Es difícil desprenderse de la energía renovadora que
sale de cada sala, de cada conversación, de cada mano que se alza
para proponer un mejor concepto o sencillamente para sugerir una
oportuna coma. Y entre esa gente, común porque son de pueblo,
distingue la sonrisa a veces inhibida de Rolando Fregio, el delegado
de Artemisa que narró a todos la insistencia de aquel octogenario de
Güira de Melena que pidió a sus médicos "ponerlo sano" para no
perderse, ni de casualidad, este VI Congreso.
Es esta la primera cita partidista a la que asiste
Fregio. Y como si los estrenos no bastaran, también comparte con los
demás delegados la suerte de una nueva provincia que comienza a
erigirse como modelo de un mejor trabajo. Dice que desde que llegó
al Palacio se la ha pasado conversando de su tierra. Es que "muchas
de las cosas que están planteadas en los Lineamientos se vienen
experimentando en Artemisa y Mayabeque". Quizás por eso su
entusiasmo es mayor: la certeza de que es posible implementar
coherentemente cada nueva idea le anima a seguir empujando "amén de
caminos bien difíciles".
¿La mayor alegría? "Que este VI Congreso venía
caminando desde hace rato, no empezó el 16 de abril, ni es un
Congreso de tres días", dice Fregio. Y junto a eso que "la ideas del
Comandante están presentes en cada crítica, en cada propuesta". ¿Lo
más difícil? "llevar a efecto los más de 300 lineamientos". ¿Será
imposible? "esa palabra no existe para los revolucionarios".