Publicadas
el 19 de noviembre de 2010
Las trabas en el trabajo por cuenta propia
Hice mi solicitud para trabajador por cuenta propia
a la Ca. Berta Álvarez, funcionaria que representa al Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social, en la Oficina habilitada para estos
trámites en el municipio Cerro.
Acto seguido ella me preguntó qué actividad yo iba a
ejercer, a lo que yo le respondí que la No. 37, pero que como el
lugar donde residía no tenía prácticamente ningún movimiento de
personal, la iba a ejercer de forma ambulatoria con un carrito, para
el cual ya había hecho una inversión importante para este fin.
Contestándome ella que lo del carrito lo tenía que aprobar el
Departamento de Higiene e informándome que hasta ahora solo se había
dado licencias ambulatorias para vender algunos productos como:
maní, rosita de maíz, entre otros. Sobre lo anterior yo le
fundamenté.
· Que una Licencia para un solo producto no se
ajustaba a lo establecido en el Texto de la Ley, la que sí me da la
posibilidad de varios productos y de alternarlos en caso de
dificultades con la materia prima o por baja demanda de alguno de
estos.
· Lo que me garantiza una venta más estable, que me
permita poder cumplir con las contribuciones contraídas con el
Estado; reabastecer los suministros y obtener alguna ganancia.
Finalmente esta funcionaria —la que no obstante las
discrepancias de opiniones antes expuestas me atendió con mucho
respeto y profesionalidad—, al chequearme los cuatro documentos a
presentar establecidos y verificar que estaban todos y en regla, me
comunicó que hacía falta otro documento adicional: una Diligencia de
Inspección Sanitaria y de aprobación del carrito, emitida por el
Departamento de Higiene, para poder ella concluir mi trámite y yo
obtener la Licencia solicitada.
Al día siguiente temprano, me personé en dicho
departamento, el que radica en el 2do. piso del Policlínico Abel
Santamaría, del Cerro, en el que me atendió la doctora Ángela Díaz
en sustitución de la licenciada Enma Justin, jefa de dicho
Departamento en esa área de Salud, la que se encontraba enferma.
La doctora Ángela al tocarle el tema del carrito,
añadió a lo ya antes expuesto, que existía una política de
eliminarlos debido a:
1ro.- Que no reúnen las condiciones
higiénico-sanitarias.
2do.- A que los alimentos que van en estos, al trasladarse de un
lado para otro se contaminan.
3ro.- Que no tienen agua para lavar los vasos, tazas, etc.
4to.- que sus operarios violan las normas que se les establecen.
Respetando sus opiniones, le expuse las mías respecto a cada una de
las suyas.
De la 1ra.: que como en el caso del edificio que
pondré de ejemplo luego, en el del carrito su departamento no
emitiría la Diligencia Sanitaria aprobatoria hasta que este no
cumpliera toda lo establecido para su buen funcionamiento.
De la 2da.: Esto se resuelve exigiendo en la 1ra.
que el carrito tenga total hermeticidad.
De la 3ra.: No necesariamente estos carritos
requieren de agua, solo estableciéndoles que tienen que utilizar
vasos desechables nuevos, como hacen los que actualmente venden:
helados, así como cerveza y refrescos en las ferias para no darle la
botella al usuario.
De la 4ta.: Esto ocurre por no ejercer
sistemáticamente la vigilancia, exigencia, chequeo y control, así
como no analizar y depurar responsabilidades a los infractores por
parte del organismo, a través de los dirigentes y funcionarios que
les compete garantizar el cumplimiento de lo establecido.
En el caso del carrito le expresé que el Estado
tiene cientos y que recientemente en toda la Calle 23, otras
arterias y lugares concurridos de la capital —donde no existían
antes—, Gastronomía había puesto más carritos ambulatorios en
bicicletas y con otras estructuras, por lo que consideraba que la no
aprobación de este a los cuentapropistas, constituía una
discriminación de este sector respecto al estatal.
Y le puse como ejemplo lo establecido cuando se
construye un edificio, ocasión en que desde sus planos hasta su
terminación, los organismos competentes le exigen, chequean y
controlan al inversionista que el edificio tenga todas las
condiciones para la protección de los usuarios en caso de incendio y
no se lo aprueban sin esto; y ya inaugurado, sistemáticamente lo
inspeccionan para comprobar si tiene todos los medios establecidos
contra incendio, y si estos están aptos para funcionar, así como
seleccionado y capacitado el personal que los operará, imponiéndole
multas cuando esto no se garantiza. Algo similar es lo que Salud
debiera hacer en el caso de los carritos, pero no limitar que
existan y presten el servicio al público de acercarle, lo más
posible, el producto.
Después de este intercambio al respecto la doctora
Ángela llamó por teléfono a la licenciada Justin, su jefa, y le dijo
que los que querían utilizar carritos para la venta ambulatoria de
alimentos, los iba a dejar pendientes de respuesta hasta que ella se
incorporara y decidiera al respecto; respuesta que aún estoy
esperando, pero por considerar arbitrario lo que me han respondido
estos funcionarios encargados de ello hasta aquí, consideré
necesario elevarlo a la máxima dirección de los organismos
competentes y solicitar a la prensa su publicación para saber si es
un problema de mi localidad o general.
M. Ramón C. Ramírez
Lo único con lo que no estoy de acuerdo
De todo lo indicado hasta ahora sobre la gigante
tarea que se avecina del reordenamiento de la fuerza laboral, con lo
único que discrepo es en lo expresado en la Resolución 35 del
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en la parte que da
potestad al Director de una entidad a imponer su voluntad sobre lo
propuesto por la Comisión de Expertos.
Cuando se estudian temas relacionados con las
Técnicas de Dirección, es usual el demostrar, mediante ejercicios
prácticos, que el trabajo en grupo es más efectivo que el
individual.
Pienso que, una vez emitidas las recomendaciones de
la Comisión de Expertos, lo correcto fuera que, en los casos que el
Director de la entidad tuviera discrepancias, argumentara sus puntos
de vistas ante la Comisión de Expertos, la que estaría obligada a
reevaluar su propuesta teniendo en cuenta estos argumentos.
Es bueno recordar la composición de esta Comisión:
Administración, Sindicato y trabajadores destacados seleccionados
por el colectivo. Lo que ella determine difícilmente lleve el sello
del nepotismo. Por el contrario, lo que decida un Director va a ser
más nepotismo que otra cosa.
¿Qué valor tendría la opinión del Secretario de la
Sección Sindical ante una decisión del Director avalada por una
Resolución del MTSS? Opino que ninguna.
J. R. Reynaldo Sánchez
Efectos de prohibiciones que se mantienen
Cada prohibición en nuestro país tuvo una razón, no
se hizo por capricho y en cada momento respondía a situaciones
negativas, pero algunas de ellas no tuvieron, a mi juicio, un
análisis profundo de los efectos que producirían, como es el caso de
las prohibiciones puestas en vigor por carta circular del Comité
Ejecutivo del Consejo de Ministros (CECM) de 24/3/01, que prohibía
la venta y traspaso de vehículos entre particulares y autorizaba
solo los traspasos de los del área capitalista importados antes del
triunfo de la Revolución en los años 1959 y 1960 y la prohibición de
permuta entre particulares o entre estos y el Estado.
Quizás se pretendió eliminar las compra-ventas entre
particulares, aspecto no logrado, porque lo que hizo fue extender la
prohibición de venta y traspaso a un número superior de vehículos, y
esto afectó, tanto a los que estaban sin realizar el traspaso antes
de la entrada en vigor de la disposición, aunque fuera por problemas
ajenos a la voluntad de los interesados, como a los vendidos
después, no así a los que se entregaron por la entidad
comercializadora, bajo un contrato de Compra-Venta con Reserva de
Dominio, porque esos ya tenían la prohibición de venta y traspaso.
Durante un pequeño margen de tiempo los negocios de
compra-venta disminuyeron, pero en definitiva continuaron
prácticamente en la misma forma, lo único que se logró fue que
disminuyeran los precios de los vehículos sin traspaso y de
inmediato el grupo de vehículos, importados antes de 1960,
aumentaron considerablemente de precio por el simple hecho de tener
traspaso de propiedad, tiene más valor de venta un almendrón del año
1950, que un vehículo del año 1985.
Aparte de no minimizar las compra-ventas y del
aumento del precio de los vehículos antiguos, aumentó el negocio
clandestino de los propietarios registrados, en el sentido de que al
no poseer físicamente el vehículo, pero ser el único capacitado para
realizar cualquier trámite legal, muchos de ellos les exigen a los
tenedores, sumas de dinero en dependencia de la complejidad del
trámite y que según conozco, alcanzan el monto de hasta $10,000.00,
sin contar los casos de los fallecidos, que aparte de correr el
tenedor con los trámites de declaratoria de herederos, han tenido
que repartir dinero a estos y hacer incontables gestiones para
convencerlos y le permitan continuar con el vehículo, hay quienes lo
han perdido por abandono del país y otros han sido chantajeados con
la oferta de recompra por un precio muy inferior al de su
adquisición, situaciones todas que han generado incontables
problemas personales muy graves.
Muchas personas se preguntan el porqué, si adquirió
un vehículo que no tenía ninguna limitante, antes o después de la
prohibición y que había sido objeto de innumerables traspasos, ahora
se vea imposibilitado de legalizarlo y hasta tenga que pagar por los
trámites legales, más allá de lo normado, no encuentran una
explicación de la afectación que causan al Estado con ello, si es
una operación de compra-venta entre particulares en la que no
interviene el Estado y su única intervención es desde el punto de
vista registral.
Los profesionales y otros, que en su momento
recibieron un vehículo como estímulo, ahora para muchos de ellos el
tenerlo es una especie de castigo: no pueden venderlos, tampoco
pueden utilizarlos por el precio en CUC del combustible, ni
mantenerlos aptos por los altos precios en divisa de las piezas de
repuesto y amén de que se metan en algún tipo de negocio, tienen que
lastimosamente dejarlos deteriorar, porque su compra y limitación de
venta fue de por vida y no por un tiempo determinado, mucho más allá
del tiempo lógico de vida útil del vehículo, situación en la que
están aquellos que hace muchos años los adquirieron, incluyendo
motos de pequeña cilindrada como los Rigas 12, Berjovina y Karpaty.
La evaluación de estos problemas y su solución, como
puede ser también la compra-venta de viviendas, eliminaría múltiples
dificultades que se presentan y un sin número de ilegalidades.
J. R. Bauta Caballero
Pensar, actuar y no cruzarse de brazos
Aunque me juzguen como reiterativo, considero
necesario insistir en un abanico de problemas no resueltos aún y que
tienen solución, si apareciera la voluntad y el interés de
solucionarlos, sin filosofar mucho, vayamos a los argumentos:
Se ha escrito y criticado en muchas ocasiones el
diseño del horario del comercio, la gastronomía y en especial los
servicios, donde a simple vista cualquiera se percata que está
diseñado para el que no trabaja, incluimos en este mensaje al médico
de la familia, por lo que se impone que los que tienen que darle
solución a esto acaben de hacerlo y piensen más en la batalla
económica que hoy se libra y en las dificultades que tenemos los que
trabajamos para recibir un servicio o satisfacer una necesidad, a
veces inaplazable; en Cartas a la Dirección del viernes 5 de
noviembre, una compañera critica el horario de las CADECA, pero no
debe ser la única con esas dificultades. ¿Y los que diseñaron ese
horario no pensaron en lo que hemos apuntado?
Esta preocupación no solo constituye un simple
problema de horario, sino un asunto de contribuir o no con la
eficacia en la producción y los servicios, por lo que necesitamos
ya, rescatar la puntualidad y la disciplina, pero si el trabajador
tiene que abandonar el trabajo para resolver cualquier problema, o
incluso para acudir al médico, claro que tendrá ausencias, que en
primera instancia afectan al país y al propio trabajador. ¡Pensemos,
reflexionemos y veamos que sí hay alternativas!
Usted acude al consultorio médico y por experiencia
demostrada, tiene que ir más de una vez, puesto que el médico, por
diversas razones, falta con alguna regularidad o está de terreno,
además tiene que saber el día que no sea de niños, de mujeres
encintas o coincide que ese día no tiene recetas, como sucedió
recientemente en un consultorio, igual ocurre con algunos trámites
administrativos, que hay que gestionarlos en horario laboral.
Parecido sucede con la reparación de los equipos
electrodomésticos, aunque afortunadamente en muchos lugares ya han
habilitado los sábados, lo que alivia sobremanera a los trabajadores
A nuestro entender esto se puede evaluar, algunas
cosas tienen solución y quizás otras no, pero hay que tenerlas en
cuenta para reducir sus efectos negativos en la producción y los
servicios.
Las llamadas bodegas, que prácticamente heredamos de
la colonia, ahí están, anacrónicas pero ahí están, con un
administrador y uno o más dependientes en casi todas para trabajar
dos o tres días al mes y por supuesto con un salario cada uno, que
aunque no es alto, pero es dinero que el Estado desembolsa sin
compensación, y con una balanza añeja también con propensión al
robo, y en algunos lugares coinciden los tres establecimientos
aunque independientes, con 4 o 5 trabajadores con poco que hacer,
esto en nada contribuye con el rescate de los valores perdidos, la
necesidad de sentirse útil y que cada cual reciba según su trabajo y
que este genere productos y servicios con calidad, es decir
remunerar a las personas conforme a la cantidad y calidad de su
trabajo o servicio, aunque debemos reflexionar en que
afortunadamente en el socialismo esas manifestaciones de
ineficiencia no debieran estar presentes, puesto que esas imágenes
le son totalmente incompatibles, aquí también el horario es bastante
inestable, justificado por el decadente objeto social de esas
instalaciones.
No pienso que esto tenga solución por arte de magia,
pero alguien debe pensar en esta situación, pensar en una solución y
rediseñar cómo hacerlo, no proponemos eliminar la canasta básica,
sino buscar la forma de reducir gastos, en los inevitables
desembolsos económicos en que incurre el Estado con los subsidios a
los productos.
El tema no está agotado y debemos insistir cuantas
veces sea necesario hasta que de verdad se practique la necesidad de
pensar, actuar y no cruzarse de brazos.
N. Valdés Pereda
Valoración es igual a responsabilidad
En el Turismo como uno de los ministerios escogidos
para la aplicación del reordenamiento laboral que llevará aparejado
un proceso de disponibilidad laboral, existen probabilidades de
aplicación de la contratación de trabajadores por tiempo determinado
para aquellos que sean directos a la prestación de servicios, toda
vez que el nivel de actividad podrá estar condicionado en algunas
instituciones al tipo de temporada turística, es decir a lo que
comúnmente se conoce en el sector como temporada de alta y baja
turística.
Es en la temporada de alta turística donde en
ocasiones será necesario hacer uso de la modalidad del trabajador
contratado por tiempo determinado, si analizamos que en las
entidades que prestan servicios turísticos se amortizarán plazas, y
se podrá laborar con el personal indispensable para la temporada de
baja turística, pudiéndose contratar personal cuando se presente la
necesidad del mismo en la nueva temporada.
De acuerdo a lo recogido en la Disposición Especial
PRIMERA de la resolución 35 del 2010 del MTSS, sobre el tratamiento
laboral y salarial aplicable a los trabajadores interruptos y
disponibles, las administraciones de las entidades donde existan
labores de temporadas o estacionales, tendrán la obligación de
valorar prioritariamente a los trabajadores declarados disponibles
para ser contratados en los periodos de mayor demanda, o para cubrir
plazas definitivas o temporales, siempre que reúnan los requisitos
establecidos.
En este caso se le brinda una protección a la figura
del trabajador disponible para estos supuestos, solo que la frase
valoración prioritaria por la entidad, no puede convertirse en una
simple apreciación formal, si no daría lugar al oportunismo, al
favoritismo o a la corrupción.
La verdadera intención del legislador de establecer
la valoración prioritaria, está más afiliada a la necesidad de
evaluar si el trabajador disponible cumple en primer lugar con los
requisitos que establece el calificador de cargo, si perdió su
idoneidad demostrada, y si no presentaba problemas de disciplina
documentados en sus evaluaciones del desempeño, o en una resolución
dictada por la autoridad facultada.
Confiamos en que las propuestas de los Comités de
Expertos como órganos asesores, sean tributadas al jefe con la
responsabilidad y objetividad que requiere este proceso, y no con
una simple valoración por supuestos o comentarios no sustentados por
una documentación oficial que elimine el margen a las
improvisaciones que puedan traer consigo una injusticia, y se afecte
nuestro capital humano que es el elemento más importante en nuestra
estrategia de desarrollo, máxime cuando cuentan con una experiencia
en el desempeño de la actividad en su radio de acción laboral,
modalidad de formación que en algunas actividades turísticas no se
adquiere en pocos meses por no decir años.
R. Fuentes Frómeta
Estadística negra
En la década de los ochenta, debido a la
proliferación de modelos solicitando información de todo tipo a
empresas y unidades presupuestadas por sus niveles superiores y
estos a su vez a cada una de sus dependencias, sin la debida
autorización por el órgano facultado para ello —en aquel entonces el
Comité Estatal de Estadísticas (CEE), hoy Oficina Nacional de
Estadísticas (ONE)— , se realizó un trabajo de inspección, para
detectarlos y proceder en consecuencia para su eliminación, buscando
mantener solo los absolutamente necesarios solicitados por el
Sistema Estadístico Nacional (SIEN) y los aprobados atendiendo a la
necesidad interna de cada organismo, por el Sistema de Estadística
Complementaria (SIEC).
Aquel trabajo aparentemente dio sus frutos en alguna
medida, se detectaron modelos que se pedían por alguna razón
prioritaria en el momento y se establecía el socorrido modelo para
obtener la información que se necesitó para informar a determinado
nivel por una vez, pero aquello se quedó ahí y siguieron llenando el
modelito con la periodicidad solicitada sin que nadie se ocupara más
del asunto y preocupara por la tremenda carga burocrática que a
nivel nacional esto significa.
Han transcurrido unos cuantos años desde entonces y
me pregunto ¿cómo estará esa situación ahora?
Alberto S. Rodríguez Azpiazu
¡Qué honor para nosotros!
Nunca he escrito a esa sección, pero casi todos los
viernes estoy al tanto de las opiniones que se reflejan en este
espacio de debate colectivo y me parece bien el decirle a todo el
pueblo lo bueno y lo malo que hacemos para de alguna forma enmendar
nuestros errores.
Todo el que conoce la historia de nuestro país debe
recordar que uno de los acontecimientos más significativos fue la
creación del primer tramo de ferrocarril que se inauguró de la
Habana a Bejucal el 19 de noviembre de 1837, once años antes que en
España.
Sin embargo existe un museo ferroviario que guarda
todo este tesoro de conocimientos. Inaugurado en 1987 en la
localidad de Bejucal, pero ha dejado de funcionar hace ya varios
meses por deterioro de los techos y las luminarias. Esto ha impedido
la asistencia de visitantes tanto nacionales como extranjeros. A
pesar de que en el año 2007 el comandante de la Revolución Juan
Almeida Bosque, otorgó, según la guía del mismo, un presupuesto para
la restauración del local, que se mantiene hoy en las mismas
condiciones o peor.
Pero lo preocupante no es solo el museo, sino que
este histórico tramo que luego se extendió a Güines, no se ha podido
mantener a pesar de los esfuerzos por recuperar la vía férrea que se
viene realizando indistintamente en el país por parte del Ejército
Juvenil del Trabajo y los trabajadores ferroviarios. Por esta razón
lamento decir que el otrora primer tramo ferroviario en Cuba, que
conducía en varias frecuencias a los pasajeros de La Habana-Bejucal
y viceversa, hoy es solo una línea en la historia y sin poder
contarla.
T. Medina
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