Poco después de las dos y media de la tarde de ayer lunes 26 de marzo, pisó suelo cubano Su Santidad Benedicto XVI. Al pie de la escalerilla de la aeronave, en el aeropuerto internacional Antonio Maceo, de Santiago de Cuba, el Sumo Pontífice recibió la bienvenida del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, acompañado por el Arzobispo de esta ciudad, Monseñor Dionisio García Ibáñez.

Tres horas después tuvo lugar en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, la Misa oficiada por el Papa en la cual también participó el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, acompañado por una representación de dirigentes cubanos.

Concluida la Santa Misa, el Papa Benedicto XVI colocó en la imagen de la Virgen —presente en el altar durante toda la ceremonia— La Rosa de Oro, una de las máximas condecoraciones otorgadas por la Iglesia Católica a las advocaciones de la Virgen María y creada en 1049 por León IX.

Inmediatamente después, el Presidente cubano ascendió los 30 escalones hasta el altar para saludar a Su Santidad y despedirse. Concluyó así, la primera de las dos misas que oficiará el Sumo Pontífice durante su visita pastoral a nuestro país.