Publicadas el 6 de febrero de 2009

Algo más sobre la cadena de impago entre empresas

El pasado viernes leí la opinión del lector O. Pérez Pérez, titulada "La cadena de impagos en el sistema empresarial", en el cual abordó uno de los temas económicos de nuestra realidad empresarial cotidiana, relacionado con la existencia y subsistencia de las altas y frecuentemente envejecidas y con pocas perspectivas de solución Cuentas por Cobrar entre nuestras entidades. Como él, no soy economista pero comparto su preocupación por el problema y se nos cuestiona la eficacia del cobro de las cuentas envejecidas incluso condicionando a ello la estimulación.

Comparto además su consideración de que solo se resolverá a partir de directivas del Banco Central de Cuba y de organismos centrales, pero se necesita que sean efectivas y que el sentido de su acción no se corrompa de una u otra forma.

Me explicaré utilizando la primera medida que él propone, es decir, realizar conciliaciones de las deudas para accionar sobre ellas.

Las conciliaciones constituyen un concepto y actuar económico muy utilizado en nuestras relaciones económicas, son recomendadas y aún exigidas como evidencia de la gestión de cobro por auditorías y otros niveles de control, pero en muchas ocasiones se convierten en otro medio de eludir el compromiso de pago, diluyendo en el tiempo una respuesta que previamente se estableció inmediata (se establece contractualmente en un término de 30 días posteriores a la entrega y aceptación de la factura) y que de no hacerse, sustenta el argumento que alude la entidad deudora para no pagar, si se hace y llega a un compromiso nuevo, en muchos casos también se incumple y en otros casos ni siquiera se llega a un compromiso satisfactorio; en todo caso permite al deudor escalonarse con esas cifras e ir pagando a otros según sus intereses.

Si alguna vez se pensó que instrumentando esta relación entre acreedores y deudores se esclarecerían y detallarían para cada parte los compromisos financieros resultantes de sus relaciones, como un medio de confirmación y de reacuerdo de la deuda que facilitaría la gestión de cobro del acreedor y eso reduciría el nivel de las Cuentas por Cobrar, la realidad afirma todo lo contrario.

Se obliga prácticamente al acreedor, después de haber brindado el servicio e incurrido por este concepto en gastos, incrementar estos en ocasiones por innumerables visitas de gestión de cobros al centro o domicilio del deudor, de las que pocas resultan en compromisos reales de pago y solo algunas tienen resultados efectivos.

Otro elemento agravante es que en esos mismos contratos se establecen penalidades al deudor en casos de mora, algo que ni se tiene en cuenta por ambas partes, constituyendo otra burla violatoria de lo pactado.

Una de las ideas del concepto de Revolución expresa "¼ es no mentir jamás ni violar principios éticos¼ ". Un principio ético es ser consecuente con lo que se pacta, con lo que se acuerde. Honrar una deuda en el término establecido contractualmente y no otra cosa, llámese conciliaciones o como se llame, es ser a su vez consecuente con este concepto, con la Revolución y con Fidel.

J. C. Subiaurt Sánchez

Doble felicitación

El lunes 26 de enero en viaje realizado desde el municipio avileño de Morón hasta Ciudad de la Habana, pude comprobar que no solo el transporte ha mejorado, sino también la calidad humana de sus trabajadores. Desde la propia terminal de Morón a la hora de sacar el pasaje para la capital me quedé sorprendida del trato tan respetuoso de la compañera que me atendió donde me explicó de forma muy amable todo lo referente al día de la salida así como la hora, a pesar de que todo esto está en el boletín. no le pregunté su nombre pero a través de estas líneas le envío una gran felicitación.

El ómnibus llegó puntual y salió en hora y durante todo el trayecto el buen trato y cortesía de sus choferes me volvieron a sorprender, espero que los compañeros de ómnibus nacionales lean estas sencillas líneas de agradecimiento y que sepan valorar la abnegación y sacrificio de sus trabajadores, que a pesar de las dificultades que aún tenemos saben crecerse y realizar su trabajo de forma muy profesional.

J. E. Abreu Roque.

Respeto al derecho ajeno

El respeto al derecho ajeno es de suma importancia en cualquier parte del mundo. Forma parte de la educación de una persona y nación. En nuestro país, cobra una crucial importancia por tratarse de una revolución socialista que se distingue por la protección y respeto de los derechos ciudadanos.

Sobre el tema se ha hablado en esta sección, aunque considero que no lo suficiente.

Me ha inspirado el escribir estas líneas dos cartas publicadas sobre el tema de la Calle G. La primera, fechada el viernes 16 de enero, en el que J. de Diego advierte sobre la "algarabía que forman" los jóvenes que se reúnen en esa avenida, fundamentalmente, fines de semana y, la segunda, de R. Cabrera, al parecer, uno de esos jóvenes, quien valientemente defendió la posición e intención de él y sus amigos.

Se habla de varios hechos en ambas cartas, que pudieran ser temas para tratarse por separado en cualquier sección, ya sea de la prensa escrita, radial o televisiva. Pero voy a centrarme en uno: el derecho de una persona y el respeto de este al derecho de los demás.

Entiendo la preocupación de Cabrera en su defensa, y seguro que todos quisiéramos que los parques constituyeran fuentes de "nuevas y buenas amistades"; sin embargo, no siempre la buena intención justifica las consecuencias de los actos.

El sonido de una guitarra que —para mí—, la considero como uno de los instrumentos más nobles, no en todo momento es bien recibida. Hasta una voz baja y solitaria, a altas horas de la noche, puede constituir una molestia para aquel que trata de disfrutar su derecho al descanso.

No se trata de una crítica a estos jóvenes, sino, de una alerta general ante una situación que ha tomado un auge tal que, en algunas ocasiones, no solo es insostenible, sino, incontrolable: la falta de respeto al derecho ajeno. Existen varias formas que lo constata, pero me refiero en especial a la música alta y los karaokes. Ello se ha convertido en una práctica general de una buena parte de nuestros barrios. Ha sido tal, que ya es considerada como un "derecho" por aquellos que la practican, sobre todo, si se encuentran dentro de sus viviendas, los que alegan tener todo su derecho por estar dentro de sus casas.

Me pregunto: ¿Y mi derecho cuál es?, ¿soportar el disfrute de otro?, ¿puede considerarse eso un derecho?, ¿es justo un derecho para uno y no para otro? Cuando el ruido o el sonido son excesivos, ¿no se está invadiendo mi propiedad, mi espacio, mi derecho?, ¿no se está perturbando mi ambiente?, ¿no se está contaminando mi medio?

Mi disfrute puede ser la tranquilidad, y nadie tiene derecho a perturbarlo.

Al cubano siempre le ha gustado "descargar", divertirse. Ha constituido una característica típica del "buen cubano".

Sin embargo, no recuerdo años atrás una sola llamada de atención a un vecino por crear algún tipo de alteración que molestase a los demás, mucho menos, llegar a la necesidad de llamar a la policía. Las reglas estaban bien definidas y todos las respetaban; incluso, en ocasiones, había que contar con un permiso de la policía para disfrutar de la música de una fiesta después de las 12 de la noche, solo los sábados.

Hoy, la música alta, que más bien podría llamarse "super alta" o "de excesiva intensidad", es escuchada cualquier día a cualquier hora, incluso de madrugada.

Según estudios realizados, el ruido o sonido excesivos, resultan muy dañinos a la salud y perturban la integridad física y espiritual de las personas; pueden provocar ansiedad, alteraciones en la conducta como histeria, neurosis (enfermedad mental caracterizada por ansiedad, angustia, ira, tristeza, relacionada con factores conflictivos que provocan sufrimiento psíquico debido a tensiones emocionales), insomnio, fatiga, depresión, todo esto provocando estrés.

La vida cotidiana del hombre se desenvuelve en compañía, en grupo, en colectivo, en sociedad. Esas relaciones de convivencia social, pueden provocar en un momento determinado algún conflicto. Por tanto, deben existir mecanismos jurídicos o administrativos a través de leyes que establezcan deberes que regulen la conducta de las personas.

Recuerdo que hace muchos años existía un Reglamento para edificios, incluso, inspectores que regularmente realizaban visitas a los inmuebles para verificar su cumplimiento. ¿Hoy sigue existiendo ese Reglamento?, ¿es conocido en la actualidad?, ¿se verifica su cumplimiento?, ¿quién es responsable de ello? En estos años muchas cosas han cambiado, incluso, existe una nueva generación que es probable que desconozca de este Reglamento. Por tanto, pueden estar ocurriendo dos situaciones al unísono: falta de respeto hacia los derechos y desconocimiento de cómo prevenir que se violen esos derechos. Esto, independiente de la educación de cada persona.

La lucha contra las ilegalidades es de todos, pero "alguien" (institución, organismo, organización, etc.) debe ser rector en cada batalla.

Disfrutar de un derecho, no implica no respetar el de los demás¼

M. Santana Pérez

Una cosa inverosímil

El día 26-01-09 en horas tempranas de la mañana me personé en el centro de revisión técnica automotor de Ciudad de la Habana (popularmente conocido por SOMATÓN) que funciona en Rancho Boyeros, con el propósito de reservar turno para inspeccionar varios vehículos cuya vigencia de la certificación caduca el próximo mes y como estaba establecido el trámite debía hacerse dentro de la semana que se pretendiera ejecutar la inspección.

Allí me informaron que las reservaciones estaban dadas hasta el mes de marzo y las de abril se comenzarían a dar en el mes de febrero en una fecha aún no determinada, por lo cual tendría que mantenerme en contacto telefónico. Es decir ya no se reserva para dentro de la semana de ejecución, sino en un periodo de más de dos meses sin fecha fija.

La compañera que me atendió, muy amablemente, me explicó que desde el mes de agosto una de las dos plantas dedicadas a la inspección está rota y se desconoce hasta cuándo, pues hay dificultades con el financiamiento.

Lo planteado se me presenta como una cuestión inverosímil alejado de toda lógica ya que provoca la desorganización y violaciones de lo dispuesto en los artículos 18 y 19 de la Resolución 224 del 2001 del MITRANS que establecen la obligatoriedad de la inspección técnica para todos los tipos de vehículos estatales entre otros.

Las dos plantas a plena capacidad siempre estaban saturadas, no siendo pocas las ocasiones en que no se cumplía el programa semanal. Imaginemos ahora a un 50% de posibilidades teóricas.

Sobre el cuello de botella formado hasta ahora nadie se ha pronunciado públicamente algo que provoca un elevado por ciento de vehículos circulando ilegalmente so pena de tener que paralizar el escaso parque automotor, apto técnicamente de que se dispone con la consiguiente afectación a los servicios y la economía.

Otros males pudieran proliferarse, pues las autoridades competentes encargadas de hacer cumplir lo dispuesto, solo se limitan a ejecutarlo y pueden multar al infractor hasta con 100,00 pesos.

¿Por qué razón la Empresa de Administración Vial y Diagnóstico Automotor del MITRANS a quién está subordinado dicho centro de revisión técnica no gestiona ante la autoridad competente una prórroga por determinado periodo de tiempo en correspondencia con su capacidad de respuesta para la validez de los actuales certificados y evitaríamos caer en la ilógica ilegalidad?

P. Monterrey Palacios

Aventuras, un espacio que vale la pena rescatar

Hace uno días leí dos opiniones que salieron en relación con el tema de "Las aventuras", y quisiera dar mi opinión al respecto. A pesar de que es verdad que se han hecho algunas propuestas nacionales de interés, también es verdad que se extrañan las aventuras basadas en libros clásicos como Enrique de Lagardere, Robin Hood, Memed el Halcón, El Corsario Negro y otras. ¿Por qué esperar una serie extranjera para conocer a estos héroes? Quién no recuerda a Rogelio Blaín, Enrique Almirante, Jorge Villazón y Carlos Gilí en la interpretación de estos personajes. La mayoría de los jóvenes de hoy no conocen a estos héroes sino por el cine o series extranjeras.

Se hizo un intento hace tiempo con el Conde de Montecristo con Jorge Alí como protagónico y fue todo un éxito ver el nivel de teleaudiencia que alcanzó. En nuestro país existen actores y directores capaces y con talento para reeditar estos éxitos. Si antes se pudo con pocos recursos y con grabaciones en vivo que no admitían equivocación, ahora que estamos más avanzados y que existe la grabación y edición no es una tarea imposible.

Estas aventuras no solo atrapan a niños y adolescentes, sino también a otros más entrados en años que nos gusta volver a encontrarnos con estos personajes. Es hermoso ver a niños con espadas, arcos y flechas imitando a sus héroes. Cuando vemos esto, sentimos nostalgia de nuestra infancia y sabemos entonces que el trabajo que se hizo fue bueno. Ojalá que algún director se decida y se lance al rodaje y adaptación de alguna de ellas. Sería algo que agradeceríamos todos.

O. Tamayo Leyva

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