Publicadas el 3 de octubre de 2008

Publicar lista de precios

Considero que nuestro pueblo ha recibido, con mucha satisfacción, el artículo publicado por este órgano de prensa con fecha lunes 29 de septiembre: "La Revolución continuará defendiendo firmemente los intereses del pueblo", sobre todo en momentos como los que vive nuestro país, después de los embates de los huracanes Gustav e Ike.

La justa medida de publicar en tablillas los precios oficiales de los productos que están a la venta, constituirá sin duda un alerta a todos los especuladores, pero también considero que la medida debe incluir a las Tiendas Recaudadoras de Divisas, pues no es secreto para nadie que los precios de los productos que se expenden en estas tiendas, sufren estas alteraciones por personas inescrupulosas, como se demostró el propio lunes 29 de septiembre, en que un importante número de establecimientos realizaron "REBAJAS", que no eran tales, sino que el susto del anuncio de la medida, conllevó a que muchas de estas unidades se vieran obligadas a poner a los productos el precio oficial que las cadenas tienen establecido.

Es por ello que propongo, que se estudie la manera que se considere más prudente, para que los clientes tengan acceso a los precios oficiales, estoy consciente de que nosotros los clientes tenemos el derecho de exigir a las administraciones que nos esclarezcan los precios de un producto, cuando tenemos dudas sobre los mismos, pero también creo que se debe tener en cuenta, que no siempre que compramos un producto con precios adulterados tenemos el fondo de tiempo disponible para realizar estas acciones de reclamaciones y aclaraciones.

Conocemos que las facturas que llegan a las unidades tienen un grupo de datos que no son de interés de la población, pero las direcciones comerciales de estas cadenas pudieran crear los mecanismos pertinentes, para publicar en pizarras o vidrieras de las TRD, los precios de estos productos.

El pueblo, sin duda, lo va a agradecer.

I. Padrón

Transportistas

El transporte es tema cotidiano en cualquier región del país, y debemos reconocer que el mismo ha dado un salto cualitativo, mayormente en la capital, para beneficio de muchos, pero no voy a hablar del transporte estatal, sino del particular, de los transportistas por cuenta propia, específicamente aquellos que cubren la ruta Lido-Guanajay. Creo que está estipulado que el precio del viaje es según la distancia a recorrer y la capacidad del móvil, en este caso los camiones deberían cobrar $ 3.00 y las camionetas $ 5.00 y que debería recoger a los pasajeros en la terminal y cobrar antes de salir de la misma, para garantizar en parte que se cobre lo correcto.

Todas las personas que acostumbran a viajar por esta vía conocen que los camiones generalmente cargan fuera de la terminal y cobran $ 5.00, y no es este hecho exclusivo de algunos camioneros ni de esta ruta, se aprovechan de la necesidad de los viajeros para enriquecerse, ¿será que si cobran los $ 3.00 dejarán de comer, de vestirse, o no podrán reparar el carro cuando necesite reparación? No lo creo, otros respetan lo estipulado y se visten, comen y reparan el carro si lo necesita, sabemos que comer y vestir no son las únicas necesidades, pero ¿acaso los que pagamos a sobreprecio el pasaje no las tenemos también? De este tema saldrán otras aristas, entre ellas puntos de vista que no converjan, pues los transportistas dirán: "quienes nos suministran muchas veces la comida, la ropa y las piezas de repuesto nos las ofrecen a sobre precio", es cierto, es una cadena, un círculo del que hay que analizar cada punto concretamente para tratar de hallarle solución.

Soluciones para este caso en particular ya se han tomado, pero parece que lo que falta es control sobre los comisores, una constante inspección, ¿habrá que informarles a los inspectores relacionados con esta área de esta situación? No se trata de reprimir a nadie sino de que cada cual respete lo establecido, no se trata de dejar la familia de uno sin comida para dársela al vecino, se trata de que no se la quites a 3 vecinos tuyos para sentir que sobra en tu casa. Por favor, tratemos de ser un poquito mejores. Si cada cual insiste en lucrar a costa de otros el resultado será una sociedad marcada notablemente por las desigualdades sociales y una débil economía. No es difícil darse cuenta, que si se deja de adoptar esta posición los que hoy tienen menos mañana tendrán un poquito más y estaremos contribuyendo a lograr una mejor economía, pues todos trabajarían mejor si se nota el progreso, que es el mayor estímulo para alguien que trabaja para que su país mejore. Examinemos nuestra conducta laboral y social, no frenemos el progreso.

J. A. Gómez Colombat

Protejamos nuestros recursos

Quiero hacer referencia al artículo aparecido en esa sección el pasado 26/09/08 titulado Salvemos los techos frágiles.

En primer lugar felicitar al remitente, no obstante considero que dicho artículo nos obliga a reflexionar y proponer algunas recomendaciones complementarias que tomadas en cuenta por quien corresponda serán de gran beneficio para la población y por ende para nuestro país.

Considero que lo planteado por el compañero en cuanto a las medidas a tomar que si no son todas, estas son muy importantes. Ahora bien: ¿Debemos dejar esto a la espontaneidad de la población y de los organismos y empresas? Considero que no.

Cuando contemplamos por la televisión, leemos la prensa u oímos la radio nos preguntamos: ¿Cuántos de estos problemas se hubieran evitado o minimizado?

Llamo a la reflexión para que en el país, por quien corresponda, se valore cómo instrumentar, divulgar y controlar las medidas específicas que en cada lugar, léase vivienda, centro de trabajo, escuela, etc., pueden y deben tomarse para evitar o atenuar estos daños.

Como se plantea en el artículo esto no solamente hay que hacerlo durante la temporada ciclónica, DEBE SER PERMANENTE. Nuestro país está siendo azotado todos los años por estos eventos climatológicos, por lo que hay que acostumbrarse a convivir con ellos.

La población afectada unánimemente plantea su confianza en que la Revolución les ayudará, lo que ha sucedido siempre y se ratifica por nuestros máximos dirigentes. Evitemos, minimicemos los daños.

Las medidas tomadas para salvar vidas humanas se han consolidado y han dado sus frutos consolidemos para preservar también la de los animales y demás recursos que cada ciclón nos arrebata.

Con un mínimo de recursos se pueden ahorrar grandes recursos. Considero que este tema debe quedar abierto para otras opiniones.

P. Rodríguez Gómez

Sacar experiencia

Después del paso de los huracanes Gustav e Ike debemos reflexionar lo siguiente: ¿Qué debemos hacer para aminorar o eliminar las consecuencias de los meteoros que periódicamente nos visitan, referente a los efectos económicos? Existen numerosas problemáticas, de las cuales detallaré algunas:

· Limpieza de alcantarillas de las calles, las cuales deben destupirse periódicamente, sobre todo en los momentos oportunos. De lo contrario, se formarán lagunas intransitables pudiendo llegar hasta las casas, con el efecto negativo que trae consigo.

· La poda de los árboles la cual debe hacerse en el tiempo que corresponde. Es cierto que se han cortado muchos árboles pero no los suficientes. Si no existe una poda programada, sucede lo que sucedió, las ramas de los árboles caen arriba de los cables y en los transformadores; por supuesto, los que sufren son los vecinos que se quedan sin electricidad.

· Techos de los almacenes donde se han perdido miles de libras de arroz, azúcar y otros productos, porque los techos han cedido a los vientos por no estar reforzados los mismos; grietas en los techos que no se reforzaron convenientemente por las cuales penetró el agua; así como paredes que se desplomaron.

· Naves de gallinas que perdieron sus techos y murieron miles de estas aves ponedoras, más otro grupo que sufrieron estrés por las condiciones del tiempo y las ráfagas de aire que soplaron.

· Pérdida de ganado vacuno y de cerdos que se ahogaron por no trasladarlos a lugares seguros en el tiempo que correspondía.

· Torres de transmisión de electricidad que quedaron derribadas por el paso de los fuertes vientos. Pensar qué se pudiera hacer para asegurar aún más la instalación de estas torres, o sea, que puedan resistir vientos huracanados.

· Ver qué se pudiera hacer para evitar que las torres de televisión resistan los vientos de huracán, ya que de derrumbarse estas, se queda sin televisión gran parte de la población con las afectaciones correspondientes.

Es cierto que estos ciclones que pasaron no se pueden comparar con otros anteriores por la cantidad de agua y de viento que trajeron. Pero también es cierto que se deben recibir los partes de Meteorología y de la Defensa Civil con la seriedad que se transmiten y actuar en consecuencia. Si por alguna razón no pasó, mejor todavía, pero estábamos preparados.

M. García Pérez

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