Con la presencia del general de Cuerpo de Ejército Joaquín Quintas Solá, viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), y el general de división Raúl Rodríguez Lobaina, jefe del Ejército Central, dio inició en este territorio el Ejercicio Estratégico Bastión 2009, una necesidad de primer orden para la nación cubana.

Como parte del entrenamiento y al recibir la señal en una unidad de tanques, los jefes y sus planas mayores determinaron con rapidez y precisión sus misiones y se pusieron progresivamente en completa disposición combativa. De ese modo comenzó para ellos el ejercicio.

En tiempo también relativamente breve los combatientes de la unidad se hicieron de su equipo individual y realizaron el proceso de desconservación del armamento y la técnica. Luego, presurosos, partieron a cumplir la misión encomendada.

En el Consejo de Defensa municipal de San José.

Con el propósito de alcanzar la ocupación de sus posiciones participaron también la artillería, tropas ingenieras, la infantería, exploración, defensa antiaérea, así como el personal de comunicación y de aseguramiento logístico. Fue significativa la disposición, disciplina y cohesión combativa de las distintas fuerzas.

El Mayor Javier Pérez Zayas exaltó la férrea voluntad de los jefes, oficiales, sargentos y soldados, quienes mostraron una alta capacidad, preparación y destreza para cumplir las acciones confiadas.

Insistió en que el grado de efectividad en un ejercicio de esta naturaleza, solo se adquiere tras un buen entrenamiento del personal y con la condición de una estricta disciplina militar en los ejercicios de tiro, maniobras tácticas y entrenamiento conjunto de las unidades.

En la unidad de Patrullas de la capital se pusieron en práctica medidas para garantizar la tranquilidad ciudadana.

Esta es la mejor oportunidad para poner en práctica los conocimientos y experiencias adquiridas en escuelas y academias, y un poco la recompensa al esfuerzo consumado durante mucho tiempo, manifestó.

Entretanto, el sargento de tercera Ángel Luis Lizama reconoció la preparación militar recibida desde su incorporación a la unidad, particularmente en la conducción y el tiro, sin descartar además las salidas a polígonos, jornadas en campaña y marchas combativas.