Publicadas el 9 de enero de 2009

 

Capacitación y formación de informáticos

El tema principal es muy abarcador pero solo me concentraré sobre los técnicos y los profesionales de la informática en mi municipio II Frente Oriental Frank País García, Santiago de Cuba, pues existe un alto nivel de desconocimiento de legislaciones por parte de los recién graduados y de las administraciones de los diferentes organismos. El servicio social instituye el deber de los graduados universitarios y de técnicos medios de servir a la sociedad según la Ley 1254 como contribución a la sociedad que los formó, en el lugar que la Revolución nos necesite, como propósito y primacía del Estado para el desarrollo, e incluye dentro del periodo del servicio social el adiestramiento laboral como medio de preparación para ocupar un cargo o puesto de trabajo.

Es una tarea ardua a enfrentar las diferentes problemáticas para contribuir en la informatización de nuestra sociedad. Un informático llega a una entidad X y es tratado como un secretario o secretaria, pues es ese el contenido de trabajo que brinda esa entidad X, y es lo que necesita. Pues debo decir que entonces existen estas plazas de secretaria o secretario y no de informáticos, no relacionar que siempre que se disponga de una computadora usted necesita un informático para que trabaje en ella.

Los Joven Club brindan un amplio programa de capacitación a todas las personas que se acercan con el propósito de aprender o superarse, y existen muchos informáticos capacitados con la voluntad de ser útiles a nuestra sociedad.

Soy un ingeniero recién graduado, he presentado mi queja en particular, pero conozco de otros compañeros y amistades que son técnicos medios y les sucede lo mismo. Se han presentado en la Dirección de Trabajo del municipio y la respuesta que obtienen es que no hay plazas para informáticos, o les es difícil por medios propios encontrar un contrato.

No discrepo en la necesidad de ser útil a la sociedad pues es a ella y a esta Revolución a la que nos debemos, ni a la incondicionalidad de ir a donde se nos necesite, pero este tipo de problema afecta gravemente a un profesional informático o a cualquiera que sienta amor por su carrera y vea cada día que no puede realizar una preparación complementaria para consolidar y desarrollar los conocimientos adquiridos y las habilidades prácticas que nos permiten estar preparados para asumir un cargo determinado en la entidad laboral donde se nos asignó. Nuestro municipio abre puertas hacia la informatización y los diferentes programas encaminados a alcanzar un avance significativo en los aspectos tecnológicos.

Mi sugerencia es que se haga un profundo análisis en este sentido, de la real necesidad de un profesional X hacia un cargo o trabajo: ¿estará realmente vinculado a su perfil profesional en y después del adiestramiento?, ¿la entidad X requiere de un profesional o de un servicio?

Hace poco fui entrevistado por los Trabajadores Sociales con respecto al tema, por lo que espero que se trabaje en busca de soluciones y las personas con la responsabilidad pertinente ayuden en este sentido, se brinde más información sobre el tema y se oriente, para lograr mayores resultados en la esfera informática como motor impulsor en el desarrollo de nuestra economía.

O. Parra Lubín

La responsabilidad y los controles

Estuvimos al tanto de todo lo que acontecía en el país en la segunda sesión de la Asamblea Nacional, y escuchamos en más de una ocasión el discurso del compañero Raúl, y nuestra preocupación va dirigida al tema de la Responsabilidad y los Controles y lo que está regulado en nuestro país.

Le transmito lo que nos ocurrió al colectivo de la ONAT de San Antonio de los Baños, integrado por 20 trabajadores.

A raíz de los desastres de tres ciclones que afectaron fuertemente al país y principalmente a la Isla de la Juventud, nuestro colectivo, por iniciativa propia, decidió enviar a vuelta de correos un paquete a nuestros homólogos pineros. Con mucho entusiasmo y con el lema de que "solidaridad no es dar lo que nos sobra sino compartir lo que tenemos", preparamos un paquete con varios artículos para los trabajadores de la ONAT del Municipio Especial el cual fue enviado el día 2 de octubre del 2008. Dejamos correr un mes e hicimos contacto con la Directora de Correos del municipio para que estuviera al tanto y nos avisara lo más rápido posible de la llegada del paquete, mantuvimos la comunicación con Correos de San Antonio de los Baños, lugar de donde fue remitido.

Cuando la compañera que atiende Bultos Postales nos comunicó que nos indemnizaría el valor del paquete porque se había extraviado en la Gerencia Nacional, nos quedamos de piedra.

Enseguida contactamos con Dayana, encargada de los Asuntos de Correos de Cuba en la provincia de La Habana, que radica en San José de las Lajas, anteriormente lo hicimos con Miriam en la Gerencia Nacional quien nos remitió de nuevo hacia San José, ambas nos informaron que si la respuesta de mi municipio fue que se extravió, se extravió y punto.

Al conocer esa respuesta volvimos a contactar con Rosa, la directora de la ONAT de la Isla, la cual agradeció el gesto y la amabilidad de nuestro colectivo y nos dijo que lo que valía era la acción. Pero nosotros no estamos de acuerdo con eso.

Coincidimos con nuestro Presidente Raúl Castro: dirigir es en primer lugar saber exigir, desde la base hasta los niveles superiores.

Colectivo de trabajadores de la ONAT de San Antonio de los Baños.

Nuestro privilegio

No quiero exponer una queja. Soy médico y mi prosa no es elaborada, pero deseo hacer constar lo que pienso de los que como yo, nacieron hace aproximadamente 70 años, en Cuba.

Conocimos de una sociedad con grandes diferencias: desocupados y grandes empresarios, hambrientos y otros con gran abundancia, prostitución, juego ilícito, casinos, fiestas y gente sin posibilidades de tener siquiera la mínima seguridad en el cuidado de su salud. Abuso de poder y asesinatos ante la rebeldía propia de quienes aspiraban a una vida mejor.

Nos enseñaban, a los que podíamos ir a la escuela, los valores de nuestros mambises y las aspiraciones de libertad de nuestro pueblo. No pudimos conocer ni compartir la existencia física de patriotas como Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte, Antonio Maceo, Mariana Grajales, José Martí. Eran nuestros símbolos de heroísmo y de entrega a la lucha por la llamada independencia. El panorama de nuestra adolescencia era otro: la lucha por la supervivencia.

Vivimos, crecimos y, unos con mayores posibilidades y otros con menos, alcanzamos a ver y a compartir una visión del mundo diferente. El triunfo de la Revolución en 1959, de inicio, nos llenó de esperanzas de cambiar todo lo que, hasta ese momento, eran obstáculos para lograr objetivos superiores de vida. Se estableció la lucha con la resistencia de los que no querían perder sus privilegios, con los que luchaban por la posibilidad de tener, cada cual, lo que su esfuerzo podía darles.

Hemos compartido 50 años de vida, entre todos, para llegar a la actual sociedad que, sin ser perfecta, garantiza la existencia decorosa de todo el que trabaja, educa a su niñez, su juventud y a sus ancianos, da salud a todos, sin distingos y nos ha hecho sentir orgullosos de ser cubanos por el comportamiento internacionalista y de respeto que hemos alcanzado. Además, aunque en el camino hemos perdido a algunos héroes de varias épocas —José Antonio Echevarría, Frank País, Camilo Cienfuegos, Ernesto Guevara, por mencionar a algunos—, hemos tenido el privilegio de convivir actuando con ellos, de una forma u otra.

Nuestros héroes actuales, representados en Fidel Castro Ruz como dirigente máximo, han estado y están en cada batalla de todo el pueblo. Los hemos visto, los hemos acompañado en algunos casos como sucedió en Girón o la Crisis de Octubre. Los tenemos a todos al frente del gran proceso de cambios de nuestro pueblo. En la presencia de Antonio, Fernando, Gerardo, Ramón y René, están representados los miles de héroes que pueden haber entre nosotros. Este es, a mi modo de ver, nuestro gran privilegio.

A. Rivero Alvisa

Luchar contra la vagancia es un deber

Muchos en nuestro pueblo opinan sobre la forma de hacer trabajar a los vagos, existen innumerables opiniones al respecto, pero de lo que sí estamos seguros y casi todos coincidimos, es que algo debe hacerse para insertar a todos en la vida laboral.

Independientemente de que se incentive el estímulo al trabajo y se busque la forma de que el trabajo sea una necesidad, se hace necesario e imprescindible desarrollar el nivel de empleo, pues sin los recursos humanos necesarios, para aumentar las producciones y la calidad de los servicios, no se pueden aumentar los ingresos que el país necesita, que es la única forma de elevar las remuneraciones por el trabajo, por lo tanto no es posible mantener a las personas improductivas en el clandestinaje, recibiendo todos los beneficios logrados por las conquistas del Socialismo.

El empleo en nuestro país socialista, es un Derecho y un Deber, por tanto, sin excesos deben tomarse las medidas pertinentes, para que aquellos que viven sin trabajar, al menos restrinjan sus posibilidades sociales y económicas, no tengan la posibilidad de ostentar con su desahogada economía, se les controle su poder adquisitivo, sean diferenciados de aquellos que con su esfuerzo, contribuyen con el bienestar del pueblo.

No debe simplificarse la presentación en ocasiones falsa, de una carta haciendo constar que trabaja, a aquel que por negocios ilícitos, hurto, robo u otra forma ilegal de lucrar, sea detectado por las fuerzas del Orden Público, la investigación debe ser más profunda y la sanción debe ser mucho más severa. Es posible que debamos ser mas profesionales para distinguir y actuar, pero es impostergable hacerlo. si nuestro pueblo ha sido capaz de vencer las agresiones del imperio, que nos agrede hace 50 años, si la gran mayoría de nuestros jóvenes y adolescentes estudian o trabajan, ¿cómo podemos dudar de que todos unidos, no podamos acabar con ese lastre bochornoso y minoritario que nos afecta?

L. Campoalegre Sánchez

La vida en la comunidad, los servicios y los Consejos de la Administración

Sobrevivir 50 años al bloqueo y al acoso y agresiones de tan poderoso e inescrupuloso vecino, y a pesar de todo alcanzar una esperanza de vida de 77 años, niveles de instrucción envidiables en todo el orbe, y a su vez brindar ayuda solidaria a nuestros hermanos del continente y del mundo, enfrentando desastres naturales con un alto espíritu solidario, es más que suficiente para sentirnos felices en este aniversario.

Sin embargo, la vida demanda de nosotros, además, estar dotados del humanismo que nos ha permitido ser solidarios, sobrevivir y vencer, ser más eficientes.

La prensa ha destacado múltiples intervenciones de los diputados en el último periodo de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) acerca de los servicios, refiriendo a los que brinda o atiende el MINCIN, pero es claro que este asunto va mucho más allá de los servicios bajo atención de ese organismo.

Parte importante de los estados de satisfacción o insatisfacción de la población se plantean según vayan las cosas, fundamentalmente en los servicios que se reciben en la comunidad: los gastronómicos, de reparación de efectos electrodomésticos, carpintería, plomería, de calzado, barberías y peluquerías, reparaciones eléctricas, lavandería, tintorería, mecánica automotriz, chapistería y pintura de autos y refrigeradores, y otros como la reparación, construcción o ampliación de la vivienda y en especial de la adquisición de materiales; en la reparación de las calles (bacheo) y aceras, reparación de las redes hidráulicas, alcantarillados y descargas hidráulicas de las viviendas, recogida de basura, escombros y otros desechos sólidos, servicios médicos y estomatológicos, etc, etc.

¿A quién le corresponde controlar la calidad de estos servicios? Como organismo rector le atañe al MINCIN responder por buena parte de estas actividades, y también a otros organismos que se ocupan de servicios de vital importancia, y a sus respectivas administraciones en las diferentes instancias. ¿Y quién fiscaliza y controla el trabajo de estas direcciones administrativas en el municipio? Los Consejos de la Administración Municipal (CAM), por mandato de las Asambleas Municipales del Poder Popular (AMPP) tienen la misión de controlar el trabajo de las administraciones de subordinación municipal y fiscalizar el funcionamiento de las administraciones de los Organismos de la Administración Central del Estado (OACE) en el territorio. Esta función de los CAM no las oí precisar en ninguna de las intervenciones reseñadas en la prensa, y cuando se mencionaron los CAM se hizo al margen de estos problemas.

Las insuficiencias e ineficiencias de los servicios y el consiguiente estado de insatisfacción de la población presionan a los núcleos zonales, a los delegados de las circunscripciones y los Consejos Populares (CP) a que asuman funciones que son de competencia administrativa, sin dar plena solución de los múltiples problemas, y carguen sobre sus espaldas la responsabilidad de asuntos no resueltos y que no les corresponden.

Las asambleas municipales deben controlar el trabajo de los consejos de la administración para que estos controlen la eficiencia del trabajo administrativo del municipio y se libere a los consejos populares, a los delegados y a los núcleos zonales de tanto problema desgastante.

Otro asunto es que muchas de las actividades —fundamentalmente de gastronomía y reparaciones—, que dado nuestro nivel de desarrollo es muy difícil su control y contabilidad centralizada, son hoy tributarias de la distracción de recursos y la corrupción. Además, en el aparente control de estas actividades está implicada una madeja de gentes que no producen, ganan y se contaminan y corrompen. Con esto alimentamos la economía subterránea fuera de control que se nutre —en buena medida— de los 218 millones de pesos de las pérdidas estimadas por el MINCIN, y muchas más sin control de este organismo y de las restantes entidades del sistema empresarial de donde se distraen cuantiosos recursos.

P. Barroso Fernández

Lo de los envases es una epidemia

El pasado día 5 apareció en esta sección una carta donde un compañero hacía alusión a la falta de una caja (envase) para adquirir en una tienda recaudadora de divisas una lámpara por un valor que no alcanzaba los 30 cuc; en mi caso sucedió algo idéntico en las Galerías Paseo, donde quise adquirir un televisor de 29" que estaba en exhibición. Si lo compraba tenía que llevármelo al descubierto, porque según me comentó el dependiente que me atendía, tenían muy poco espacio y cuando ponían un equipo en exhibición las cajas las votaban. Yo me pregunto entonces, si yo hubiese comprado el equipo, hubiese tenido que transportarlo en el maletero del vehículo sin protección alguna, a riesgo de golpes y roturas que lógicamente no contemplaría la garantía, el cable de alimentación colgando o amarrado al propio televisor, el control remoto y los manuales de operación del mismo metidos en un bolsillo del pantalón (quizás este dependiente hubiera sido tan amable de facilitarme una jabita de nailon).

Todo esto tiene un nombre: falta de profesionalidad y falta de respeto. ¿Esto hubiera sucedido si el dependiente ganara una comisión por la venta del equipo? ¿Este dependiente actuó como un electrón libre o simplemente cumplía las orientaciones de su jefe?

Esto de los envases se ha convertido en casi una epidemia, son muchas las tiendas recaudadoras de divisas de cualquier cadena comercializadora, que te entregan la mercancía en la mano alegando que no le han suministrado jabitas, mientras a escasos metros de la tienda aparecen revendedores ofertando las mismas. No entiendo, ni entenderé nunca, que un cliente que paga por un producto o un servicio, sea este el precio que fuere, un dependiente o un gerente se arrogue el derecho de tomar decisiones que pisoteen sus derechos.

A. Martínez Martínez

Malestar por un arreglo aparente

Les escribo en nombre de los habitantes de las cercanías de la carretera Levisa-Nicaro, municipio de Mayarí, provincia de Holguín. Esta carretera conduce a la Empresa Niquelífera Cmdte. René Ramos Latour.

Quiero dar a conocer el malestar que ha provocado el aparente arreglo de esta vía con motivo del aniversario de esta industria (relleno de baches con tierra, luego de infinidad de tiempo con la vía en mal estado). Tal arreglo solo beneficia a los que se trasladan en sus vehículos, aunque será por poco tiempo pues la tierra volverá a salir del bache. No así a los que habitamos estos lugares donde el polvo es insoportable, pues además está la falta de consideración de los conductores que se desplazan como aviones dejando tras de sí una nube de polvo que va a parar a nuestras viviendas y nuestros pulmones.

Y qué decir de cuando llueve que entonces no se puede ni caminar por las aceras, que están cubiertas por una gruesa capa de fango, al igual que la carretera que a pesar de tener algunas partes de cemento está cubierta también por el mismo fango. Les digo sinceramente que es insoportable pues los niños que tienen que viajar a pie a sus escuelas diariamente tienen que enfrentarse a esta situación. Es peor el remedio que la enfermedad.

L. López Gaínza

Pudiera ser una solución

Estudié en la antigua URSS hace mucho tiempo, y en esa me percaté de una solución muy ventajosa con relación al pago de los medios de transporte colectivo. En otros países capitalistas de los cuales tengo conocimientos, se tiene para aquellas personas que utilizan ese medio de transporte diariamente una forma de garantizar que al menos paguen el pasaje mínimo, el cual garantice la recaudación necesaria para hacer del transporte algo que no genere pérdidas y ayude a aquellos que por necesidad tienen que valerse de ese medio y no tienen altos recursos económicos.

En esos países el método consiste en vender tarjetas para cada medio de transporte, que se venden en los estanquillos de periódicos para la población en general con un precio, en las escuelas e institutos con otro precio y en los centros de trabajo también con otro precio, todos muy asequibles a los usuarios, y de esa forma se garantiza el pago. Esto conlleva la existencia de inspectores que garanticen la supervisión de la correcta utilización de esas tarjetas, que pueden ser mensuales y trimestrales, Además en los mismos estanquillos se compran también los boletines de viaje y cada ómnibus tiene una o varias ponchadoras las cuales son accionadas por los pasajeros. Cada ómnibus tiene un código determinado; el inspector entra, poncha un papel en blanco para saber cuál es el código de ese ómnibus y les pide los boletines a los pasajeros ya sea en el trayecto así como en la subida o en la bajada. Los que tienen boletines deben presentarlos con el ponche del ómnibus y si no lo tienen, deben pagar una multa de inmediato. Las personas que usan tarjetas deben presentarlas en ese momento.

De esta forma se organiza y se garantiza el pago del pasaje en el transporte colectivo en muchos países. Creo que se pudiera utilizar en Cuba esa experiencia y de seguro se garantizaría una mejor recaudación.

A. Valdés de la Torre

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