Publicadas el 13 de marzo de 2009

Cartas a la Dirección, un año después

Mañana cumplirá su primer año la sección Cartas a la Dirección, espacio de Granma destinado al intercambio con sus lectores.

Cuando la incluimos en la edición de los viernes, iniciada el 14 de marzo del año pasado con 16 páginas, nos propusimos ofrecer un servicio de información y orientación que abordara los planteamientos y problemas más frecuentes o coincidentes en los mensajes de los lectores.

Al cabo de 52 ediciones, con la que les entregamos hoy, tenemos que confesar que rebasó nuestras expectativas¼ y que, aunque no faltan los intransigentes para quienes el espacio no ha cubierto todos sus intereses, lo cierto es que la mayoría de quienes escribieron en el transcurso del año han reconocido su papel, saludado el esfuerzo y felicitado sus resultados.

Como todo recuento, lo avalaremos con algunas estadísticas para compartirlo con ustedes, sus principales protagonistas.

En igual periodo precedente a la aparición de la sección, el periódico recibió en su Departamento de Atención a los lectores, 468 cartas. A partir del 14 de marzo pasado y al cierre del 6 del presente, la cifra ascendió a 3 072, por la vía postal, y 3 292 mensajes electrónicos, opción que antes apenas se utilizaba¼ y no incluimos en esta cifra algunos miles de llamadas telefónicas que, aunque son contabilizadas, la mayoría versa sobre criterios y señalamientos coincidentes o no con materiales periodísticos publicados en Granma y hasta en otros medios de prensa escritos, radiales y televisuales.

Todos los mensajes recepcionados por una y otra vías han sido analizados, cualesquiera fueran los asuntos abordados, y todos, sin excepción han sido objeto de nuestra atención.

Una cantidad importante fue tramitada directamente con decenas de organismos y entidades involucrados (solo la relación sería interminable), por tratarse de quejas, solicitudes, denuncias y otros asuntos de carácter personal, que, como regla, no son publicados, salvo aquellos que pueden ser generalizados o representar una experiencia positiva o negativa a tener en cuenta. Sabemos que no siempre nuestras gestiones han fructificado de la misma forma, y aunque una parte ha recibido la atención que merece, estamos conscientes de que otros no. Habrá que seguir insistiendo en lo adelante.

Solo no tuvieron este tratamiento aquellas misivas y correos sin datos de identificación, y los que falsearon esos datos, haciendo imposible nuestra mediación entre ellos y las entidades reclamadas. Aprovechamos para insistir en la necesidad de que los lectores escriban sus referencias personales para poder incidir en su atención.

Y una parte, obligadamente minoritaria, salió a la luz en nuestras páginas. El espacio de que disponemos no es infinito y resulta del todo imposible aspirar a que publiquemos más.

Conocemos —por llamadas, cartas y correos que lo reclaman—, que esta constituye la mayor de las insatisfacciones. Todo el que escribe, generalmente, quiere "leer" su opinión en la sección, sobre todo cuando ven otras similares. Hay incluso quienes pretenden, y así nos lo expresan, "que su carta se publique en algún momento, porque todas deben tener el mismo tratamiento".

La propia característica de Cartas a la Dirección, limita que un número mayor sea referenciado, al coincidir varias en un mismo tema, pero tratamos al máximo que las opiniones que publicamos sean textuales, apenas con las correcciones ortográficas y de redacción imprescindibles.

Un año —más cuando es el primero— recaba algunas consideraciones.

En el periodo, hasta la pasada edición, se han publicado 277 cartas, 34 respuestas de organismos y entidades aludidos en ellas, 4 comentarios sobre asuntos de los que más perjudican a la población (trámites, maltratos) y algunas notas informativas de la dirección.

En septiembre pasado, dado el embate de los huracanes, la sección se redujo a una sola página, dándosele prioridad a los cientos de mensajes sobre este tema, básicamente referidos a la solidaridad con los damnificados, porque el resto del diario se dedicó a reflejar la difícil situación que se enfrentaba en la mayoría de las provincias y a las tareas de la recuperación.

El mayor número de mensajes se corresponde con temas económicos en general, en particular los relacionados con el control interno, la contabilidad, la cadena de impagos, el anteproyecto de ley de Seguridad Social, el derroche de recursos, especialmente de combustible y electricidad, la indisciplina laboral y social, el robo y otras manifestaciones delictivas, la contaminación ambiental, y el irrespeto a la tranquilidad ciudadana, sobre todo por abuso de los ruidos.

En cuanto a otros asuntos más específicos, concentraron gran cantidad de misivas los referidos a la vivienda, no solo en materia de solicitudes tanto de viviendas como de materiales de construcción, sino, sobre todo, a dificultades en materia de trámites de todo tipo, procedimientos trabados por años, sentencias firmes de tribunales no ejecutadas, etc.; a las irregularidades y al déficit en el transporte urbano, interprovincial e intermunicipal; mal servicio en toda la esfera del comercio y la reparación de efectos electrodomésticos; mal estado de viales, instalaciones hidráulicas, edificaciones e instalaciones en general; anormalidades en la distribución de los módulos de cocción y refrigeradores¼ entre otros temas que, con mayor o menor comprensión en cuanto a la compleja situación económica del país que disminuye sensiblemente la disposición de los recursos materiales y financieros que serían necesarios, rayan en muchas ocasiones con insensibilidades administrativas que complican más las cosas.

Otros asuntos, dígase burocratismo, reunionismo, política de cuadros, aspectos de la ética y la moral socialista, han sido tratados y reiterados por nuestros lectores, con enfoques diversos y enriquecedores, aunque lamentablemente, no siempre con respuestas de los organismos e instituciones que debieran incorporarse al debate.

Si nos preguntaran, responderíamos que un año después de iniciada nuestra sección, estamos insatisfechos porque sentimos que nos falta aún mucho por hacer.

De ahí que junto al mayor de los agradecimientos, por la confianza de quienes nos han escrito, y la suma mayor de los que nos leen cada viernes, reiteremos hoy algunas de las ideas expresadas el 14 de marzo pasado que han multiplicado su validez:

Haremos el máximo por atender, que no siempre quiere decir resolver, los asuntos que se nos trasladen. Nuestra arma principal será la información.

Nuestra sección tiene también entre sus objetivos alertar y sugerir alternativas.

Nuestra divisa será escuchar, leer atentamente cuanto se nos plantee, aun cuando podamos no coincidir en todo o en parte con lectores e interlocutores.

Esperamos poder seguir contando con nuestra fuente principal: ustedes.

Esperamos poder cumplir con sus expectativas que son también las nuestras.

 

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