Publicadas
el 14 de mayo de 2010
Sobre el reordenamiento laboral que el país tendrá que aplicar
Deseo compartir con ustedes mi criterio y puntos de
vista sobre el reordenamiento laboral, que necesaria y
obligatoriamente el país tiene que aplicar, con mesura, equidad, y
sin paternalismo alguno, le agrego yo. Tal vez este lector que hoy
les escribe, sea mañana uno de los reubicados laboralmente, luego de
que me ofrezcan variables de empleo o simplemente de los que no tuvo
otra opción laboral desde donde aportar a nuestra economía; dura la
opción ¿verdad?
Algo más de 5 millones de cubanos y cubanas nacimos
luego del triunfo revolucionario, succionando cual lactantes del
pecho de la madre, las bonanzas que ha tenido nuestro proyecto
socialista para con sus hijos (lo que no obliga, no desarrolla, dice
un viejo proverbio).
Fórmulas erradas y malos hábitos que deformaron
nuestras conciencias, haciéndonos dueños de un equivocado derecho,
que no fomentaron cabalmente en nosotros un verdadero sentido de
pertenencia hacia el esfuerzo propio, ni a la creatividad, ni al
desarrollo de la inteligencia colectiva en pro de resolver con
alternativas nacionales nuestras verdaderas dificultades antes y
durante el periodo especial. A propósito, periodo en el que jamás
debimos caer al menos con esa crudeza, si en vez de estar mirando
hacia arriba pidiéndole más peras al olmo, hubiésemos tomado la
azada para producirla y saber cuánto cuesta su cosecha; por eso,
ahora parece que la medida del reordenamiento es traída por los
pelos, sin embargo, ¿qué economía en el mundo se puede dar el lujo
de subsidiar tantos y tantos gastos que gravitan constantemente
sobre el erario de la nación?, ¿cómo les hacemos entender eso a
tantos cubanos que hemos vivido de cuotas y gratuidades por casi
medio siglo de nuestras existencias?
El asunto es más serio de lo que cualquiera puede
pensar, ya que atañe directamente a la conciencia nacional, que
ahora debemos trabajarla y prepararla para el cambio, aspecto
difícil en el ser humano por la condición que nos define como una
entidad bio-psico-social.
Se impone, pues, un reforzamiento de la batalla de
ideas ahora más que nunca, hombre a hombre; de ahí la equidad, la
racionalidad y la justeza con que debe hacerse este reordenamiento
laboral, estamos hablando de poco más de un millón de trabajadores
que de alguna manera estarán sin empleo fijo, o subempleados, según
la categoría de que se trate. Recordemos que en Cuba, luego del
triunfo revolucionario, nunca más supimos lo que fue la carencia de
trabajo o al menos la falta de fuente de empleo laboral estable, tal
y como ocurre en todos los países del mundo, donde estos porcentajes
son astronómicos; esa posibilidad no había tocado la puerta de
ningún compatriota, haga este lo que haga, con o sin calidad,
aprovechando o no la jornada laboral, devenga siempre el subsidio
estatal. He ahí la diatriba del momento, la gran prueba de
aceptación popular de una medida que, como escribí al inicio, más
que obligatoria es necesaria, porque si no estaremos comprometiendo
el futuro de la nación, o sencillamente como dicen otros, vendiendo
nuestro destino.
Por último me referiré a un asunto que tiene que ver
con todo esto por inferencia directa y que está relacionado con la
forma de producción, ya sea privada, cooperativizada, o de
asociación mixta, como queramos llamarle a la forma de asumir
actividades económicas no estratégicas para el desarrollo del país,
pero que, sin embargo, son de gran impacto en el aseguramiento
básico de la sociedad como, por ejemplo, la gastronomía, servicios
de dulcerías y panaderías, pequeños comercios, talleres,
reparaciones menores, etc., que muy bien pudieran constituirse en
nuevas fuentes de empleo y de oportunidades para la creatividad del
cubano: Ojo, paso a paso, y con la mediación de un ente regulador
(el Estado), esto no puede ser nunca una decisión festinada y
voluntarista.
Existen muy buenos ejemplos de estas prácticas;
díganse China, Vietnam y otros países donde el Estado pone coto al
tema de impuestos y provee las materias primas e insumos necesarios
que garanticen el normal desenvolvimiento de este sector emergente
de la economía que, en el caso de Cuba, seguramente darían un
respiro a las limitaciones y carencias que hoy padecemos, ya que no
es posible que el Estado siga siendo el gran mantenedor de toda esta
infraestructura, sencillamente es imposible. (Remitámonos a lo que
está ocurriendo hoy con la producción de viandas y hortalizas en la
provincia de La Habana y el tema del transporte y su
comercialización). Resulta muy fácil operar con dinero prestado (del
Estado), del que no hemos logrado concientizar su costo. Creo que si
esa forma de producción fuera totalmente cooperativizada de
principio a fin, tal vez no ocurrirían esos pérdidas, al menos
serían mucho menores de lo que son hoy, dado que los intereses, las
exigencias y las implicaciones serían otros, con ello estaríamos
cerrando filas al robo, al desvío, a la bolsa negra, etc., porque
los dueños, propietarios, arrendatarios, asociados o como se desee
llamar, velarían un poco más esos recursos y estarían mucho más
atentos a las pérdidas, las mermas, etc., dado que todo ello
gravitaría directamente en sus costos y, por tanto, en sus márgenes
de utilidades; solo que hoy los costos y las pérdidas, con saldos
desfavorables, los asume lamentablemente la economía nacional.
Creo que hay tela por dónde cortar y desearía ver
más sobre el particular, ya que de alguna manera y como nos está
convocando Raúl, a decir lo que pensamos desde la tribuna adecuada,
podemos modestamente ayudar a que los cambios sean siempre a lo
cubano.
J. Martínez Montes
Es contradictorio que entre nosotros no exista la consideración y
el respeto que merecemos
Nosotros los cubanos, por más de medio siglo, hemos
sabido defender nuestro derecho con honor, en los campos de batalla
y en los escenarios diplomáticos internacionales. El mundo nos
admira y respeta por eso y, por supuesto, por muchas cosas más que
la Revolución nos ha dado.
Sin embargo, es muy contradictorio que entre
nosotros mismos no existan la consideración y el respeto que todos
merecemos. No quiero absolutizar, ni generalizar, pero el irrespeto
está bastante extendido y es un mal que tenemos que erradicar de
nuestra sociedad, de nuestros ciudadanos y de nuestras
instituciones.
Existen innumerables ejemplos y soy consciente de
que se lucha por erradicarlos. Pero lo inadmisible es que
instituciones de nuestro Estado socialista estén involucradas en ese
irrespeto y falta de consideración hacia una vecindad. Me refiero a
la Feria (ya permanente) de la Avenida Salvador Allende, la que se
inició muy bien con servicios gastronómicos los domingos y ya se
extendió a todos los fines de semana, con venta de viandas,
hortalizas, etc., en la otra ala de dicha avenida, donde residen
numerosas familias, que han visto invadidos su tranquilidad y su
necesario descanso, todos los sábados y domingos.
Las fachadas de las casas, que con mucho esfuerzo se
mantienen limpias y pintadas, ya comienzan a deteriorarse debido a
las miles de personas que se recuestan para consumir los alimentos o
descansar.
Son miles de personas las que en esa feria compran,
deambulan, comen, botan desperdicios y luego, satisfechos, regresan
a sus hogares.
En nuestra ciudad existen espacios para este tipo de
actividad, con las condiciones necesarias y sin que perjudiquen el
libre tránsito (las calles se cierran durante la feria y los vecinos
no pueden movilizarse con sus vehículos, en los casos que lo posean)
y la vida normal de personas que trabajan y estudian de lunes a
viernes.
Confiando en una pronta rectificación de esta
situación y en evitación de males mayores (se expenden bebidas
alcohólicas).
R. Torres
Privatizar no, el asunto es socializar
Seguimos con especial atención los planteamientos de
los muchos interesados en mejorar nuestra sociedad socialista;
sobremanera nos ha gustado el compendio de opiniones y razonamientos
aparecidos en la emisión del viernes 7 de mayo; me uno a Ríos
Hernández, si él se opuso con las armas en la mano, nosotros las
tomamos a los 16 años y durante casi 39 años servimos a la defensa
del país y a su Sistema Empresarial; ahora llevamos otros casi 11
años trabajando como jefe de un grupo comercial en el sector
gastronómico.
No reconocer que estamos en situación crítica es
hacer de avestruz, llevar el asunto a los extremos de pasar a plenas
fórmulas capitalistas es vender la Patria que tanto sudor, lágrimas
y sangre ha costado; los mayores debemos transmitir y —perdón por la
frase— sin "muelas tediosas" a los mas jóvenes nuestra experiencia
vivida en el capitalismo, debemos mostrarles en primer lugar que una
vuelta al pasado volvería a generar —sin duda— otra Revolución, o
más bien la continuación de esta, solo que en lugar de 20 000
muertos, nos costaría quizá cientos de miles. Para Cuba es así,
nuestra historia y situación geopolítica no son la de ciertos países
que pueden darse el lujo de "ensayar" por cierto tiempo.
En muchas opiniones se emplea el término privatizar,
como si no existieran fórmulas para socializar la producción y los
servicios tales como las cooperativas, las asociaciones productivas
o de servicios, etc. El nombre puede variar, lo importante es el
contenido.
Peña Nava dice que hay que hacer cambios pero no tan
a la carrera. Sí, es cierto, pero tampoco seguir escribiendo y
escribiendo; hay que hacer, ese debe ser siempre y para todo el
verbo rector.
Concebimos los cambios estructurados dentro de un
orden legal. Sin duda la propia Constitución tiene que sufrir
cambios para dar paso a otras formas de propiedad. No todos los
sectores son idénticos y, por tanto, tendrían que tener su expresión
jurídica común y diferenciada.
Entre paréntesis, se aborda mucho la actividad
gastronómica, pero estos cambios deben abarcar a todos los sectores
posibles y para los que queden como entidades estatales, tendrán que
introducirse cambios también.
No concebimos la creación de cooperativas,
asociaciones o como se llamen sin un reglamento interno que sea
capaz de "sacar" de circulación de forma expedita a quienes
equivoquen el rumbo e intenten robar, el enriquecimiento indebido o
desmedido y cualquier otra manifestación social negativa. Una simple
cafetería que se organice tiene que tener un verdadero consejo de
dirección donde no quepa la improvisación ni el voluntarismo, donde
el Director o Administrador sea electo y se pueda revocar por los
propios trabajadores sin la mediación de órganos u organismos
superiores.
El Estado debe continuar siendo el dueño de
instalaciones, edificios, etc., cobrar un precio justo por todo,
exigir los aportes a la seguridad social y los impuestos al
presupuesto y sin duda, tener capacidad legal para intervenir y
hasta desarticular cualquiera que sea la forma de organización
cuando sus auditorías u órganos policiales (que no es estar
molestando constantemente) detecten infracciones incompatibles con
la legalidad socialista.
Somos de profesión ingeniero, pero hemos tenido y
tenemos hoy día que lidiar con los aspectos jurídicos; no concebimos
una simple cafetería o brigada de constructores que no basen todas
sus relaciones de compra y de venta donde corresponda, sin la
existencia de contratos verificables y capaces de exigir sus
múltiples responsabilidades económicas y hasta penales.
J. L. Marichal Castillo
De un estudiante de la CUJAE
Escribo a esta sección como joven estudiante de la
CUJAE, al cual le inquieta como a muchos de mis compañeros el futuro
de su país. Estoy en total acuerdo con el compañero A. Ríos en que
todo sistema socialista debe y tiene que ser dialéctico y adaptarse
a las nuevas condiciones que imperen para lograr su permanencia. De
nada sirve aferrarse a esquemas que quizá funcionaron en otro
momento histórico, si estos en la actualidad son ineficientes.
En mi opinión creo que se necesitan de manera
urgente cambios en la concepción económica de nuestro país. No soy
economista, pero creo que permitir, por ejemplo, la existencia de
propiedad privada sobre medios que para el país no sean
estratégicos, como es el caso de la esfera de los servicios
gastronómicos, y siempre de forma controlada con impuestos,
licencias justas, aseguramiento en la entrega de materias primas,
etc., lejos de revertir las conquistas alcanzadas o de crear una
burguesía nacional, permitiría luchar contra el desvío de recursos
que tanto daño le hace a la nación y mejoraría sustancialmente la
calidad de los servicios que actualmente son pésimos en casi todos
los establecimientos públicos.
Desearía referirme a renglones económicos de tanta
tradición en nuestro país como es el caso de la industria azucarera.
Recientemente leí con suma tristeza el artículo de
este periódico que se refería a la actual situación de la zafra y
todos los errores cometidos. Solamente me pregunto hasta cuándo nos
seguiremos dando el lujo de ser derrochadores e ineficientes sin
darnos cuenta de que nos jugamos el futuro de la nación. Es hora de
tomar medidas enérgicas y llevar a acciones concretas lo que se
plantea en los diferentes congresos y asambleas. Si bien hay que
combatir de manera enérgica las agresiones externas, también debemos
mirarnos por dentro y analizar cuánto está mal, y qué se debe
cambiar.
Por tanto soy del criterio que en programas tan
importantes como la Mesa Redonda se deberían analizar con mayor
frecuencia y rigor las problemáticas económicas internas e informar
al pueblo de manera concreta las medidas tomadas para darles
solución.
Aunque es indudable cuánto nos afecta el bloqueo
económico y toda la política agresiva que este tiene asociada,
pienso que se puede hacer mucho más por mejorar la situación
económica del país. Reafirmo una vez más la urgencia de la toma de
medidas para permitir la prolongación de nuestro socialismo y de las
conquistas que tanto han costado al pueblo alcanzar.
J. Miguel Valdés
Adoptar legislaciones más severas
Traigo un tema que considero importante y debe ser
tratado para que en el país se tomen las medidas adecuadas en la
Asamblea Nacional del Poder Popular.
En los años actuales las enfermedades cancerosas se
han vuelto una verdadera epidemia. Si vamos a las estadísticas el
porcentaje del cáncer de pulmón aumenta en orden creciente y más del
90% corresponde a los fumadores activos pero también a los pasivos.
En fecha reciente tuve que lamentar la pérdida
física de mi mamá a consecuencia del mal hábito de fumar. Sin
embargo, este hábito puede acarrear otros trastornos y otros tipos
de enfermedades a las cuales lamentablemente no siempre se tiene la
solución a la mano.
Lo mismo pasa con el alcoholismo y la cantidad de
personas que de forma inescrupulosa beben en áreas donde debería
restringirse. A pesar de la poca propaganda a favor de esto que les
digo, la realidad ha demostrado que el alcoholismo destruye la
familia y destruye al hombre y a este mal no se le ponen
limitaciones.
Creo que como pasa en otros países esto debe ser
legislado y deben existir leyes que sean más severas si queremos ser
ejemplo de una ciudad limpia y un pueblo con más calidad de vida.
Las medidas deben ser extensibles a los centros de trabajo donde se
limiten las áreas para los fumadores de forma que no se afecte al
resto del colectivo. Lamentablemente estos malos hábitos se
extienden a nuestros jóvenes y miramos esto y seguimos cruzados de
brazos.
G. de Jesús Lago
Recuperación de materia prima: ¿se le da toda la
importancia a este tema?
Hablamos mucho de recuperación de materia prima en
Cuba, ¿realmente se le da toda la importancia a este tema? La
materia prima es todo aquel producto que es básico en la realización
de un proceso, el hierro, el cobre, el níquel, el agua, la madera,
las personas (son la materia prima fundamental de los educadores).
¿Cuántos de estos productos dejamos de reutilizar
día a día?, ¿cuánta energía dejamos de producir solamente con la
quema de la basura que recogemos en nuestras ciudades?, ¿cuántas
hojas de nuestros periódicos se producen con papel recuperado?, ¿qué
cantidad de agua residual se convierte en agua utilizable?
Si la producción de alimentos es un tema de
seguridad nacional, la utilización de estos materiales desechados se
lleva una buena parte en este tema, si queremos realmente darle
valor al concepto de sustitución de importaciones debemos pensar más
en la recuperación de materia prima; es verdad que conlleva una
tecnología costosa en un inicio, pero los resultados bien valen la
pena.
Dos anécdotas: Hace poco tuve la oportunidad de
visitar una ciudad alemana, allí tienen una planta para generar
electricidad a partir de la quema de la basura, una flotilla de
camiones recogen toda la basura de la ciudad, se vierte en un
depósito, se quema, y produce "corriente limpia". los desechos
metálicos de la quema son recuperados y vendidos por esta planta a
fundiciones que los necesitan.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial el 100% del
papel periódico que se editaba en Alemania no regresaba de nuevo a
la producción, hoy es todo lo contrario; aquellos que conozcan del
tema saquen sus propias cuentas y sus propias conclusiones.
H. Suárez
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