Publicadas
el 12 de noviembre de 2010
Nuestros inspectores...
Está expuesto por la alta dirección de nuestro país
que tenemos que desterrar el concepto de que Cuba es el único país
del mundo donde se puede vivir sin trabajar; a mi juicio esta
decisión es trascendental para nuestro futuro y su concreción urge.
Lograr ese cambio de percepción, bastante generalizada, es tarea muy
difícil por cuanto implica de reeducación.
Hay otro concepto que es igualmente urgente
erradicar, dentro de una amplia gama, que es el siguiente: es mejor
sobornar al Inspector que pagar la multa, quizá este es peor que
aquel. Comprobar esta práctica es cosa muy fácil.
Los que ejercen la Inspección hoy día, en sus
múltiples variantes, no en todos los casos han recibido la
preparación y entrenamiento necesarios. Ignoro detalles acerca de
los elementos que se tienen en cuenta para la selección de estos
trabajadores, así como si existe algún código de ética para los
mismos.
Lo cierto es que el país dispondrá en muy breve
plazo de personas debidamente calificadas que por un imprescindible
(y urgente) proceso de reducción de plantillas quedarán disponibles.
Supongo que entre el cuerpo de inspectores se produzca este proceso
con especial exigencia y control; que quienes no tengan la idoneidad
demostrada vayan a ocupar alguna de las múltiples opciones que
existen y sean sustituidos por personal calificado, confiable y
comprometido con la legalidad.
Desmoviliza y desmotiva ver a determinados
inspectores con estilos de vida muy por encima de lo que sus
posibilidades económicas lícitas permiten. Si es grave que haya una
violación en el peso real de 10 libras de carne de cerdo, por
ejemplo, es más grave y detestable que un inspector sea sobornado.
Es una traición del infractor y del que está para impedirlo. Sigo
creyendo que millones de cubanos y cubanas podemos conquistar toda
la justicia.
A. Rondón Velázquez
Criterio acerca de anterior comentario
El motivo de esta misiva es aportar mi modesto
criterio acerca del comentario titulado "Sí, hay que revisar las
plantillas", de L. Campoalegre Sánchez, publicado en la edición
del pasado 29 de octubre. En dicho escrito se cuestiona la necesidad
de las entidades de contar dentro de su plantilla diversas plazas,
entre las que se hace alusión a los jurídicos, agregando para
fundamentar su opinión que "por qué se necesitan tantos
jurídicos, como si estuviéramos en el medio de un país capitalista,
donde un abogado es capaz de utilizar sus mañas para liberar de la
justicia a un tramposo empresario o político, burlar al fisco con
sus artimañas o dejar en bancarrota a una empresa similar con
sutiles engaños", de lo cual se infiere que, a su entender, el
asesoramiento jurídico a las empresas no es imprescindible.
Considero que se está minimizando la importancia del
asesoramiento jurídico a empresas en un país con un sistema social
como el nuestro. La Constitución de la República de Cuba establece
en su artículo 10, que "todos los órganos del estado, sus
dirigentes, funcionarios y empleados, actúan dentro de los límites
de sus respectivas competencias y tienen la obligación de observar
estrictamente la legalidad socialista y velar por su respeto en la
vida de toda la sociedad".
El cumplimiento de la legalidad socialista está
relacionado con la calidad del trabajo del asesoramiento jurídico
que reciba cada entidad y la adecuada utilización y atención que se
le brinde al desarrollo del trabajo jurídico. El Decreto No. 138,
promulgado por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros el 20 de
marzo de 1987, "NORMAS PARA EL TRABAJO DE ASESORAMIENTO JURÍDICO",
en su artículo 13 establece las atribuciones de los asesores
jurídicos de las uniones de empresas, empresas y unidades
presupuestadas, entre las que se encuentran: representar a la
entidad y defender sus intereses ante los órganos, organismos y
demás entidades nacionales y extranjeras o internacionales, asesorar
en todos los aspectos jurídicos de la gestión que desarrollan,
elaborar o participar en la elaboración de todos los documentos
jurídicos que disponga el jefe y los demás dirigentes de la entidad,
advertir al jefe de la entidad de las irregularidades que detecte
que puedan constituir violaciones de la legalidad e indicar la
conducta a seguir de acuerdo con lo establecido en la legislación
vigente, proponer medidas que contribuyan al desarrollo de la
conciencia jurídica, proponer medidas dirigidas a la observancia del
cumplimiento de la legalidad socialista y divulgar la legislación
vigente, entre muchas otras.
Utilizando sencillos ejemplos cuyo alcance abarca a
cualquier trabajador, pudiéramos afirmar que, sin un adecuado
asesoramiento jurídico, una determinada empresa pudiera confrontar
situaciones que van desde las implicaciones negativas que trae
consigo un Convenio Colectivo de Trabajo, Reglamento Disciplinario
Interno u otro reglamento deficientemente elaborados, pasando por
una medida disciplinaria o una responsabilidad material erróneamente
aplicadas, hasta la paralización de la producción o los servicios
por no preverse a nivel contractual los detalles necesarios para que
fluyan sin contratiempos las relaciones comerciales con otras
entidades, tanto clientes como proveedores.
Por otra parte, estoy plenamente de acuerdo con L.
Campoalegre Sánchez en el sentido de que ciertamente se debe revisar
con profundidad cada puesto de trabajo en las plantillas, incluyendo
el de asesor jurídico, no porque se pueda prescindir de dicha
actividad, como expliqué con anterioridad, sino porque existe como
alternativa, la de contratar los servicios jurídicos que brinda la
Organización Nacional de Bufetes Colectivos, así como las
consultorías adscriptas al Ministerio de Justicia, que cobran una
tarifa establecida mediante una resolución del citado organismo, en
dependencia del grado de complejidad de la empresa que necesita el
servicio.
A. A. Alemañy Marrero
Una opinión sobre el trabajo por cuenta propia
Formo parte de un pequeño grupo de profesionales de
la construcción que tenemos entre 58 y 62 años de edad.
Todos comprendemos la necesidad de racionalizar las
plantillas infladas, los pagos indebidos, las gratuidades, la no
correspondencia entre el salario devengado con la cantidad y calidad
del trabajo realizado y todo lo que lastra y daña nuestra economía.
Somos cubanos que hemos dado lo mejor de nuestras vidas, en la parte
que nos tocó del siglo XX y hoy tenemos los pies puestos sobre la
tierra en el XXI, con sueños, metas y aspiraciones por realizar.
En lo personal tenía puestas mis esperanzas, para
los nuevos tiempos que se avecinan, en los trabajos que serían
autorizados a realizar por cuenta propia, pero en la información
aparecida en Granma con fecha 11 de octubre, conocimos que la
cantidad de estos eran solamente 178 y de ellos, 124 ya estaban
autorizados desde 1996. Del listado solo una se ajustaba con mis
posibilidades y conocimientos, el No. 148: "Contratista privado".
A partir de ese momento, comencé un estudio de
mercado, para determinar las posibilidades reales de lograr
resultados positivos en esa actividad y comprobé que existe un
mercado potencial de trabajo, construyendo viviendas sociales para
la población, concertando contratos con los gobiernos municipales o
el Instituto de la Vivienda, programando una estructura de trabajo
funcional (hasta 10 trabajadores), empleando el multioficio,
concentrando en el contratista toda la actividad indirecta, así como
las técnico–administrativas y de suministros, desarrollando el
sentido de pertenencia del colectivo y accionado los resortes
productivos de cada integrante. Estos aspectos constituirían las
premisas para lograr resultados positivos, que superen con creces a
los que hoy alcanzan las entidades constructoras estatales, con
estructuras de dirección y administración complejas, altos números
de indirectos, sistemas de transportación que no siempre se
corresponden con las necesidades de la atención al hombre,
custodios, suministros materiales y otros. Las estructuras de las
empresas constructivas están diseñadas para la ejecución de obras
grandes o medianas, pero son improductivas para la realización de
viviendas de una o dos plantas, diseminadas en lugares distantes.
Con la publicación de la Gaceta Oficial No. 12, el
lunes 25 de octubre, la Resolución No. 32/2010 del Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social, sale la lista de las actividades
autorizadas para el ejercicio por cuenta propia y la actividad de
"Contratista privado", aparece con el No. 148, en el anexo No. 1,
Actividades autorizadas para el ejercicio del trabajo por cuenta
propia. En el anexo No. 2, Actividades por cuenta propia controladas
por otros órganos, organismos y entidades nacionales, parece que es
controlado por el Palacio de las Convenciones. En el anexo No. 3,
Actividades autorizadas a utilizar los servicios de trabajadores
contratados, la actividad aparece autorizada a utilizar trabajadores
contratados y es controlada por el Palacio de las Convenciones y por
la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana. Pero en la
Resolución No. 286/2010 del Ministerio de Finanzas y Precios,
aparecen en las normas referidas al pago de los impuestos, en los
límites de gastos autorizados a deducir para la determinación del
impuesto sobre los ingresos personales, en el Anexo No. 1, Grupo III:
Sector de la Construcción. Aparece que el Contratista privado,
pagará hasta el 30% de los ingresos obtenidos a la empresa
constructora que lo contrate. Aquí no mencionan ni al Palacio de las
Convenciones ni a la Oficina del Historiador de la ciudad.
Como no todo está claro, realicé los contactos
pertinentes con los funcionarios del Ministerio del Trabajo, para
aclarar todas mis dudas, pero cuando les mencioné que soy ingeniero
civil, con 37 años de experiencia en la actividad constructiva y de
proyecto, me pusieron mala cara y un funcionario intermedio, me
manifestó que los profesionales no podíamos acceder a ese tipo de
actividad por cuenta propia y otra funcionaria de más rango, me
aconsejó que me pusiera a vender alimentos ligeros que era más
lucrativo. Todo parece indicar que tendré que esperar por las
orientaciones y aclaraciones que deben llegar a las entidades
responsabilizadas con la actividad.
Nosotros, desde 1987 al 2008, podíamos realizar
actividades de proyectos a través de la UNAICC, no eran relaciones
perfectas, era una correspondencia difícil, sobre todo en el 35% de
distribución de las ganancias que recibían los autores de los
proyectos, pero teníamos algo que nos permitía sobrellevar el
incremento del costo de la vida y aunque el tope de lo devengado no
podía exceder de 5 000 pesos al año y de ellos, había que pagar a la
ONAT, el impuesto sobre la ganancia de 350 pesos anuales, nos
quedaban unos 4 650 pesos, que divididos en 12 meses, equivalían a
385,50 pesos mensuales, esto no hacía rico a nadie.
Hay que señalar que los proyectos realizados por la
UNAICC, eran aquellos liberados por el "Frente de Proyectos", al no
disponer de capacidades de producción en ninguna de las entidades
proyectistas.
En mi caso, realizaba algunos proyectos de
viviendas, del "Plan de la CTC" o del "Plan por Esfuerzo Propio" y
al desaparecer la posibilidad de realizarlos, estos pasaron a formar
parte de la cola de trabajos, en las entidades de proyectos de la
vivienda que por lo general son presupuestadas, o sea, que el Estado
tiene que sufragar parte de sus costos, pues la actividad de
proyectos de viviendas, poseen precios diferenciados que protegen a
la población.
No pretendo defender a la UNAICC, estoy convencido
que algunos de sus miembros crearon vientos que generaron
tempestades, pero ha sido una línea en nuestro país, sancionar a los
que violan las leyes o los principios, pero sancionar a miles de
profesionales de la construcción, por los errores cometidos por una
o dos decenas de sus miembros, no tiene el menor sentido. He
participado en dos reuniones donde se argumentaron las medidas
tomadas, pero después, cuando medito solo me digo a mí mismo:
hablaron mucho, sin decir nada convincente¼
No me inquietan los viejos como yo, ya nosotros
atesoramos un caudal de conocimientos que nos permite buscar
soluciones a los problemas que enfrentamos, pero pienso en las
generaciones intermedias de profesionales y las nuevas que no podrán
disponer de esta vía para incrementar y perfeccionar sus
conocimientos.
S. Piña Basset
Cuentas más claras cuando se administran en la
localidad
La noticia que refleja la decisión de dejar a la
disposición de las administraciones locales los ingresos al
Presupuesto por concepto de los impuestos territoriales y los
captados a los cuentapropistas es trascendental y de un alcance
estratégico.
Por la insuficiencia de mecanismos como este, se ha
abierto un abismo entre los intereses individuales de los vecinos y
los intereses locales; y hasta entre los intereses locales y los
intereses nacionales pueden distinguirse la resignación y el actuar
por pura disciplina administrativa cuando soluciones de poca monta
no pueden ser financiadas sin la aprobación nacional.
Esto ha conducido a fomentar apatía y la pérdida del
sentido de pertenencia al terruño y es una de las causas y
condiciones de las agresiones al medio ambiente más cercano que
practican muchos ciudadanos. Son víctimas de esta agresividad el
solar, el edificio de viviendas, el ornato publico de la cuadra, el
villorrio y el barrio.
El desentendimiento se ha ido imponiendo en nuestras
representaciones sociales y sobre la requerida participación
popular, real y efectiva de los pobladores.
Esperemos ahora que las disposiciones
complementarias nos dejen hacer un justo y pleno uso de estos
recursos financieros en las jurisdicciones de base, o si nos van a
dictar desde las instancias provinciales las tantas y tantas
prohibiciones sabidamente practicadas por temor a que no
administremos bien en los municipios.
El caso es que a partir de la buena marcha e
implementación de esta decisión pudieran sobrevenir acciones
puntuales para enfrentar problemas de la comunidad en las distintas
demarcaciones que hoy constituyen al Gobierno Municipal, elevando
con ello el consenso político de los ciudadanos y facilitando la
movilización de los vecinos hacia tareas tácticas y cotidianas. Hay
que tener en cuenta que "el Socialismo no va a caer del cielo porque
hay que construirlo desde abajo".
Por la vía del aumento de la participación popular,
real y efectiva pudiera multiplicarse varias veces el trabajo del
Poder Popular . Y resultaría muy educativo que los ciudadanos que se
auto emplean y pasan a engrosar ese sector no estatal vean crecer su
comunidad con determinado aporte de sus esfuerzos.
G. Rubio Mejías
¿Se puede amar y odiar la música simultáneamente?
Como una alternativa más para intentar solucionar
viejos problemas por falta de decisiones oportunas, convoco a que
los implicados en la emisión de ruido por música den respuesta y
solución, a las reiteradas violaciones del derecho de los ciudadanos
al descanso y la tranquilidad en su hogares como se ve reflejada en
la Constitución de la República de Cuba, la legislación vigente del
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y las más
elementales normas de convivencia como los límites y espacios del
derecho ajeno. Es un llamado a la comprensión, no a la tolerancia.
El ruido por música, producido por alto volumen,
errática colocación de las bocinas y falta de control, llega a
límites inaceptables, con daños a las personas y en muchas partes
sin respuesta por todos los niveles de dirección del gobierno local
en general, como sucede en mi localidad, municipio de Bauta, y
particularmente en el caso del Círculo Social Obrero 1ro de Mayo.
Pese al tratamiento educativo de los medios masivos
de comunicación y otras acciones locales, no se logra que las
autoridades competentes le den a este problema la atención que
merece.
Los daños causados a la salud por el ruido se mueven
entre cansancio, agotamiento, dolores de cabeza, irritabilidad,
sordera, alteraciones del sistema nervioso central que regula todos
los sistemas de órganos y por tanto se dañan causando gastritis,
falta de concentración, por solo citar algunos. ¿Contribuye esto a
la calidad del trabajo?
Es justo velar por la distracción de los jóvenes y
la sociedad en general. No se trata de eliminar la actividad, sino
de regular sus emisiones de ruido para el área donde realmente el
personal que decidió divertirse lo pueda hacer, pero no al costo del
daño de otros que desean o les es imprescindible descansar.
De igual forma existen abusos de la situación por
tiempo de exposición y bocinas en las calles enfocadas a las casas
por celebraciones y orientaciones de otros organismos, pero nadie
controla esto y ante la solicitud de ayuda, no aparece ni el
responsable, ni la respuesta, todo se abandona a la correlación de
fuerzas puntuales cuyo resultado es bien conocido. Igual situación
ocurre con los autos y la música.
H. Jiménez Ozete
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