Con la de hoy, han sido publicadas 16 secciones de
Cartas a la Dirección, desde su aparición el pasado 14 de
marzo.
Por el interés despertado y el aumento creciente en
la recepción de cartas, correos electrónicos y mensajes llegados por
distintas vías (más de 2 300, sin contar cientos de llamadas
telefónicas), a partir de la del 9 de mayo, decidimos regularizar su
espacio a dos páginas cada viernes.
En ellas se han reflejado las opiniones, quejas y
preocupaciones de nuestros lectores contenidas en unas 100 de esas
misivas, incluidas varias respuestas de organismos e instituciones
involucrados y sin tomar en consideración trabajos periodísticos y
materiales, publicados en otras páginas del diario, a tenor de temas
e inquietudes expresados en esa copiosa correspondencia.
Agradecemos a todos los que nos han hecho llegar sus
criterios, coincidentes o no con lo publicado, a los que han
reconocido favorablemente su aparición e, incluso, a quienes han
formulado señalamientos críticos o expresado inconformidades.
La cantidad de mensajes recibidos impide la
publicación de todos. La extensión de algunos —han llegado
materiales de decenas de páginas—, es otra limitante. La recepción
de opiniones similares sobre no pocos asuntos obliga a seleccionar
la o las más abarcadoras. La ausencia de nombres o direcciones, las
firmas ilegibles o claramente "inventadas", nos imposibilitan
contactar a esas personas para precisar lo expresado o tramitarlo.
No faltan las consideraciones demasiado generales sin un solo
argumento, imposibles de tomar en cuenta. Una carta, artículo,
reportaje o respuesta, publicados en la propia sección o en
cualesquiera páginas del diario, abren siempre nuevos temas para
trasladar planteamientos, críticas, sugerencias.
La sección, igual que la programación de la
televisión (sobre lo cual también acumulamos unos cuantos mensajes),
no puede satisfacer todos los intereses.
Varios cientos de los remitentes abordan problemas
de corte familiar o personal, después de innumerables gestiones sin
respuesta y a veces hasta sin la más mínima atención o información
adecuada, lo que evidencia la ausencia, lamentablemente bastante
generalizada, de una cultura y preparación adecuadas en parte del
personal que labora en oficinas y áreas de atención a la población
de organismos y entidades. Toda esta correspondencia —cuando incluye
los datos de identificación imprescindibles— ha sido y es tramitada
con las entidades pertinentes. Por su volumen, resulta imposible
publicarlas.
Sin embargo, aun cuando se trata de asuntos
específicos, no pocos de ellos, por su profusión y las tendencias
que reflejan, están siendo objeto de investigación por parte de
periodistas y otro personal especializado del diario, a los efectos
de publicar los resultados. El extravío y robo de los bultos
postales, la merienda escolar, el transporte urbano, los
parqueadores estatales¼ son algunos en
los que, a modo de ejemplo, estamos enfrascados.
Reiteramos lo expresado al inicio de la publicación
de Cartas a la Dirección:
"Nos proponemos abordar en ella los planteamientos y
problemas más frecuentes o coincidentes en los mensajes de los
lectores¼
"Nos proponemos que preste un servicio de
información y orientación, pues nos damos cuenta de que, en muchos
casos, es lo que reclaman los remitentes¼
"Haremos el máximo por atender, que no siempre
quiere decir resolver, los asuntos que se nos trasladen. Nuestra
arma principal será la información¼
"Nuestra divisa será escuchar, leer atentamente
cuanto se nos plantee, aun cuando podamos no coincidir en todo o en
parte con lectores e interlocutores".