Publicadas el 23 de julio de 2010

¿Estatal o no Estatal?

El debate que hace varios meses se desarrolla en las páginas de los viernes de Granma, sobre las formas de cómo realizar las transformaciones que necesita nuestro modelo para salir de la encrucijada actual, muestra la diversidad de criterios y opiniones existentes.

Se ratifica que ante momentos de transformaciones, la consulta popular, y esta es una forma de ella, sigue siendo un método importante, tanto para conocer, como consolidar la unidad, en medio de la diversidad.

El debate sobre el perfeccionamiento de la gestión económica y la calidad de la producción y los servicios se ha dirigido rápidamente hacia el área de gastronomía, servicios personales, y otras actividades de la llamada pequeña producción mercantil.

En un país con insuficiente desarrollo de sus fuerzas productivas, es decir de su población, sus medios y objetos de trabajo, la organización de la producción y los servicios en pequeña escala, asociado por lo general a la propiedad personal sobre los medios de trabajo, y el trabajo personal y de familiares e incluso asalariados, es una necesidad. En nuestro país existió hasta finales de los 60 antes de ser eliminada por tendencias que idealizaban el rápido tránsito a formas "socialistas" de la producción (ver I Congreso del Partido). En la década de los 90 se desarrolló con la ampliación de alcance del trabajo por cuenta propia.

El Gobierno Revolucionario tiene que concentrarse en organizar y garantizar que funcionen los denominados medios fundamentales de producción, el sector que genera fondos exportables, la electricidad, las comunicaciones, la banca, la infraestructura. Por tanto, teórica y prácticamente, es válido potenciar el uso y alcance de estas formas de producción.

Pero no debemos repetir errores propios o foráneos. Si no existe un mercado para la adquisición de insumos y otros medios de trabajo, rápidamente se incrementarán el robo y desvío de recursos en las entidades estatales o de cualquier tipo que los posean. Si no se establece un mecanismo impositivo, de forma que si los ingresos empiezan a crecer, se redistribuya y aporten proporcionalmente a la sociedad, aparecerá una desigualdad que se traducirá en conflictos sociales. Igualmente cuando el "pequeño" propietario o empresario deje de trabajar y contrate a más de cuatro personas para que trabajen para él, estaremos en presencia de contrariedades, y las deformaciones son más peligrosas, sobre todo con un vecino que estará atento a cualquier posibilidad de revertir nuestro sistema social.

Por otro lado, y es más importante, ¿quién ha dicho que la propiedad estatal tiene que ser, por definición, ineficiente, burocrática, desmotivadora?

¿Por qué no se fija el encargo estatal y a partir de ahí, y una vez pagado el impuesto correspondiente, incluyendo un retorno de un 10-15% sobre la inversión al Estado dueño, se puede disponer por la empresa de esos recursos para nuevas inversiones y retribuir a los trabajadores?

¿Por qué no se puede crear un fondo de estimulación por resultados excepcionales?

¿Por qué no se puede determinar la cantidad de trabajadores necesarios, y entonces aplicar salarios diferenciados dentro de la empresa, siempre que se cumplan los aportes a la sociedad?

La clave pasa por organizar la producción en áreas, segmentos, colectivos de trabajo que contablemente registren sus ingresos y gastos (para asegurar el control), posean una fórmula para correlacionar ingresos con los resultados económicos, y un sistema de evaluación del desempeño, sin olvidar un jefe líder.

Con lo anterior, quiero subrayar que la propiedad estatal hay que perfeccionarla también. El Perfeccionamiento Empresarial es una vía, una dirección, pero no abarca aún a la totalidad de las entidades.

Al mismo tiempo, aunque en el mundo que nos rodea hay cientos de miles de pequeñas empresas, sobre todo en comercio y gastronomía, quienes marcan la pauta y las que se desarrollan son las grandes empresas como McDonald's y otras.

¿Cuál es la diferencia entre una transnacional y el Estado Socialista? La forma de repartir las utilidades, en beneficio de quién, políticas de organización del trabajo, salarios y seguridad social. En resumen, en la forma en que se implementa la apropiación de los resultados del trabajo. La propiedad estatal socialista puede, y debe ser perfeccionada, ella es la clave del desarrollo.

N. Labrada Fernández

El Estado cubano: de yunque a martillo

Aplicando el concepto Revolución que nos definió Fidel, debemos cambiar todo lo que sea necesario ser cambiado y la demostración de Marx, la fuente de plusvalía está en el trabajo, ya que le impregna el valor agregado a la mercancía, debemos entonces comprender todos, que las cosas no pueden continuar como hasta ahora y ese cambio nos toca a los cubanos que vivimos en el caimán con sus islas y pedraplenes en el modelo socialista marxista-leninista que define nuestra sociedad constitucionalmente.

Hoy el Estado es yunque, pues como responsable de todo, responde por las insuficiencias de todo y se le juzga más por los desaciertos que por los aciertos en el plano nacional, por adeptos e inconformes, e internacionalmente, por los enemigos de la Revolución que quieren hacer ver al mundo la ineficiencia de nuestra economía, cuando son ellos los que han hecho todo para entorpecer y hacer fracasar nuestro proyecto de país éticamente humanitario y con beneficio social para todos desde hace más de 50 años.

Si quienes administramos, producimos resultados y realizamos los servicios somos los cubanos, propietarios de los medios de producción, y el Estado cubano nos representa, ¿por qué los que actúan negligentemente, corruptamente, no son los que responden por los malos resultados?

Ante la opinión pública es el Estado el ineficiente y tanto en las asambleas de rendición de cuenta como en las conversaciones informales entre nosotros mismos, responsabilizamos al representante de la propiedad social; sin embargo, cambian las administraciones y se vuelven a repetir con los mismos colectivos las insuficiencias y las justificaciones a mi juicio por la falta de sentido de pertenencia con los medios de producción y los resultados. Eso demuestra que el Estado es yunque.

Se hace imprescindible producir el cambio para que el Estado pase a ser martillo.

A mi juicio, no debemos discutir la propiedad de los medios de producción que posee actualmente el pueblo, aunque sí debe cambiar cómo administrarse, enrolar el colectivo productor y la participación en la realización de los resultados, así como responder los responsables por los aciertos y desaciertos de esos resultados.

Pienso que la administración debe ser designada por las estructuras institucionales representantes del Estado acorde al nivel de subordinación de cada centro de producción o servicio, el colectivo laboral debe responder a las exigencias de cada descriptor de cargo; operacionalmente, recibir mediante créditos bancarios el financiamiento de puesta en marcha para la adquisición de materia prima, salarios y recaudos operacionales del proceso productivo o de servicios y con las utilidades de los resultados asumir la cancelación del crédito operacional, pagar los impuestos y distribuir los excedentes basado en el acuerdo colectivo previamente adoptado con el representante estatal y la Central de Trabajadores de Cuba, supervisado por las estructuras del Partido.

Así el Estado exige por lo que adelanta, las buenas prácticas de producción y servicios, la calidad del resultado y la satisfacción del consumidor. El Estado así pasa a ser martillo.

Colectivo laboral que no satisfaga las exigencias se debe sustituir parcial o totalmente según corresponda, porque se enrola por oposición curricular, las contrataciones deben ser a tiempo finito, renovables anualmente a partir de la evaluación de competencia y desempeño mensual, avalada por un comité científico-técnico.

Soy partidario de la creación de la pequeña empresa autofinanciada con capital personal en sectores como el transporte público, el comercio, la gastronomía, la preparación de tierras, la producción agropecuaria, los servicios personales, reparación doméstica y las construcciones por encargo de autoesfuerzo, con los impuestos deslizantes acorde al nivel de los ingresos y de iniciativa personal y familiar para evitar la explotación del hombre por el hombre.

El Estado facilita créditos bancarios para el financiamiento operacional de empresas de propiedad cooperativa, que se deben nutrir de los recursos humanos provenientes de la racionalización de las plantillas del aparato burocrático de las instituciones estatales actuales a todos los niveles, y los nuevos graduados de los diferentes niveles de enseñanza del país completarían las formas de propiedad y producción y servicios en esta nueva etapa.

La contribución de todos los trabajadores estatales, individuales y cooperativos al Fondo de seguro social debe ser proporcional a los ingresos que percibe, pues el envejecimiento de la población cubana exige que el Estado sea apoyado por el aporte de cada futuro beneficiado.

La fiscalización continua y aplicación estricta de la ley que requiere ajustarse para implementar estas propuestas, permitirán en este nuevo desafío de cambio la búsqueda de la autosuficiencia económica sostenible en el tiempo y convertirán finalmente al Estado cubano de yunque a martillo en bien de toda la sociedad cubana.

J. P. Granados Tápanes

La odisea de las bicicletas eléctricas

Hace aproximadamente unos dos años comenzaron a venderse en la red de tiendas en divisa bicicletas eléctricas de las marcas Forza y Combat, suministradas por la entidad Provari. A pesar de sus altos precios de venta, miles de ciudadanos hicimos el esfuerzo y pudimos comprarlas. Durante algún tiempo se garantizó el servicio postventa de garantía.

Paralelo a ello y como una oferta más, Habaguanex había abierto en la tienda El Orbe, un departamento para la venta de piezas de repuesto. Parecía que todo iba a funcionar bien, pero al fin, llegó lo que casi siempre nos sucede: falta del aseguramiento técnico necesario.

Al no comercializarse en estos momentos bicicletas eléctricas por Provari, se cerró el taller que estaba situado en la carretera de Calabazar y que era nuestro último respiro. Por otro lado, la tienda El Orbe está desabastecida por completo en piezas de repuesto para bicicletas eléctricas, pues precisamente era a Provari a la que Habaguanex le compraba las piezas.

En estos momentos se ha creado un malestar y un problema en los que compramos este tipo de bicicleta. Vuelve a repetirse la misma película que ya ha sucedido con otras cosas, no se previó el aseguramiento técnico postventa. Los propietarios de este medio, que ya tenemos un año aproximadamente de rodar la bicicleta eléctrica, ya tenemos que pararla por falta de baterías. En la medida que se vayan averiando otros componentes, no hay cómo reponerlos.

Ahora, por el momento, la única opción existente, si queremos que nuestra bicicleta eléctrica siga funcionando, es acudir a resolverlo todo por la "izquierda". Pues lamentablemente de una forma u otra, por la izquierda empiezan a aparecer baterías, gomas, cajas reguladoras, en fin, de todo. Entonces, por un lado estamos combatiendo la ilegalidad, y por otro lado se crean todas las condiciones favorables para que la ilegalidad siga prosperando. Ojo, el resolver por la izquierda, ya casi se ha convertido en una cosa natural. Y ese mal no se eliminará hasta que no se combatan las causas y no la enfermedad.

En nuestro país, toda la red comercial y la estrategia de venta pertenecen al Estado, las entidades que vendieron estas bicicletas eléctricas son del Estado, entonces mi pregunta, ¿por qué el Estado no garantiza este aseguramiento, mucho más aún cuando representa un negocio económico para el propio Estado y un beneficio para miles de cubanos? Después que tantos y tantos ciudadanos pagamos cifras cercanas a los 1 000 y más CUC por una bicicleta eléctrica, ahora nos quedamos como se dice popularmente ¡embarcados! ¿Alguien podría darnos respuesta y más que respuesta, solución?

G. M. Blanco Pérez

Situaciones que presentan los cajeros automáticos

A continuación les expongo a modo de crítica, las situaciones inadmisibles que se están dando con la red de cajeros automáticos distribuidos en Ciudad de la Habana:

Hago uso de este servicio por más de cinco años y nunca lo he visto tan crítico como ahora; si bien es cierto que se ha ampliado de forma considerable, no hay justificación posible para lo que sucedió los días 8, 9, 10 y 11 de julio, días estos de gran demanda por cobrar organismos de gran masa de trabajadores. Por ejemplo los dos cajeros que se encuentran en el intermitente del Diezmero y los dos de la Calzada de Güines, en el Banco frente a la conocida tienda Los Jazmines, permanecieron fuera de servicio estos días, obligando a los usuarios residentes en las zonas próximas al Diezmero a trasladarse a la Virgen del Camino y allí encontrarse que de los dos cajeros que hay en el banco solo uno funcionaba, formándose una gran aglomeración frente a estos; situaciones parecidas sucedieron en distintas zonas de Ciudad de la Habana, trayendo irritación en la población que hace uso de este importante medio de cobro.

Nos preguntamos si es tan difícil mantener estos equipos funcionando, si acaso no es posible prestar este servicio con eficiencia, sin crear comentarios e irritación justificada en los que lo utilizamos.

S. Cabrera Martín

La realización económica de la propiedad social

Recientemente leí que un periodista se preguntaba cuándo fue la primera vez que en Cuba socialista se maltrató a un cliente o cuándo fue la primera vez que un "pipero" le echó agua a la cerveza. A ello pudiera agregarse cuándo los empresarios cubanos tendrán la suficiente independencia de tal forma que no esperen instrucciones de "arriba" sino que utilicen los informes de los balances económicos como un instrumento de trabajo que es; o cuándo los trabajadores podrán decidir si en su centro laboral se arreglará el carro del jefe o se comprarán medios de protección.

Está claro que Lenin previó esta situación cuando dijo que "después de la socialización de los medios de producción la dificultad principal residiría precisamente en el terreno económico, es decir, llevar en todas partes una contabilidad y un control riguroso de la producción así como la distribución de los productos, aumentar la productividad del trabajo. En otras palabras: socializar la producción en la práctica". Pero es que para socializar en la práctica la producción hay que haber creado sentido de pertenencia en los trabajadores y del pueblo en general o lo que es lo mismo: lograr la realización económica de la propiedad social lo cual en la Cuba de hoy todavía está muy lejos de ser real ya que: en las asambleas de producción, los números de los balances económicos son "fríos" y sin la necesaria comprensión para un real análisis de los obreros; en estas asambleas los trabajadores se reúnen para ser "informados" pero no para "debatir y decidir" sobre los planes económicos, los gastos de la entidad o cómo aumentar las ganancias y la productividad de su centro laboral y por otro lado los electores desconocen en qué se gasta el presupuesto de cada gobierno local y el pueblo desconoce las empresas no rentables y las medidas adoptadas para resolver esta no rentabilidad.

Esta situación tiene que cambiar. Es decir, no es pensando en las privatizaciones de la gastronomía como se resuelve la situación económica en Cuba ya que todo reside en el poder real de pertenencia que perciba el pueblo. Además, ¿privatizando la gastronomía resolveremos la situación de ineficiencia que existe en los centrales, en la industria maderera, en la agricultura, en el turismo o en los servicios en general? Las dificultades económicas pasadas, presentes y futuras están y estarán dadas por la no realización económica de la propiedad social ya que se conoce que la propiedad es el fundamento económico del cual dependen directamente las relaciones de producción, distribución, cambio y consumo, en fin, las relaciones sociales de producción que establecen los hombres en determinado momento de un ciclo productivo, es decir, para que existan relaciones sociales socialistas de producción tiene que existir esta realización económica.

Hay que lograr que los trabajadores tengan un estricto control y conocimiento de los bienes de producción y servicios de su centro laboral, incluso, que las inversiones se planifiquen de tal forma que todo "propietario social" constate que es su dinero el que se está gastando en determinada infraestructura y por lo tanto se sienta impulsado a pedir cuenta por los atrasos constructivos y por los gastos excesivos en el proceso de ejecución. Hay que poner en función los mecanismos establecidos de tal forma que los trabajadores y pueblo en general conozcan y puedan decidir sobre cada centavo que se gasta, sobre cada ladrillo a colocar o sobre cada silla que cause baja; es tan importante conocer si en la contabilidad de una entidad está bien asentada la baja de un camión, como conocer si los trabajadores pudieron decidir en la referida baja. Tiene que ser así pues mientras exista un añejo salidero de agua, un producto agrícola pudriéndose por la no comercialización o un pedazo de tierra sin cultivar: ¡la propiedad social resultará ser "de nadie"!: una de las causas del derrumbe del modelo de socialismo eurosoviético.

La forma efectiva de resolver todo lo anterior es recordando que Carlos Marx dijo: "el derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni el desarrollo cultural por ella condicionado"; y que "una propiedad que no se realice no es una relación económica y es similar a un capital que no produzca plusvalía: es un capital en potencia pero no es capital hasta que no se invierte para producirla", y mientras, apliquemos lo expresado por Fidel cuando dijo: "hace falta que los políticos conozcan más de economía y los economistas aprendan más de política", y que "tener un título no quiere decir que se tenga derecho a tener un trabajo en correspondencia a él".

Pero sobre todas las cosas, cumplir con lo planteado por el Comandante en Jefe en 1962 cuando se concibió el primer Plan Anual del país:

a).-Lograr una participación efectiva de los trabajadores en la toma de decisiones relacionadas con el proceso productivo.

b).-Lograr una efectiva educación económica y política de los trabajadores.

c).-Que el trabajador constate diariamente la posibilidad y la necesidad de desplegar al máximo todas sus capacidades en aras del interés común y en el suyo propio.

A. Manso Borges

La mentira se cosecha en la base pero…

El General de Ejército Raúl Castro Ruz se ha referido en varias ocasiones a los efectos nocivos provocados por la mentira. Somos muchos, tal vez demasiados los que en ocasiones somos víctimas o victimarios de la mentira, casi siempre escondida bajo un manto piadoso que además nos hace creer que somos buenos seres humanos.

No pocas veces hemos tenido que mentir para que nuestra organización salga bien en un control, mantenga o alcance un lugar decoroso en la emulación que casi siempre apellidamos como "socialista" o porque se nos ha dicho que nadie va a resolver nuestros problemas.

Considero que la mentira aunque se diga para lograr un fin "positivo" para el colectivo o para no dañar a otras personas, no deja de sembrar su cuota de antivalor, mucho más si esta práctica es observada o ejecutada por adolescentes y jóvenes que van formando su carácter a partir de las influencias que le llegan del medio.

Si les decimos lo que pueden o no plantear a los visitantes de una escuela o centro laboral, si les orientamos esconder datos o alterar resultados, esto sin dudas debe producir un efecto nocivo mayor que el bienestar pasajero que provocan los resultados "positivos" en una visita o en la mencionada emulación, pues una vez concluido este momento, la doble moral que se inculcó, se incorpora también en el propio funcionamiento interno de la organización como una conducta individual y colectiva o un estilo de trabajo.

No pocas veces la mentira ha venido en ayuda para justificar los planes de producción o servicios de entidades laborales y gracias a ella se han cumplido, sin el lógico resultado real para el cual fueron concebidos. O cuando la mentira no alcanza para concretarlos, entonces aparece como salvadora de la nueva etapa, es decir en forma de compromiso, es cierto que no pudimos cumplir, por las razones ya "explicadas", pero nosotros nos comprometemos que este año sí lo vamos a cumplir porque se tomarán las medidas, etc, etc.

Es cierto que la mentira se cosecha en la base, pero considero que la semilla se siembra, en la mayoría de los casos, en los niveles superiores de dirección, creo que el nivel que se deje engañar es porque le conviene que eso suceda, pues si se realiza el control que se orienta y que en algunos casos se ejecuta "al menos en papeles", se podrá apreciar la veracidad de las informaciones y si somos enérgicos con los infractores. No cabe dudas que poco a poco este mal se va erradicando, no podemos sobredimensionar las reuniones y los informes escritos como vías de control, es bueno creer en el hombre, pero es mejor controlarlo, no solo para la institución sino también para él.

Si todos deseamos acabar con la mentira ¿Por qué avisar todos los controles que se realizarán a la base? ¿Qué se pretende con ello?, ¿Por qué creer ciegamente en los informes que recibimos? Considero que debemos organizar una verdadera guerra a la mentira pues soy de los que opinan que después del Imperialismo, la mentira es nuestro segundo enemigo y este sí que puede convivir con nosotros y hacer que nos acostumbremos tanto que a veces no advertimos su presencia.

R. E. Pérez Grave de Peralta

En menos de un año reaparecen los baches en Boyeros

Hace poco tiempo, menos de un año, se asfaltó la Avenida Rancho Boyeros con enorme despliegue de tecnología y ya veo que volvieron a aparecer los baches. ¿Por qué trabajamos tan mal?, tenemos tecnología de punta, según nos dice el Noticiero cuando hablan del tema, que si en las plantas de asfalto con lo último en tecnología se elabora un producto de muy buena calidad¼ En los semáforos y donde paran las guaguas están llenos de ondulaciones y en la parada de la calle Tulipán en dirección a Santiago de las Vegas, ya el asfalto está rajado o falta por la acción de las aguas porque este lugar se inunda. ¿Con qué estaremos asfaltando las calles, porque no duran nada las reparaciones y eso le cuesta miles de dólares al país?

A. Chang Álvarez

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