Publicadas el 19 de febrero de 2010

El debate enriquece

Desde sus inicios sigo muy de cerca la sección Cartas a la Dirección y con particular atención el debate que ha surgido en torno a propuestas de cambio en nuestra economía. Considero que esto es algo provechoso que enriquece el análisis que en tal sentido se plantea el país para definir con la mayor certeza posible que tipo de sociedad deseamos y podemos diseñar para el futuro, sin apartarnos de la esencia de nuestro proceso revolucionario.

Todas las opiniones tienen un valor y aportan elementos de juicio que se deben tener en cuenta, y aunque en ocasiones hay criterios contrapuestos siempre tienen sus partes positivas de una u otra forma.

A la hora de evaluar qué tipo de propiedad debe imperar en uno u otro sector de nuestra economía, debemos partir del punto de que el Estado es el representante máximo en el control sobre la propiedad social y sin renunciar a él, hay que evaluar el momento histórico que estamos viviendo y adaptarse al mismo sin perder el rumbo.

Lo que sucede hoy, con las tierras que no están produciendo, es un ejemplo palpable de lo que decía anteriormente. El Estado no ha dejado de ser el propietario de la tierra y la ha estado entregando en usufructo a los que estén en condiciones de hacerla producir. Este proceso, que no está exento de dificultades y trabas burocráticas, avanza y por medio de convenios se acredita la responsabilidad a las partes, tanto del que la entrega como del que la recibe. Ante la dificultad para mantener produciendo aquellas grandes extensiones de tierra se aplicó el Decreto Ley- 259, con lo que se demuestra la adopción de decisiones en correspondencia con el momento y la situación de cada etapa.

En otras ocasiones se definieron cuestiones de importancia como fueron: la legalización de la tenencia de divisas por los ciudadanos, la apertura de tiendas que venden en divisas, la creación de condiciones para el desarrollo de la producción mixta, el incremento del turismo y otras. Hoy el turismo es una de las ramas que más aporta a los ingresos del país y es una locomotora que hala a otras ramas que han logrado recuperarse poco a poco por el incentivo que representa satisfacer las demandas de la industria sin humo, algo en lo que queda mucho camino por recorrer.

Con estos argumentos creo que podemos entrar a evaluar estas cuestiones que están sobre el tapete y sobre las que debemos pronunciarnos con definiciones en un futuro próximo. Cabe preguntarse como dice D. González de la Cruz en su carta publicada el 29 de enero del 2010 ¿qué clase de propiedad social son los centros de servicio y gastronomía en que los gastos corresponden al Estado, mientras los beneficios, con todo tipo de orígenes fraudulentos e ilegales, van a parar a los bolsillos de quienes trabajan en ellos convirtiéndose en depredadores de la población y del Estado?

Podemos agregar otra pregunta. ¿Cuántos servicios se aseguran por parte del Estado en estos momentos con el rigor y la calidad que se requieren? Mencionaré algunos: reparación y tapizado de muebles, trabajos de soldadura y tapicería, reparación de calzado, copia de llaves y reparación de llavines (yales), trabajos de mecánica a autos particulares, trabajos de plomería y otros. Estas son actividades que en un alto porciento se realizan por particulares desde hace bastante tiempo, y de ellos: ¿todos pagan los correspondientes impuestos por trabajar por cuenta propia?

Otros servicios como pelado de hombres y mujeres, reparación de relojes y efectos electrodomésticos en unidades estatales, entre otros, ¿se cumplen los precios y regulaciones que tienen establecidas? ¿A dónde van a parar los ingresos que adicionalmente reciben?

Con estos argumentos y otros que por razones de espacio no detallamos, cabe razonar que es necesario buscar soluciones a los problemas que hoy nos afectan. Privatizar no es la opción más adecuada por todo lo que esto genera, por lo que considero que en el sector de los servicios y la gastronomía es aplicable un proceso organizado y controlado que permita establecer contratos bien definidos en los que se especifique la responsabilidad de las partes en cuanto a la cantidad máxima de trabajadores a emplear, formas de abastecimiento, precios, impuestos, gastos de electricidad, agua, condiciones de higiene y embellecimiento y otras, que liberen al Estado de esa carga y le permita dedicarse a sus funciones como tal.

También debe evaluarse con mayor fuerza el papel del trabajo por cuenta propia, que es una fuente de empleo para muchas personas que hoy sobran en nuestros centros, pero que tenga un sistema de control y funcionamiento mucho mas eficiente de lo que vemos a diario y que evite algo tan nocivo como el trabajo "por su cuenta" que lo hace con recursos sustraídos al Estado y no paga impuestos.

Salvar nuestro proceso revolucionario con soluciones apropiadas, es la aspiración de la gran mayoría de los cubanos y con ello demostrar la capacidad y validez de la propuesta de sociedad que hemos escogido.

N. Amador Torres

¿Qué es lo que tenemos?

Nuestro pueblo, es sin duda patriota a toda prueba, ama la Revolución y no permitirá desde lo más profundo de su corazón perder esta gran obra, que ha costado tanta sangre, ni que se intente jugar con ella.

Ha sido capaz de resistir los más elevados sacrificios por el que pueda pasar un ser humano.

Las agresiones constantes, invasiones, crisis como la de Octubre, bloqueos, terrorismo, unido a la desaparición del campo socialista y posteriormente la Unión Soviética, que provovó oportunistamente el despliegue total de una guerra económica, ideológica y subversiva atroz contra Cuba por parte de Estados Unidos, sus aliados europeos y de otros países de América y del mundo, serviles al imperio. Por otro lado la Izquierda claudicó y le hizo el juego al imperio, aunque siempre se escucharon voces dignas, pero eran excepciones.

Los de afuera y algunos de adentro apostaron que no resistiríamos, que la Revolución se derrumbaría.

Como siempre nuestro Comandante se creció ante todo esto y se adoptaron un número grande de decisiones sin temblarle la mano, deseables o no deseables que salvaron la Revolución. Y esa crisis que aún tenemos en cierta medida, tocó profundamente a toda la sociedad y la economía y transformó muchas cosas que hoy nos duelen a todos. Pero nos salvamos, ahora nos toca eliminar lo ineficiente y establecer un sistema económico eficiente.

Entonces me pregunto: ¿Lo que hoy tenemos es socialismo o capitalismo?

Lo que hoy funciona en nuestro país en lo económico no hay dónde encuadrarlo, solo sabemos que es un desastre y que funciona muy mal y el socialismo no puede ser así.

Últimamente se han hecho acciones que en otros momentos no nos hubiesen parecido oportunas y que van dando resultados, sobre todo en la agricultura y si en este campo intocable se hizo, hagamos lo necesario en las demás esferas de la economía y entonces empezarán a mejorar y ocupar el centro medio, la honradez, los hábitos y costumbres que siempre caracterizaron a nuestra sociedad.

Desde el punto de vista institucional, político e Ideológico, están los organismos e instituciones necesarias para asegurar la correcta aplicación de las medidas que se implanten y su permanente vigilancia y control.

Estoy seguro que si se hace una encuesta al pueblo y se le pregunta: ¿Usted apoya la Revolución?, una inmensa mayoría va a decir que sí. Y si se le pregunta: ¿Esto que funciona hoy es socialismo?, va a decir que no.

Todos queremos un socialismo funcional y eficaz, y como estamos en la llamada etapa de tránsito, pues esta debe crear las condiciones técnico-materiales que nos permitan pasar a una organización económica y social más avanzada, aplicar las más modernas tecnologías y lograr la máxima productividad, sin entregar el país y por eso decimos que se puede con la organización institucional del país y un Partido, como el que tenemos, fuerte y poderoso garante de la Revolución.

En esta etapa vale todo lo que nos dé eficiencia y que ese poder revolucionario que tenemos garantice adecuadamente la redistribución de las riquezas a todos los sectores de la sociedad.

Apliquemos ya y sin más demora las medidas necesarias. Desmontar todo aquello que es ineficiente y fragua de ladrones y delincuentes. Prefiero fórmulas que les den un buen servicio al pueblo y no seguir con la fórmula actual que está corrompiendo a toda la sociedad cubana, y desmontando poco a poco al pueblo de su hermosa obra.

P. Cruz Vento

Hay que accionar y buscar alternativas

En torno al debate que desde hace algunos meses se viene realizando en esta cada vez más leída sección, me sentí estimulado a participar y ofrecer mi modesto criterio, puesto que resulta un tema muy polémico, complejo y de difícil solución, aunque en todos los criterios que hemos leído se percibe con facilidad que llevan el mensaje de salvar el socialismo como única alternativa para no retornar a la barbarie.

No resulta comprensible hacer cualquier análisis sin antes mencionar el bloqueo económico, que más que un bloqueo económico ha devenido en una tenebrosa guerra económica, que con métodos cada vez más brutales ha tratado y trata de ponernos de rodillas para intentar demostrar al mundo la incapacidad del socialismo, para ello no han desechado ningún procedimiento, incluyendo el terrorismo de Estado, la mentira, el asesinato, la introducción de enfermedades y un rosario de acciones que superan al fascismo, por su carácter de genocidio y por el prolongado tiempo en que se ha mantenido con el propósito de destruirnos.

Comparto el criterio de que tenemos que liberarnos de estereotipos sedimentados en muchos años, cambiarlos, pero cambiar lo que debe ser cambiado, claramente expresado por nuestro Comandante en Jefe en el concepto de Revolución, además no podemos incurrir en la ingenuidad de arriesgar nuestro proyecto socialista, sería como pensar irremediablemente en el suicidio, puesto que cualquier espacio que descuidemos o abandonemos de inmediato lo ocupará el enemigo, que nunca ha dejado de acecharnos, y la palabra privatización realmente ¡espanta!, ya que todo el mundo sabe que los males incurables del mundo de hoy y el riesgo de que la especie humana y todas las especies desaparezcan, se debe al capitalismo, y el capitalismo nació brotando sangre y lodo de la cabeza a los pies, como dijo Marx y su esencia se fundamenta en la propiedad privada, causa de las desgracias de este mundo.

Tampoco debemos cruzarnos de brazos y seguir esperando, no se sabe cuánto, para salir progresivamente de este abanico de dificultades, algunas con solución inmediata y otras a más largo plazo, pero hay que accionar y buscar alternativas y comparto el término que lleve el rango de pronto.

La solución no llegará desgastándonos en polemizar si se privatiza o no, creo que nuestro país afortunadamente tiene suficiente inteligencia, profesionales de todo tipo, doctores, académicos, personas que asombran por su capacidad de análisis, que pudieran ocuparse (nuestro Estado seguro ya lo hace) y proponer las mejores alternativas, aunque no en todos los casos se advierten.

Está claro que por la ruta del exceso de tolerancia, la observación pasiva, las consignas, los ruegos y las exhortaciones no se resolverá ningún problema, los robos a los recursos del Estado y al pueblo crecen y cada vez se simula menos, provocando que el salario de los que trabajamos nos alcance menos, puesto que no es posible aspirar a una solución a corto plazo en un país donde todo el mundo consume y no todos aportan, por ello creo que el tema continúa abierto.

N. Valdés Pereda

Opinión de un joven socialista

Recientemente he venido leyendo las diversas opiniones sobre la polémica del tipo de propiedad sobre los medios de producción y quisiera dar mi humilde opinión desde la tónica de un joven militante de la UJC.

Primero que todo, me sumo a la opinión expresada por D. González de la Cruz, expresada en el Granma del viernes 28 de enero del presente año y cito: "¿Qué clase de propiedad social son los centros de servicio y gastronomía en que los gastos corresponden al Estado, mientras los beneficios, con todo tipo de orígenes fraudulentos e ilegales, van a parar a los bolsillos de quienes trabajan allí de manera impune y desvergonzada?"(fin de la cita).

En nuestra actual sociedad ha ocurrido un cambio lamentablemente para mal en que la gente piensa que robarle al Estado no es malo, sino que esta "resolviendo" y como está resolviendo incurre en todo tipo de tropelías para tratar de enriquecerse. Pienso que, según otras opiniones, aumentando solo el control y la exigencia esto no se va a resolver.

Yo no sé si algunas de las opiniones expresadas por otras personas son la solución, pero sí pienso que deberían tomarse en cuenta a la hora de resolver el problema porque nuestra actual situación exige un cambio radical en la política del Estado hacia este sector.

Según los clásicos del Marxismo, el socialismo engendra un tipo de enajenación que se basa en que las personas, al tener socializados los medios de producción y servicios, no los cuidan pues no se sienten realmente dueños de los mismos, esto lo vemos reflejado en la Cuba de hoy. Basta coger una guagua y se darán cuenta de lo que digo o mejor vayan a cualquier cafetería y sabrán que la situación no es de juego¼

Hay que notar que la cooperativización de las pequeñas empresas de servicios es una idea interesante pues cuando los que trabajan en ellas se sientan verdaderamente dueños de las mismas, seguro que no robarán y además tratarán de dar el mejor servicio posible, pues perderán la clientela. No con esto quiere decir que privaticemos todos los recursos y medios del Estado como el petróleo, la energía, el agua, la salud o la educación, en fin lo que nos hace un país independiente; incurrir en esto sería una locura y un acto de traición grave a nuestras conquistas y principios.

También creo que sería bueno fomentar un poco la competencia entre los centros de perfil similar ya que esto conllevaría a mejorar la eficiencia y calidad. En lugar de una fría emulación, regida y evaluada por los altos niveles y las inspecciones avisadas, dejemos que sean los propios usuarios los que evalúen nuestro trabajo.

Por otra parte, hay lectores que parece que tienen fobia a todo lo que se parezca a un medio de producción del tipo capitalista, a ellos les digo que las leyes del comercio y los servicios se inventaron mucho antes del capitalismo y pertenecen al primer hombre que se le ocurrió intercambiar el excedente de su producción por otro recurso que no tenía a su disposición; y me refiero a la opinión de L. Navarro Díaz. No hay que tener miedo a que nuestra prensa discuta estos asuntos.

Aunque parezca un sacrilegio, es importante tener en cuenta que si un barrendero gana lo mismo que un doctor nadie querrá superarse, lo cual no indica que no respondan ante la ley de igual forma; recuerden que es socialismo no igualitarismo, decía un profesor de mi universidad, además los clásicos lo dicen: de cada cual según su capacidad y a cada cual según su trabajo.

No hay que confundir nuestra ideología por cooperativizar las pequeñas empresas de servicios y quien tiene firme sus convicciones nunca flaqueará ante lo mal hecho o la injusticia. Al final los dejo con un pensamiento de alguien que no recuerdo su nombre. "El que no sabe de la historia se ve condenado a repetirla."

A. Bonzón Hernández

Al pasado jamás se vuelve

Los principios centrales del humanismo son:

1. Conservación de la integridad física y mental de todo individuo

2. Luchar por la mejoría de las relaciones interpersonales

3. El deber de satisfacer las necesidades y aspiraciones de la humanidad de forma tal que se cumplan los dos primeros principios.

Pensar en la propiedad privada como solución a nuestros problemas contradice estos principios, pues no ha sido la propiedad privada la que ha conducido a su cumplimiento, y las graves crisis globales: económica, financiera, alimentaria, ética, axiológica, ecológica, etc. Son precisamente producto de la propiedad privada. De donde se deduce que lo que hace falta es el socialismo y este para lograrlo necesita primero el desarrollo de una moral, de una conducta diaria basada en la fidelidad del cumplimiento del concepto de Revolución dado por Fidel, que sí responde a los principios centrales del humanismo. Lo que tiene que cambiar no es la propiedad social sobre los medios de producción por la propiedad privada, sino el cambio que tiene que producirse es el del no saber pensar por el de aprender a pensar.

Pensar siempre ha sido la tarea más difícil. Pensemos pues en cómo lograr hacer cumplir diariamente y en todo momento y lugar el concepto de Revolución de Fidel y nuestros problemas quedarán resueltos.

Por último, al pasado jamás se vuelve, y el presente acaba continuamente poniéndonos de cara al futuro, que está en el presente, ya que el tiempo inseparable del espacio es unidireccional y continuo.

A. A. Frómeta Gómez

¿Qué se logró con el cambio de los horarios de servicios?

Hace un tiempo la CTC y los organismos que brindan algún tipo de servicio a la población trabajaron en pos de acciones que favorecieran las necesarias correcciones en la disciplina laboral de nuestros trabajadores. Nos pareció muy beneficioso el establecimiento de horarios adecuados para que los trabajadores accedieran a servicios esenciales sin tener que afectar la jornada laboral. La divulgación que se hizo de aquel propósito fue amplia. Ha pasado un tiempo y como trabajadora me gustaría conocer por la prensa qué se logró avanzar en ese propósito.

Esta inquietud me surge porque como miembro de un núcleo familiar en el que todos trabajamos me siento muy incómoda y afectada por cambios en el horario de servicios del único establecimiento de productos agropecuarios cercano con que contamos. Sabemos que se trabaja por reorganizar la distribución y comercialización de los productos agrícolas y que en esto hay mucho que avanzar todavía. Estas modificaciones hicieron que de los diversos puestecitos que hace un tiempo disponíamos, ahora solo tenemos uno.

Hace tal vez un mes, llegaba del trabajo y lograba adquirir a las 6:00 p.m. lo que quedaba, que por supuesto era menos y de peor calidad que lo que necesitaba, pero soy optimista y espero tiempos mejores. Hace dos semanas cuando llegaba ya encontraba el mercado a punto de cerrar y con la mercancía ya recogida. Ahora me lo encuentro a las 5:00 p.m. ya cerrado. Pregunté a un empleado del establecimiento y me respondió que ahora ellos pertenecen a la Empresa de Mercados Agropecuarios Estatales de Boyeros y el horario de servicios es corrido de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.

¿Será que se puede limitar a los trabajadores de un servicio de importancia vital para todos como es la compra de productos del agro? ¿Tendré que dejar de trabajar para adquirir lo que necesita mi familia? ¿Será que tengo que hacer uso de ese servicio solo el fin de semana, sujeta a los problemas frecuentes de abastecimiento y a las colas de esos días? ¿Será que nadie del Consejo Popular, ni de la FMC, ni de la CTC se percata de la afectación que esto representa para los trabajadores?

Ya me había molestado cuando el correo cercano había cambiado su horario de servicio, que antes se extendía hasta las 6:00 p.m. y ahora concluye a las 5:00 p.m. ¿Pero el mercado agropecuario también?

Una vecina, también trabajadora, me dijo algo que no pude responder: "Aquí en Fontanar, el que trabaja no come".

C. Moliner Peña

Sobre el pago del pasaje en el transporte urbano capitalino

El sistema de cobro del pasaje en los Camellos (con un conductor-cobrador) tenía un aspecto positivo: la inmensa mayoría pagaba y recibía el vuelto. El aspecto negativo es conocido. El sistema actual no tiene ningún aspecto positivo y sí muchos negativos: muchísima gente no paga, hay choferes indiferentes ante esto, otros choferes guardan en sus bolsillos parte del dinero abonado (el mismo aspecto negativo del anterior sistema)...

Mi propuesta es la siguiente: subir nuevamente a los ómnibus al conductor-cobrador, pero antes bajar de los ómnibus el dinero. Esto último podría hacerse confeccionando tickets o monedas especialmente diseñadas y por valor de 40 centavos, que el ciudadano compraría en determinados lugares y pagaría el viaje con ellos. Los tickets o monedas podrían confeccionarse, por ejemplo, con plástico reciclado, lo que abarataría los costos de fabricación. Así se resolverían el problema del pago, el del menudo y el del robo de la recaudación.

E. P. Ramírez

Envíe su correspondencia a:
Periódico Granma. Departamento de Atención al Lector. General Suárez y Territorial. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. Código Postal: 10699. Zona Postal Habana 6, Apartado Postal 6187 o al correo electrónico: cartasaladireccion@granma.cip.cu Teléfonos 881 9712 o 881 3333, extensiones: 143,145, 148, 177.
 

 

SubirSubir