Publicadas
el 13 de agosto de 2010
Inquietudes acerca del tema energía renovable
Se habla mucho del ahorro de energía, de los planes
de ahorro; pero no se habla acerca de la utilización de fuentes
renovables de energía, que pueden suplir estas necesidades.
Actualmente existen estudios de potencialidades,
beneficios y costos.
Pero por encima de cualquier propuesta de inversión
que se realice en función del ahorro de energía, las respuestas a
este tema son: no hay presupuesto, los estudios se realizan en
divisas con las cuales no contamos, primero hay que contar con el
ministerio, entre otras respuestas evasivas que nos dan.
Entonces para qué contar con el presupuesto de
inversión si no lo sabemos aprovechar, y en muchas ocasiones no
sabemos qué hacer con él, si no es una directiva ministerial o
estatal la que nos obliga a utilizarlo en función de la energía
alternativa.
Si actualmente se están realizando maestrías en
Eficiencia Energética, y cuentan con el criterio de expertos, ¿por
qué no darles aplicación práctica, en vez de engavetarlas como hacen
muchas empresas?
¿Por qué no generalizar los Centros de Procesamiento
de Residuos Sólidos Urbanos (CEPRU), que garantizan la
sostenibilidad urbana, sanitaria y ambiental en las ciudades
cubanas?
Potenciar el biogás, que nada nos cuesta, recoger el
estiércol, obtener energía, agua y bioabono.
¿Por qué no se multa a las entidades contaminantes,
que pueden aprovechar sus residuos y utilizarlos en beneficio propio
y de la sociedad?
D. Rodríguez Alarcón
Reversibles han de ser los hombres que viven de la
Revolución y de los cargos
Soy una fiel seguidora de esta sección, pues me
parece que las cartas que se envían tienen opiniones muy valiosas,
quizás algunas exageran un poco determinados problemas, con espíritu
hipercrítico, pero la gran mayoría de las personas que escriben aman
a la Revolución, a sus dirigentes históricos, respetan a los que
cayeron, a los familiares de esos mártires que deseaban ver a Cuba
libre, a las personas humildes que día a día, desde el anonimato en
estos 52 años han escrito páginas heroicas, sin pedir nada a cambio.
Pienso que los que escriben, están buscando cómo
preservar las conquistas de la Revolución, cómo lograr que nuestro
Socialismo pueda satisfacer las necesidades del hombre, sin lucro,
pero con calidad. Para mí, están diciendo lo que hace tiempo querían
expresar, y no encontraban el espacio, por autocensura, temor a
represalias, porque son testigos del sufrir de compañeros que por
dar una opinión diferente a la de algún jefe, han sido tildados de
conflictivos, y han sido quitados del camino, por conveniencia de
alguien, que se olvida de que esta Revolución es por los humildes y
para los humildes, que aquí quien dirige es el pueblo, que es el que
nunca se equivoca.
Estoy de acuerdo con los que han tratado temas como
la gastronomía, la necesidad de transformaciones profundas en la
economía, pero me solidarizo mucho más con los que se van por la
necesidad de fortalecer los valores, y por cómo lograr una política
de cuadros certera, pues para que todo lo demás funcione como es,
estos dos aspectos tienen que andar muy bien, y desgraciadamente,
para mí, no alcanzan esa categoría.
Cuando no se cumple lo regulado para la designación
de un funcionario o su reserva, lamentablemente encontramos ejemplos
de integrantes de esa reserva, y de los que ocupan cargos, que
fueron seleccionados por amiguismo, lazos familiares, nepotismo; por
escoger al que no haga sombra, a los que adulan, o no tienen
criterio propio, al que se pliega, al que no hace la crítica
oportuna, y no se ha tenido en cuenta la inteligencia, ejemplaridad,
aptitudes, actitudes y la abnegación de otros meritorios, de uno y
otro sexos. Cuando esto sucede ¿cómo andan los valores honestidad y
responsabilidad?
Cuando se incumple esa política, encontramos quienes
dirigen imponiéndose a la inteligencia colectiva; apartan a
compañeros valiosos.
Esos llamados "cuadros" son triángulos hirientes, y
pongo en duda hasta su patriotismo, su espíritu de solidaridad y
fidelidad.
Es por esto y otros antivalores, que sugiero a la
dirección del país priorice la efectividad y calidad de la política
de Cuadros, para evitar lo que vislumbraba Fidel cuando en el Aula
Magna de la Universidad de la Habana planteó que la Revolución
podría ser reversible, no por causas externas, sino por mal proceder
de los que dirigen, sabias esas palabras, pues un mal cuadro hace
más daño a la Revolución que el que ya se ha declarado enemigo,
perjudica más que el vago, es más ladrón que el que sustrae los
productos, a veces en complicidad con él o porque no controla.
Un mal jefe lejos de unir y sumar en torno a la
Revolución, lo que hace es dividir, generar bretes, chismes y crear
expectativas de pérdida de credibilidad, además es ejemplo negativo
en su colectivo laboral y en la comunidad, quita los deseos de
seguir luchando, pues se confabula con los que "no cogen lucha".
Para los que no quieren escuchar criterios de sus
subordinados, es bueno que también tengan presentes las palabras de
Raúl cuando dijo "que en Cuba es necesaria la crítica oportuna de
los revolucionarios, siempre desde las trincheras de la Revolución,
yo les recomendaría también que de vez en cuando canten la
Internacional para que interioricen la estrofa que dice: tenemos que
ser los obreros los que guiemos el tren, y los que agrupemos a todos
en los valores y las buenas conductas".
Disculpen, pero cuando ya pensaba despedirme, leo en
el periódico Granma del 21 de julio unas palabras de Fidel
pronunciadas el 26 de agosto de 1966, y dicen: "Y cuando piensen en
alguien, cuando piensen en los hombres a los que promuevan para
ocupar responsabilidades, pregúntense siempre si este hombre cuando
tenga atribuciones, cuando tenga facultades, no se le suben los
humos a la cabeza, si ese hombre es hombre apto para disponer del
poder. Porque abusador del poder había muchos en el mundo; hombres
que lo ejerciten con seriedad desgraciadamente muy pocos". Entonces
¿por qué no seguimos su pensamiento y sus enseñanzas?, es una
necesidad imperiosa rectificar políticas, consolidar y fomentar
valores, en la misma medida en que se ha de poner como principio la
destitución del cargo de los que viven de la Revolución con su mal
proceder.
La Revolución cubana y nuestro socialismo nunca
deben ser reversibles, reversibles han de ser los hombres que viven
de la Revolución y de los cargos.
J. Rodríguez
El intermediario
He leído la opinión del compañero F. Rubido
Betancour, publicada el 16 de julio y me he decidido a dar la mía.
Creo que debemos diferenciar dos entes sociales: el
primero, el ciudadano que va al campesino, compra una cantidad de
productos del agro y viene a venderlos, y el segundo, el que vende
pasta de dientes, íntimas, etc., etc.
El segundo ente está vendiendo el producto de un
robo, porque esos artículos se producen solo en entidades estatales
o se importan y tienen su forma de comercialización que no es esa.
Este puede tener una denominación (el pueblo lo denomina merolico),
pero no es intermediario. Estoy de acuerdo en que eso es deplorable
y que con eso hay que acabar. Ahora: ¿cómo acabar? No creo que
contra el vendedor debamos concentrar todo nuestro descontento, más
bien creo que debemos acabar con el que se deja robar y peor aún,
cuando es posible que parte del dinero que paga el pueblo vaya al
bolsillo del corrupto que tomó lo que el Estado puso bajo su
custodia para tal felonía. Téngase en cuenta también que en
ocasiones para esta actividad se aprovechan fisuras en nuestro
sistema de abastecimiento, y en otras se venden los productos por
debajo del precio del mercado para salir rápido de ellos.
En el primero de los casos mencionados, considero
que el intermediario existe desde que existe el mercado. La venta y
la producción coinciden en tiempo, por lo que el que produce no
puede vender. En las sociedades actuales el mercado es complejo y
nuestra sociedad es una de ellas, el que vende y el que produce no
pueden estar al tanto de los giros del mercado. Tiene que haber un
intermediario con una importantísima misión. Es el que regula lo que
se produce y dónde se vende, en el caso de los productos
agropecuarios.
Escuché hace poco, en una feria en el Reparto
Miraflores del municipio de Boyeros, cómo se quejaba un campesino
con un camión donde lo que predominaba era el plátano porque allí
todos los patios estaban sembrados de esa vianda. También recordemos
hace unos años las enormes cosechas de sagú, de zanahorias o aquel
año en que las coles se les tiraron a las vacas.
Entonces, no se trata de eliminar al intermediario,
sino de crear un intermediario revolucionario, socialista.
Recordemos que el sistema "de acopio" no era más que un
intermediario que por varias razones nunca funcionó bien. Busquemos
lo que ahí nos falta, el intermediario tiene que existir, el asunto
es que exista como lo necesitamos y no de otra forma.
Y por último: en el mercado de oferta y demanda,
nadie aumenta artificialmente los precios, todo lo que sale se vende
a esos precios porque hay quien lo compra, y los que tienen esa
posibilidad compran todo lo que sale. El día que salga una cantidad
superior a la que necesitan esos que la pueden pagar a esos precios
altos, al resto tienen que bajarle el precio porque lo pierden.
Entonces los precios los sube la baja producción y los baja la mayor
producción.
N. Aloy Torres
Cuestiones que no se entienden
Leo todas las semanas la sección Cartas a la
dirección, la cual considero una vía para esclarecer y ayudar a
resolver cuestiones que están sucediendo hoy en nuestra sociedad y
que por no contar con una información clara y convincente del
fenómeno no se entiende por una parte de la población.
Se trata de que hace unos años en las plantas del
Grupo Industrial División de Equipos y Piezas (DIVEP), se desarman
vehículos en buen estado, vendiendo los motores, piezas y agregados
y picando las carrocerías (nuevas) enviando estas para materias
primas. Esos motores, piezas y agregados van a sustituir por lo
general la de los carros que continúan su explotación desde hace más
de 30 ó 40 años y que por demás el estado de la carrocería,
rodamientos, sistema de frenos es deficiente por el tiempo de uso y
su desgaste, obligando a realizar adaptaciones (inventos) que muchas
veces son causa de accidentes con la consiguiente pérdida de
recursos y vidas humanas.
Según tengo entendido, en el DIVEP de la provincia
de Pinar del Río en estos momentos se están desarmando camiones IFA
de procedencia alemana que no habían rodado y se encontraban como
reservas.
¿Cómo entender que con tantas dificultades
económicas y financieras que tiene el país nos demos el lujo de
picar los carros que todavía pueden tener un periodo mayor de
explotación?
¿Por qué teniendo las instituciones y organismos del
Estado un parque de vehículos de 40 o más años de explotación, estos
no son sustituidos por los que hoy son retirados con muchas más
posibilidades y el consiguiente ahorro de recursos y de evitar
pérdidas humanas?
H. Frómeta Casas
La Odisea de nuestra era
Ha pasado ya más de un año (viernes 6/3/09) desde
que R. González Hernández expresó en esta leída sección su
preocupación titulada: ¿Se aprovecha el potencial científico?
transcurridos algunos meses sin la más mínima respuesta, otro
compañero, F. Artigas Fuentes, abordó el tema nuevamente, y ahora,
al cabo de otros meses de silencio, decido opinar al respecto, pues
el problema sigue sin solución.
Con el derroche de sencillez y modestia que
caracteriza a nuestros científicos, estos compañeros lamentan la
falta de una política editorial que estimule la producción literaria
de obras científico-técnicas para que los cubanos no nos llevemos a
la tumba conocimientos y experiencias adquiridos durante muchos años
de ejercicio profesional.
Digo más, resulta contradictorio que nuestra
Revolución haya invertido y, a pesar de las dificultades, aún
invierte cuantiosos recursos de todo tipo para formar profesionales
de la técnica y luego vamos a caer en las manos de la burocracia que
flota en los organismos y a diferentes niveles, que no nos usa, que
no necesita escuchar nuestros criterios técnicos, pues todas las
posibles soluciones ya están "colegiadas eficazmente".
La vida nos ha demostrado, por estas y otras
razones, que la preocupación de los compañeros antes mencionados,
hace tiempo es un hecho, y de una manera u otra, es preocupación
común entre los profesionales que hemos dedicado muchísimas horas de
descanso a escribir con la esperanza de llevar como herramientas, el
conocimiento y la experiencia al puesto de trabajo de obreros y
técnicos.
Así como están las cosas, tendremos profesionales de
las Ciencias Técnicas llenos de conocimientos de la bella e
imprescindible Historia, del placer y la sensibilidad de las Artes;
pero desgraciadamente emplearán demasiado tiempo en descubrir que la
rueda, la palanca y el tornillo rosca izquierda, ya existen desde
hace siglos.
¿Por qué no existe Literatura Técnica en las Ferias
del Libro? ¿Por qué los operarios y técnicos del sector productivo
tienen que consultar (si lo encuentran) algún que otro libro
extranjero cuya primera edición data de antes de la Segunda Guerra
Mundial, sin embargo, existe información, también muy buena y
actualizada, en manos de científicos e ingenieros del patio deseosos
de no morir con ella? ¿Por qué si un autor de Literatura
Científico-Técnica, de esta era, intenta publicar su obra necesaria,
tiene que vivir una odisea tan brutal como la de Ulises?
A. J. Ramos
¿Se derogó o modificó el Decreto Ley 260/08?
Mi nombre es Sobeida Rodríguez Salazar, y le escribo
con el objetivo de discrepar con un hecho que considero arbitrario e
inconsciente.
Soy Licenciada en Educación con 43 años en el
sector, de ellos más de 30 años laborando en zonas rurales de
difícil acceso.
En los últimos años he laborado en la escuela
primaria Juan Sigas Barro, en el municipio de Palma Soriano, de la
provincia de Santiago de Cuba.
En todos estos años mi trabajo ha sido evaluado
positivamente y he resultado vanguardia nacional en una ocasión y
varias veces destacada, en condiciones de trabajo muchas veces
adversas e impartiendo varias asignaturas y grados al mismo tiempo,
solo impulsada por el amor a mi profesión.
Mi jubilación en el año 2009 tuvo lugar un año
después de poner en vigor el Decreto Ley 260/08 sobre la
reincorporación de jubilados para hacerle frente a la crítica
situación existente por la falta de maestros y profesores en los
diferentes niveles de enseñanza; desde entonces y al igual que
muchos colegas nos reincorporamos a la docencia.
El problema radica en lo siguiente: en la etapa
final del recién concluido curso escolar, la dirección de nuestra
escuela nos informa que debido a la masiva graduación de nuevos
maestros era muy difícil continuar con maestros reincorporados el
siguiente curso, porque los nuevos egresados no tenían ubicación,
según había comunicado el director de la enseñanza primaria de la
Dirección Municipal de Educación en el territorio (DME).
Posteriormente, el compañero José Castellano,
funcionario de la DME que dio la indicación, me confirma la
información dada por la dirección de la escuela.
¿Es justo que con la graduación masiva de maestros,
echemos a un lado a los que siempre estuvieron dando el paso al
frente, haciendo el camino al conocimiento a varias generaciones de
cubanos? ¿Se derogó o modificó el Decreto Ley 260/08? ¿Es esta una
orientación del MINED?
S. Rodríguez Salazar
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