Publicadas
el 30 de abril de 2010
¿Por qué tanta resistencia a la hora de entregar las tierras?
Nací en el municipio de Vertientes, provincia de
Camagüey, soy hijo de padre haitiano que arribó a nuestro país a
principios del siglo pasado como bracero en las labores del corte de
caña. mi padre me contaba que durante todo ese periodo de la
neocolonia, él se sentía como un esclavo del colono; fue el triunfo
de la revolución el que lo liberó de la esclavitud a que se vio
sometido durante muchos años.
Mi infancia se desarrolló en el campo, muy cerca de
todas las actividades agrícolas relacionadas con el cultivo de la
caña. Vertientes, históricamente fue un municipio productor de arroz
y caña de azúcar. a raíz del periodo especial, hubo una disminución
sensible de esas producciones hasta la entrada en vigor del Decreto
Ley 259 que permitió un incremento en la producción de arroz a
niveles tales que el CAI Ruta Invasora no tuvo capacidad de
almacenamiento ni de procesamiento industrial para asimilar esos
volúmenes de producción.
La opinión que deseo emitir es referente al sector
cañero el cual ha presentado una disminución progresiva de su
producción, lo cual requiere un análisis profundo para determinar
las causas que ocasionan ese decrecimiento. Primero quisiera señalar
que las unidades básicas de producción cañera tienen la tierra en
usufructo por lo cual la facultad dispositiva la posee el Estado. La
entrega de tierras en virtud del Decreto ley 259 a mi juicio está
sujeta a falsas interpretaciones referentes a lo que son tierras
ociosas, partiendo de la interpretación del llamado grupo de caña,
que es el encargado de liberar las tierras que cumplen con esta
condición, por lo que me llama la atención que están liberando las
tierras que tienen una alta presencia de marabú, en lo cual no estoy
en desacuerdo pero sí con las tierras que durante años han sido
explotadas, si se le puede llamar así, de una manera ineficiente ya
que en ellas están presentes todo tipo de malezas predominando por
encima de la escasa población de caña y desgraciadamente no son
declaradas ociosas. Tuve la oportunidad de acercarme al diccionario
de la real academia y entre sus acepciones de la palabra ocioso
encontré: infructífero, infructuoso, improductivo e ineficaz.
El Estado como titular de esas tierras no se puede
dar el lujo de que personas naturales o jurídicas exploten tierras
ineficientemente, esto que sucede en el MINAZ no es una cuestión de
recursos ya que colindante con esas tierras existen plantaciones de
productores que se les han entregado tierras a raíz del Decreto ley
259 y sus plantaciones gozan de una envidiable salud a diferencia de
las tierras de la UBPC. Es algo vergonzoso que con menos recursos
obtengan resultados superiores. ¿Por qué tanta resistencia a la hora
de entregar las tierras? nuestra economía lo que necesita es un
significativo aumento de la producción para recuperar esos volúmenes
que un día tuvimos en un sector tan importante.
Con respecto a las UBPC que obtienen bajos
resultados, no tienen razón de existir ya que no es un secreto que
unas de las causas de sus bajas producciones es producto de la venta
en el mercado negro de los recursos asignados para sus plantaciones
cañeras, esas cuestiones no se pueden ocultar si queremos salir
victoriosos en esta batalla económica que estamos librando en la
cual todos tenemos que aportar nuestro granito de arena, con el
sudor de nuestra frente ya que en el trabajo está la fuente de la
riqueza.
E. Sol Mendoza
Habrá que maximizar el Control Interno
El Sistema de Control Interno (Resolución 297/03 del
MFP) funciona mal, creo que bastante mal y eso es altamente
peligroso para nuestros deseos de cooperativizar o diversificar la
propiedad estatal, que no es descabellada. Si nos preguntamos cosas
como ¿dónde y quién repara y abastece a los transportistas privados
o particulares?, ¿dónde y quién abastece a los productores
particulares de alimentos?, ¿dónde y quién ampara o abastece a los
constructores privados, que a diferencia de los del sistema estatal,
no carecen de andamios, palas, vagonetas, encofrados y hasta
hormigoneras?
Me pregunto ¿habrá una línea importadora vertical o
paralela a la del Estado? ¿Acaso esos que venden productos de la
shopping en las aceras a todo lo largo del país no estarán jugando
en la misma novena? ¿Acaso la venta de pasajes nacionales en 10 CUC,
por encima del precio oficial, no forma parte de la pandemia de no
ver nada, no oír nada, no decir nada? Luego de luchar o trabajar por
50 años en la contabilidad, es muy duro decir y enfrentar estas
cosas, pero sería delito no decirlo.
Dos de los pilares del Sistema de Control Interno
son Control sobre los recursos materiales, monetarios y financieros
y Cumplimiento de la legalidad, pero todo parece indicar que no se
cumplen en toda magnitud y extensión.
Desde niño conocí que la izquierda era sinónimo de
lucha, de oposición, etc., pero en nuestros días para desacreditarlo
lo han convertido en sinónimo del camino que conduce a la
corrupción, a las ilegalidades y al descontrol institucional.
Aplaudo, apoyo y considero necesario realizar
cambios de estructuras técnico-productivas para permitirle al Estado
cubano un alivio en su inmensa carga administrativa que actúa como
rémora en lugar de vela. Pero primero habrá que maximizar el Control
Interno, adecuando aún más la conducta ciudadana para que el lodo
que queremos remover no acabe sepultándonos.
Cuán beneficiosos son estos contactos liberados de
dogmas y prejuicios. Raúl bien merece nuestra ayuda y auxilio.
P. V. Rodríguez Figueria
¿Carros de paseo o camionetas para trabajar?
Así de esta manera observo cómo se comporta una
solución que el país puso en práctica para reducir el consumo de
combustible y facilitarles el trabajo a determinados organismos y
bases de cargas municipales. No aseguro que en el 100 % de las
entidades beneficiadas con estos vehículos se manifieste tal
comportamiento pero sí es una realidad que a menudo en nuestras
carreteras se tropiezan unas a las otras y cuando usted observa
circulan vacías o con una carga, que realmente no engaña a nadie.
Pregunto entonces y no para meterle presión a la olla
¿verdaderamente los fines de semana es cuando más trabajo tienen
estos tipos de carros? No más comentarios
L. Martínez León
Mercados y productos agropecuarios: mucha pasividad
En estos días he vuelto a observar en nuestro
Noticiero Nacional de Televisión el tema de las dificultades en el
acopio y distribución de los productos agropecuarios, algo que desde
los primeros años del periodo especial se viene escuchando en los
medios de prensa, entre campesinos y clientes de los mercados, y muy
pocas veces para elogiarlo.
Tengo mi criterio respecto a este tema, que lo he
formado a partir de las noticias, mi vivencia personal y varias
conversaciones que he tenido oportunidad de sostener con campesinos
productores y choferes de transporte de carga de estos productos.
Pienso que además de las dificultades objetivas que
existen con el transporte, los envases y otras cuestiones reales de
carencias, hay mucha más pasividad e indolencia por parte de
directivos a diferentes niveles, que pueden ir a dormir con
tranquilidad sabiendo que en el patio de empresas de su
jurisdicción, existen cinco, diez, quince carretas o vikingos de
productos agropecuarios por varios días al sol y al sereno,
perdiendo calidad hasta llegar a ser inservibles para el consumo
humano, mientras en cientos de placitas a todo lo largo del país, no
llegan productos agropecuarios en más de 15 días, obligando a sus
vecinos a moverse hacia puntos distantes para conseguir cualquier
producto agropecuario, siendo doble el daño al pueblo, porque además
de no consumirlo, el Estado le paga esa mercancía al productor, sea
privado, cooperativo o estatal con el dinero público, generándose
pérdidas económicas importantes para nuestra economía.
Por esta razón, mi recomendación personal es, que no
solo se vinculen al resultado del trabajo a aquellos que laboran
directamente en la unidad que acopia y distribuye, sino también a
estas personas con facultades y poder de decisión en estas
instituciones que rectorean el trabajo de acopio; que cuando se
pierdan diez carretas de productos por demora, o le baje
considerablemente la calidad, también se les analice administrativa
y políticamente, se les afecte su salario y si no hay otra
alternativa, que se busque alguien con mayor sentido de
responsabilidad, y seguro van a disminuir las pérdidas.
Por otra parte, pienso que cuando se va a firmar una
resolución o algún precepto legal, que va a incidir directamente en
el abastecimiento de la población, como la eliminación de puntos de
venta, o la prohibición de entrada de transporte de carga a
determinados mercados, deben medirse las consecuencias inmediatas y
a mediano plazo, y valorarse con objetividad si podemos respaldar
estos preceptos sin afectar la calidad de vida de dicha población, o
si es mejor esperar a que existan las condiciones para ello.
Tengo confianza, que con la cantidad de
profesionales capaces que ha formado nuestra Revolución, y en medio
del reordenamiento que con mesura se hace en nuestra economía, en un
periodo no muy largo, estas noticias sobre el sistema de acopio
cambien la balanza hacia el lado positivo.
D.Borges Mujica
Una impresión nada halagüeña de la Terminal aérea número 3
La Terminal aérea No. 3 José Martí es puerta de
entrada y salida de nacionales y extranjeros que llegan o salen a
nuestro país desde los lugares más remotos de nuestro planeta. En
ella se recibe la primera impresión al arribo, y al marcharse el
visitante. El tiempo reglamentario para los trámites (no menos de
tres horas) es suficiente para dejar una huella evaluadora de lo que
somos.
Los que por ella pasaron el pasado 14 de abril deben
haber observado una terminal aérea sucia, mal atendida en aspectos
higiénicos, sanitarios y de mantenimiento, con clientes sentados en
el piso, pues en el área de salida (segunda planta) no hay donde
sentarse. Equipos gastronómicos a la vista de los clientes
extremadamente sucios, cestos de basura desbordados sin ser
evacuados, un patio central (jardinera central) convertida en un
gran cenicero por la cantidad de colillas de cigarro, áreas de
fumadores llenas de colillas, fumadores en todas las áreas sin ser
requeridos, servicio gastronómico deficiente, entre otras
indisciplinas que evidencian problemas en su gestión integral.
Mi cámara fotográfica almacena evidencias de estos y
otros problemas que no menciono para respetar el espacio y el
tiempo.
O. Cuevas Romeros
¿Neoliberalismo socialista?
Felicito a los que interpretan el verdadero sentido
de los cambios necesarios, para que nuestra sociedad socialista se
desarrolle, y asimismo deploro a aquellos que a partir de la
hipercrítica de las deficiencias que persisten en la economía se
convierten en defensores de medidas que solo traerán el retorno al
pasado oprobioso del egoísmo, la ignorancia de un pequeño grupo
enriquecido (ya existe) hacia los problemas de la gran mayoría.
Ya existen burgueses en nuestro país que se han
enriquecido a costa de no sé cuántas formas. Esto no justifica que
apliquemos las recetas que ya fueron aplicadas en los antiguos
países socialistas.
Se habla de aplicar la privatización del comercio,
servicios gastronómicos. Pronto saldrá algún filósofo diciendo que
se privaticen la salud y la educación, que es la solución a los
problemas en el país.
Debo recordar algo, este país ha logrado recorrer el
camino hacia la sociedad más justa que haya existido jamás; porque
tomó el poder económico, instrumento fundamental de la burguesía
para la dominación y explotación, es decir, su brazo derecho en el
logro de su dominio sobre los pueblos, pues le permite corromper y
crear los medios y fuerzas para perpetuarse en el poder; y manejar a
su antojo la nación. Nos sugieren una nueva creación, neoliberalismo
socialista, porque privatizar esto, no es miedo, es la lógica.
Yo diría que aquí no hay que inventar nada, aquí lo
que hay es que exigir, pedir cuenta, hacer cumplir lo que está
legislado, que ni por los tribunales se cumple en ocasiones.
Hay miles de inspectores que inspeccionan; pero ¿por
qué cuando en la gastronomía hay violaciones de precio, de la
calidad, de atención al consumidor, los inspectores que debían
resolverlo con sus visitas e inspecciones no lo han hecho? ¿Quién
les exige a esos inspectores y contrainspectores?; claro, la carpeta
no es para multas, es para llenarla. Pero, ¿por qué cuando a un
administrador o trabajador se multa varias veces sigue trabajando?
También sabemos que hay administradores que los
faltantes les llueven y siguen administrando. Hay funcionarios y
administradores que solo hay que mirarlos y sabemos quiénes son.
¿Por qué no se hace la declaración de patrimonio personal?
Yo estaría de acuerdo que a los trabajadores se les
pueda dar una mayor participación en el resultado de su unidad,
siempre que cumplan con honor su labor.
Los que filosofan sobre la privatización se olvidan
que la riqueza personal obvia el humanismo, la solidaridad, el amor
por el prójimo, etc., cualidades que con tanto amor y paciencia se
han forjado en nuestra sociedad, nuestra Revolución Socialista.
Debemos ser inteligentes como nos ha enseñado
nuestro Comandante en Jefe.
S. Osorio Fernández
Los cambios crean resistencias
Soy un asiduo lector de la sección, con detenimiento
doy lectura a las cartas que se publican, el pueblo ciertamente
espera cambios, el alto nivel cultural adquirido por nuestra
sociedad le permite desde su óptica hacer su propio análisis. Las
contradicciones son buenas, el problema de uno en ocasiones no es el
del otro, o puede ser de todos.
En el socialismo la propiedad es social sobre los
medios de producción y no descarta la pequeña propiedad privada,
ciertamente los cambios crean resistencias, pero a los problemas,
soluciones hay que buscarles. No podemos temerle a que en nuestro
pueblo, como fruto de su trabajo, surjan ricos; lo que no comparto
es que se haga rico aquel intermediario, revendedor, traficante, que
de forma fácil y con el sudor ajeno lucre. Pero que aquel obrero que
cultiva la tierra, cría animales, produce leche, se haga rico,
bienvenidos los ricos revolucionarios. Hemos querido lograr que
todos vivamos igual y la vida dice que estamos equivocados, cada
cual deberá recibir lo que cada cual aporte.
Los oficios, me refiero a los cerrajeros, poncheros,
fotógrafos, zapateros, relojeros, joyeros, etc., hoy tienen patentes
y trabajan de forma particular, el pueblo resuelve su problema,
ellos pagan sus impuestos a la ONAT y cumplen con el Estado.
Los timbiriches deberá estudiarse la posibilidad de
arrendarlos a particulares, en cooperativas o lo que sea más
factible, pero al final que haya que comer que es lo que quiere el
pueblo. He leído muchos artículos publicados al respecto, pero me
llama la atención que nadie hace mención a un tema de importancia
extrema. ¿De dónde los particulares van a sacar los recursos?, si
vía mayorista o a precios diferenciados, lo que no se puede permitir
es que salgan de los establecimientos del Estado.
Rectificar es de sabios, evaluar nuestras grietas
nos hará más fuertes, lo bueno se perfecciona y los errores los
rectificamos valientemente.
Los cambios son necesarios, la dinámica del tiempo
lo dice, la universalización fue masiva y hoy es por selección; se
crearon grandes empresas y grandes fábricas, y hoy se redimensionan
y se perfeccionan; el dólar estaba penalizado y se despenalizó; lo
más importante fue la zafra azucarera, después fue el turismo y el
níquel. Como podemos ver, el mundo es cambiante y nosotros no
estamos ajenos a los problemas, ni escapamos a la crisis, el sistema
socialista es una receta que no está concluida su escritura.
Nuestra Revolución tiene inmensos logros, pero no
alcanza los resultados esperados en la producción de alimentos. En
la agricultura, hay muchas explicaciones, pero la realidad es que
los productos que provienen del agro están en déficit, tenemos que
despojar toda la burocracia productiva de precios, de calidad,
transportación, comercialización y centrar la atención en producir.
Detesto el hipercriticismo, reconozco que en su
mayoría los criterios emitidos los hacen por el bien, los
oportunistas y los flojos no tienen cabida en este análisis, esta
Revolución está apoyada por la inmensa mayoría del pueblo y la
defiende con su vida. No habrá traición de nuestras generaciones a
los hermanos que dieron su sangre por esta libertad, y quiero
significar que en esta sección nadie habla de cambiar nuestro
sistema político.
Se necesita de un cambio en lo económico, de eso no
le quepa duda a nadie, sobre todo en la producción de alimentos el
pueblo espera resultados, comida. Raúl Castro lo dijo, que era un
problema de seguridad nacional, acabemos con la vagancia, la
corrupción, la burocracia y hagamos como establece nuestra
Constitución en el capítulo VII, Artículo 45, acerca del trabajo, un
derecho, un deber y un honor de cada cubano, así tendremos un pueblo
más capaz de defender esta gran obra que tiene más aciertos que
errores, renunciar a nuestra obra, de eso nada, al contrario,
enfrentemos nuestros problemas y nuestro Socialismo continuará
siendo ejemplo para el mundo.
R. García Macía
Respetar el derecho del pueblo a vivir en un vecindario limpio
Vivo hace más de 30 años en calle 4 Nº 455, entre 19
y 21, en el Vedado.
Es un vecindario donde la mayoría somos trabajadores
sencillos que nos esforzamos por mantener nuestras calles, aceras y
parterres limpios y agradables.
Pero nuestro agradable y sano entorno desapareció
hace más de seis meses, cuando llegaron grandes camiones portando
sendos contenedores, tres en total, acompañados de una grúa
imponente que, de inmediato, para asombro de todos los vecinos
presentes, comenzó a alzar cada contenedor y fue colocándolos en una
de nuestras aceras, aplastando todo lo que le estorbaba, y uno de
los contenedores lo atravesó en la calle de tal manera que está
ocupando parte de la vía.
Tras nuestra insistencia, los camioneros dijeron que
se iba a ejecutar una obra de reconstrucción del Hospital "González
Coro". A la semana, nos enteramos que se había suspendido la
ejecución de la obra del Hospital, pero los contenedores no se los
llevaron, ahí están convirtiendo nuestra cuadra en almacén de
contenedores viejos y sucios que afean al máximo nuestro vecindario.
Lo peor es que esos trastos inmensos son usados por las noches para
todo tipo de hechos indeseables a la ética y la seguridad.
Lo más grave es el daño severo producido a la salud.
A pesar de la suspensión de la obra, fueron enviados tres o cuatro
obreros de demolición, quienes trabajaron en el segundo piso del
laboratorio del hospital, echándolo abajo poco a poco para recuperar
los ladrillos de las paredes y trasladarlos. Esta demolición produjo
lomas enormes de polvo que se acumulaban. Con la sequía y los
vientos que hemos estado sufriendo desde el primer día durante
meses, el polvo no solo cubrió nuestras casas y muebles, sino que
penetró por nuestras vías respiratorias, afectando de manera
importante y en ocasiones graves a los asmáticos, pero todos
sufrimos los efectos nasofaríngeos de la polvera y también
irritación en nuestros ojos. Ya no siguen demoliendo, se han llevado
varios viajes de polvo, pero han quedado restos de las lomas de ese
polvo que no se recogen ni les echan agua para aminorar los efectos.
Agréguese a todo esto que ese lugar se está convirtiendo en un
vertedero de escombros.
Nos preguntamos: ¿hasta cuándo esta situación va a
permanecer dañando la salud de los que vivimos en este vecindario,
además sucio y feo? Agradecería saber quiénes son estos
irresponsables que impunemente violan nuestros derechos a vivir en
un medio saludable, limpio y agradable.
C. Hidalgo
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