Mañana cumplirá su primer año la sección Cartas a la Dirección,
espacio de Granma destinado al intercambio con sus lectores.
Cuando la incluimos en la edición de los viernes,
iniciada el 14 de marzo del año pasado con 16 páginas, nos
propusimos ofrecer un servicio de información y orientación que
abordara los planteamientos y problemas más frecuentes o
coincidentes en los mensajes de los lectores.
Al cabo de 52 ediciones, con la que les entregamos
hoy, tenemos que confesar que rebasó nuestras expectativas¼
y que, aunque no faltan los intransigentes para quienes el espacio
no ha cubierto todos sus intereses, lo cierto es que la mayoría de
quienes escribieron en el transcurso del año han reconocido su
papel, saludado el esfuerzo y felicitado sus resultados.
Como todo recuento, lo avalaremos con algunas
estadísticas para compartirlo con ustedes, sus principales
protagonistas.
En igual periodo precedente a la aparición de la
sección, el periódico recibió en su Departamento de Atención a los
lectores, 468 cartas. A partir del 14 de marzo pasado y al cierre
del 6 del presente, la cifra ascendió a 3 072, por la vía postal, y
3 292 mensajes electrónicos, opción que antes apenas se utilizaba¼
y no incluimos en esta cifra algunos miles de llamadas telefónicas
que, aunque son contabilizadas, la mayoría versa sobre criterios y
señalamientos coincidentes o no con materiales periodísticos
publicados en Granma y hasta en otros medios de prensa
escritos, radiales y televisuales.
Todos los mensajes recepcionados por una y otra vías
han sido analizados, cualesquiera fueran los asuntos abordados, y
todos, sin excepción han sido objeto de nuestra atención.
Una cantidad importante fue tramitada directamente
con decenas de organismos y entidades involucrados (solo la relación
sería interminable), por tratarse de quejas, solicitudes, denuncias
y otros asuntos de carácter personal, que, como regla, no son
publicados, salvo aquellos que pueden ser generalizados o
representar una experiencia positiva o negativa a tener en cuenta.
Sabemos que no siempre nuestras gestiones han fructificado de la
misma forma, y aunque una parte ha recibido la atención que merece,
estamos conscientes de que otros no. Habrá que seguir insistiendo en
lo adelante.
Solo no tuvieron este tratamiento aquellas misivas y
correos sin datos de identificación, y los que falsearon esos datos,
haciendo imposible nuestra mediación entre ellos y las entidades
reclamadas. Aprovechamos para insistir en la necesidad de que los
lectores escriban sus referencias personales para poder incidir en
su atención.
Y una parte, obligadamente minoritaria, salió a la
luz en nuestras páginas. El espacio de que disponemos no es infinito
y resulta del todo imposible aspirar a que publiquemos más.
Conocemos —por llamadas, cartas y correos que lo
reclaman—, que esta constituye la mayor de las insatisfacciones.
Todo el que escribe, generalmente, quiere "leer" su opinión en la
sección, sobre todo cuando ven otras similares. Hay incluso quienes
pretenden, y así nos lo expresan, "que su carta se publique en algún
momento, porque todas deben tener el mismo tratamiento".
La propia característica de Cartas a la Dirección,
limita que un número mayor sea referenciado, al coincidir varias en
un mismo tema, pero tratamos al máximo que las opiniones que
publicamos sean textuales, apenas con las correcciones ortográficas
y de redacción imprescindibles.
Un año —más cuando es el primero— recaba algunas
consideraciones.
En el periodo, hasta la pasada edición, se han
publicado 277 cartas, 34 respuestas de organismos y entidades
aludidos en ellas, 4 comentarios sobre asuntos de los que más
perjudican a la población (trámites, maltratos) y algunas notas
informativas de la dirección.
En septiembre pasado, dado el embate de los
huracanes, la sección se redujo a una sola página, dándosele
prioridad a los cientos de mensajes sobre este tema, básicamente
referidos a la solidaridad con los damnificados, porque el resto del
diario se dedicó a reflejar la difícil situación que se enfrentaba
en la mayoría de las provincias y a las tareas de la recuperación.
El mayor número de mensajes se corresponde con temas
económicos en general, en particular los relacionados con el control
interno, la contabilidad, la cadena de impagos, el anteproyecto de
ley de Seguridad Social, el derroche de recursos, especialmente de
combustible y electricidad, la indisciplina laboral y social, el
robo y otras manifestaciones delictivas, la contaminación ambiental,
y el irrespeto a la tranquilidad ciudadana, sobre todo por abuso de
los ruidos.
En cuanto a otros asuntos más específicos,
concentraron gran cantidad de misivas los referidos a la vivienda,
no solo en materia de solicitudes tanto de viviendas como de
materiales de construcción, sino, sobre todo, a dificultades en
materia de trámites de todo tipo, procedimientos trabados por años,
sentencias firmes de tribunales no ejecutadas, etc.; a las
irregularidades y al déficit en el transporte urbano,
interprovincial e intermunicipal; mal servicio en toda la esfera del
comercio y la reparación de efectos electrodomésticos; mal estado de
viales, instalaciones hidráulicas, edificaciones e instalaciones en
general; anormalidades en la distribución de los módulos de cocción
y refrigeradores¼ entre otros temas que,
con mayor o menor comprensión en cuanto a la compleja situación
económica del país que disminuye sensiblemente la disposición de los
recursos materiales y financieros que serían necesarios, rayan en
muchas ocasiones con insensibilidades administrativas que complican
más las cosas.
Otros asuntos, dígase burocratismo, reunionismo,
política de cuadros, aspectos de la ética y la moral socialista, han
sido tratados y reiterados por nuestros lectores, con enfoques
diversos y enriquecedores, aunque lamentablemente, no siempre con
respuestas de los organismos e instituciones que debieran
incorporarse al debate.
Si nos preguntaran, responderíamos que un año
después de iniciada nuestra sección, estamos insatisfechos porque
sentimos que nos falta aún mucho por hacer.
De ahí que junto al mayor de los agradecimientos,
por la confianza de quienes nos han escrito, y la suma mayor de los
que nos leen cada viernes, reiteremos hoy algunas de las ideas
expresadas el 14 de marzo pasado que han multiplicado su validez:
Haremos el máximo por atender, que no siempre quiere
decir resolver, los asuntos que se nos trasladen. Nuestra arma
principal será la información.
Nuestra sección tiene también entre sus objetivos
alertar y sugerir alternativas.
Nuestra divisa será escuchar, leer atentamente
cuanto se nos plantee, aun cuando podamos no coincidir en todo o en
parte con lectores e interlocutores.
Esperamos poder seguir contando con nuestra fuente
principal: ustedes.
Esperamos poder cumplir con sus expectativas que son
también las nuestras.