Publicadas el 14 de noviembre de 2008

Problemas de los contadores

He estado valorando cómo escribirles sin resultar cruda en los planteamientos, pues en varias ocasiones se ha abordado el tema de los contadores con muchas aristas y sin diferir en lo que plantean mis colegas quiero dar mi criterio.

El solo hecho de amar la carrera y saber el alto compromiso que adquirimos con la Revolución cuando hacemos nuestro el juramento del graduado no basta para poder cumplir con ello. Me considero una contadora realizada y amante fiel de mi carrera, tengo 41 años de edad y a esta edad estoy revaluando cambiar de actividad, pues con el paso de la vida se hace cada vez más difícil que los dirigentes de las empresas entiendan lo importante que es contar con sus Estados Financieros actualizados. En ocasiones usan los directivos frases como: "sabemos que lo más importante es la Economía porque es quien gana una empresa o la pierde y por eso YO le doy especial atención a esa área", pero cuando llegas a la verdad te encuentras con entidades con un gran atraso contable de 2 o 3 meses, pagos de los créditos sociales descontados y no pagados al banco por periodos mayor a 8 meses, serios errores contables y cuando ves el fondo del problema no hay que ser contador solo, pues los cheques lo firman los máximos directivos y el análisis de los estados financieros en sus consejos de dirección son para cumplir formalismos de las directivas que le plantean los organismos superiores.

A esto sumémosle que si al cabo de un periodo grande de descontrol y errores contables comienzan con el arriesgado que quiere asumir la tarea de arreglar, quieren pedirle lo que antes no fue posible en largos periodos y la contabilidad no es de "plumazos" y mientras más se demora es más complicado actualizarla y depurar los saldos.

Ahora, el problema viene en los plazos para hacer lo que en su tiempo no se hizo, porque cuando el dirigente de la empresa no oye en su oído lo que quiere oír o cuando se comienza a poner orden, ya ese contador no siempre le conviene porque no toca la música que quiere oír...

Considero desde mi humilde criterio que hubo una batida en años anteriores donde se le exigía a los directivos de las entidades pasar el curso de Contabilidad para dirigentes y en ello se incluían los contadores, método muy bueno, pues aun cuando muchos no lo entendían es cierto que su presencia y experiencia ayudaba a desarrollar el curso de manera más práctica, pero ya hoy se fue apagando esa luz y algunos de los directivos que lo pasaron no están en sus puestos, otros quizás no lo dieron con la profundidad necesaria y otros lo dieron pero nunca lo aplicaron. Por todas estas razones creo que esta tarea se debía volver a retomar con seriedad.

Los momentos que la Revolución atraviesa y la crisis mundial junto al bloqueo afectan a nuestro país y por eso se necesita que nuestros directivos conozcan de economía y la utilicen en el día a día para la toma de decisiones.

La economía será más eficiente cuando la contabilidad y el control interno formen parte orgánica de las entidades para la toma de todas las decisiones, aunque sean de la parte técnica ya que todas tienen un hecho económico asociado. No se necesita que se cuente contablemente cuando el hecho está consumado y no se tiene posibilidades de evitarlo ya que en ello puede ir el destino de la institución, así como que por riesgo de contagio se afecte la economía del país.

No solo depende el destino de los contadores de los incrementos de salarios y de las condiciones de trabajo, que generalmente no son las mejores pese a que todos salen por la puerta de las entidades al finalizar la jornada laboral, mientras que los de esta área terminan siempre a deshoras, no tienen sistemas automatizados con las condiciones requeridas porque el pretexto es que son muy caros para comprarlos cuando en las oficinas contables se aprecia que el dinero se gasta en otras cosas que no son tan prioritarias.

Es de vital importancia que con el desarrollo de la vida moderna no estén estas áreas en el paleolítico llevando la contabilidad manual, máxime cuando ello genera que no se puede tener el control necesario.

Desearía que las personas que pueden cooperar para eliminar estos problemas nos ayuden a dar lo mejor de nosotros en beneficio de la Revolución.

E. Pérez Hernández

Un ejemplo de ética y de nuestros valores

El sábado 8 de este mes realicé una modesta compra (litro de aceite de cocina) en la Tienda Las Villas, perteneciente a la cadena de tiendas recaudadoras de divisa de CIMEX en Santa Clara.

Al traer en mis manos el casco protector y una agenda de trabajo y estar realmente apurado en el momento en que cumplía tareas en la etapa de preparación para enfrentar la posible envestida del huracán Paloma, dejé olvidada la cartera, luego de realizar el pago, encima del mostrador de la tienda.

En la tarde de ese día, estando ya en la casa y sin percatarme del lamentable descuido, recibí la llamada de una de las empleadas de la tienda, la que me comunica que mi cartera, que tenía las dos terceras partes del salario del mes, 10 pesos convertibles y otra suma importante de dinero que debía depositar en el Banco, estaba a buen resguardo. También el carné de identidad, la licencia de conducción, la circulación de un motor, entre otros valiosos documentos, estaban en buenas manos.

Ya en la tienda, luego de recuperar la cartera, con las referidas propiedades, pude conocer a la joven Yamilet García Ortiz, Cajera Dependiente de la Tienda Las Villas. Ella se percató de mi olvido, custodió la cartera y la entregó a la administración. En ese momento conocí de las gestiones realizadas para localizarme a través de los números telefónicos de tarjetas de presentación que se encontraban en ella; finalmente, un conocido ofreció un número telefónico que les permitió llamar al teléfono de mi casa. También conocí de otros gestos similares realizados por Yamilet y otros empleados de la tienda ante olvidos de clientes, algunos de ellos de otras localidades alejadas de Santa Clara y que luego pudieron recuperar sus propiedades, lo que demuestra que este no es un caso aislado, o de buena suerte, sino, de la existencia de un colectivo laboral digno, respetuoso, que no ha mellado en nada sus valores de honestidad y fraternidad que nuestra Revolución socialista a inculcado en las nuevas generaciones.

Sirva el ejemplo de Yamilet y sus compañeros de Las Villas a los que en estos duros tiempos intentan pintar de gris la existencia humana.

O. Cuevas Romeros

Educación y disciplina

La existencia de educación no niega en lo absoluto lamentables manifestaciones de indisciplina en nuestra sociedad; lo que sí es cierto es que a mayores niveles de educación en una persona menores serán los índices de indisciplina en que esta pueda incurrir. No obstante los innegables esfuerzos que ha realizado a lo largo de varios años el proceso revolucionario cubano, aún se aprecian en un sector no tan minoritario de la población —donde se incluyen adolescentes, jóvenes y adultos—, algunas conductas deplorables y negativas que dan muestras de mala, poca o ninguna educación.

Y nos referimos a educación no como el fenómeno social poseedor de un carácter histórico-clasista, ni a los altos índices de conocimientos demostrados en los resultados exhibidos después de cada operativo e instrumentos aplicados por la UNESCO, ni a las medallas ganadas por merecimiento en diferentes olimpiadas de Física, Matemática, etcétera, nos referimos a educación sencillamente como la forma de comportarnos adecuadamente en correspondencia con el contexto en que nos encontremos.

Cada vez se hace más frecuente que encontremos personas que no respetan las normas más elementales de la vida en sociedad, demostrándose irrespeto al espacio de los otros, reflejando una clara muestra de egoísmo que nada tiene que ver con los patrones, valores y forma de vida en la que hemos crecido y hemos sido educados. A situaciones como estas —cuya ejemplificación no es necesaria— se hace urgente ponerles coto, ya que de continuar alimentándose estas plagas que consumen el alma y enmudecen la conciencia, se harán más difíciles de erradicar.

En la larga lista de los que debemos combatir todos estas indisciplinas, desde nuestras fronteras y de las formas más diversas, en primer lugar se encuentra la familia, donde las personas responsables de la alimentación y vestimenta de niños y jóvenes, tienen que enseñar las más elementales formas de cortesía y respeto. Luego la escuela que posee al personal capacitado y especializado para transmitir y potenciar hábitos, valores, principios, convicciones, paradigmas y formas de pensar, actuar y sentir, donde nuestros maestros y profesores deben ser ejemplos y modelos a seguir por sus estudiantes, en el empeño de hacer una sociedad mejor, donde además de poseer profundos conocimientos de las diferentes ramas del saber se exhiban envidiables muestras de buena educación.

R. Núñez López

El daño del cigarro

Recientemente he leído en esta sección un artículo sobre el humo dañino de un basurero de La Habana del Este, pero me quiero referir al humo dañino del cigarro. Todos los días me pregunto cuándo las autoridades sanitarias tomarán conciencia de lo dañino de este vicio en nuestra población y no solo basta con los spot televisivos y la educación sanitaria en la atención primaria, considero que se debe ser más riguroso en el control de los fumadores públicos y me refiero específicamente a aquellos viciosos que fuman delante de los grupos de personas ya sea en paradas de ómnibus, cines, teatros, colas, reuniones públicas, hospitales, centros educacionales, etc. Creo que debemos tomar ejemplo de otros países donde este tipo de personas son multadas con cifras altas para contrarrestar el daño que le están causando a las personas a su alrededor que no fuman.

R. A. Junco Martín

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