Publicadas
el 14 de enero de 2011
Un punto básico es hacer las cosas bien todos los
días
Aprovecho nuevamente la oportunidad que brindan
estas páginas donde los lectores podemos expresar nuestras opiniones
con amplio compromiso social, aunque a veces (y por suerte) con
criterios discrepantes.
Hoy quisiera referirme a los Lineamientos de una
forma algo diferente. El material hemos tenido la posibilidad de
estudiarlo, debatirlo, ser orientados y hasta emitir nuestros
modestos criterios por mejorarlos. Pero hay cosas que no pueden
aparecer reflejadas en ellos, pero que sí constituyen ingredientes
básicos para lograr su cumplimiento en los términos establecidos, y
estos a los que me referiré no dependen de factores externos. Están
en nuestras manos:
Sistematicidad: Estos Lineamientos están pensados y
planteados para que se ejecuten hasta el 2015. Mi preocupación es
que algunos esperemos hasta el 2014 para entonces "meter el pie en
el acelerador" y cumplir con la meta. Este tiempo ya pasó y
actitudes como esas, de dejar las cosas para el final y luego hacer
maratones y emulaciones especiales (del pasado bien reciente)
conllevan a lo mal hecho, a los sobregiros en presupuestos, baja
calidad y a las falsas estimulaciones. Un punto básico en la
mentalidad económica es hacer las cosas bien todos los días y el día
en que corresponde.
Reuniones: La práctica indica que el exceso de
reuniones (y su verticalidad, por lo que a muchos se les multiplica
el tipo de reunión por 2 y por 3), solo conlleva a un deficiente
control real pues el cuadro o funcionario dispone de muy poco tiempo
para "tocar las cosas con las manos". Por otra parte, y aunque
difícil, los gastos que de ellas resultan si no son altos al menos
son poco justificables y sé que hasta ahora no se han revertido en
resultados económicos tangibles hasta el nivel deseado. Por último
(aunque aquí hay mucha tela por donde cortar), ellas ocupan tiempo y
este bien puede emplearse en la capacitación continuada, muy
necesaria para cuadros, dirigentes, funcionarios y especialistas.
Por qué no establecer aquí un índice de reducción similar a la de
directos e indirectos que hoy se aplica en el proceso de reducción
de plantillas, no tiene que ser necesariamente el mismo 80:20, pero
¿por qué no?
Estadísticas: Existe un sistema estadístico
establecido por nuestra Oficina Nacional y otros paralelos, los
cuales no siempre coinciden en contenido, forma ni tiempo de
entrega. Esto provoca que muchas personas dediquen gran parte de su
jornada laboral a llenar estadísticas (las cuales no quiero valorar
su utilidad) y conozcan poco por qué, dónde y bajo qué condiciones
se llega a esos números. Son trabajadores que hoy tenemos en nuestra
plantilla, pero que en realidad trabajan para otros.
Acomodo de horario de servicios: Tenemos que ser
eficientes y productivos, pero cuántas horas no gastamos en
gestiones necesarias que solo se pueden realizar en nuestra jornada
laboral. Mucho se ha hablado de la Protección al Consumidor, sin
embargo, lo que se requiere es la Protección al Trabajador.
T. Saenz Coopat
Sin quedarnos cortos, ni pasarnos
La gran mayoría del pueblo cubano considera
necesaria la aprobación del Proyecto de Lineamientos de la política
económica y social del Partido y la Revolución, como respuesta a
muchas de las inquietudes planteadas en los debates abiertos y
francos que se produjeron con motivo de los análisis efectuados
luego del discurso del Presidente Raúl Castro Ruz, durante el acto
por el aniversario del asalto al cuartel Moncada, celebrado en la
provincia de Camagüey.
Considero que en este Proyecto, ahora enriquecido
por la inteligencia colectiva y la creatividad de nuestro pueblo,
que lo ha visto desde las posiciones de cada colectivo laboral y
territorios del país, se concreta la fórmula económica y social que
necesitamos para alcanzar la invulnerabilidad económica y una sólida
independencia en ese campo.
Creo además que en esto, como dijera nuestro
Presidente: no nos hemos pasado, ni quedado cortos, pero debemos
reflexionar en tres interrogantes medulares.
¿El qué hacer? ¿Cómo hacerlo? y ¿Cuándo hacerlo?
Los Lineamientos son la respuesta a la primera
pregunta, pero la segunda y tercera son sumamente interesantes,
tienen que ver con cómo llevamos adelante nuestra planificación y la
ejecución de los planes y en ellas, tampoco podemos excedernos, por
eso creo imprescindible ir midiendo constante y sistemáticamente sus
efectos sociales. Tenemos centros de investigación muy prestigiosos
y confiamos en su trabajo, resultará una tarea difícil, creo que el
objeto y campo de investigación están muy bien localizados: es la
familia cubana una de esas prioridades de estudio, para lo cual no
pueden olvidarse las diversas clasificaciones de éstas, atendiendo a
los ingresos que reciben, los miembros que las componen y las
actividades que realizan en la sociedad.
No podemos dejar esto en manos inexpertas que puedan
falsear la realidad, no se puede engañar a la dirección del país en
este aspecto tan sensible y definitorio, la idea de que el ser
humano es lo primero, está en nuestra historia como un precepto
revolucionario que tiene ejemplos extraordinarios en todas las
etapas de nuestras luchas y que ahora no será diferente.
Las formas de implantación de la nueva realidad
económica del país y el tiempo de cada acción, tienen que ser
estudiados antes, durante y después de cada medida, no podemos
potenciar otra característica que nos han dado a los cubanos: la de
pensar bien, pero tarde; pensar bien pero tarde no es ni siquiera
pensar, es una mirada retrospectiva al fracaso, y aunque en otras
ocasiones se han convertido en victorias, en esta tarea no caben los
equívocos ni las imprecisiones, estamos apuntando directamente al
corazón de nuestro problema medular y tenemos una sola bala en el
fusil, no podemos fallar.
R. E. Pérez Grave de Peralta
Sentimiento de burla
¿Seguiremos arrastrando en el 2011, los problemas
del daño al consumidor que tanto afectan a la población y de los que
tanto se ha escrito y hablado?
El primero de enero me dirigí a uno de los kioscos
sucursales de las Tiendas Panamericanas en el municipio de
Jovellanos, para adquirir 350 ml de añejo blanco Havana Club, y la
destapé en el mismo local y la bebida estaba adulterada.
Me dirigí a la dependienta en la mejor manera
posible y le solicité el ticket de venta; cuál no sería mi sorpresa
cuando la compañera me responde "¿tirilla?, si aquí no hay papel
desde hace meses". ¿Cómo es posible que no puedan darme un
comprobante? y le hice alusión a la televisión, donde sale un spot
en el que los clientes tienen derecho a dicha reclamación, le dije
entonces que si la televisión está diciendo mentiras, y ella me
respondió: ¡será mentira!
¿Vamos a seguir arrastrando estos males? ¿No hay
solución posible? ¿Qué defensa tiene la persona que paga y hasta
cierto punto se siente estafado vulgarmente?
V. A. Rodríguez Méndez
Algo más sobre los cuadros
El viernes 7 de enero de 2011 el periódico Granma,
en su sección Cartas a la Dirección, publicó entre otras, dos
opiniones, una de E. González Cruz titulada: " La empresa, los
cuadros y los trabajadores", y otra de J. P. Granados Tápanes
titulada: "Todo futuro será mejor y más digno", ambos me suscitaron
especial atención y me estimularon a agregar algo más sobre los
cuadros.
A mi juicio, el compañero Granados hace una
valoración muy acertada del papel que les corresponde jugar a los
cuadros en la actualización de nuestro modelo económico, al decir:
"Los cuadros son en este proceso quienes están llamados y obligados
a demostrar el compromiso con la Revolución, el sentido de
pertenencia, la dedicación por la eficacia, la efectividad y
eficiencia y sobre todo ser ejemplo de los valores éticos que nos
han inculcado los próceres y líderes históricos de nuestra América,
llevan sobre sus decisiones el triunfo o la derrota de este
reordenamiento a escala social ", y yo añadiría que las grandes
epopeyas de la última gesta de nuestro proceso revolucionario han
sido realizadas por hombres audaces, ingeniosos y corajudos que han
desafiado todo obstáculo con creatividad y tesón, han roto esquemas,
se han sobrepuesto a las dificultades con estoicismo, han tenido
plena confianza en las masas y se han ganado el mérito de
conducirlas a la acción y a la victoria.
Entre esos hombres, nuestro pueblo ha tenido el
privilegio de contar con jefes de la estatura de Fidel, de la
grandeza de Raúl y de muchos que siguiendo sus legados y enseñanzas
han llenado de gloria a nuestra Patria, me vienen a la memoria los
Héroes de la República de Cuba, que a veces en las condiciones más
difíciles y complejas, han sabido orientarse en cada situación y
tomar las decisiones más acertadas y audaces, nada tienen que ver
estos hombres con el esquematismo panfletario o con lo que hoy en
día se ha convertido en una moda: "esperamos instrucciones del nivel
superior".
Nuestro pueblo cuenta con una enorme preparación y
potencialidad, tengo la firme convicción de que no hay obra por
difícil que sea, que no pueda resolverse con el concurso consciente
de las masas y la conducción acertada de sus cuadros dirigentes a
todos los niveles.
Corren tiempos difíciles y complejos y no hay
espacio para simuladores y oportunistas, quienes han decidido
ponerse al frente deben contar con la vocación de servir a quienes
representan y asumir la tarea con amor, dedicación y responsabilidad
plena. Por otra parte deben ser las masas quienes jueguen el papel
protagónico en la fiscalización del rol de los dirigentes, quienes
con sus criterios evalúen el desempeño de los cuadros, tal y como
nos expresa E. González Cruz cuando dice: "A mi juicio sería
prudente concebir la participación de los trabajadores en la
dirección de la empresa estatal socialista a través de la elección,
ratificación o renovación de los cuadros", resulta frustrante y
desgarrador cuando las masas tienen malos criterios sobre el
desempeño de algún cuadro y este se mantiene o asciende, hecho que
desgraciadamente ocurre con frecuencia.
El cuadro a mi juicio debe llevar una vida limpia y
transparente, debe anteponer los intereses nacionales por encima de
los ramales, sectoriales, empresariales o individuales, debe tener
vocación de servir a quienes representa y no aprovechar su
investidura para hacer y deshacer a su libre albedrío, debe tener
conciencia de la importancia de la opinión de las masas y tenerlas
en cuenta a la hora de tomar decisiones, debe mantener un vínculo
estrecho con ellas, debe tener presente que debe merecer el respeto
de sus conciudadanos por lo que es y no por lo que representa, no
debe exigirles a los demás lo que el mismo no pueda cumplir, además
debe poseer la preparación técnico-profesional y especial para el
cargo que desempeña; abogo por que los cuadros salgan del mismo
sector de la innumerable cantera que existe entre los trabajadores,
técnicos, ingenieros y especialistas que laboran en los mismos, y
cuando por condiciones plenamente justificadas sea necesario elegir
o designar a alguien que proviene de otro sector se le prepare
convenientemente antes de asumir el cargo.
Cuadros y pueblo en general no podemos permitirnos
dar un paso en falso hacia el abismo, juntos debemos trabajar con la
firme convicción de que todo futuro será mejor y más digno como
expresa J. P. Granados.
B. E. García Rodríguez.
Perfeccionar y respetar el proceso inversionista
Soy un ingeniero civil y junto a muchos colegas viví
el sueño colectivo que despertó en los técnicos y profesionales de
la construcción la carta del General de Ejercito Raúl Castro Ruz al
general Julio Casas en julio de 1999, la que en estos tiempos ha
sido retomada como machete insustituible en la carga contra las
improvisaciones e ineficiencias que laceran la economía del país y
la credibilidad de las palabras empeñadas por nuestros dirigentes
cuando de terminaciones y puesta en marcha de grandes proyectos para
la economía y la sociedad se trata.
La Unión Nacional de Ingenieros y Arquitectos de la
Construcción de Cuba (UNAICC) en mi provincia Granma usó esa
importante misiva para desarrollar talleres en todas las secciones
de base en un proceso que concluyó con un evento provincial en el
que participaron los principales inversionistas del territorio y
funcionarios del Gobierno, la CTC y el Partido; se confeccionó un
resumen con las propuestas seleccionadas por un equipo de
especialistas de alto nivel; todas las acciones estaban dirigidas a
materializar las ideas contenidas en las meridianas reflexiones y
criticas al proceso inversionista recogidas en la citada carta. Los
planes de acción deben estar bien conservados en no pocos archivos
pasivos de los destinatarios a los que fueron remitidos entonces.
Las Indicaciones para el Proceso Inversionista,
recogidas en la Resolución # 91/2006 del MEP, que entraron en vigor
siete años después confirmaron que nuestras propuestas adelantadas
estaban bien dirigidas y sustentadas. Ese último cuerpo legal, al
igual que sus predecesores, tampoco se ha cumplido en todo su
alcance, porque un elevado porcentaje de sus representantes ignoran
su contenido y otros han gozado de impunidad para violarlo.
En la primera mitad de la pasada década se lograron
hacer muchas obras soñadas durante años, de ellas todos estamos
orgullosos; pero ¿cuál fue el costo de ejecutarlas ignorando la
planificación contenida en la legislación que rige el proceso
inversionista cubano?: entre el 60% y el 90% mayor que el valor
presupuestado inicialmente para la mayoría de ellas. ¿Cuántas obras
más se hubieran podido construir con los recursos mal administrados
y despilfarrados? De esas pifias económicas hablamos muy poco o casi
nada todavía, posiblemente debido a la falta de cultura de los
costos que sufrimos un gran porcentaje de los cubanos.
Las asignaciones desproporcionadas de recursos
financieros a las inversiones sobregiradas han servido para
disimular ineficiencias administrativas, desvío de recursos hacia
otros objetivos no priorizados, pago de salarios sin respaldo
productivo, robo de materiales y corrupción.
Los revolucionarios estamos llamados a señalar las
insuficiencias sin maquillajes para no olvidar que nos falta mucho
por hacer. Todavía hoy los vocablos: planificación, eficacia,
eficiencia, rigor, orden, verdad, disciplina, productividad, sentido
de pertenencia en el proceso inversionista son conceptos
desafortunadamente poco interiorizados, aunque a lo largo de más de
cuatro lustros de crisis económica, hemos sido llamados a
materializarlos a fin de imprimir mayor velocidad a la recuperación
económica de la nación para hacer viable nuestro proyecto
socialista.
En el 2010 continuaron e iniciaron obras
incumpliendo las Indicaciones al Proceso Inversionista a pesar del
llamado hecho por el General Presidente Raúl Castro ante la Asamblea
Nacional cuando finalizaba el 2009. Lamentablemente la situación ha
cambiado muy poco porque casi nada se hizo y se hace con los
recursos humanos para revertirla; encontramos desempeñándose como
inversionistas a personas que no conocen sus funciones todavía
porque para ocupar esas plazas no siempre se exigen requisitos de
conocimientos, aptitudes y valores. No existe un programa de
formación profesional para inversionistas y la atención que reciben
deja mucho que desear en la mayoría de los casos. Aunque en estos
últimos años se han diplomado y hecho másteres en Dirección
Integrada de Proyectos cientos de profesionales de la construcción,
muy pocos se han tenido en cuenta para fortalecer el proceso
inversionista. La nación no puede ignorar o tener subutilizado el
conocimiento de ese gran capital humano formado por la Revolución en
el medio siglo pasado, una riqueza de ingenieros y arquitectos
vinculados con las construcciones que muchos países sueñan tener y
otros no cejan en el empeño de llevárselos de aquí.
Se ignora por no pocas personas importantes que las
inversiones en el socialismo son la parte del PIB que puede destinar
el Estado para crear nuevos objetivos socio-económicos y ampliar o
modernizar la infraestructura existente. Algunos siguen pensando que
el financiamiento de las inversiones sale de un manantial
inagotable, desconocen que en Cuba se obtiene de cada apretón que el
pueblo le da al cinturón y de la postergación de muchas necesidades
y sueños que se alejan proporcionalmente a las pérdidas y
encarecimientos de los proyectos que se acometen. Las inversiones
son la única garantía para el logro de un desarrollo sostenible, son
la base para la satisfacción de las crecientes necesidades del
pueblo y hoy más que nunca esos recursos para invertir resultan
insuficientes y por lo tanto tienen que ser mejor administrados.
Está demostrado que en el proceso inversionista no
hay lugar para las improvisaciones, el voluntarismo y las
indisciplinas, porque seguiría siendo muy ardua, extensa y costosa
la marcha hacia el futuro mejor que hemos soñado varias generaciones
de cubanos, algunas de las cuales ya no podrán verlo en toda su
magnitud.
Los profesionales y técnicos de la construcción de
Cuba tenemos el deber de expresar nuestros criterios, formular
sugerencias, compartir experiencias, hacer bien las cosas y frenar
todo lo malo en el proceso inversionista; también tenemos el derecho
de ser escuchados y respetados por quienes deciden y sinceramente
desean que las obras nuestras sean de referencia internacional y
dignas de elogios en los nuevos tiempos, de las jóvenes y futuras
generaciones de cubanos.
Desde esta tribuna para el debate reiteremos la
propuesta que a inicios de este siglo hicimos desde la UNAICC de
Granma: aplicar con rigor y sin mutilaciones la Dirección Integrada
de Proyectos, DIP, en el proceso inversionista cubano.
Finalizo citando esta frase del genial Albert
Einstein: "Si buscamos resultados diferentes no sigamos haciendo lo
mismo".
E. Hernández Hernández
Irregularidades con el pago del salario a los
trabajadores de Sanidad Vegetal en Matanzas
Nuestro colectivo de trabajo, que presta sus
servicios en el Aeropuerto Internacional Juan Gualberto Gómez de
Varadero, en Matanzas, como funcionarios de Sanidad Vegetal,
perteneciente al Ministerio de la Agricultura, y cuya función es
evitar la introducción de plagas y enfermedades de las plantas,
cuarentenadas en nuestro país, a través del turismo y de las
importaciones, desde el mes de septiembre del 2010, ha estado
presentando irregularidades en el pago del salario de todos los
trabajadores de la Sanidad Vegetal de nuestra provincia.
Dichos salarios se han estado pagando con atrasos en
cada quincena (de hasta siete días) y se nos ha estado informando de
manera informal que ello se debe a que "no hay dinero" o que "no hay
presupuesto". Pudimos conocer que el pago se ha estado solucionando
a través de préstamos.
La verdad es que desconocemos la situación real ya
que a los trabajadores de esta entidad no se nos ha informado
oficialmente lo que está ocurriendo.
Conocemos que existe el Decreto-Ley No. 246 que
sanciona a toda persona natural o jurídica que realice el pago del
salario o la estimulación con atraso o sin atenerse a la
periodicidad y lugar determinado. También sanciona al que no tiene
confeccionado el Convenio Colectivo de Trabajo (el de nosotros
venció en diciembre de 2009 y aún no se ha actualizado).
En la clausura del Sexto Período Ordi-nario de
Sesiones de la 7ma. Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder
Popular, el día 18 de diciembre del 2010, el Presidente de los
Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro,
expresó:
"Vale recordar, otra vez, que el desconocimiento de
la ley no exime a nadie de su cumplimiento y que, según la
Constitución, todos los ciudadanos tienen iguales derechos y
deberes, por lo cual quién cometa un delito en Cuba, con
independencia del cargo que ocupe, sea quién sea, tendrá que
enfrentar las consecuencias de sus errores y el peso de la
justicia".
¿Quién pagará por hechos de este tipo? y ¿seguirá
ocurriendo lo mismo en este nuevo año en el que queremos instaurar
un nuevo modelo económico socialista en nuestro país?
J. A. Vidal Vázquez
¿Qué hacer ahora con mi licencia de alfarero?
Me dirijo a Cartas a la Dirección por sentirme
impotente ante tanta burocracia y no saber dónde quejarme. Explico
lo sucedido:
Desde que volvieron a permitir licencias para el
trabajo por cuenta propia, yo me interesé por ello y acudí a las
oficinas de Trabajo, en esos días solo atendían los lunes y a 30
solicitantes, algo realmente inconcebible pero decidí esperar por
creer que ese sistema no era lógico y debía mejorar. Ya eso cambió y
ahora atienden a todos los que solicitan.
Hace más de 30 días tengo mi licencia de alfarero
pero ahora no sé qué hacer con ella; sí, produzco mi mercancía, pero
me he personado en un área que se está habilitando para la venta de
los productos del cuentapropista situada a un lado de la tienda
Yumurí en la calle Reina, en Centro Habana, y me indican que tengo
que presentarme en el Consejo Popular Colón, sito en la calle San
José y Amistad, del mismo municipio. Ya en el lugar, el día 6 a las
2 p.m., me dirijo a la compañera Maira Barroso, que es la
responsable y autoriza para esa actividad, ella solo me pregunta de
qué municipio soy porque solo se autoriza a los de Centro Habana. Yo
le digo de donde soy y que según he leído los cuentapropistas
podemos ejercer en cualquier parte del país, entonces me responde
que hasta ese momento solo se autoriza a los de su municipio, que
cada municipio es responsable de sus cuentapropistas y que debo
esperar a que habiliten lugar en mi municipio. ¿Yo me pregunto si
existe alguna legislación que indique sea como dice esa compañera, o
si solo son palabras suyas?
Cito palabras de nuestro presidente Raúl en su
discurso del 18 de diciembre último "... no es porque nos gusten los
papeles, toda actividad tiene que estar regulada en un documento,
aprobada oficialmente... eliminar tantas prohibiciones irracionales
que han perdurado por años, sin tener en cuenta las circunstancias
existentes, creando el caldo de cultivo para múltiples actuaciones
al margen de la ley, que frecuentemente dan lugar a la corrupción en
distintos grados".
Ese lugar se habilitó desde hace poco más de una
semana y son pocos aún los que participan. Si sobra espacio
bastante, ¿por qué tengo que esperar a que otros saquen su licencia
y ocupen los espacios vacíos? ¿Acaso como ciudadano cubano no tengo
los mismos derechos?, la Constitución dice que sí y las
restricciones que fueron quitadas a los cuentapropistas me lo
confirma.
Estoy preocupado tanto por mí como por los tantos
que deben haber pasado por no gratos momentos de atención
burocrática, que no solo entorpecen nuestro trabajo sino que lo
desestimulan. Cito nuevamente palabras de Raúl, "el ejercicio del
trabajo por cuenta propia constituye una alternativa más de empleo
para los ciudadanos en edad laboral, con el fin de elevar la oferta
de bienes y servicios a la población y liberar al Estado de esas
actividades para concentrarse en lo verdaderamente decisivo, lo que
corresponde hacer al Partido y al Gobierno en primer lugar es
facilitar su gestión y no generar estigmas ni prejuicios hacia
ellos".
G. Almarales Martínez
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