Por  la izquierda

"Por la izquierda" es el eufemismo que se usa para designar la vía de conseguir, a través de un amigo, o de una relación de ese amigo, un producto o servicio deficitario. Supongo que la savia popular (debería ser la sabia) lo llama así porque comúnmente se acepta, en el tránsito, que lo que va por la derecha va bien. Pero antes de perderme en disquisiciones semántico-ideológicas, he de decir que también es verdad que muchas veces no estamos tratando de resolver nada, y se nos acercan en la calle a proponernos cualquier producto de procedencia dudosa. Pero esos son vulgares ladrones. El que resuelve por la izquierda no, ese nos ayudó a resolver un problema. Al final todo es expresión del mismo fenómeno de corrupción que, con diferentes matices, se ha entronizado de tal manera en la sociedad, que ya se ve como algo natural. Sobre todo cuando uno cayó, aunque sea una vez, en la trampa.

No hace falta volver sobre las raíces de un problema expresado en un extenso rango, que empieza desde el inocente acto de llevarse de la oficina una cajita de presillas, y llega hasta el que trafica con influencias. La justificación para esos hechos no está en la naturaleza humana. No nacemos delincuentes. La escasez y las carencias por un lado, y la ineficiencia en muchos servicios por otro, son el caldo de cultivo para la aparición de tales conductas de quienes lucran con las necesidades de los demás. El descontrol y la vista gorda catalizan la reacción en cadena en la que el corrupto corrompe mientras el cándido acepte y pague. Por otra parte, durante mucho tiempo la impunidad ha servido para estimular a quienes perpetran el acto de resolver por la izquierda. La tarea de los responsables de descubrirlos y sancionarlos no es fácil, porque la mayoría de las veces no parece un delito común, nada más que el inventario no estaba bien, o el "benefactor" disfruta de prerrogativas que le permiten ayudar al prójimo.

¿A quién no le han propuesto alguna vez en la Cadeca, en las narices del custodio, comprarle, a 25 pesos —por la izquierda— los pesos convertibles? Y usted duda, pensando que tal vez le den pesos falsos, y no acepta. Pero la próxima vez vuelve a ver al mismo tipo, con el mismo rollo de billetes, proponiéndole nuevamente el cambio. Y se está deshidratando al sol, y va a ganar un pesito en el negocio, y termina aceptando convertirse en cómplice del agiotista.

Por la izquierda puedes resolver igual un carburador en la esquina de la tienda de repuestos automotores, 20 metros de alambre 14, o una lata de pintura por la cerca de atrás de una obra, un pasaje de ómnibus, un fly-back de Panda, o una reservación en la playa. Por la izquierda te venden una entrada en la cola del García Lorca, un microwave en la puerta de Carlos III, y si me pongo el short de florecitas, las sandalias y me cuelgo la camarita digital al cuello, hasta una caja de Cohiba en la Habana Vieja. Y eso que no hay páginas de clasificados, que si no¼

¿Cuánto tiempo tiene que pasar aún para hacer las cosas por la vía correcta?

E. Nuñez

Las irregularidades del Ciclobus

Yo quiero hablar sobre un tema que, aunque para algunos no sea tan importante, para mí y para muchos trabajadores que vivimos en el Este de la capital sí lo es, y hablo del ciclobus que transporta por el túnel a bicicletas y motos. Son ya más los días que este no funciona que los que sí, sin explicaciones de los responsables. Yo soy una mujer y tengo que transitar a diario por la Vía Blanca por lo que ya entenderán a toda la serie de peligros a que estoy expuesta diariamente. El traslado por el túnel cuando este está funcionando es de minutos, y los perjudicados somos muchos, se incumple con horarios, viajes, etc., además de todo lo que se permite montar en este ciclobus cuando funciona.

C. López Torreblanca

Desaparezcamos la impunidad del descontrol

No podremos alcanzar la eficiencia que se nos pide y que es impostergable, mientras sigan estando presentes manifestaciones de impunidad ante hechos notorios que alimentan el descontrol, el despilfarro y la corrupción, elementos incompatibles para llegar a la sociedad socialista.

Me he rebelado siempre con indignación cada vez que he oído las expresiones aberrantes "contabilidad confiable" y "contabilidad no confiable", como categorías aceptadas extraoficialmente en nuestro sistema de dirección cuando se hacen controles, etc. Dígase hay o no hay contabilidad, y a partir de esa realidad resuélvase de manera urgente tal problemática, ya que si no hay contabilidad, no hay control, no hay disciplina financiera; está presente el caldo de cultivo para los incumplimientos, las violaciones, los desvíos, los faltantes, en fin la corrupción.

Resolver esta grave problemática es estratégico. Sin control y disciplina no pueden preservarse los principios de la Revolución, y la necesidad de la Contabilidad es una tarea de todos en un centro de trabajo, si no hay Contabilidad ese centro de trabajo está tomado por las pretensiones de los enemigos de la Revolución, reconquistar dicha posición es una necesidad sin opciones para los revolucionarios que allí trabajan y dirigen.

Se nos reclama con justeza producir más con menos, sustentar nuestro de-sarrollo en el ahorro, el máximo de eficiencia, elevar la productividad, ser capaces de imprimirle a nuestras responsabilidades todas las potencialidades de que somos acreedores. Para lograrlo tiene que estar presente el control, las formas de medirlo y evaluarlo, y si no hay Contabilidad, es dirigir a ciegas, estar en brazos de la de-sorganización, es facilitar la impunidad ante nuestras insuficiencias, errores y violaciones en el control de nuestra economía.

D. Rodríguez Verdecia

El maltrato en las tiendas en divisas

Es hora de que vayamos mejorando los servicios que se prestan a nuestra población y me refiero en este caso a las entidades recaudadoras de divisas. Yo, como a todo cubano y persona que paga un servicio, le gusta ser tratado bien y ágilmente de forma tal que salga complacido y vuelva nuevamente. Sucede que en el 99% de las veces que llego a las tiendas (no creo que sea pura coincidencia) la cajera o cajero está, a plenas 11:00 a.m., haciendo un arqueo de caja porque está descuadrado o está organizando algo o está conversando con su compañero; y yo me paro frente a ellos sin decir nada porque espero ser atendido, pero nada, soy invisible, entonces es cuando tenemos que ponernos bravos y decirles el por qué de las cosas. No voy a especificar los nombres de estos lugares, porque esto me ha pasado unas cuantas veces. ¿Dónde está la ética y el sentido del trabajo de estos trabajadores, que además reciben divisa? Son parte de empresas que operan según las normas internacionales de calidad y servicios y esto no se cumple ya que hay relajamiento de los superiores, y no se aplican medidas que contribuyan a mejorar el servicio. Yo me pregunto ¿qué nos está pasando, en qué nos hemos convertido?

H. García

Los precios y los inspectores populares

Deseo referirme a los altos precios de los productos agrícolas amparados en la oferta y demanda. Hay un componente de ese precio que no se tiene en cuenta y es la calidad. Pongamos por ejemplo productos como las frutas y vegetales que tienen el mismo precio desde el primer día de venta hasta varios días después, cuando la fruta o el vegetal no tiene tamaño y está deteriorado(a). El o los organismos involucrados en la venta y determinación del precio de venta deben controlar que el precio y la calidad se complementen. La actividad de control es importante para la protección del comprador y para evitar ilegalidades. Nuestro pueblo debe además conocer si existe alguna resolución o mecanismo que norme la depreciación de los productos transcurridos varios días y pueda reclamar sus derechos para no pagar por lo que no tiene calidad. Hace algunos años existió un movimiento de inspectores populares salidos de la masa del pueblo que jugaron un importante papel, no sé las razones por las que desapareció esa iniciativa, pero creo se debe retomar.

R. Araguez

La venta de jabas

Uno de los negocios más lucrativos y seguros es la venta de jabas de polietileno.

Lucrativo porque el que las fabrica no las vende, de manera que se consiguen en cantidades industriales sin que medie pago alguno al productor. Es decir, se obtienen absolutamente gratis. Claro que no todo el mundo puede llegar a la fábrica o al almacén o a la tienda en divisas y cargar con una paca de jabas así como así. Se requieren determinadas influencias y relaciones, pero resulta evidente que estas personas forman el primer escalón de la cadena, o más bien el segundo. Después viene la venta al por menor. Conozco a una persona que presenció, accidentalmente, una de estas operaciones en las que el proveedor entregó cuatro paquetes de 100 jabas por un monto total de 100 pesos al vendedor ambulante que las obtenía, de esa manera, a 25 centavos la jaba y las vendía a peso con una jugosa ganancia del 300%., nunca soñada por Henry Ford.

Es justo reconocer que no todos los vendedores las venden a peso. Algunos, si las jabas son pequeñas, las venden a 50 centavos ganando solo el 100%.

Otra característica que hace de este negocio una mina de oro es el hecho de que el Estado no vende jabas. Hubo un tiempo en que las vendía a cuatro por un peso pero eso se acabó. La jaba de polietileno es un artículo de alta y creciente demanda popular. Hacer una lista de sus posibles usos es tema para una tesis de grado. Por esta razón es una mercancía de salida segura y sin la molesta competencia del Estado. Por si todo esto fuera poco, es una actividad económica libre de impuestos. Ah, y el suministro es estable.

Decíamos también que es un negocio seguro. Efectivamente. Al parecer se pueden vender en cualquier lugar, se pueden mostrar, desplegar en abanico, pueden ser pregonadas, etc., sin que nadie te pregunte otra cosa que no sea: "¿A cómo son las jabitas?"

Todas las cuentas me dan que los vendedores de jabas ganan más que yo y trabajan menos.

L. González Pérez

Carros estatales "boteando"

He leído la sección Cartas a la dirección y siento la sensación del deber cumplido en esta lucha por recuperar valores. Qué bueno que la gente de bien opine y opine bien, buscando solucionar lo mal hecho, pero mejor aún es que nuestros medios de comunicación se sumen abiertamente a la batalla, denunciando el descontrol y señalando directamente a los que tienen la obligación de controlar.

Me sumo a los criterios que en esta sección se han debatido y aporto uno, no menos importante, relacionado con el control.

Soy testigo a diario en mi barrio de carros estatales que, fuera de su horario laboral y sin función de trabajo por hacer o concluir, se dedican a la caza de posibles clientes para alquilar. Casi siempre estos carros "del Estado" son alquilados por elementos que no aportan socialmente y que resuelven asuntos personales "de cualquier tipo" a cambio de una modesta tarifa (en carros y con combustible del Estado). Y es que hoy, muchos de los choferes estatales se autotitulan dueños de los carros de sus empresas y disponen de ellos a conveniencia personal, incluso con fines de lucro. Hemos escuchado, en más de una ocasión, reclamos de trabajadores que no son recogidos en las llamadas botellas por choferes de sus propias empresas, sencillamente porque tienen otros planes en mente, de lucro y especulación, con el carro que no es suyo.

Nos preguntamos, ¿acaso el Estado no puede prohibir tales hechos con sanciones directas a los directivos que permiten y no se preocupan por saber a dónde va ese transporte concluida la jornada?

Yo creo que la lucha por frenar el despilfarro, las conductas impropias y el rescate de la disciplina social, es de todos, pero fundamentalmente, de los administrativos, porque en ellos la Revolución ha depositado su confianza.

A. Gómez

Estimulación integrada a la productividad del trabajo

Es una verdad irrefutable que en nuestra sociedad no se olvida a nadie en ninguno de los sectores de la población, y es por eso que el criterio de muchos cubanos está siendo editado en una prensa que sí tiene libertad de expresión y que siempre ha estado en la vanguardia de la crítica constructiva por el desarrollo de nuestra sociedad socialista y la defensa de la patria.

Es por esto que me parece oportuno reflejar algunas inquietudes de la economía desde la óptica de mi juventud revolucionaria entendida del tema.

Ya el pueblo tiene cultura económica, ahora no se habla en términos desconocidos cuando se menciona el crecimiento del Producto Interno Bruto en el país al terminar el año, y de cómo la industria avanza contra las mareas del bloqueo, la anhelada batalla por la cultura general integral de los cubanos está siendo ganada por nuestro pueblo y los hermanos a los que les brindamos nuestra ayuda en este sentido. Es por eso que cuando se menciona el termino Reestructuración Salarial, a pesar de que ya hubo una, el pueblo se muestra ávido de cambios y mejoras que posibiliten que los sectores económicos mas deprimidos sean revividos con nuevas fuerzas de trabajo calificadas y recursos. Este es un cambio que no puede venir aparejado con una crisis económica, eso nos queda claro a todos y es por eso que se debe hacer un llamado para que el pueblo analice la necesidad del estudio y el trabajo en la sociedad actual.

Es cierto que la economía cubana no puede ser sostenida solo por el aporte del níquel, el turismo o la ciencia, sino por el funcionamiento de las inversiones a corto plazo de carácter industrial y agrícola que es en definitiva nuestro talón de Aquiles, y es que aún hoy las importaciones son mucho mayores que los productos hechos en Cuba.

Se reconocen los esfuerzos que conlleva la producción de cada bien material, debido a las maquinarias antiguas u obsoletas que tenemos, y a esto se suma la falta de recursos humanos por la desmotivación del hombre por el arduo trabajo del campo o fabril y el salario insuficiente. Creo que la solución no solo se encuentra en subir las escalas salariales, sino también en la estimulación moral y material del trabajador, ya que una labor motivada solo por la obtención de ganancias monetarias solo nos llevaría al abismo del consumismo, tenemos que batallar porque los jóvenes desvinculados se incorporen al trabajo haciendo mas atractivo el salario a devengar, pero también exigir la calidad del trabajo y la disciplina.

Estamos de acuerdo que este sea un proceso de análisis para la erradicación de prohibiciones que en realidad deprimen la economía, como es la compra y venta de bienes personales (como autos, casas etc.) no creo que haya problema alguno si estas operaciones se hacen mediante una institución estatal auditable, sin caer en el burocratismo. Erradiquemos algunas de estas barreras y el flujo de cubanos que emigran hacia otras provincias o países caerá significativamente, la motivación por el trabajo crecerá y le cerraremos el paso a las ilegalidades que se han venido cometiendo.

L. Hurtado

No podemos ofrecer cheques sin fondo

La carta del joven B. Reyes la semana pasada está equivocada, pues en mi escrito de marzo pasado no menciono nada de los salarios.

No obstante aprovecho para aclarar que no me asustan los salarios altos, siempre que estos se correspondan con el crecimiento de la productividad del trabajo, o sean medio de reconocimiento y estímulo a sectores de los llamados no productivos que resultan imprescindibles a la sociedad.

Pero aun con el convencimiento de la necesidad del aumento de determinados salarios, debemos comprender que esto no es posible realizarlo sin que exista el crecimiento de la eficiencia en los sectores productivos, pues estaríamos entonces distribuyendo lo que no tenemos o lo que es lo mismo dando cheques sin fondo. En los complejos avatares de la economía también es necesario el incremento del poder adquisitivo del peso que recibimos como salario o pensión; nada de esto tiene solución por decreto o simple deseo, solo el crecimiento de la eficiencia económica es la respuesta adecuada, donde el salario es una de las herramientas para lograr lo que el compañero Reyes y millones más deseamos.

W. Rodríguez

Filosofía y Matemáticas

La aseveración pudiera parecer algo incongruente quizás, pero en la vida moderna todo o casi todo, para no ser absoluto, puede suceder y, sintiendo la necesidad de manifestar mi criterio como un cubano mas, me decidí a utilizar este órgano de prensa en un momento que nuestro pueblo, valiéndose de los medios de difusión tanto nacionales como de provincia, se ha dado a la crítica, cosa esta muy positiva, porque si se hace la crítica, conlleva un análisis del porqué de la misma y después vendría un resultado que debe ser positivo, eso es lo lógico, de ahí el título de este comentario.

Según he leído la mayoría de lo publicado en esta página gira alrededor del tema económico, tocando cuestiones de la macroeconomía, o dando algunas recetas que nos permitirían, mediante una ilusoria varita mágica, resolver los problemas del hogar sobre todo en la cuestión alimentaria y, muy importante, el bolsillo¼

Leyendo el artículo publicado el pasado día 18 de abril, redactado por el periodista Ronald Suárez Rivas con el título La fábrica de jonrones, me quedé perplejo de cómo no somos capaces de aprovechar las potencialidades de un hombre que de forma artesanal ha logrado colocar en manos de nuestros mejores peloteros un bate que por su calidad, según el artículo, está a la altura de los importados, pudiendo ahorrar miles de euros que se podrían emplear en la compra de otros implementos deportivos deficitarios de verdad, y que por cuestiones técnicas a nuestro país le es imposible fabricarlos. Es más económico, más rentable, más eficiente, más práctico, más inteligente, más de todo lo que uno quiera decir, que un simple artesano de calle, como se hace llamar, logre salir adelante con su pequeña industria en el techo de su casa, pagándole lo que en realidad se merece, que el que alguien viaje al extranjero con el respectivo gasto que esto conlleva para comprar los dichosos bates, olvidándose del slogan publicitario de lo mío primero. Dejando a un lado la muy maltrecha teoría de que se haría rico, solo debemos aplicarle la relación directa que debe existir entre el salario y la productividad del trabajo logrando un estímulo de verdad, dinero contante y sonante, no recurriendo a los ya manidos estímulos morales ni apelando a la conciencia del trabajador. No hablo de metalizar al hombre, sino de darle lo que se ganó con su esfuerzo, pues simple y llanamente este hombre en cuestión lo tiene todo, rico lo es ya porque sus manos son de oro, y conciencia le sobra porque es un obrero que sabe lo que quiere y, algo muy importante, sabe para quién trabaja, para el pueblo.

Si aplicamos la filosofía y las matemáticas a muchas cosas que hoy son miradas con ojo crítico por la población, nos daríamos cuenta de que no sería fácil resolverlas pero tampoco imposible, y ejemplos tenemos unos cuantos, y son totalmente reales pues fueron dados a conocer por autoridades competentes en diferentes medios y aquí van algunos: que yo sepa las vacas adolecen de conciencia y antes no daban leche y ahora sí; lo mismo sucede con la cosecha de papa, apelábamos a la conciencia más 1.00 peso por quintal y necesitábamos muchos brazos para su recogida, pagábamos 2.00 con la misma conciencia y no hacían falta tantos; otro caso es el tabaco, viene un ciclón y destruye todo, a los tres días están resembrando para restañar los daños...

G. García Cozar

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