Publicadas el 4 de junio de 2010

¿El papel está exento del ahorro?

He leído reiteradamente en esta página a compañeros que escriben refiriéndose a las necesidades de ahorrar todo lo que se pueda y sobre todo, productos que se importan como es el caso del papel, se publican editoriales y páginas dedicadas a esta importante actividad.

Hoy escribo porque recientemente fui a la Empresa de Producción Industrial de Matanzas, la que nos suministra la marmolina, con el fin de entregar otro contrato para el suministro de hormigón, porque increíblemente el contrato de la marmolina no me sirve para la compra de hormigón, siendo esta empresa la que vende los dos productos. Cuál no sería mi sorpresa cuando la compañera que me atendió me dijo que el contrato de la marmolina ya no servía, que era necesario hacer un nuevo contrato, porque este producto bajó de precio, o sea de $2.12 a $1.907 el litro; yo pregunto: ¿Esto no se puede resolver con un suplemento del contrato ya firmado, donde se señale el cambio de precio del producto (1 hoja) y ahorrar una docena que como mínimo tiene cada contrato con sus anexos, y el tiempo de revisión, el lleva y trae con el consiguiente gasto de combustible, tiempo y otros recursos hasta que se apruebe de nuevo el contrato?... Esto lo que hace es dilatar más el engorroso proceso de compraventa.

¿Nos hemos puesto a sacar la cuenta de la cantidad de papel que se gasta anualmente renovando contratos que incluso no cambian en nada?, ¿no se pudiera simplificar este proceso anual a un suplemento que indique la vigencia y el monto estimado de las operaciones del año? ¿Quién orientó esto?, ¿No leerá la prensa y a los dirigentes, que constantemente llaman al ahorro de todos los recursos?

En el periódico Granma del 27 de abril, la compañera Yuris San Rodríguez Aroche, directora de la Asesoría Jurídica del MINJUS explicó con toda claridad sobre la asesoría jurídica, y ¿por qué la complicamos y la encarecemos con todo lo que se pide?

Solo voy a poner un ejemplo: el objeto social de una entidad tiene varias hojas, en el caso de CIMEX por la variedad de ofertas y servicios que presta tiene siete, que si las multiplicamos por los miles de contratos en el país, saque sus propias conclusiones.

Alguien ideó un Certifico para no tener que fotocopiar los documentos legales, que lo hace el asesor jurídico de la Empresa, al menos esto es solo una hoja, pero no se sorprenda que hay quien, como Copextel de Matanzas, pide además del Certifico llevar fotocopiados los documentos legales para comprobar lo que se está certificando. ¿Quiere burocracia más elevada que esa?

Además las copias del contrato ya van por 5 (algunos proveedores piden 2) y la empresa saca una copia para Economía, Jurídico y Logística.

Yo considero que con excepción de los contratos con entidades extranjeras, los nacionales se hagan una sola vez y se actualicen con suplementos si hay cambios cualesquiera que sean; se ahorrarían toneladas de papel que no tenemos, y el asesor podría jugar mejor su papel visitando las entidades con las que se tienen relaciones y en el terreno resolver cualquier diferendo.

S. Pantoja Mora

Indisciplina=Ilegalidad

Coincido con las opiniones de S.A. Arteaga Pérez del pasado 21 de mayo La disciplina: una asignatura pendiente, creo que en todas las esferas de la sociedad, la disciplina es el talón de Aquiles. Podemos cambiar conceptos y estructuras, pero si realmente no se hace en cada lugar lo que realmente debe y tiene que hacerse, este país no podrá salir adelante.

Llevo 14 años de trabajo en la esfera de la economía y todavía no he escuchado a nadie hablar sobre una entidad eficiente donde prevalezca la indisciplina.

En nuestro país primero se deben hacer cumplir las leyes que existen y después cambiar todo lo que deba ser cambiado, criterio que tanto se ha llevado y traído.

Nuestro socialismo debe seguir perfeccionándose con sus propias características, enriquecido con las opiniones y sugerencias del pueblo, pero sobre la base de la legalidad, pues ningún sistema social por más desarrollado que sea puede sostenerse si no se aplican las leyes que se aprueban, de lo contrario le estaríamos abriendo las puertas a aquellos que se creen cosas, pues aprovechan los cargos para hacer de las suyas y se abrigan en la impunidad.

A. A. Sánchez de González

El Estado debe recuperar su verdadero papel, de regulador y administrador de los bienes

Hoy me he sentido motivada a escribir, por primera vez, al leer la opinión del lector A. Triana Sánchez, con el cual concuerdo y que me parece una de los razonamientos más atinados que se han publicado hasta el momento. Siempre he pensado que en estos 52 años hemos padecido de un exceso de romanticismo, cosa explicable en los primeros años de la Revolución, pero obsoleta en estos momentos, que ha perjudicado, en primer lugar, al propio pueblo, ya que la inmensa mayoría de los cubanos se sienten en el derecho de exigirle al Estado la solución de sus problemas, hayan surgido estos de donde hayan surgido, y no han adquirido el compromiso ético que se deriva de lo que le han entregado. ¿Cuántos recursos se han dilapidado, y más aún, robado y malversado, por esta política paternalista? Si algún día se llegara a saber lo que se ha perdido por ese concepto, hablando popularmente, sufriríamos un infarto.

En la parte estatal, hay ejemplos infelices de cómo las decisiones más importantes se van desvirtuando, porque no se cuenta con el verdadero control económico. Yo recuerdo, para poner un pequeño ejemplo, de hace unos años, cómo el Partido en los diferentes municipios movilizaba cientos de trabajadores de los centros de trabajo de su área en la lucha contra el mosquito Aedes aegypti, tarea muy necesaria y que nadie cuestionaría. Sin embargo, en esos mismos días, yo veía a muchos jóvenes, de los que cumplían el SMG en el EJT que tenían a su cargo la tarea del mosquito, a quienes además les pagaban un salario nada despreciable para ello, durmiendo el día entero o jugando a la pelota en el parque frente a mi casa (13 y 14, Vedado). Esto se pudo hacer porque el Partido no retribuye a sus organismos ni siquiera los salarios devengados por esos trabajadores, sin contar los recursos materiales que se utilizaron para ello de esos mismos organismos, y estamos hablando de combustible, entre otros recursos

El cuentapropismo es una actividad económica que, bien estructurada, puede dar frutos en varias direcciones, tanto en ingresos limpios para el Estado, como en la creación de empleos, y con ello se puede ayudar a disminuir la desmesurada inflación de plantillas de que padecemos. Pienso que se puede hacer una apertura hacia diversas ramas, llevando los controles establecidos, y fortaleciendo el trabajo del sistema tributario que debe regir en cada actividad. Eso también propiciaría el interés por los oficios, de lo cual nos quejamos, porque verían un incentivo en esta forma de organización.

En los aspectos relacionados con el comercio y la gastronomía, no podemos olvidar que el Ministerio de Comercio Interior declaró faltantes y pérdidas en años anteriores. ¿Estamos en condiciones de seguir afrontando esas pérdidas, o debemos pensar en cuál de estos aspectos puede contribuir a su minimización o eliminación?

Creo firmemente que el Estado debe recuperar su verdadero papel, de regulador y administrador de los bienes que crea la sociedad y determinar su destino final, y abogo también por un mejor control presupuestario, que registre los gastos en el lugar que se ejecuten. Hay que rescatar la contabilidad no solo desde el punto de vista formal, sino real, y aplicar todas las normas de Control Interno establecidas, llegando incluso a que su certificación sea un requisito obligatorio para que una entidad pueda continuar operando.

Hoy día la batalla económica debe ser el punto de mira para todos los revolucionarios, y para todos los que aman a Cuba y no desean verla regresar al pasado, pero, a mi criterio, el control de los bienes y recursos que poseemos debe estar en el centro de ese punto de mira.

D. A. García Téllez

Cero capitalismo, pero hay que reaccionar con energía

Soy un asiduo lector de esta sección, y por la cantidad de compañeros que conozco que la siguen con mucho interés, considero que el periódico de nuestro Partido está propiciando un debate que de cierta forma refleja la manera de pensar de nuestro pueblo revolucionario sobre las posibles medidas que pudieran tomarse en interés de perfeccionar nuestro socialismo.

Coincido plenamente con muchos criterios de que nada que huela a capitalismo puede incluirse entre las posibles medidas, aunque soy también del criterio de que hay que reaccionar con energía, inteligencia y lo más rápido posible, porque las fuerzas de afuera están utilizando inteligentemente a los grupúsculos de adentro y alentando los vicios y deformaciones ideológicas de otros, que no piensan en otra cosa que no sea vivir del sudor ajeno o aplicando la ley del menor esfuerzo, bajo el abrigo de un Estado que le da salud y, educación gratis, alimentación subsidiada, derechos igual que el que más aporta y, según mi criterio, esto desestimula y se corre el riesgo de caer en la pasividad, el conformismo y el sálvese quien pueda. No olvidemos las enseñanzas de la historia.

Por ello he decidido incorporarme al debate y expresar en primer lugar que la situación es compleja y que, por tanto, las medidas que se vayan a tomar requieren de un profundo análisis, digo esto porque he leído algunos criterios que dan la idea de que la solución está a la vuelta de la esquina.

Considero que en ello hay que tener en cuenta los factores de orden externo e interno y la forma en que cada uno influye desfavorablemente y obstaculiza el avance de nuestro proceso revolucionario para hacer realidad los principios y los propósitos que siempre han animado a la dirección de la revolución, en beneficio del pueblo y para el pueblo.

Factores externos:

-La guerra económica de EE.UU. contra Cuba, que nos afecta sensiblemente.

-La crisis económica mundial, que ha golpeado los precios de nuestros principales productos de exportación.

-La guerra mediática que desarrolla el enemigo con la utilización de todos los medios a su alcance para tratar de desprestigiar a nuestro país, desmantelar la capacidad de resistencia de nuestro pueblo y crear las condiciones propicias para una futura agresión.

Factores Internos:

-La falta de productividad del trabajo en sentido general, determinada por factores de orden objetivo y subjetivo.

-La falta de control de los recursos materiales en sentido general.

-La débil influencia de muchas direcciones administrativas, en el proceso de producción y/o servicios.

-La falta de eficiencia en la utilización y el control de los recursos humanos.

-El igualitarismo que aplicamos en la distribución de los pocos recursos de que disponemos.

En mi modesta opinión, un importante papel para continuar revirtiendo la situación actual lo tiene el perfeccionamiento de la política de cuadros. El Che dijo que el cuadro es la columna vertebral de la Revolución, pero en la práctica, sobre todo en los niveles que conozco, municipio y empresas, no existe mucha diferencia entre el reconocimiento social que se aplica entre el director y los cargos subordinados, e incluso en el salario, dándose el caso de que algunos de ellos ganan más que él, cuestión por la cual creo que no pocos compañeros, teniendo capacidad y conocimientos para asumir un cargo, se niegan a ocuparlo, no ven correspondencia entre el nivel de responsabilidad que van a asumir y los reconocimientos que van a recibir con el mismo, por ello, en las comisiones de cuadros no siempre se aprueba al mejor. Igualmente considero que cuando un cuadro no ha sido consecuente con la responsabilidad que asumió, hablo del cuadro centro, que regrese a los niveles de donde procede y alejarlo de los puestos de dirección que se le confiaron y no supo desempeñar dignamente.

-Otro eslabón que, en mi criterio, requiere transformación, es el aparato de inspección y control en la base. No es posible que existiendo, como existen en los territorios, la cantidad de compañeros dedicados a esa tarea, se produzcan tantas ilegalidades, prácticamente en todos los sectores de la economía y los servicios. En mi criterio hace falta una mejor selección, dar mayor autoridad y participación a la circunscripción y consejos populares donde residen estos inspectores, que en la práctica sean aprobados por estos niveles, que en las asambleas rindan cuenta y el pueblo pueda opinar sobre su trabajo, incluso, solicitar su destitución.

-El igualitarismo es otro elemento que, en mi criterio, está haciendo mucho daño. Nuestro pueblo realiza un esfuerzo enorme, en medio de múltiples limitaciones y dificultades, para llevar adelante la revolución, pero en medio de esa realidad, observan como no pocas personas estando en edad laboral no trabajan ni estudian y disfrutan por igual de los resultados de ese esfuerzo, incluso, aprovechando grietas que existen y violando la legalidad, se dan una mejor vida que los que llevan en sus espaldas el proceso revolucionario, estos en la práctica son una quinta columna que aprovecha el enemigo para desestimular el esfuerzo que se realiza.

Mi criterio es que nuestra sociedad tiene toda la moral del mundo para impedir que eso siga existiendo. Considero que a esas personas, previo estudio, debe dárseles baja de la libreta de abastecimiento, deben pagar los servicios de salud que se ofertan gratuitos al pueblo trabajador y su familia, y además que paguen los estudios de los hijos si los tienen. Esto se resuelve si se determina que cada director de centro de trabajo dote a cada uno de sus trabajadores de un documento donde certifique que esa persona es trabajador de su entidad y, a partir de ahí, cuando se vaya al médico se tenga que presentar ese documento para hacer uso gratuito de los servicios. Para esto sería necesario que los organismos centrales del Estado a los que corresponda, emitan los documentos correspondientes para determinar cuánto cuesta una consulta u otros servicios médicos, el costo de la educación de un niño según el grado que cursa, etc. Sé que esto traería otros problemas, pero serían menos complejos y sus consecuencias no serían tan dañinas para la Revolución como la de estar alimentando esta plaga que se alimenta del sudor ajeno.

R. Delgado Hidalgo

Una reclamación de 17 meses

El 15 de septiembre del 2008 solicité una hectárea de tierra en usufructo en la Delegación de la Agricultura de Marianao, y se me asignó la tierra en los terrenos del CAI Manuel Martínez Prieto sin que los compañeros de la delegación supieran que esas tierras no podían concederse a nadie en usufructo; yo lo supe 15 días después y la Delegación de la Agricultura demoró siete meses en comunicármelo.

El 26 de diciembre de 2008, el Delegado, personalmente, me llevó las planillas para otro terreno ocioso y lleno de malezas. Desde entonces he visitado la Delegación en 23 ocasiones, subiendo 2 760 escalones al sexto piso, donde se encuentran las oficinas de control de tierras, con el correspondiente peloteo.

Tengo en mi poder un artículo que publicó Granma el 16 de septiembre de 2008, donde el director del Centro Nacional del Control de la Tierra, del Ministerio de la Agricultura, licenciado en derecho Pedro Olivera Gutiérrez, con el título "Proceso riguroso pero sin trabas", explica que este proceso de entrega de tierras puede durar como máximo hasta 90 días, yo llevo con la segunda solicitud 17 meses (597 días).

Considero que en el trabajo de la Delegación de la Agricultura de Marianao hay un dilema:

- la Delegación no cumple los trámites en tiempo y forma con todas las solicitudes que se han hecho en el municipio, desconociendo lo establecido por las entidades superiores o,

- mi caso es un caso aislado y existe un problema político, que espero sea aclarado por la entidad correspondiente.

F. A. Grau Vives

La “reparación” de viales en Alquízar

Soy vecino del habanero municipio de Alquízar y tengo una preocupación que estoy seguro es la de muchos coterráneos: la reparación de nuestras calles...

Sucede que han comenzado hace algún tiempo a repararlas, si es que a ese trabajo le podemos llamar "reparación", resulta que están raspando las calles y tirando la tierra en los baches y huecos; sobre esto, sin importar que esté mojado, tiran el betún y pavimentan.

Yo me pregunto:

¿No les da pena hacer este tipo de "trabajo" frente a los lugareños; no hay administrativos que se dignen a decir algo al respecto?

No hay que ir a la universidad para saber que esto no se hace así, y la práctica lo está demostrando cuando no han terminado aún y ya los baches vuelven a aparecer, sin contar que la forma en que hacen el trabajo dificulta aún más el drenaje en nuestro municipio, que de por sí es bastante malo.

Entonces, ¿qué esperamos para hacer algo que sirva? No importa que los equipos sean viejos si la moral y los deseos de hacer siguen nuevos aún.

A. Morejón Calderón

Los planes de mantenimiento en los centros de salud

Ahorro en Medicina y Estomatología es el título de un trabajo aparecido en el Granma del sábado 15 de mayo.

Este trabajo, así como otros publicados en los últimos meses, son de mucho valor teniendo en cuenta los ingentes esfuerzos que hace la Revolución desde su triunfo por la salud y el bienestar de los cubanos.

Considero hay algo que debe ser tratado por la prensa y en primer lugar por los directivos de la salud y su personal médico y paramédico, y es lo referido a los planes de mantenimiento del equipamiento de todo tipo y las instalaciones de los centros de la salud, desde el consultorio hasta el gran hospital, lo que en muchas oportunidades afecta la calidad del trabajo, que es el objetivo por el que la Revolución hace tantos esfuerzos económicos y humanos.

Pienso que lo primero es darle la importancia que tiene a la orientación, preparación, organización y control del personal que debe realizar esta tarea, y en los planes de mantenimiento, su control y ejecución, lo que sería muy útil, porque ahorraría recursos humanos y económicos y la atención sería de mayor calidad. Se debería vincular el salario del personal de mantenimiento a la cantidad, calidad e inventiva en el funcionamiento del equipamiento a ellos asignados en una instalación o varias según el caso.

Hay que ver lo que hoy sucede que afecta la calidad del trabajo de la salud, su prestigio y en gran medida a la economía.

A. J. Crespo Velázquez

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