Publicadas
6 de mayo de 2011
¿Quién controla la calidad y la eficiencia?
Conversando con varios amigos y familiares, que
trabajamos en diferentes ramas de la economía y la vida del país,
todos coincidimos en que estamos agobiados con la cantidad de
documentos, actas, informes, en fin, papeles que debemos preparar
para recibir la Comprobación Nacional al Control Interno.
Pensé que se utilizaría la experiencia para
controlar, en primer lugar, la eficiencia y la calidad en todos los
sectores, desde luego conociendo, que esta es una responsabilidad,
en primera instancia, de los dirigentes y trabajadores, pero igual
lo es aplicar todas las medidas de Control Interno y crear toda la
documentación, procedimientos y mecanismos propios de cada rama.
Considero que lo más importante en este momento es
crear mecanismos que garanticen la calidad y la eficiencia en todo
lo que hagamos, de modo que una auditoría a cualquier nivel, a mi
juicio, debe centrarse en la actividad fundamental; no puede existir
un traje único, pero debemos revisar todos los indicadores
económicos, el consumo de materiales, el gasto de salario, el gasto
por peso producido y algo muy importante la calidad del producto
final con la garantía requerida.
No es posible que, por ejemplo, sigamos haciendo
edificios con un consumo de materiales superior a lo planificado y
que nadie responda por la calidad pasado unos meses, lo vemos o
escuchamos a diario, las pinturas exteriores se caen con las
primeras lluvias, los techos se filtran y eso ¿quién lo controla,
quién lo revisa, quién lo paga?
Igual lo vemos en las tiendas, en los centros de
elaboración de productos alimenticios, en los centros de servicio,
en los hospitales, en fin, salvo honrosas excepciones, prácticamente
en todas las esferas. Eso es lo que verdaderamente debe ser revisado
para garantizar la máxima calidad y la excelencia a la que
aspiramos.
En la portada del periódico Granma del pasado
miércoles 23 de marzo se publicó una cita que se ajusta
perfectamente, como nos tiene acostumbrado el Comandante en Jefe, a
estos tiempos:
"Crear burocracia es echar por el vertedero los
recursos humanos, es convertir un hombre o una mujer en un ciudadano
inútil y parasitario; es echar por la borda la energía y la
inteligencia humanas, que deben emplearse en cosas útiles a la
sociedad, en cosas útiles a los seres humanos". Fidel, 30 de enero
de 1967
Todos confiamos en que los Lineamientos para
actualizar el modelo económico son el hilo para andar por el camino
correcto, dediquemos las energías e inteligencias colectivas para
lograrlo, no nos desviemos del camino para llegar al objetivo final.
J. C. Reyes Portilla
Las multas no deben ser metas a cumplir
El 3 de marzo de este mismo año leí en el periódico
Granma, la carta de un contribuyente quejándose sobre una multa mal
puesta debido a que el inspector integral del Poder Popular
planteaba que debía caminar. El contribuyente, según planteaba, era
vendedor ambulante. Es preocupante ver semejantes acciones, soy
contribuyente, le pago al Estado todo lo necesario y establecido por
la ley, y siempre antes del tiempo de vencimiento, mi licencia es
también por vendedor ambulante en el municipio de Guanabacoa, mas mi
preocupación está en por qué los inspectores aplican multas sin
razón alguna legalmente, en la Gaceta Oficial no existe
contravención que plantee semejante situación ni infracción porque
un vendedor ambulante tenga que estar caminando todo el tiempo, el
vendedor ambulante realiza sus operaciones de ventas en la vía
publica mientras respete lugares y espacios establecidos legalmente,
valora el tiempo y su venta diaria y dónde le conviene mejor su
venta, no existe ser humano que esté caminando diariamente más de
ocho horas de trabajo bajo el sol en muchas ocasiones, y no son
pocos los que hemos sido multados por esa situación, además, el
inspector debe tener ética en el trabajo, ser profesional,
preventivo, de buena conducta, de buen léxico al conversar con el
afectado y llevarlo al convencimiento de que está realizando algo
indebido, no imponerse sin más explicación ante el contribuyente.
Hoy en día cuesta mucho, al igual que al Estado
cubano, el poder realizar cualquier ejercicio por cuenta propia, los
materiales hay que buscarlos, bien caros en muchas ocasiones, sin
embargo, existen en el país muchísimas violaciones y por esta misma
sección salen s violaciones e ilegalidades netas que se cometen a
diario en la vida ciudadana, el no pago del pasaje del ómnibus, el
maltrato a la propiedad pública, salideros indebidos, los botes de
basuras incorrectos, el fumar dentro de establecimientos públicos,
el dejar que dueños de animales realicen sus necesidades en medio de
la acera, el poner los pies en la pared, dondequiera existe una
ilegalidad, ¿por qué esa insistencia de multar al contribuyente?
No hace mucho tuve una conversación con una pareja
de inspectoras de la Dirección Integral de Guanabacoa que me
requerían por la misma situación anterior, el tener que caminar, les
decía que no existe ley alguna que me obligara a ello, además de
requerirles que los compañeros que nos atendían a nosotros son los
verificadores fiscales de la ONAT y lo curioso de todo es que me
plantearon que tenían obligadamente una meta que cumplir de diez
multas diarias, eso es ilógico e improcedente. Las multas no deben
ser metas a cumplir porque se distorsiona el trabajo del inspector
como si fuera una producción de medios y utensilios.
No estoy en contra de que se actúe, y entiéndase
bien, si se comete alguna ilegalidad, pero hoy cuesta mucho poder
producir 250.00 pesos para la vida diaria, para que luego tenga que
darlos por ser multado injustamente debido a la incompetencia de
alguien que no ha leído tan siquiera sus obligaciones, ni la Gaceta
de la República.
La dirección del país nos ha dado su apoyo en esta
nueva modalidad de trabajo y situaciones como estas empañan su buen
funcionamiento.
L. Andrade Fernández
Pagar más por un proyecto cuando más racionalice
Desde hace ya muchos años tengo una preocupación con
lo que establece el Frente de Proyectos de Cuba y lo he planteado en
cuanta oportunidad he tenido, pero la respuesta siempre es, eso es
lo que está estipulado. Me refiero a la manera de determinar el
precio de un proyecto, ya que se aplica una fórmula donde interviene
el costo de la obra, o sea que mientras más cara es la obra que se
proyecta más cuesta el proyecto.
Esto trae como consecuencia que el proyectista, como
gana un porcentaje del costo de proyecto, o su plan de producción se
mide en miles de pesos, nunca estará motivado a racionalizar ya que
además de ganar menos, las innovaciones para racionalizar casi
siempre le llevarían más tiempo, solo se exceptúa de esto cuando se
trabaja por licitaciones, que entonces sí hay que buscar la solución
más factible para poder ganar.
Para mí se debería buscar la fórmula que se pague
más por un proyecto que racionalice, ya que esto después se
traduciría en economía en la obra e incentivaría a los proyectistas
a prepararse más y buscar mejores soluciones.
A raíz de esto en la comisión que dirigió el
Comandante de la Revolución Ramiro Valdés en el Congreso, se
solicitó que se estimulara en el salario cuando se tomara una
solución a pie de obra que racionalice, o por lo menos así lo
entendí; hay que tener en cuenta siempre, que todas las obras deben
tener un proyecto y que cualquier cambio debe estar autorizado por
el proyectista, no vaya a ser que ahora, si se aprueba en la
implementación y que se entienda que no estoy en contra, todo el
mundo empiece a racionalizar por su cuenta sin la aprobación del
proyectista.
L. Fleites Rivero
Guerra acústica: ¿será la solución?
El 27 de abril salió publicado una nota del
compañero Rolando Pérez Betancourt, titulado: Los ruidosos, no.2. Me
llamó la atención porque tanto que se ha escrito acerca del tema y
seguimos con el problema del ruido en nuestro entorno. Incluso el
Presidente Raúl Castro Ruz hizo alusión a este problema en el
informe del recién concluido Congreso del Partido.
En el artículo del periodista se hace referencia a
que se debe hacer algo a favor de la mayoría agredida. Sé que
existen leyes que regulan la contaminación atmosférica por ruidos
excesivos. Sin embargo, estas leyes en la mayoría de los casos creo
que ni se conocen, no se cumplen o lo que es peor no se hacen
cumplir.
Vivo en la barriada de Regla, justamente a dos
cuadras de la estación de policía del pueblo. Si doy este detalle es
porque pensé que por la situación estratégica encontraría más
tranquilidad. Hace poco se realizó en mi cuadra la reunión de
rendición de cuenta y el tema central giró en torno a la
indisciplina social. Para mi sorpresa solo se habló del despilfarro.
Entiendo que es necesario ahorrar pero el escándalo
de los vecinos, el juego de los niños en las calles, la música a
altos decibeles, así como las familias reunidas en las aceras
tomando el fresco de la calle con sillones ¿no son acaso parte de
esas indisciplinas?
Mi esposo y yo trabajamos en otros municipios, él es
médico, yo investigadora, ambos nos levantamos muy temprano para
poder llegar a nuestro trabajo. Se hace difícil incorporarse por las
mañanas cuando la noche anterior los vecinos tienen la música tan
alta (con karaoke incluido), mientras que otros se sientan en la
acera, debajo de mi ventana, creyendo que están a plenitud en la
sala de su casa.
Nosotros hemos conversado con ellos pero las
respuestas siempre son las mismas: Hoy es sábado día de fiesta y
mañana no se trabaja, o la acera es de todo el mundo y la calle
también. He visto pasar la patrulla a deshoras por la cuadra
(recuerden mi ubicación) y a pesar de estas incidencias no se les
dice nada. Una vez el Jefe de Sector llamó la atención a unos
vecinos por tener los bafles para la calle, pero eso fue una vez¼
Si las personas ven estos actos como normales, como
parte de la cultura cubana sin que se les llame la atención (y digo
específicamente las autoridades), qué quedará para un simple
ciudadano que reclame sus derechos. Entiendo que las personas
quieran divertirse pero hay otras que prefieren la tranquilidad. Por
otra parte los niños deben jugar pues complementa su formación pero
deben hacerlo en lugares apropiados, las calles son un peligro para
los infantes.
A veces uno se cansa de tanto batallar exigiendo sus
derechos sin obtener resultados satisfactorios. Incluso he pensado
en las palabras de un colega que vive en el Vedado con la misma
situación y ha comenzado una guerra acústica contra sus vecinos
porque por más que habla con ellos, estos no ceden. Entonces me
pregunto ¿será esta la solución? Si no se toman medidas habrá muchos
como mi colega que al final terminan integrándose a este mar de
indisciplinas.
M. Cabarroi Hernández
Mal uso de aceites usados: efecto letal
Como resultado de los procesos productivos y el
empleo de maquinarias, se genera un volumen considerable de aceites
y lubricantes que, una vez perdidas sus cualidades químicas
fundamentales, clasifican como desechos peligrosos por estar
contaminados con partículas metálicas del desgaste de piezas en
movimiento y fricción por oxidación del aceite. Estos aceites
manipulados inadecuadamente causan daños a la salud humana y al
ecosistema.
El hombre, en su afán de deshacerse del aceite
usado, lo emplea, de forma negligente, en los usos más variados e
inimaginables. Así vemos como son vertidos en caminos como forma
artesanal de pavimentación, en la campaña antivectorial, para
embadurnar la madera o los árboles, como una manera de protegerlos
de las plagas, y los ganaderos lo usan como recurso para eliminar
las garrapatas que se adhieren a la piel de las vacas.
El impacto ambiental no se ve a corto plazo porque
la infiltración del lubricante hacia los mantos acuíferos es lenta y
su degradación puede durar cientos de años. El aceite contiene una
serie de hidrocarburos no degradables biológicamente, que destruyen
el humus vegetal y acaban con la fertilidad del suelo. Este tipo de
desecho contiene sustancias tóxicas como plomo, cadmio y compuestos
de cloro, los cuales contaminan la tierra. Para tener una idea de la
magnitud del fenómeno, diremos que un litro de aceites usados mal
manejado, puede contaminar hasta mil metros cúbicos de agua potable,
lo cual constituye el consumo anual de ese líquido para 50 personas
En correspondencia con lo expresado el actuar de
todos los empresarios de nuestro país debe ser en función de dar a
estas sustancias nocivas el tratamiento adecuado, recolectándolos en
lugares seguros y procediendo luego a su entrega en las empresas
comercializadoras de combustibles de todo el país, garantizando de
esta forma que se les dé el mejor destino a este producto altamente
tóxico y contaminante.
M. Rodríguez Fuentes
Lo de los revendedores en La Habana, mucho peor
Hace unos días leí la carta de J. A. García
Caballero, donde expresaba su preocupación sobre cuentapropistas en
Holguín, que revendían en sus tarimas artículos que solo se pueden
obtener en las redes de tiendas en divisas o mercados estatales. Me
parece muy acertado su planteamiento, solo que ese no es un mal que
padece Holguín, sino toda Cuba y aquí en La Habana es mucho peor.
Por solo poner un ejemplo, en días pasados estuve
buscando una resistencia eléctrica para sustituir la de mi ducha, en
varias tiendas de Centro Habana y La Habana Vieja sin poder
encontrarla y cual no sería mi sorpresa cuando al pasar por la calle
Neptuno entre San Nicolás y Manrique, donde hay varias tarimas o
tiendas de cuentapropistas, varios de ellos tenían las referidas
resistencias por un precio de 10.00 CUC, o 250.00 MN, cuando en las
tiendas recaudadoras de divisas ese artículo se oferta a un precio
menor de 5.00 CUC.
Realmente no es necesario ningún análisis sobre este
tema pues es obvio que eso no está autorizado, solo que los que
deben hacer cumplir lo establecido, no lo están haciendo bien
posibilitando que otros vivan de nuestro trabajo.
El camino a recorrer es largo, pero es el de todos.
C. A. Mendez Feliú
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