Publicadas el 12 de marzo de 2010

Vergüenza y productividad vs “resolver o luchar”

Soy lectora fiel de la sección Cartas a la dirección... Me ha llamado la atención, respetando todos los criterios que se han emitido, cómo la situación de la gastronomía popular se ha convertido desde hace varias semanas en centro del debate popular, como si este fuera el talón de Aquiles de los problemas de nuestra economía nacional. Pero lo que me ha motivado a escribir a esta sección, es la carta publicada el 26 de febrero de este año por S. Tamayo Arias, sobre todo, el segundo párrafo que dice y cito: "Que ha habido y hay descarriados, es cierto, que ha habido y hay "luchadores" es cierto, pero ¿en qué actividad económica de nuestro país no se lucha... ? ¿Qué hemos hecho los cubanos? Pues ser contempladores pasivos de estas denigrantes prácticas que socavan nuestra moral y dañan nuestra economía" (fin de la cita).

Su carta está llena de interrogantes a las que deberíamos buscar respuestas y de análisis que deberíamos interiorizar.

No soy del sector gastronómico, pero me alegra mucho que alguien del mismo y que lleva tanto tiempo en él, defienda a los trabajadores del sector que aún tienen vergüenza y dignidad, que son honestos y revolucionarios, aunque muchos piensen que ya no quedan trabajadores así.

También me han motivado los criterios de los jóvenes, que reclaman un papel más protagónico en la construcción de nuestro socialismo apoyando fundamentalmente lo planteado por el joven comunista L.A Labrada Ramírez. No creo que nuestra juventud esté perdida y si hay algunos pocos que lo están, la culpa es de nosotros, sus mayores, que no supimos educarlos e inculcarles los valores de nuestra Revolución, de nuestros héroes y mártires y de nuestra generación histórica, como los nombra A. Cordoví Rosabal.

En su misiva, dice G. Elosegui Fernández, que lo que debemos es tener cuadros con vergüenza revolucionaria, agregaría que, también debemos tener militantes comunistas y trabajadores con vergüenza revolucionaria, a fin de cuentas nuestro socialismo ha sido conducido por nuestros dirigentes pero construido por este mismo pueblo cubano.

Recomiendo leer y estudiar, a todo nuestro pueblo, las intervenciones hechas en el IV periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular por Marino Murillo, ministro de Economía y Planificación, por Osvaldo Martínez, presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional y el discurso de nuestro Presidente Raúl Castro, donde dice en una de sus partes, y cito textualmente:

"Tengo conciencia de las expectativas y honestas preocupaciones, expresadas por los diputados y los ciudadanos en cuanto a la velocidad y profundidad de los cambios que tenemos que introducir en el funcionamiento de la economía, en aras del fortalecimiento de nuestra sociedad socialista.

"En este sentido me limito, por ahora, a expresar que en la actualización del modelo económico cubano, cuestión en la que se avanza con un enfoque integral, no puede haber espacio a los riesgos de la improvisación y el apresuramiento. Es preciso caminar hacia el futuro, con paso firme y seguro, porque sencillamente no tenemos derecho a equivocarnos.

"Nunca debemos olvidar la enseñanza de Martí cuando dijo: ‘Se ha de hacer despacio lo que ha de durar mucho’."

En su discurso, Raúl, el más fiel y máximo exponente de las ideas de nuestro Comandante en Jefe Fidel, señala que el tema del empleo constituirá una de las prioridades para este año 2010, dado el bajo nivel de productividad existente, considero que este sí sería un buen tema a debatir por nuestro pueblo.

Nuestro sistema no será perfecto pero sí el más justo que hay en este mundo de hoy; y para concluir, quisiera expresar otra idea del más grande maestro de nuestro pueblo, José Martí:

"Haga cada uno su parte del deber y nadie podrá vencernos".

O. Martínez Bueno

Defendamos el Socialismo por encima de todo

He seguido detenidamente las diferentes opiniones que se publican en nuestra prensa sobre si el Estado cubano debiera o no privatizar determinados sectores de nuestra economía (el comercio y los servicios), fundamentalmente el minorista. También he estado al tanto de una serie de trabajos periodísticos que publica la prensa nacional y que tratan sobre diferentes dificultades, insuficiencias e incluso absurdos que están hoy gravitando negativamente sobre la economía del país y los servicios a la población. Se impone una pregunta: ¿Es la solución de estos y otros problemas que tenemos iniciar un proceso de privatización?

Antes de tratar de responder esta interrogante, creo necesario dejar sentado que Cuba es un país bloqueado por la potencia económica y militar más grande que haya existido en la historia de la humanidad, que nuestro país está insertado en un mundo que está sufriendo una crisis económica de carácter estructural, que durante medio siglo hemos estado amenazados por agresiones militares y padecido miles de actos terroristas de todo tipo y que como colofón de todo eso enfrentamos también los embates del cambio climático y sus principales consecuencias: los desastres naturales. Seamos justos y reconozcamos que el camino recorrido por la Revolución para construir la nueva sociedad ha estado siempre lleno de espinas y ha sido muy difícil.

Mi respuesta a la pregunta es que sería un error imperdonable intentar solucionar nuestros problemas actuales con privatizaciones que pudieran llevarnos, a mediano o largo plazos, al sistema capitalista imperante en Cuba antes de 1959. Además, si aceptamos ese criterio se pudiera llegar a la conclusión de que el Socialismo no ha sido capaz de dar solución a los problemas que hoy tenemos.

Yo no tengo dudas de que un capitalista dueño de un negocio, por grande o pequeño que sea, mejore el servicio que brinda, controle y ahorre sus recursos y aumente la eficiencia y calidad de su negocio (esa es la parte positiva) pero, junto a ello, es necesario reconocer que el capitalista trabaja para enriquecerse, explota el trabajo ajeno e intenta sacarle a la población el máximo de provecho; sus ganancias van a parar a su bolsillo. A ese costo y por ese camino se puede volver al pasado y es un precio que no es posible aceptar, muchas vidas valiosas se han perdido para poder llegar a lo que hemos logrado.

Es necesario, y estoy convencido que es posible, enfrentar y dar solución definitiva a los múltiples problemas que hoy padece nuestra economía y su comercio interior, con una visión de la realidad que vivimos en este siglo XXI que en nada se parece al que acaba de concluir. Nadie puede negar el esfuerzo y la capacidad de nuestra máxima dirección para ir dando solución a todos y cada una de las situaciones que preocupan e inquietan a nuestro pueblo. La tarea no es fácil debido a las limitaciones existentes pero creo que sí es posible.

Profundicemos y perfeccionemos nuestro sistema social a todos los niveles, y recordemos que Socialismo es: humanismo, solidaridad, ética, justicia, laboriosidad, honestidad, internacionalismo y amor a nuestros semejantes. Todo lo contrario de lo que ha demostrado ser el sistema capitalista que tiene a la humanidad al borde de su desaparición.

E. Regalado García

Extensión del horario ¿ positivo o negativo...?

Quien suscribe, es asiduo lector de la sección Cartas a la dirección y casi nunca dejo de leer la edición de los viernes, aprendo mucho con las ideas de los demás y cada día me convenzo más que esta nueva forma de reconocer y enfocar los problemas actuales por los que atraviesa nuestra sociedad, constituye un duro golpe para aquellos que se pasan la vida diciendo que en Cuba no tenemos democracia ni libertad de expresión.

En esta oportunidad me solidarizo con el criterio de L. Hernández publicado el pasado día 5 de este mes bajo el título Los sábados laborables ameritarían un análisis. más que abundar sobre ello quiero agregarle algo que entiendo está estrechamente relacionado con ese tema y se trata de la implementación en todo el país de la Resolución 187 del 2006 del Ministro de Trabajo y Seguridad Social donde faculta, a través de las DISPOSICIONES TRANSITORIAS de la mencionada Resolución, a los jefes de organismos, entidades nacionales y consejos de la administración provinciales a proponer adecuaciones a los horarios de trabajo; en cumplimiento de ella y de forma mecánica diría yo, se generalizó en todo el país una práctica de extensión de los horarios en casi todos los organismos de la administración central del estado que prestan servicios a la población, y me pregunto: ¿algún organismo para materializar estos cambios realizó estudios de la demanda de los usuarios para verificar si era factible o no..? pienso que de ser real mi hipótesis lo hicieron los menos, el resto procedió obedeciendo orientaciones centrales y hoy por hoy la realidad ha demostrado que los resultados que se han obtenido no son los que se esperaban, porque si es cierto que muchos organismos, con tiendas de comida, de ropas, talleres, etc, dieron una respuesta positiva en este sentido, no en todos los casos se comporta igual su objetividad ya que hay organismos que lejos de resolver un problema a la población han creado otros de carácter general que afectan a la sociedad originando más gastos de lo necesario al permanecer los centros abiertos más tiempo de lo normal, incluso se han habilitado hasta nuevos turnos de trabajo, se gasta más energía eléctrica, se pierde más tiempo, pudiéndolo invertir el obrero en cuestiones personales, domésticas, etc., y como diría alguien que ahora no recuerdo: "Si el tiempo es lo más caro, la pérdida de tiempo es el mayor de los derroches".

Entonces ¿por qué invertir tiempo donde la situación no lo amerita? ¿por qué estamos obligados siempre a cumplir con una Resolución aunque carezca de objetividad... ? No soy de los que les gusta criticar ni estar en contra de las leyes que dicta nuestro gobierno revolucionario porque creo se hacen para resolver una situación determinada, pero a la vez entiendo que nuestras administraciones no deben ser mecánicas a la hora de interpretar cualquier cuerpo legal venga de donde venga. parafraseando al propio Fidel, él mismo ha dicho que "aunque deba de tenerse una cultura de respeto a la ley, si esta es mala lo que tenemos que hacer es cambiarla".

J. Llorente López

El único cambio tiene que ser para mejorar nuestro Socialismo

Estoy al tanto de todas las publicaciones sobre el debate de ideas en torno a la necesidad de cambio en nuestro país, el único cambio que puede hacerse en nuestra Patria tiene que ser obligatoriamente para mejorar nuestro Socialismo y debe ser rápido.

Todo el que vivió el capitalismo salvaje en Cuba, donde el hombre era el enemigo del hombre, todo el que sabía un oficio y no se lo enseñó al ayudante, porque podía perder el puesto, sería bueno que los que hablan de privatización en Cuba leyeran La Historia me Absolverá para que comprendan cómo vivía nuestro pueblo y cómo vive hoy, con todas las conquistas de la Revolución y si queremos saber más que se documenten con la situación que se han encontrado los países del ALBA: cientos de miles seres humanos abandonados a su suerte y los políticos robando y cumpliendo las órdenes de Estados Unidos, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Es necesario que todo nuestro pueblo repase la historia de nuestra Patria desde Céspedes hasta 1959, cuántos hombres jóvenes han luchado y derramado su sangre por la Patria que queremos, la que tenemos hoy y que estamos obligados a luchar y morir por ella si fuese necesario; no es posible que alguien plantee cambios para retroceder sino cambios para seguir adelante, dando ejemplo al Mundo, no somos europeos, somos cubanos de pura cepa.

No es privatizar, lo necesario es cambiar nuestros servicios urgentemente, porque en estos momentos son un caos.

Un centro de servicio en cualquier lugar de Cuba, lo que deja es una gran pérdida al Estado, pérdidas por millones de pesos, todos los días y eso no hay Estado que lo aguante.

Usted administra una simple cafetería, tiene varios empleados, un administrador, y tal vez un subadministrador, el trato al público es pésimo, las condiciones higiénicas son malas, a nadie le importa si se vende o si no se vende porque todo es de Liborio, y el cliente tiene que morir en esa cafetería porque no hay otra que le haga competencia y el Estado paga a los empleados un salario, paga la luz, el agua, pone la mercancía y lo que recibe de ganancia es bastante poco, contando que los empleados traen sus mercancías y las venden, y el dinero es para ellos lógicamente.

Se sugiere que esa cafetería se le entregue a un cubano revolucionario como es lógico, el Estado le arriende esa cafetería y le suministre las mercancías y mensualmente ese administrativo le paga al Estado las mercancías y el arrendamiento, paga el agua, la luz y paga además el impuesto y vamos a ver si hay robo, vamos a ver la calidad del producto, vamos a ver la atención al público y la higiene de esa cafetería, vamos a ver cuánto ahorra el Estado, solamente recibe dinero por el arrendamiento, no paga empleados, no paga luz, no paga agua, no le roban y lo más importante en el plano político ideológico y patriótico es que enseñamos al hombre y a las nuevas generaciones la honradez, los principios, la ética el sentido de pertenencia y los valores morales.

Robar y luchar, como dice la gente en la calle, entraña un mal muy peligroso para nuestra Patria, a corto y largo plazos porque deforma y corrompe al ser humano y nuestra misión es formar hombres con sentido de pertenencia y amor a la Patria, la que ha derramado ríos de sangre de sus mejores hijos.

Nadie se llame a engaño, con los cantos de sirena del imperialismo yanki, ellos tienen en sus prioridades: destruir la Revolución cubana, por todos los medios, solamente esperan una brecha.

No tenemos mucho tiempo para hacer cualquier cambio, desgraciadamente los años no pasan por gusto y nuestros heroicos dirigentes históricos todos tienen algunos años y el imperio espera pacientemente que ellos desaparezcan para actuar.

No en todo el mundo se puede confiar para una acción importante como esta de cambios, los últimos acontecimientos con algunos dirigentes nos dan la medida de, como dice Raúl, que no podemos estar improvisando para equivocarnos.

Esto se puede aplicar en todos los servicios: zapatería, panadería, chapistería, pintura, construcción y todos los demás y cuando el administrador o como le quieran llamar incumpla o viole los reglamentos pierde el derecho a mantener dicho establecimiento y pasa a manos del Estado; todo es del Estado.

J. Rodríguez Vega

La institucionalidad no puede ser otra consigna

Recientemente el periódico Granma publicó el artículo De la burocracia y sus demonios de la periodista Lianet Arias Sosa; coincido plenamente con lo que se plantea y cito uno de los fragmentos: ...Si altos dirigentes del país no escatiman tiempo para dialogar con el pueblo y también con los periodistas, ¿por qué a otros les resulta tan difícil?

Soy director de una ESBU en la provincia de Camagüey, municipio de Céspedes, y enfatizo en el municipio ya que en los últimos tiempos el colectivo de alumnos y profesores de esta institución tan apartada de la capital, ha recibido más de seis misivas y hasta una llamada telefónica de José Ramón Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministros, tanto para orientar como para estimular nuestro trabajo; anterior ejemplo da prueba irrebatible que el querer hacer se materializa en hechos y realidades concretas.

Aprovecho la coyuntura de este tema para buscar puntos de contacto entre las opiniones que en los últimos meses llegan a Cartas a la Dirección sobre un asunto tan polémico: ¿Privatización o cambiar nuestra realidad desde el socialismo? El socialismo no lo adoptó el pueblo para renunciar a él o para introducir tendencias netamente de los países capitalistas que solo traen consigo marcadas diferencias sociales, el socialismo lo levantamos como bandera y debe ser parafraseando al más universal de los cubanos ara y no pedestal. No cabrá nunca la menor duda de que para el verdadero cubano, para el verdadero revolucionario, el camino a seguir es ratificar de forma perenne el sueño al fin logrado de Martí y contemplado en nuestra Constitución: "Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre".

La espada no podemos dejarla caer, seríamos nosotros mismos responsables y para ello nuestros dirigentes, cuadros, funcionarios desempeñan un papel trascendental, con énfasis en los de la base. No es deben, sino tienen que estar en contacto con el pueblo, escuchar sus opiniones, buscar soluciones trabajando en las causas que conducen los problemas, barrer el autoritarismo pero no la exigencia, eliminar la espera de una inquietud o una crítica que se convierte en un despacho que no llegará nunca, barrer la falta de creatividad, control y adherirse más a la tierra con los pies bien puestos sobre ella que a un automóvil sobre el pavimento, al cual muchas veces le dedican más tiempo que al pueblo trabajador.

La historia ha demostrado que el pueblo cubano es un pueblo que sigue a los líderes que toman como estandarte la moral, la ética, el estoicismo, la exigencia sobre la base del ejemplo propio y que como diría el Che "le duelan los problemas hasta el hígado’’.

Hay que hablar en un mismo idioma, dirigentes, funcionarios o cuadros de cualquier índole o instancias, hay que ver en Fidel, Raúl, Machado, José Ramón Fernández, Ramiro y otros, ejemplo ineludible a seguir, no son tiempos de continuar tolerando insuficiencias, existen millones de cubanas y cubanos capaces de llevar adelante esta gran obra, incluso en medio de la crisis económica, el bloqueo y nuestras insuficiencias internas a las cuales debemos poner punto final porque están saliendo ideas o sugerencias que no tienen cabida en nuestra sociedad; sostengo la opinión de que estar de espaldas a los problemas no puede seguir siendo la solución; creo que la institucionalidad no puede ser otra consigna hay que hacerla realidad.

A mis 24 años no me atrevo a dar recetas, he conversado esto con algunas personas mayores que yo, y solo afirman que comienzo a salir del cascarón, pero sí creo que aún desde esta posición faltan muchas ganas de hacer y hacer las cosas bien, he aquí uno de los agujeros para que existan ciudadanos que piensen en la privatización, que, a diferencia de la capa de ozono con su abertura, este hoyo sí puede taparse; trabajar más y mejor, controlar, exigir sin vacilaciones; claro está, y viene a mi mente una anécdota que nos hiciera Fidel en el X Congreso de la FEEM a los delegados que asistíamos cuando se hablaba del papel de los dirigentes estudiantiles, pero que puede contextualizarse, y fue la respuesta de Agramonte cuando alguien le preguntó con qué ganaría la guerra, el Mayor, nos decía Fidel, no vaciló, respondió enérgico: "Con la vergüenza de los camagüeyanos", y es la vergüenza, la verdad en la mano sin violar principio ético alguno, sin mentir jamás y el pueblo caminando a su lado, las armas con las que el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz ha logrado más de medio siglo de victorias.

R. J. Sánchez Long

Cosas que pasan y deben ser atajadas

He leído mucho este espacio y últimamente se ven muchos planteamientos acerca de los cambios que se proponen de paso a la privatización del comercio u otras ramas, tanto a favor como en contra. La mayoría, lo que veo lógico, en contra.

Ahora bien, quiero poner un ejemplo de las cosas que pasan y que pienso deben ser atajadas.

Cuando se habló del trabajo por cuenta propia, se hablaba mucho acerca de que el que era capaz de producir con sus manos e inteligencia, podía comercializar esos productos.

¿Qué ha pasado? Ahora muchos cuentapropistas viven de la venta de artículos, en su mayoría industriales, que no se sabe de dónde salen. En muchos casos uno se imagina de dónde, del desvío de recursos, del robo, de los negocios ilícitos, etc. Este es el caso de la plomería, donde antes existieron aquellas tiendas llamadas Plomeritos a las que uno podía ir a comprar lo que necesitaba en la casa. Ahora no. Ahora hay que ir al que las vende públicamente a los precios que él entiende y generalmente altos.

Pero no es solo esto. En nuestro país, desde que comenzó la Revolución Energética, nos pasó algo. Los tubos de luz fría desaparecieron del mercado por mucho tiempo. Estos se vendían en las ferreterías de la red comercial a precios módicos, 15–18 pesos en moneda nacional.

Ahora reaparecen después de mucho tiempo y se comienzan a vender nuevamente. Pero en las ferreterías donde fueron sacados se pusieron límites de hasta qué cantidad comprar por persona. Claro, para los revendedores que se las agencian para comprarlos en grandes cantidades ya que ellos no trabajan y pueden ir en el horario en que se venden, les es fácil comprar muchos.

Entonces he visto ya en algunos lugares, principalmente en los alrededores de la Plaza de Cuatro Caminos, la venta de estos tubos a precios elevados por estos revendedores.

Y me pregunto: ¿Nadie ve esto? ¿No hay inspectores que controlen el mercado ilícito? ¿No existe quién pueda establecer precios a estas personas?

Conclusión. Ya en las ferreterías es difícil comprar un tubo de luz fría. Pero no hay problemas, los revendedores los tienen en cantidades suficientes y a los precios que ellos le pongan.

P. A. Menéndez García

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