Publicadas el 3 de septiembre de 2010

La juventud no está perdida…

Soy una adolescente de 13 años, estudio en la escuela "Félix Varela", en Boyeros, Ciudad de la Habana. Les escribo para tratar el tema de la juventud de hoy.

Se ha convertido en tradición de los adultos decir que la juventud está perdida, como adolescente que soy debo reconocer que algunos jóvenes han perdido la educación formal, los valores y la idea del cuidado de la propiedad social y del medio ambiente, pero también vale preguntarse: ¿De quién lo aprendemos?, ¿serán de esos hombres que al ver niños o mujeres en las guaguas se internan en un sueño profundo de un momento a otro? o ¿de esos o esas que dicen palabras vulgares como si ya formara parte de nuestro vocabulario?

Solo les pido a los adultos que no se cieguen y que miren también las cosas buenas que hacemos para poco a poco ir borrando esta triste frase. Por eso, opino y defiendo que la juventud no está perdida como se dice, somos (la mayoría) los que nos levantamos a estudiar, dar nuestro sudor, son la gran parte de médicos que están dándolo todo en Haití, Venezuela, Bolivia, etc., somos los que acaban de llegar de la primera Olimpiada de la Juventud, con el quinto lugar por países, con sus medallas, la bandera y la patria en sus pechos. ¡Que cada adulto sea el espejo de la juventud!

L. Armas Pedraza

La crítica debe generar soluciones

Nuestra prensa ha experimentado un salto de calidad, yo diría más aún, se ha comenzado a hacer periodismo crítico, se ha comprendido que tapar lo mal hecho solo genera cosas más mal hechas, decepción, falta de confianza y deformación.

La crítica es uno de los instrumentos que el Marxismo nos ha enseñado para fortalecer la Revolución, esta había caído en desuso (aunque nunca se utilizó mucho).

La autocrítica, ni hablar, desde la utilización del "nosotros" para quitarnos peso de responsabilidad y lucir muy modestos hasta el yo soy el bueno, o hacernos los perfectos y no admitir una mala decisión o algo mal hecho, se ha visto a lo largo de nuestro duradero bregar revolucionario.

La Revolución que ya es madura por los años vividos, choca en sus propias contradicciones no solo por la actividad enemiga, sino también con lo que llamamos el bloqueo interno o mejor con la falta de decisiones objetivas que respondan realmente a nuestras necesidades y solucionen la difícil vida cotidiana, es decir el abc de lo que tenemos que hacer todos los días.

En todo lo que se publica hay un denominador común "hay que cambiar todo lo deba ser cambiado", el problema está en eso.

Está más que claro que el pueblo quiere que se abra el diapasón de la tolerancia económica que se entienda por una vez y por todas que cuando alguien necesita algo si no lo puede conseguir legalmente lo consigue por la famosa izquierda, que ya hace que la cantidad de cubanos zurdos sea increíble. No es que se nos regale nada, es que se pague el trabajo, que se diversifique, se legalicen formas de trabajo que se hagan bajo formas socialistas de control, supervisión, impuestos, etc., que se disminuya el número de delincuentes, porque se legalicen actividades que la gente hace a escondidas, producciones y servicios que el Estado no puede garantizar.

En el Marxismo se establece bien claro que el socialismo no rebasa los límites del capitalismo, por lo que tiene que admitir algunas formas de producción hasta que las fuerzas productivas y la conciencia social y toda la sociedad puedan llegar al comunismo, cosa distante a ojos vista.

Hay que eliminar el prejuicio al dinero, mientras esto no sea así la gente lo buscará clandestinamente, este solo genera codicia. Qué tiene de malo que el que más trabaje, o el que más rinda a la sociedad viva mejor (de cada cual según su capacidad a cada cual según su trabajo), el que saca de su trabajo bienestar, se forma y forma a su familia en la honradez. Hay muchas personas que sin merecérselo viven mejor que la mayoría de los trabajadores, científicos y artistas.

Este es un pueblo inteligente y capacitado por la propia Revolución que al hacernos cultos, nos hizo libres, pletórico de energía e iniciativas que si se canalizan adecuadamente, no nos traería otra cosa que bienestar.

A. Martínez Sardiñas

Coincidencias e interrogantes

Coincido plenamente con la carta de J. Rodríguez titulada Reversibles han de ser los hombres que viven de la Revolución y los cargos, pudiera haberla firmado yo, hizo lo que no pude hacer, transmitir las ideas desde el corazón hasta la mano para escribir, sin divagar y sin rodeos. Creo que una de las tareas más importantes de la Revolución es la política de cuadros.

¿Cuándo se retomará que el primer requisito para ser cuadro es ser revolucionario demostrado, no decir que lo soy, sino que los trabajadores lo sientan así?

¿Por qué se ve como un defecto el que manifiesta un criterio propio, distinto o al que pone orden y afecta intereses de Fulanito y Menganito?

¿Por qué se ve como un defecto sentirse dueño de su centro de trabajo y defenderlo hasta la saciedad?

¿Por qué vetar de por vida a compañeros que pudieron cometer un error que no fue ni moral, ni de principio y siguen luchando y demostrando su valía? Recuerden al Che y su política de sanciones, el que superaba los errores y demostraba su valía los reincorporaba en nuevas tareas, comprometiéndolos hasta el dar la vida. Nuestra política es la de unir, no de apartar.

¿Es tan difícil ver cuando un cuadro es un verdadero líder?

¿Será que los valores en nuestro subconsciente han cambiado?

¿En cualquier territorio del país no se sabe quién es quién?

¿Hasta cuándo el requisito principal es tener porte y aspecto que no se corresponde con la capacidad o preparación o ser un papagayo que habla y dice con mucha inteligencia lo que quieren oír?

Esas interrogantes considero que vale la pena tratar de respondérnosla en silencio y actuar.

E. Álvarez del Toro

Los tiempos han cambiado

Pienso que es necesario aclarar que cada prohibición que en nuestro país se aplicó, tuvo su por qué en esa ocasión. Nuestras jóvenes generaciones tienen que conocer que ellas no fueron producto del capricho de nadie, ni de la idea descabellada de un grupo de cuadros o alguno en particular, en ningún municipio, provincia o el país; cada cosa realizada estaba relacionada de alguna manera con acciones desestabilizadoras o dañinas para la Revolución y su pueblo y en muchas de ellas estaba la mano enemiga en la sombra, en la oscuridad.

Pero los tiempos han cambiado y debemos ser dialécticos, desapareció el campo socialista y su cooperación y se redobló el bloqueo yanqui, existe una crisis económica mundial y no estamos exentos de ella, las condiciones no son las mismas y nuestras necesidades también cambiaron, por tanto de lo que se trata es de deshacer dichas prohibiciones, con la misma inteligencia y dinamismo, con el que se aplicaron cuando fueron necesarias.

Muchos hemos estimulado a través de esta sección, la necesidad de ampliar el trabajo por cuenta propia en sus diferentes fases, con el orden que requiere y el control adecuado, creo que hay que autorizar y ampliar el mismo con valentía y mente positiva. Siempre he pensado que la limitación en él, debe estar directamente relacionada con el sistema impositivo y la posibilidad de la oferta estatal en las actividades que sean factibles, pues existen servicios que deben estar en manos de cuentapropistas en su totalidad, me refiero a las peluqueras, barberos, zapateros, costureras, fotógrafos, etc., sin llegar a introducir una economía de mercado ni mucho menos, ampliar las posibilidades de aquellos que buscan un complemento al salario por esa vía, la cual puede extenderse a familiares y amigos y prestar un servicio eficiente a la población, beneficiaría considerablemente la calidad de vida.

En general, hay prohibiciones, que generan ilegalidades y algo muy dañino a la sociedad y los valores que ella posee, la corrupción; es preocupante el accionar de algunos inspectores, ya sean de transporte estatal , los integrales u otros, creo que ese ejército creado para controlar, chequear, inspeccionar, reprimir, persuadir, evitar ilegalidades, fraudes, desvíos de recursos, desorden, etc., debe ser revisado con profundidad, pues su objeto social se desvirtúa y su acción deja mucho que desear en algunos casos.

Pienso que el transporte y su circulación, debe ser controlado como siempre se hizo en nuestro país y en el mundo, por la actividad de Tránsito de la PNR con su técnica y profesionalismo y los inspectores del transporte estatal , además de reducirlos y ubicarlos en sectores productivos, pudieran realizar su actividad en las bases de transporte, como se había hecho históricamente en nuestro país; de igual forma un mínimo de inspectores subordinados a las direcciones de Vivienda, Trabajo en el caso de los cuentapropistas, ONAT para el sistema tributario, Higiene, Precios, etc. Harían que el trabajo sea más eficiente, por su profesionalidad, su vasta información del ramo al que pertenecen y responderían por su accionar a dichas direcciones, como se hacía hace unos pocos años atrás, reubicando entonces a los llamados integrales a labores productivas en cada territorio.

No pretendo repetir criterios de otros lectores, expuestos en esta sección, pero creo necesario expresar mi coincidencia con los criterios expuestos el viernes 27 de agosto, por uno de dichos lectores, ¿por qué prohibir el traspaso de los autos, saben cuantos miles de ellos están en manos diferentes a los que se les asignó o adquirieron antes de aplicarse dicha prohibición? ¿Por qué hay que hacer miles de cosas, incluyendo el soborno, muchas de las cuales son ilegales, para poder vender una casa propia a otro ciudadano?, ¿Por qué tengo que dirigirme al mercado campesino a comercializar una caja de ciruelas o mango de mi arboleda y no puedo venderlos en el portal de mi vivienda aunque pague un impuesto por ello?, esas y algunas otras interrogantes, deben ser revisadas y valoradas para que podamos avanzar en nuestro socialismo con firmeza y optimismo.

L. Campoalegre Sánchez

El Moscú no cree en lágrimas

Desde hace más de una década observo a diario, desde mi centro laboral, las ruinas del que un día fue el imponente restaurante Moscú.

Año tras año, la situación en esta zona se torna más peligrosa, pues colindando con las ruinas se desarrolla la vida de varias entidades empresariales, un círculo infantil, una concurrida cafetería, zonas de parqueo y aceras por las que transitan una apreciable cantidad de personas por diversas razones y casi es habitual ver en las tardes a decenas de niños y niñas que aguardan con sus familiares para acceder a los canales educativos a participar en sus diversos programas y clases de danza. Por demás por la calle P hacen su recorrido habitual los ómnibus articulados del transporte urbano.

Hace unos días, en medio de la turbonada y coincidiendo con el horario de salida de los trabajadores, se derrumbó una viga que cayó hacia el interior de las ruinas provocando el desprendimiento de un fragmento de la pared que impactó a una moto allí parqueada. Acudió a los pocos minutos un vehículo de rescate y salvamento de los bomberos y al comprobar que no había daños humanos se retiraron.

¿Por qué continúa la calle P abierta al tráfico de los ómnibus articulados del transporte urbano, con el consiguiente impacto de las vibraciones sobre una estructura a punto de colapsar?

Es cierto que demoler no es sencillo ni barato, pero esto no puede servir de justificación para que no se adopten las medidas por las autoridades competentes. Aún en el interior de las ruinas se mantiene la estructura de acero de varias toneladas de lo que alguna vez soportó el techo de la instalación y que pudiera recuperarse por las entidades de materias primas y costear parte de los gastos de las labores que allí se acometan.

Me consta que la dirección de la entidad donde laboro ha notificado en reiteradas ocasiones esta situación a las instituciones correspondientes del municipio Plaza de la Revolución, sin que se haya recibido respuesta.

J. E. Mederos Fernández

¿Por qué el control de vectores no tiene una acción preventiva más eficaz y sistemática?

Desde hace casi 30 años nuestro país organizó una importante fuerza para el control de vectores. En esa ocasión a raíz de la macabra y criminal introducción del dengue hemorrágico por los Estados Unidos. Durante estos años este contingente ha mantenido su labor, no sin escapar de críticas de la población, por múltiples motivos, y a contrapelo ha tenido que soportar la incomprensión de no pocos ciudadanos que no le permiten el acceso a los hogares, no cumplen con el lapso establecido para abrir las casas una vez fumigadas o incitan a que solo se les firme el Visto y no se revise el inmueble (aunque también a veces ocurre lo contrario).

Sin embargo, esta necesaria labor no siempre cumple con su función de precaver las enfermedades y desgraciadamente vivimos de manera sistemática en movilizaciones masivas de trabajadores (que tienen sus propias tareas productivas y/o de servicios, las cuales se interrumpen o disminuyen al tener que dedicarlas a esta tarea) para combatir la aparición de peligrosos focos. Conozco que a los compañeros dedicados profesionalmente a esta labor, desde hace un tiempo, se les paga un salario bastante superior al de muchos trabajadores manuales e intelectuales, sin embargo, no en todos los lugares su labor es lo sistemática y eficiente que se requiere.

Desde hace más de un mes venimos preocupados por la gran cantidad de mosquitos. Por ejemplo, después de muchas semanas los compañeros dedicados a esta tarea en el Policlínico "Ana Betancourt", en Playa detectaron varios focos de Aedes aegypti en el Instituto Tecnológico de Informática "Pablo de la Torriente Brau", y durante el fin de semana se fumigó exclusivamente ese centro, no así las viviendas vecinas, mientras la alta hierba que crece en su terreno deportivo se mantiene y ahí debe existir un gran reservorio de ese mosquito. Hoy casa a casa avisan a los ciudadanos del consultorio médico que al primer síntoma de fiebre acudan allí. Al respecto me pregunto (utilizando este caso solo como un ejemplo más), ¿hay que esperar que aparezca el peligro para actuar?, ¿si esta tarea es responsabilidad de Salud por qué no tiene una acción preventiva, como el resto de la medicina cubana, más eficaz y sistemática y con ello evitar gastos materiales y financieros combatiendo los vectores?, ¿quién se ocupa en el periodo vacacional para que los centros docentes no se conviertan en focos de vectores que afecten a las poblaciones vecinas o a sus educandos al comienzo del curso escolar?

Creo que esta situación es válida para cualquier lugar del país y uno lo ve en los reportes de nuestros programas informativos. Por tanto, también me pregunto, ¿no es el momento de revisar de raíz el sistema presupuestado de control de vectores para que sea eficiente y proactivo?

T. Sáenz Coopat

Un deber de todos y por el bien de todos

En los últimos tiempos he observado con agrado nuevos spots televisivos de contenido educativo, de buena calidad y con mensajes concretos exhortando a los ciudadanos a exigir sus derechos como consumidor y a enfrentar las indisciplinas sociales, como uno de ellos que trata sobre aquellas personas que desconsideradamente, después de algunas copas, trasladan sus fiestas hacia cualquier esquina del vecindario o sobre el que sirve mal en un establecimiento o el que altera el precio en una tienda o aquel que no contribuye con el pago del ómnibus o el que molesta con sus equipos de música. Considero que es una buena iniciativa y que está en línea con las acciones encaminadas a mejorar la disciplina social que tanta urgencia sabemos tiene.

No obstante, considero que se debe profundizar en el contenido y alcance de estos programas donde se pueda ver también la responsabilidad que tienen las autoridades en cada uno de estos casos.

El ciudadano debe contribuir, es cierto, como en general siempre ha hecho, pero más que eso, considero, que hace falta la exigencia oportuna y severa de la Policía, los administradores, los inspectores y otros funcionarios que siendo estas sus funciones no las cumplen sistemáticamente no tomándose las medidas necesarias con los que de forma reiterada y muchas veces impunemente violan las leyes y el orden social establecido.

Ese mismo spot sobre las personas de la fiesta, donde tan noblemente se resuelve el problema, todos sabemos que en la realidad no ocurre así. Generalmente estas situaciones devienen conflictos de impredecibles consecuencias y por estas razones, los ciudadanos tratan de evitarlos y optan por soportarlos. De igual forma ocurre con el que se queja en la tienda, generalmente no sucede nada, es decir, estas situaciones se repiten cotidianamente y se pierde la confianza en la solución y en las autoridades que se supone representan al pueblo.

Este es un tema muy complejo, difícil de erradicar y tenemos que librar, todos, esta batalla y en primer lugar, los responsables de estas funciones. Cuando esto ocurra; estoy seguro que se tendrá todo el apoyo de nuestra ciudadanía, que en definitiva es la que sufre las peores consecuencias

Las quejas justas deben ser sagradas y no se deben resolver, a mi juicio, en el mismo lugar ni con las mismas personas donde se originan, ya que por lo general prima la justificación y se maltrata al que la hace. Creo que este problema de la indisciplina merece ser tratado con mayor fuerza y en su justa medida con todos sus actores, hacerlo es un deber de todos y por el bien de todos.. Cumplir lo establecido requiere de exigencia y sistematicidad, cada quien en la parte que le corresponde. A eso nos ha llamado el compañero Raúl¼ No basta con repetirlo, hagámoslo realidad.

R. Roque González

Un plomazo

De un plomazo morimos de hemorragia, pero por plomo la muerte nos llega más lenta. El plomo, por su toxicidad, está junto con el arsénico y el mercurio entre los metales más dañinos a la humanidad. El plomo es el que mayor presencia está ganando cada día en nuestras calles y en el hogar. La mayoría de los acumuladores se ven volcados en las aceras, solares o parterres; otros están, ya sin ácido, esperando en garajes o fuera de estos.

Hay desconocimiento del manejo de este desecho peligroso, tanto el ácido sulfúrico que contiene sales de plomo como el plomo metálico que tiene sus rejillas y bornes, son tóxicos.

Un ejemplo de negligencia es que en una resolución del transporte orientan, textualmente como sigue: ¼ contar con agua corriente para neutralizar las acciones del ácido sulfúrico o electrolito en caso de derramamiento en el local destinado al mantenimiento y reparación de las baterías de acumuladores. Con cuánta agua hay que contar para neutralizar un ácido al 37 %, lo recomendado es echar arena cálcica. ¿Acaso es la práctica más aconsejable? Antes del derrame está el trabajo sobre las causas de las fugas y los diversos medios de retención; después están los medios para el control del derrame su recogida, limpieza y neutralización, pero nunca el agua.

Los acumuladores de plomo no son una lata de aluminio, son mucho más que un frasco de vidrio que puede cortarnos; contiene plomo que causa desde el retraso mental en niños hasta la muerte, su enfermedad profesional hace siglos lleva un nombre "saturnismo".

Ya se logró que las gasolinas no contuvieran plomo, la reducción en nuestros barrios solo se logrará si optamos por el transporte público (reduciendo el número de vehículos pequeños) y por una divulgación completa de los cuidados para el manejo de los acumuladores de plomo. Costará más trabajo reciclarlos pero tendremos más salud, seamos responsables.

A. Vera Blanco

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