Publicadas el 17 de octubre de 2008

La “lógica” en las ventas

Me dirijo a ustedes para plantearles algo que me sucedió en días recientes y que verdaderamente no le encuentro explicación. Llevo años tratando de encontrar hilo de nylon, de los que se utilizan para pescar, porque los muebles de la sala de mi casa se están deteriorando y están hechos con este hilo.

La semana pasada me informaron que en el Trasval de Galiano (antiguo Ten Cent), había de todos los tipos. Qué alegría, al fin mis muebles se repararían y podría sentarme en ellos. Al día siguiente fui y efectivamente hay en cantidades y variedades. Cuando le pedí a la compañera que lo vendía, me respondió que solo se vende el carretel completo, el cual cuesta nada más y nada menos que 72 CUC.

Entonces un humilde trabajador, una jubilada, no puede comprar el artículo de esa manera. Un compañero muy amable me orientó que en la Unidad de 20 e/ 3ra. y 5ta. sí lo vendían por metros. Bueno, pensé, aunque no encuentro la lógica existe una tienda.

Al día siguiente antes de salir llamé al Náutico y me contestaron que sí había y lo vendían por metros. Llegué, pero cuando me dispongo a comprarlo, nuevamente la dependienta me responde que hay que comprar el carretel. ¿Y lo que me dijeron por teléfono?, me sentí vapuleada, deseaba llorar, gritar. Solicité que me llevaran a ver al gerente y me respondieron que no estaba.

Pensé en un error y decidí al otro día llamar al gerente, cuando le pido una explicación, sencillamente me respondió que él no estaba para discutir y me colgó.

¿Qué es esto? ¿Maltrato, soberbia?

Esperando una respuesta lógica a mi inquietud, revolucionariamente,

F. Rodríguez L.

Para proteger los techos de fibrocemento

Me dirijo a ustedes con la finalidad de que algunas personas resuelvan la situación de sus techos. Resulta conmovedor ver todavía las escenas de destrozo que dejó el huracán, y cómo muchas personas no se han recuperado de huracanes anteriores cuando tienen que empezar de nuevo.

Es interesante la experiencia que mi padre puso en práctica en la sala de mi casa, que hace más de 23 años se hizo y hasta la fecha no ha tenido dificultades. Una sala con techo de fibrocemento con caída adecuada del agua sin mucha inclinación, cubierta la parte de la canal de la teja con escombros o desperdicios de materiales (relleno) hasta dejarlo de forma plana apisonado el mismo. Cubierto con una capa de mezcla de cemento, arena y recebo para sellar.

A los bordes de la casa se les realizó un falso alquitrabe para fijar las tejas. Por dentro se les pusieron unas vigas de hierro y madera para fortalecer el peso de las tejas.

Innumerables personas, además profesionales de la materia, le discuten a una que es una placa realizada en el techo, hasta que se les explica cómo se hizo.

En este techo se tiende ropa y se camina por el techo.

En 23 años solamente se le ha realizado una reparación media de un derretido de cemento por si hay grietas por el paso del tiempo. Ha soportado más de 7 u 8 entre huracanes y ciclones sin afectación alguna y sin peligro.

Ileana.

¡Que vivan las Aventuras!

Nací hará pronto 43 años en Vueltas, un pueblo de la provincia Villa Clara, y hace más de 20 años resido en la ciudad de La Habana. Recuerdo con mucho cariño cómo cuando éramos mis hermanas y yo unos pequeños, esperábamos ansiosamente que llegaran las 7 de la noche, para ir al televisor que en la cuadra donde vivíamos estaba a mitad de la calle, y a él acudíamos todos los niños del barrio a ver el muy popular, por entonces, espacio de Aventuras, de factura completamente nacional, allí recuerdo haber conocido clásicos de la literatura infantil-juvenil, como los de Emilio Salgari o Julio Verne, cómo olvidar el Corsario Negro de Carlos Gilí, Los Tres Mosqueteros o sus secuelas el Vizconde de Braguelon o 20 años después.

Conocí casi por las aventuras a Ulises, su Odisea, a Elena de Troya e infinidad de clásicos que me vienen a la memoria, conocí héroes legendarios como Robin Hood o Guillermo Tell; pero no fueron solo estas sino otras de temas cubanos que nos tocaban la fibra de patriotismo que llevamos dentro, como una versión práctica de los mambises que nos mencionaban en la escuela o de la invasión, aventuras que nos hacían ver, a los niños de entonces, en sus protagonistas a verdaderos héroes y nos ayudaban a apreciar aún más a aquellos Gómez, Maceo y Céspedes que nos enseñaban a venerar en las aulas.

Muchos recordamos con cariño al Nacho Verdecia y el Billo Casanova de Tierra o Sangre que si no me falla la memoria protagonizaron Mario Limonta y Carlos Gilí, también de temas menos lejanos recuerdo los Hombres Color del Silencio, de la cual los años me enseñaron a apreciar la excelencia de su banda sonora.

Pudiera continuar rememorando aventuras de mi infancia, aunque en aquella época no solo los niños veían las Aventuras, pues también muchos mayores lo hacían, pero no lo voy a hacer, pues mi preocupación es otra diferente pues tengo 2 niños varones (4 y 7 años), que han nacido en una era donde los televisores son a color, existen reproductoras de video de diversos y diferentes formatos que les permiten estar frente al televisor todo el tiempo que deseen o que sus padres les permitan, pues a veces es necesario limitarlos por el bien de su salud o para evitarles fatales distorsiones en su formación.

Pero sucede que en el espacio comprendido entre las 7 y 8 de la noche hace ya bastante tiempo que no se hacen propuestas nacionales de aventuras, aunque sea con temas extranjeros, literatura en el mundo hay suficiente en donde buscar opciones, o simplemente lo que se puede apreciar son reposiciones que ya los mayorcitos ven por segunda vez.

Por qué tienen nuestros hijos que conocer primero a los Power Rangers, Spiderman, Los Increíbles, Las tortugas Ninjas o Scody Doo (todos vistos en nuestra TV, aunque en modo alguno me opongo a que se mantenga la opción de estos seriados infantiles), que a Robin Hood, Guillermo Tell, los mambises cubanos, que se mantienen en el campo visual de nuestros pequeños por las honrosas aunque ya repetitivas, pues es el único, apariciones de Elpidio Valdés.

Creo que ahora con muchos más recursos técnicos y con mucho talento artístico que abunda en nuestro país y sin hacer grandes erogaciones se pueden hacer propuestas para que nuestros pequeños no tengan como ídolos a los Power Rangers o el hombre Araña.

He intentado transmitir la esencia de mi preocupación, pero todo aquel que lo lea y ronde los 40 y tantos años sonreirá con cariño al leer algunas de las cosas que menciono.

A. C. González Hernández.

Disgusto por la suspensión de un servicio telefónico

Aprovechando la oportunidad que da la sección Cartas a la Dirección, quiero utilizarla para plantear la insatisfacción y disgusto que me produjo un mensaje recibido de Etecsa a mi Teléfono Fijo Alternativo (TFA), que dice textualmente: Atención: quedan suspendidos los mensajes, por esta vía solo recibirá informaciones de ETECSA.

Para mi familia fue muy desagradable noticia pues era una opción muy útil que nos permitía este tipo de teléfono, teniendo en cuenta el principal inconveniente que es la limitación del tiempo de conversación a 400 minutos, lo mismo para recibir que para hacer llamadas.

La consternación para nosotros fue debido a que era la vía principal de tener contacto con la sobrina de mi esposa que es médico y cumple misión en Haití, en un lugar donde no hay corriente y mucho menos Internet, por lo que la comunicación mediante correos electrónicos no la puede realizar.

Llamamos al No. 5-264-2244 (Centro de Atención a Clientes) y nos informaron la primera vez que no sabían a que se debía la interrupción de dicho servicio (recibir mensajes). Nos extrañó bastante pues consideramos que ahí deben dar una respuesta convincente. A los pocos días volvimos a llamar y se nos informó que era por problemas técnicos (aclaro que todo esto fue antes de los ciclones).

Al indagar que entonces tendría solución, nos responden que la interrupción sería definitiva para este tipo de teléfono, pues sí se mantendría en los celulares móviles (es conocido que es el mismo funcionamiento técnico, la diferencia está en que a los celulares se les cobra todo el servicio en divisa, pero en nuestro caso solo estamos reclamando recibir los mensajes del extranjero), por supuesto que le explicamos la situación de nuestra sobrina en Haití. Allí nos dicen que lo sentían pero la decisión era definitiva. Realmente las razones no nos convencieron, desconociendo las reales causas de perder este servicio tan bueno. También nos recordaron que podíamos recibir llamadas del extranjero (cuestión que ya lo sabíamos), pero el servicio resulta demasiado caro, tanto para nuestro familiar, como para nosotros que vivimos solo del salario en pesos no convertibles.

Nuestra familia desea que Etecsa aclare esta situación no solo para nosotros, sino para todos los que nos hemos visto afectados.

Saludos, y felicitaciones por esta sección tan necesaria.

E. González Velázquez.

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Periódico Granma. Departamento de Atención al Lector. General Suárez y Territorial. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. Código Postal: 10699. Zona Postal Habana 6, Apartado Postal 6187 o al correo electrónico: cartasaladireccion@granma.cip.cu Teléfonos 881 9712 o 881 3333, extensiones: 143,145, 148, 177.
 

 

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