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Publicadas
el 10 de abril de 2009
“Tropiezos” para inscribir a un recién nacido
El jueves 19 de marzo de 2009 nació mi nieto en el
Hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas, en Santiago de Cuba.
Como el parto fue normal, el sábado 21 les dieron el alta a ambos
sin que quedara el recién nacido inscrito por la registradora
asignada al hospital (no sé por qué causa) y, como los padres no son
casados, con la orientación de esta a mi hija de que el padre, no
obstante haberse mantenido al lado de ambos todo el tiempo, se
personara el lunes 23 en el Registro Civil de Santiago de Cuba con
un sello de 5,00 pesos MN para inscribir al pequeño.
Al llegar el lunes comenzaron las dificultades, el
padre de mi nieto se dirigió al Registro Civil en la mañana y fue
atendido por el custodio, quien le explicó que tenían que personarse
los dos padres con el recién nacido y tres sellos de 5,00 pesos MN y
pedir el último de la cola.
El martes 24, personalmente fui al Registro Civil a
orientarme del procedimiento de inscripción, pues me parecía un
disparate que tuvieran que ir los padres con el recién nacido, hacer
una cola sin ningún tipo de condiciones ni prioridades para las
recién paridas, además de que la información de los sellos era
contradictoria; entonces se me comunicó que solo debían venir los
padres y traer tres sellos de 5,00 pesos MN, y por la misma cola.
El jueves 26 me quedé con mi nieto y fueron para la
cola del Registro Civil bien temprano en la mañana los padres del
niño y la suegra de mi hija, y al llegar al lugar se tropezaron con
que el Registro daba turnos contados, por ticket, a una misma cola
con diferentes trámites a realizar por la población, y aunque la
mayoría de las personas allí presentes fueran a solicitar
certificaciones literales de nacimiento y la parte de inscripción de
bebés estaba vacía, era la misma cola. Todos debían pasar por una
misma oficina general que es la que distribuye al personal y donde
se les informó que los primeros 15 turnos ya estaban reservados (en
realidad por personas que se dedican a este negocio de hacer
reservaciones por dinero), de manera que aunque durmieran en el
lugar no tenían la mínima oportunidad de alcanzar uno de estos
lugares, el resto ya estaba cubierto; no obstante, la abuelita de mi
nieto supo, por personas de la mencionada cola que se le acercaron
al escucharla quejarse expresando sus necesidades, que si se ponía
de acuerdo con los registradores por un precio de 5,00 pesos
convertibles no tenía que hacer la cola y el trámite de inscripción
quedaba resuelto, o los que cogían turnos ponían precio conforme a
lo que fuera a solicitar, lo cual la indignó y decidió hablar con
alguna autoridad administrativa del Registro. Al dirigirse a la
recepcionista, esta le comunicó que era por la misma cola y que solo
daban cinco turnos para todos los trámites.
Al querer resolver la inscripción comencé a
averiguar si podía inscribir a mi nieto en el Registro Civil de El
Caney, que está menos lleno y acude menos personal, pero me
explicaron que las inscripciones se realizan en el lugar donde la
madre tiene su dirección, por tal motivo el miércoles 1ro. de abril
volví al Registro Civil donde encontré las mismas condiciones
narradas anteriormente, y decidí hablar con la Directora, la cual,
al verla y llamarla por su nombre, Mirtha, me miró y dio la espalda
sin contestarme, la seguí a su oficina y, al tratar de hablar con
ella, se viró hacia mí y a viva voz me dijo, sin permitirme
articular palabra alguna, "que no me podía atender, que estaba en
problema organizacional", lo cual repitió dos veces dejándome sin
saber qué hacer, en total estado de indefensión.
Al salir de la oficina traté de buscar otra opción,
observé a la recepcionista que era otra compañera distinta a la de
la primera vez que acudí, de nombre Isabel, y que supe que es la
auxiliar de limpieza que presta este servicio cuando la titular de
la plaza falta. Con mala forma con los compañeros de la cola, y
hasta expresándose con palabras obscenas sobre los incapacitados,
pues manifestaba que "tenían la cola embromada, eran los que la
ponían mala"; mientras pensaba qué hacer, la Directora tuvo unas
palabras en tono fuerte y desafiante con la que tenía el número uno
de la cola, por lo que viendo aquello me dirigí directamente a la
compañera que hace los registros de bebés, que además estaba vacía y
hasta ese momento —las 9 y 30 de la mañana— los que habían pasado de
la cola no habían solicitado sus servicios, pues estaban para otros
trámites. Le expliqué mis pretensiones y las incidencias pasadas, se
sensibilizó con mi explicación y finalmente mi nieto fue inscrito,
lo que agradezco mucho.
No se concibe que haya tanta desorganización,
deshumanización y maltrato a la población, desde la directora hasta
la recepcionista, que se permita que se realicen acciones dentro y
fuera del mismo con fines lucrativos, de enriquecimiento ilícito que
impliquen corrupción y malestar al pueblo, en un lugar donde la
población tiene que ir obligatoriamente para realizar trámites en
una institución de Justicia.
M. Labiste González
Las rutas “P” pueden mejorar y recuperar su servicio
inicial
Tengo como todo cubano revolucionario un grupo de
preocupaciones, pero quisiera concentrarme esta vez en una, la que
se refiere al transporte masivo, concretamente los "P".
Estos ómnibus comenzaron con un servicio de
excelencia, además muy limpios, con todos sus atributos activos,
luces laterales, identificación, bocinas, bajo nivel de ruido, buena
frecuencia y otras comodidades que nos alegraban mucho.
A medida que fue pasando el tiempo comenzaron a
desaparecer cosas, fue cambiando la frecuencia y esto trae consigo
exceso de personas, riesgo de roturas de puertas, suciedad en los
ómnibus, ya se advierten algunos letreritos de mal gusto escritos
por los que les resulta imposible vivir civilizadamente, las luces
(farolitos) laterales se empezaron a apagar y nadie las repuso, e
incluso ya muchos ómnibus, en especial el P-1, perdieron la
identificación, les falta el 1 o la P. Añado que aunque no lo creo
oí decir que los bombillitos se los robaban para situarlos en autos
particulares.
Además quiero enfatizar algo que molesta mucho y no
hay síntomas de solución: cada vez menos personas pagan el ómnibus,
muchos entran por las puertas traseras aunque esté vacío y hay mil
formas de evitar este desorden, pero no se adopta medida alguna.
El otro problema es la música alta, y aunque todo el
mundo en todos los periódicos se lamenta, critica y denuncia,
tampoco se advierte solución y realmente la tiene si alguien pensara
que se puede mecánicamente ajustar el equipo a un volumen racional,
pero no se hace.
Quisiera que se pensara en esto y las cosas pasaran
la frontera de la crítica, la denuncia y el lamento, y se
convirtieran en soluciones concretas, y no esperar que la
espontaneidad sea quien las resuelva o la conciencia, puesto que
tenemos que actuar con medidas severas para que los deberes se
conviertan en hábitos y fluyan normalmente.
N. Valdés Pereda
El respeto a lo que tiene que ser sagrado
Me dirijo a esta sección porque no veo que se avance
absolutamente nada en la solución de algo que para mí resulta,
además de insoportable, bochornoso y falto de respeto a los símbolos
importantes de nuestra historia patria.
Ya en anterior ocasión en que este tema fue tocado,
incluso en una queja mía publicada en Juventud Rebelde, fui visitado
por dos funcionarias de Comunales, las cuales, muy amablemente,
trataron de darme tranquilidad e informaban de medidas que se
estarían tomando de forma integral para dar solución, no solo a lo
que yo "tan justamente", según sus palabras, había manifestado, sino
también a otras áreas que pertenecen al entorno.
En concreto, mi extraordinario descontento, para
llamarlo de una forma mesurada, se refiere al "uso" que le dan al
conjunto monumentario del Parque Central, donde el área del
monumento a nuestro Apóstol ya se usa como asiento y mesa para
beber, fumar, descargar e incluso para manifestaciones de "cariño",
como si se cobijaran bajo el amor que destilan las páginas de
nuestro José Martí.
Por otra parte, los canteros que nos recuerdan las
tumbas de los ocho estudiantes de medicina, vilmente asesinados por
la Corona española sirven de asientos a los que pacientemente
esperan la llegada de los ómnibus que tienen su parada en ese lugar.
Como quiera que no veo por ninguna parte ni el más
ligero atisbo de solución, me atrevería a sugerir, una vez más, que
al menos se coloquen avisos en español e inglés, (los turistas
también hacen gala de falta de respeto, pienso que por ignorancia de
lo que esos sitios representan), que ilustren lo que significan esos
lugares y con la prohibición estricta de usarlos para otra cosa que
no sea fotografiarlos y respetarlos, así como prohibir el acceso a
la plataforma del monumento y sentarse en los muros periféricos de
mármol... ¿será esto tan caro y difícil?
M. Ortega Fernández
Una heladería… sin helados
El sábado 28 de marzo, sobre las 12 y algo de la
madrugada, me dirigí junto a mi esposo al Malecón habanero para
refrescar por el intenso calor y fuimos a diversos puntos de venta
de helados en divisas como la muy conocida Heladería Bim Bom, de
Infanta y Malecón. Al llegar allí y pedir, por supuesto, helado, nos
dijeron que no había, que lo que se estaba vendiendo eran refrescos,
bebidas, etc. No entiendo como en una heladería no hay helado.
Seguimos caminando y al lado de este punto de venta
hay otra cafetería en la gasolinera. Al entrar la dependienta le
dice al custodio: "Recuerda que te habíamos dicho que no dejaras
pasar a más nadie, ¿o no estás pendiente a lo que estás haciendo¼
?", etc. Tras estar allí dos minutos parados se decidió a
atendernos. Por supuesto, también le pedimos helado y ella nos dice
que la nevera está rota¼ Miramos la
nevera y estaba repleta de helado.
Salimos de allí pensando: ¿cómo puede suceder esto;
entonces, todo ese helado se bota a la basura o simplemente se
derrite y al otro día cuando supuestamente arreglen la nevera se le
vuelve a vender al consumidor?
No entiendo que pasen estas cosas.
Seguimos caminando y al llegar a la cafetería de San
Lázaro y Malecón, volvimos a pedir helados y¼
había helado, pero no había cucharas. Esto no se entiende.
Seguros estamos de que no solamente nosotros hemos
pasado por esta "helada" experiencia.
Y. Marín Vidiaux
El arreglo de las avenidas en la capital
No soy constructor pero por los años vividos y las
observaciones que uno hace quiero trasladar la siguiente opinión.
Actualmente se están arreglando las avenidas en
nuestra capital y he observado desde hace algún tiempo cómo lo están
haciendo en sentido general, y pienso que no es la forma más
positiva para obtener buenos y duraderos resultados.
Recuerdo cómo se hacía años atrás: quitaban con una
máquina todo el material viejo de la calle en cuestión y después
rellenaban con piedra, etc., donde hiciera falta se hacía el trabajo
necesario y finalmente se echaba la capa de asfalto.
En la forma en que lo están haciendo ahora considero
que está mal hecho por lo que ocasiona. No quitan el material viejo,
echan el material nuevo sobre el anterior y ¿qué pasa? La altura de
la calle aumenta y está provocando que haya zonas donde las calles
están al nivel del contén o les falta poco, o sea, el contén
desaparece. Y otra cosa peor aún, las alcantarillas se van quedando
abajo provocando un nuevo bache, muy peligroso por cierto. Ejemplo
de esto sucede en la 5ta. Avenida de Miramar, pero hay muchas
avenidas y calles que tienen este problema.
Además, las calles en su origen junto al contén
tienen como un quicio de dos cuartas más o menos de ancho, y algo
inclinado para que cuando llueva el agua corra hacia las
alcantarillas, etc. Esto en la forma que están trabajando también
desaparece, lo tapan, o sea, queda eliminado.
De continuar trabajando así, cuando llueva el agua
correrá por las aceras y habrá lugares en que entrará a las
viviendas.
Otro asunto que se observa es que hay avenidas que,
después de terminadas de arreglar, las dejan con baches, da la
impresión de que el material no alcanza. Esto nadie lo sabe, quedan
a la imaginación de cada ciudadano los comentarios.
En este tema debemos plantear también las opiniones
de muchos ciudadanos que se preguntan por qué estos trabajos no se
hacen de noche y así se afecta menos el tránsito de los vehículos.
Además se debe resolver, cuando sea necesario, poner los
señalamientos de peligro tanto de día como de noche, y si es un
lugar muy peligroso poner una guardia y así evitar accidentes, la no
atención a esto último actualmente está provocando serios problemas.
Otro asunto vinculado con este tema y que no debemos
pasar por alto es la situación que viene pasando desde hace mucho
tiempo con la empresa Aguas de La Habana, que rompe las calles y a
veces las aceras para hacer su trabajo y luego se marchan y no
arreglan lo que rompieron, se les llama la atención y responden que
después viene otra brigada a arreglar aquello y esa brigada nunca
aparece.
J. A. Morente
Una marianense preocupada por la humareda
Vivo en el municipio de Marianao, precisamente cerca
del vertedero de basura. Resulta que a veces se prende sola la
basura y causa humaredas, aunque apenas afecta a la población
cercana a este lugar pues desaparece pronto. Pero ahora quisiera
saber por qué es el día entero y por qué llevamos una semana en que
casi todo Marianao está envuelto en una nube de humo, peor que una
neblina.
Todos mis vecinos están enfermos de la garganta,
niños con asma, como mis niños, una de 12 y dos de tres años,
gemelos, que para llevarlos al círculo tengo que disfrazarlos de
ninjas, porque no se les quita la falta de aire. Varias personas
afónicas, incluida yo, que no tengo voz y llevo días con fiebre;
otras se quejan de ardentía en los ojos, como yo.
Me pregunto ¿qué es esto?¿A qué se refieren cuando
escucho decir que hay que proteger el medio ambiente?
Nada, que esa basura no se está prendiendo sola,
sospecho que tras todo esto hay un irresponsable al que no le
importan las consecuencias de sus actos, ni respeta la salud de los
que vivimos cerca de este horrible vertedero.
S. Varela Echeverría
Otra inquietud sobre los artículos
electrodomésticos
Hace alrededor de tres meses llevé mi olla
multipropósito (la Reina), al Consolidado de Servicios en El Caney,
municipio de Santiago de Cuba, donde vivo, porque se le partió el
cordón eléctrico; el arreglo no fue posible porque no había dicha
pieza. El mecánico me recomendó que no la utilizara hasta que no
cambiara el chasis de la olla porque estaba en mal estado y podía
explotar; y dijo que la próxima semana entrarían piezas a la unidad.
Verdaderamente llegaron las piezas, pero no para el
tipo de mi olla (las de 30 minutos OCHATE). Realicé un recorrido por
los talleres de la ciudad y no aparecen chasis para esta marca,
también busqué, con la ayuda de familiares en Manzanillo, y tampoco
los encontraron.
Por medio de otro familiar que vive en La Habana,
conseguimos un chasis de este tipo por valor de $75,00. Qué dolor
cuando llegué al consolidado de El Caney, con la olla y el nuevo
chasis y, después de más de una hora de espera pues había un solo
mecánico, me explica que a dicho chasis hay que hacerle una
adaptación pero no tenían herramientas para ese trabajo.
Todo esto se agudiza porque mi circunscripción es
una de las pocas existentes en el poblado de El Caney a la que aún
no se ha entregado la olla de tres válvulas, haciendo el problema
más grave.
Conozco del esfuerzo que ha realizado y realiza el
Estado por mejorar las condiciones de vida de la población, es
lastimoso que la alegría en casa dure tan poco, y lo peor, que
ocurra por falta de gestión.
N. Hermosilla Soto
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