Publicadas
el 7 de enero de 2011
La empresa, los cuadros y los trabajadores
La llegada del año 2011 trae consigo un tema central
que atañe a todos los cubanos: La actualización de nuestro modelo
económico.
La reorganización de la fuerza de trabajo y la
discusión del Proyecto de Lineamientos, previo al VI Congreso del
Partido, son tareas que no dejan de preocupar y ocupar a ningún
cubano.
Según se proyecta en los Lineamientos, la nueva
empresa socialista gozará de cierta autonomía en la administración
de su capital de trabajo e inversiones, creación de fondos,
aprobación de sus plantillas, precios de productos y servicios;
además de lo que ya es prerrogativa del jefe de la entidad laboral,
según el artículo 8 de la Resolución 35/2010 del Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social (MTSS), sobre la determinación de los
trabajadores idóneos y disponibles, entre otras flexibilidades. Pero
también se proyecta que los ingresos de los trabajadores de las
empresas estatales estén vinculados a los resultados finales que
obtengan y que las empresas cuyos resultados económicos sean
negativos sean sometidas a un proceso de liquidación.
Sin embargo, hay un tema muy vinculado a esta
concepción económica que no se encuentra recogido en el Proyecto de
Lineamientos y es el relacionado con la política de cuadros, salvo
las especificidades de los Lineamientos 66 y 202.
A mi juicio sería prudente concebir la participación
de los trabajadores en la dirección de la empresa estatal socialista
a través de la elección, ratificación o renovación de los cuadros.
Para ello se determinan las plantillas y los calificadores de cargo,
según lo dispuesto en la Resolución 36/2010 del propio MTSS, donde
se recojan los requisitos a cumplir para poder ocupar los diferentes
cargos. Por su parte los núcleos o comités del Partido cumplirían
con el artículo 41 de los Reglamentos para las Organizaciones de
Base del Partido, emitiendo su valoración sobre todos los posibles
candidatos a ser elegidos como cuadros y recaería la responsabilidad
de la elección en el colectivo de trabajadores, los que a su vez
podrán renovarlos o ratificarlos, según se establezca en el
reglamento de la empresa.
Esta política sería saludable aplicarla al menos
para la elección de los presidentes de las juntas directivas de las
empresas, para los directores de las unidades empresariales de base,
directores de fábricas, divisiones.
Teniendo en cuenta el carácter de accionistas que
asumen los trabajadores ante la nueva concepción de la empresa
socialista, pues si bien su participación en actividad productiva o
de servicios, está determinada por la entrega de su capacidad
intelectual y física, los ingresos personales y la sobrevivencia
misma de la empresa dependen de sus esfuerzos y resultados.
Todo esto redundaría en una mayor responsabilidad y
compromiso de los cuadros ante el colectivo que los eligió, el
reforzamiento de carácter democrático de nuestro sistema social,
elevaría el sentido de pertenencia y responsabilidad de los
trabajadores ante los recursos puestos a su disposición y por el
logro de una mayor eficiencia productiva.
En resumen, si los trabajadores, dueños legítimos de
los medios de producción, deben confiar su destino a la dirección de
la empresa, considero que deben tener el derecho de elegir a quién
se la confían.
E. González Cruz
Hacer justicia con la subvención
Para alcanzar una economía saludable en medio de la
coyuntura interna y externa actual el desafío está en la necesidad
de rediseñar una política de subvencionar a todos los miembros de la
sociedad o a determinados grupos vulnerables económicos, como vía
para reducir la carga presupuestaria en divisas al soporte de la tan
criticada por los enemigos y defendida por nuestro pueblo "libreta
de abastecimiento", que frisaba los 1 000 millones de dólares
anuales a los precios, al cierre del año 2009.
Los Lineamientos que como protagonistas los cubanos,
estamos discutiendo para preparar la discusión final y que quede
aprobada la política, modelo y operacionalización económica del país
para los próximos 5 años en el Congreso del Partido Comunista de
Cuba, durante la celebración del aniversario 50 de Playa Girón,
contemplan tomar las decisiones para extinguir paulatinamente la
libreta de abastecimiento a partir del rescate del salario como
motor de la economía y de la calidad de vida de la familia cubana, y
de la autosuficiencia sostenible de la seguridad alimentaria
producida por los cubanos en las tierras de nuestra Cuba.
Es importante, pues de lo que tratan los
Lineamientos es de que todos comprendamos que este proceso
constituye un cambio de concepto en el cómo hacer para proteger
aquellos estratos de la población más vulnerable manteniendo la
ética, dignidad individual y nutrición adecuada, erradicando el
mercachifleo de productos que recibimos todos y no los consumimos
todos, lo que generó todos estos años el fomento de un mercado negro
subvencionado en divisas por el Estado cubano.
De lo que se trata es de primero definir quiénes son
los vulnerables que requieren subvención individual, personalizar a
cada uno de ellos y entregar en dinero la diferencia que requiere
atendiendo a los ingresos personales y de los familiares
responsabilizados, para que adquieran los productos de la canasta
básica en proporciones semejantes al resto de la población que les
garantice los niveles de nutrición que protejan su salud.
Este concepto revierte en 180º la concepción hasta
ahora asumida por el Estado para con los criterios de subvención
económica a la población.
El papel del Ministerio del Trabajo y sus
dependencias territoriales estará en la identificación justa de
aquellos que deben ser subvencionados, avalados debidamente por
estudios sociológicos de los individuos y sus familias responsables.
El papel de los controladores estatales es el de
buscar donde exista manifestación de corrupción, enfrentarla y poner
a disposición de los tribunales a los implicados para que sean
sancionados de manera ejemplarizante, al igual que frente a los
acaparadores y mercachifleros del mercado negro de productos
subvencionados por la economía nacional.
El papel del pueblo por una parte es el de
contribuir a que se haga justicia con quienes requieren subvención
económica individual, exigiendo se aplique la ley; y por otra parte
asumir que esta medida es parte de la sustentación socialista que a
cada cual según su capacidad y a cada cual según su trabajo.
J. P. Granados Tápanes
Todo futuro será mejor y más digno
El proceso que se implementa en Cuba, preparatorio
para asumir un nuevo modelo económico a partir de la situación
actual existente y la necesidad de vivir económicamente, además de
políticamente en Socialismo, exige de todos enfrentar el cambio.
El Presidente Raúl en su último discurso hace breves
días, mostró la vía: ¿Cuál es la prioridad del país? ¿Cómo hacer
cada análisis? ¿Qué exigir de cada cuadro? ¿Quiénes estamos
implicados?
El ministro Murillo demostró con sus intervenciones
estar también con los pies bien puestos sobre nuestra tierra, con
lenguaje claro, diáfano y fácil de entender por cualquier cubano en
plenitud de facultades mentales, explicó el camino, lo que se espera
y cómo lograrlo.
El cambio produce estratégicamente resultados
cualitativamente superiores cuando está fundamentado en el análisis
científico y enriquecido con el saber de todos, pero en la táctica
produce actitudes contradictorias y hasta injusticias y corrupción
si se es permisivo, no se adoptan medidas de control efectivas y no
se sanciona ejemplarizantemente a los infractores.
Los cuadros son en este proceso quienes están
llamados y obligados a demostrar el compromiso con la Revolución, el
sentido de pertenencia, la dedicación por la eficacia, efectividad y
eficiencia y sobre todo ser ejemplo de los valores éticos que nos
han inculcado los próceres y líderes históricos de nuestra América,
llevan sobre sus decisiones el triunfo o la derrota de este
reordenamiento a escala social.
Los órganos de control, además de contar con
personas ejemplarmente éticas y ser exigentes, deben ser implacables
contra todo lo mal hecho, hágalo quien lo haga.
Nosotros los cubanos de Cuba, somos quienes tenemos
que implementar estas decisiones, producir los resultados y alcanzar
una economía con salud que permita escalonada y paulatinamente
satisfacer las necesidades crecientes de nuestra sociedad, que es la
convicción por la que defendemos la Revolución y somos
revolucionarios.
Nosotros los trabajadores, aquellos insertados en la
economía estatal, debemos darlo todo en intelecto, fuerza, voluntad,
disciplina, organización, exigencia, rendimiento, productividad,
ahorro, y más, para entregar las producciones y servicios que de
nosotros se esperan; sin olvidar jamás que todos tendremos
sustitutos, pues los que quedaron disponibles también quieren y
saben hacer bien o mejor que nosotros mismos lo que cada uno hace;
por demás, aquellos de nosotros que nos corresponda pasar a la
actividad económica por cuenta propia, también tenemos que darlo
todo, ya que debemos asumir la nueva vía de empleo con
responsabilidad, solidaridad y ética social, pues el objeto de los
resultados productivos y de servicios serán determinantes en la
satisfacción de las necesidades de todos en nuestro verde caimán.
Todo futuro será mejor y más digno, porque será
portador de nuestro sudor e intelecto en cada producto o servicio
que consumirá nuestro pueblo.
J. P. Granados Tápanes
¿Vamos a continuar trabajando sin calidad para el
cumplimiento de una meta?
En días recientes, tuve la oportunidad de discutir y
analizar junto a mis vecinos, el Proyecto de Lineamientos para su
aprobación en el Congreso del Partido. Leí en el Granma el discurso
pronunciado por nuestro Presidente en la clausura de la Asamblea
Nacional del Poder Popular.
Después de lo que expresó, me urge hacer una
pregunta: ¿Cómo es posible que con la fuerza del momento histórico
que se está viviendo, aún se pueda ser tan indolente con respecto a
la prestación de un servicio que cuesta tan caro a nuestro país como
la pavimentación de calles y avenidas de nuestra ciudad?
En días recientes, se pavimentó nuevamente el tramo
de la calle 39 comprendido desde Paseo hasta Colón en el municipio
de Plaza de la Revolución. A varios días de concluidas las obras, se
puede transitar por dicha vía y comprobar lo siguiente:
· No se levantó el pavimento antiguo, por lo cual,
los huecos de las alcantarillas llegan a alcanzar desde la capa
superior hasta la tapa metálica la envidiable altura de 20
centímetros.
· La intersección donde se encuentra la Aduana
General de la República en calle 6 y 39 tampoco fue pavimentada.
Simplemente pararon donde termina la acera para continuar después,
dejando además dos inmensos huecos con la concebida altura.
· Algo similar ocurrió aproximadamente a la altura
de calle Loma donde simplemente terminaron con el asfalto dejando
varios metros hasta calle Colón sin cubrir.
¿Será que vamos a continuar trabajando como quiera y
sin calidad para el cumplimiento de una meta? ¿Dónde están los jefes
o cuadros que deben verificar la calidad del trabajo realizado?
En los momentos actuales que vive el país,
necesitamos ahorrar hasta el último centavo para poder crecer en
nuestra economía. No podemos darnos el lujo de pagar por gomas o
llantas de autos y motos, sin hablar de vidas humanas, debido a la
irresponsabilidad de algunas personas.
E. Gallart Martínez
Elevar la educación y la cultura ambiental
comunitaria
El objetivo de mi carta es volver sobre la opinión
"Alerta sobre el comercio ilegal y captura de aves silvestres" del
26 de noviembre del 2010, de G. Alayón García, la cual apoyo con
pies, manos y corazón y que no encuentro para nada desatinada.
Es tan solo el grito de alerta de alguien que no es
oído y que con conocimiento de causa enfatiza sobre las
consecuencias nefastas que puede ocasionar este "dejar hacer", no
solo para Cuba sino para la región, independientemente ya del grado
de implicación que tienen en el asunto niños y jóvenes.
En mi caso quisiera referirme además al nefasto
hecho de las talas de árboles que se están llevando a cabo, ahora
con más frecuencia que nunca, en los parterres de mi barrio Nicanor
del Campo (en las cerca-nías de 41 y 42, Playa) ya sea por los
particulares como por el Estado.
En este barrio, en la década del ochenta, nuestra
Revolución erogó una importante suma de dinero para la repoblación
forestal con ocujes en todos los parterres del área. Plantados a
distancias de unos 10 metros, tuvieron un alto porcentaje de
supervivencia y hoy son frondosos árboles. Ellos, junto a otros que
ya existían aquí como flamboyanes, casuarinas, pinos, ceibas,
álamos, barias, guacamayas, que sumados a los árboles de los patios
de muchas casas (fundamentalmente frutales), habían hecho que mi
barrio tuviera una mediana densidad arbórea y que los trinos y los
avistamientos de aves fueran frecuentes. Pero las talas, los
pajareros y la venta de aves silvestres están cambiando esta
panorámica.
Condeno firmemente estas reprobables prácticas
mencionadas y coincido con el doctor Alayón en que los niveles de
educación ambiental de nuestra sociedad están muy por debajo todavía
del nivel de instrucción que poseemos, que deja mucho que desear
todavía para un pueblo con una cultura como el nuestro. Coincido
también en que deben taparse los resquicios legislativos que puedan
quedar en nuestra acertada legislación ambiental para condenar
fuertemente al infractor e instrumentar su cumplimiento a nivel de
base. Coincido igualmente que la sociedad y los biólogos debemos
pronunciarnos en este sentido.
Por lo pronto, propongo poner en ejecutoria, en cada
barrio al Defensor Ambiental Comunitario, con tareas concretas y
planes de trabajo específicos, adecuados a cada problemática e ir
elevando la educación ambiental en la base, que es deficitaria, a
través de barrios debates, conferencias, conversaciones con los
vecinos, siembra de árboles, trabajo con niños y jóvenes, etc., todo
muy comprensible ante la inexistencia hasta donde conozco de una
asignatura, "Educación Ambiental" en el currículum docente.
Asimismo exhorto a los biólogos de corazón, a
sumarse a este trabajo comunitario, en especial a aquellos que por
diversas causas se han apartado en la práctica de la noble labor
para la que nos formamos. Si bien es cierto que todavía en nuestra
sociedad no gozamos de un reconocimiento social, en un futuro que se
vuelve inmediato ya, estamos llamados a desempeñar un papel decisivo
para el mantenimiento de la salud de nuestro planeta.
También pido que continúe abierto el debate en torno
a la opinión del doctor Alayón, de seguir exponiendo problemas,
criterios y sugerencias y dejarlas asentadas en la próxima discusión
del Proyecto de los Lineamientos de la Política Económica y Social.
L. T. Ferrer Beltrán
Sobre el derroche de agua potable
Las pérdidas de agua suelen repetirse con muchos
matices en diferentes entidades y hogares. La percepción es que no
queremos mirar y mucho menos ver para no ocuparnos de algo que aún
valoramos de insignificante, frente a tantos problemas actuales;
pero como la vida, todo comienza por el agua.
Mis vecinos tienen un gran salidero de agua que no
han querido reconocer como suyo y la empresa de acueducto les
instaló un metro contador, más una llave de paso, pero nada, siguen
botando el agua.
La llave de paso les permite aplicar un remedio
temporal, que es el de cerrarla mientras no se use el agua, esto es
generalmente por las noches, los fines de semana y feriados. Esta
idea la pudimos leer en algún periódico, es un buen remedio aplicado
por las noches en la CUJAE como medida temporal en sus residencias
estudiantiles.
Lo del metro contador es una medida que da sus
frutos al comienzo de su aplicación, con aquellos que tienen
conciencia o les preocupa el incremento de sus gastos, no es
medicina para todos, ni de eficacia total. Las entidades como la de
mis vecinos, que no saben qué es vigilancia y control, además de ser
presupuestados, un contador de consumo de agua es un objeto más que
deben cuidar.
El metro contador sirve para calcular que están
gastando unos 1 550 litros por día, en vez de unos 525 litros por
día que les toca por norma para diez trabajadores. Según la tarifa
más aplicada, estamos hablando de 23 pesos mensuales con el consumo
actual.
Esto último no significa nada en las finanzas de una
entidad, como tampoco con los precios actuales cobrar el doble por
los excesos de consumo, por lo que hay que recurrir a la persuasión
aplicando contravenciones por derroche. ¿No habrá una norma legal de
contravenciones por vertimiento de agua potable?
A. Vera Blanco
Que cada cual haga lo que debe hacer en su puesto
y jornada laboral
El pasado lunes 27 de diciembre fui a la farmacia de
Mantilla, situada en la calzada de Managua, con el propósito de
adquirir vitamina C para mi pequeña de 14 meses y otro medicamento.
Estuve esperando que llegara mi turno en la cola durante dos horas
aproximadamente, a pesar de que nada más había 12 clientes. En ese
tiempo solo una dependienta despachó a las personas que pasamos por
allí, a pesar de encontrarse laborando otras cuatro: una revisando
tarjetones o algo así, otra contando medicamentos en los estantes,
la administradora, y otra persona, la cual no pude identificar sus
funciones, y que se encontraba en el interior del local. Cuando
solicité la vitamina C se me dijo que estaba en falta, que hasta el
nuevo año no se harían pedidos, y no me la podían localizar en otras
farmacias del municipio en ese momento, porque la compañera que
debía hacerlo estaba en algún lugar cercano a la entidad. Con
relación al medicamento que sí pude comprar, cuyo precio era de tres
pesos con noventa centavos, debí pagar cuatro pesos debido a que no
había en la caja menudo para darme el cambio.
En dos horas, repito, se atendieron a 12 personas
aproximadamente, lo cual también tenía que ver con la lentitud y
desánimo de la persona que despachaba ese día. En este sentido
considero necesario hacer notar que se trataba de una muchacha
joven, que al parecer estaba aprendiendo estas funciones, pues
preguntaba de vez en cuando el modo en que debían despacharse
determinados medicamentos.
Inmediatamente después de haber terminado mi compra
solicité ver a la administradora de la entidad, por la que estuve
esperando aproximadamente otros 25 minutos, después de lo cual
decidí retirarme pues una pequeña de 14 meses esperaba por mí en
casa, no sin antes informarle a la dependiente que escribiría al
periódico para que atendiera mis quejas. Me sentí impulsada a
escribir fundamentalmente luego de escuchar, durante todo el tiempo
que estuve esperando, los comentarios con relación a la mala calidad
de los servicios que brinda la entidad referida, y a la apatía hacia
el cumplimiento de la jornada laboral por algunos de sus
trabajadores, sobre todo porque van a percibir un salario al mes,
trabajen bien o mal, con rapidez o no, con interés o sin él. Creo
también que la actitud de una joven trabajadora no solo es
responsabilidad de ella, sino del ejemplo que dan las mayores,
quienes debieran con su trabajo despertar en ella amor por la
actividad que realiza.
El año que acaba de comenzar es un año de
perfeccionamiento de nuestros servicios, de relanzamiento de nuestra
economía, y debemos honrar el llamado hecho por el compañero Raúl a
que cada cual haga lo que debe hacer en su puesto y jornada laboral.
Actitudes como la descrita anteriormente molestan al pueblo, que en
definitiva, es la razón de ser de nuestra Revolución, y para quienes
trabajamos y luchamos diariamente.
Llegue este mensaje a oídos receptivos y sobre todo,
que sea la voz de aquellos que en Mantilla pasamos diariamente por
su farmacia y recibimos este trato.
I. Brooks Beltrán
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