Después de toda una vida consagrado al estudio
recibí en la Universidad de Santa Clara el título de Ingeniero en
Telecomunicaciones y Electrónica.
Soy militante de la UJC, no tenía más anhelo que
llevar a la práctica todo el conocimiento recibido durante mi
carrera y de esta forma serle útil a la Revolución que tanto ha
apostado porque sus hijos se eduquen y que en noble gesto,
retribuyan tal desvelo, siendo dignos trabajadores de nuestra
sociedad.
A finales de julio del 2008, aparecen en el mural de
la Facultad de Eléctrica a la cual pertenecía, las ubicaciones
laborales para la especialidad de Telecomunicaciones
correspondientes al curso 2007-2008, las cuales son enviadas por el
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Para la provincia de
Camagüey se disponían 5 plazas que correspondían estrictamente a los
5 estudiantes que tenían inscritos los funcionarios del MTSS.
Concluida la reunión del otorgamiento de plazas,
quedaron dos estudiantes de la provincia agramontina que por error
de ellos no los tenían como camagüeyanos y tenían que dar solución,
es decir, ofertarles una plaza a cada uno. De un momento a otro sin
siquiera pararse de sus asientos, aquellos funcionarios pusieron a
disposición de mis compañeros dos ubicaciones que antes no se habían
puesto a disposición del colectivo de alumnos, situación que deja
mucho que decir.
Al ver estos acontecimientos, le pregunto a la
compañera del MTSS que si no tenían otra plaza que no fuera el Grupo
Empresarial de la Construcción (GECONS) y la respuesta fue negativa.
No entendía por qué si hay más ofertas, no las ponen
todas a nuestra disposición, para que sean los estudiantes por su
capacidad y dedicación los que seleccionen sus carreras y no por
ellos, que en uso de sus facultades, determinen cuáles plazas
ofertar y cuáles no.
El 4 de agosto del 2008 me presenté en el
Departamento de Recursos Humanos, al cual fui asignado en busca de
información pues no tenía ni idea de qué iba a hacer allí. Al
llegar, para mi sorpresa, me percato de que no estaban enterados de
mi asignación al lugar. Rápidamente muestran interés al hecho de que
les hubiesen asignado un profesional y me plantean que no importaba
que no fuese un arquitecto o un ingeniero civil (que son la cantera
fundamental de la empresa), porque los profesionales asignados a
esta empresa no cubrían las solicitudes de la misma. Me plantean
además que en el mes que quedaba para el inicio de mi incorporación
laboral, establecida para el 1ro. de septiembre del mismo año
(2008), iban a buscarme la ubicación definitiva. El GECONS es la
entidad rectora de las empresas del Ministerio de la Construcción,
que decide en qué empresa ser ubicado o no.
Me hablaron de unos proyectos que tiene el MICONS en
la provincia, pero al llegar la fecha indicada no estaba claro para
dónde mandarme. Es en esta ocasión y sin yo haber hecho referencia
al tema, donde me plantearon que si tenía pensado pedir liberación
desistiera pues a los profesionales no se liberaba y para hacerlo
era el Ministro el único autorizado.
El 1ro. de septiembre me mandan a la ECOI # 8, para
que me realizaran el contrato correspondiente y me incorporara a
trabajar. Al llegar al lugar, en menos de una hora, me envían de
regreso alegando que ellos no me necesitaban. Luego de unas llamadas
para determinar la nueva ubicación, me asignan al ETRAC, donde corro
la misma suerte que la vez anterior.
El 30 de septiembre al no tener para dónde mandarme,
el director de Recursos Humanos del GECONS, Leonardo Castellanos
Guzmán, que ha tomado la decisión de liberarme, me explica que para
llevar a cabo los trámites correspondientes debo presentar una carta
de aceptación de un centro de trabajo donde pueda realizar mi
adiestramiento laboral.
Entonces realizo una larga y angustiosa carrera por
encontrar algún trabajo que me aceptara. Luego de un mes y medio sin
éxito me presento en la Dirección Provincial del MTSS en Camagüey
para ver qué ubicación me podrían ofrecer ellos, allí me enviaron a
la Empresa Eléctrica Provincial, para que viera si aún ellos tenían
alguna plaza de las que habían solicitado a la Universidad y que
quedó sin otorgar, pero al llegar, la plaza estaba cubierta.
Al finalizar el año, con una carta de aceptación del
Ministerio de la Informática y las Comunicaciones me presento en el
GECONS y proceden a enviar los documentos necesarios donde se
incluyen la carta y la fundamentación del porqué se pide la
liberación, la cual plantea: "Este compañero fue asignado al MICONS
por el MTSS en la provincia y le ha sido imposible realizar su
adiestramiento en este sector, ya que su perfil no es afin con la
actividad que aquí realizamos. Hasta la fecha se encuentra sin
vínculo laboral y el MTSS no lo libera hasta tanto no sea autorizado
por el nivel central". En caso de ser aprobado por el nivel central,
me plantean los compañeros del MTSS provincial que la documentación
debe pasar del MICONS al MTSS en La Habana y después pasar la orden
para Camagüey que autorice el cambio de boleta.
Después de un largo mes de recorridos del GECONS
hasta el MTSS, lo único que me decían era que aún no había
respuesta. El 22 de enero mi papá llama por el teléfono a La Habana
y habla con el compañero que atiende capacitación. El compañero le
informa del encuentro casual que tuvo con mi caso y que lo
establecido a nivel ministerial era que no se iban a liberar
profesionales y el proceso quedaba cancelado, con la orden de que
Camagüey le diera una nueva ubicación, que no sabía qué sucedía en
Camagüey, pero que si él pudiera me llevaba para La Habana, y que al
parecer sí voy a tener empleo en el MICONS.
Mi papá le informa que llevo 7 meses de graduado y
que, a pesar de tener un hijo y una esposa, no he cobrado ni un
centavo durante todo este tiempo, a lo que él responde que no tenía
conocimiento de que yo no tenía vínculo laboral. Transcurre un mes
más yendo al GECONS sin obtener respuesta. Mi padre vuelve a
comunicarse con el compañero Alemán el 23 de febrero del presente
año, quien le informa que piensa ubicarme en SOMEC, en caso que
exista en esta entidad del MICONS la necesidad de un telecomunicador,
de no ser así me daría la liberación.
Ese mismo día me presento en dicha entidad, buscando
información, el capacitador de la misma me informa que allí no
tienen contenido de trabajo, que no existe ni una pizarra
telefónica. El 24 de febrero al comunicarme nuevamente con el
compañero de capacitación del MICONS en La Habana, me dice que la
Directora de SOMEC en Camagüey no se encontraba en la provincia.
Entonces le planteo lo que me dijeron antes en SOMEC, a lo que me
responde que van a entrar tecnologías nuevas que, por lo tanto sí
voy a tener contenido de trabajo, el mismo cuento que me hicieron en
agosto con los proyectos.
El 25 me presento en la dirección provincial de MTSS
para pedir un despacho con la Directora y me comunican que a lo
mejor para el 3 de marzo me llamen a la casa para decirme el día de
la entrevista.
Tanto esfuerzo que hace la Revolución por elevar el
nivel cultural de sus ciudadanos y que en correspondencia con los
centros de trabajo, les den una ubicación laboral a cada uno de sus
egresados. No concibo cómo ofertan plazas que no tienen nada que ver
con las carreras. Lo que hacen es frustrarnos.
¿Hasta cuándo voy a estar sin vínculo laboral, sin
importarle a nadie el tiempo que transcurra, teniendo en cuenta que
después de 8 meses de graduado no haya cobrado ni un centavo? ¿Dónde
están esas entidades comprometidas todas con la obra revolucionaria,
que no han dado solución a este problema? ¿Hasta dónde van a llegar
la indiferencia y la irresponsabilidad de algunos funcionarios ante
la incertidumbre y la desesperación de mi hijo? ¿Qué mecanismo tiene
el MTSS para dar solución a este problema?
En el plano social presento la insatisfacción de ver
cómo en Cuba, un país bloqueado que tanto hace por la educación de
sus hijos, que tanto necesita de esa fuerza laboral y que acaba de
aprobar una nueva ley de seguridad social, en una Revolución en la
que como dijo Raúl todos estamos convocados a trabajar, mi hijo
lleve medio año sin hacerlo solo porque "los profesionales no se
pueden liberar".
R. Oquendo Saco