puedo tocar ni llevar conmigo,
mi bandera es algo más personal y cercano, mi bandera grita por mí
en cualquier idioma de la tierra y dondequiera que me encuentre SOY
CUBANO y si se me limita al simple saludo me están quitando medios
de comunicarlo y a la vez de identificarme con ella.
Recientemente, periodistas extranjeros dieron como
médicos españoles a médicos cubanos entrevistados en Haití porque,
al margen de la mala intención, en la imagen no había nada que
pudiera identificarlos como cubanos.
M. Stivens Tamayo
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