General de Brigada (r) José Legró Sauquet No estamos de espaldas... Desde joven le llamó la atención la técnica, al hoy General de Brigada (r) José Legró Sauquet, pero lo que nunca imaginó es que su vida estuviera ligada a una especialidad tan importante en el desarrollo de la humanidad y para él, en particular, en las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Es un hombre sumamente modesto que considera que su desarrollo ha sido posible, gracias a que en Cuba se ha producido un profundo proceso revolucionario, con el que se siente identificado plenamente. Posee el criterio de que es un simple ejecutor del pensamiento del Comandante en Jefe, en las tareas relacionadas con la Ciencia y la Técnica y del Ministro Raúl Castro, que sigue muy de cerca este tema, a la vez que lo orienta y encauza en las FAR. Este santiaguero, que considera que la Revolución le ha concedido más honores de los que merece, le dedicó su vida a las Fuerzas Armadas. Tras su jubilación, pasó a desempeñar funciones en la Dirección Nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y posteriormente pasó a trabajar al Ministerio del Interior
(Tomado del libro Secretos de Generales)
LUIS BÁEZ ¿Tengo entendido que es oriental? Efectivamente. Nací en Santiago de Cuba el 16 de enero de
1941. Viví en varios lugares. La última casa estaba ubicada en Corona entre
Habana y Maceo. Ahí residí durante veintiún años, hasta que vine para la
capital.
Mi madre era ama de casa y papá técnico farmacéutico. Llegó a tener una farmacia que la gente conocía por su segundo apellido: Villalón. ¿Dónde estudió? Hasta los ocho años en una escuelita casera que había frente a casa. Ahí aprendí a leer y escribir. Nuestra situación económica era compleja y por la intervención de una tía abuela se gestionó una beca y pude estudiar en el colegio de los Hermanos de la Salle. Aquí hice la primaria y el bachillerato. Me gustaba estudiar. Obtuve buenos resultados docentes. En ese colegio se me crearon situaciones complejas debido a que era pobre y negro. La mayoría de los estudiantes eran hijos de ricos y no me trataban por igual, aunque hice buenas amistades. ¿Participó en la lucha contra la tiranía? No. El ambiente familiar no me ayudó y además no tomé conciencia, a pesar de que sentía simpatías por la lucha que se libraba en el llano y la montaña. En 1958 comencé a trabajar en la empresa telefónica. ¿Cuándo se incorporó al proceso revolucionario? Después del 1ro. de enero de 1959. Ese mismo año ingreso en la Universidad de Oriente a estudiar Ingeniería Eléctrica. Al fundarse las Milicias Universitarias me incorporo inmediatamente. También participo en la creación de la Asociación de Jóvenes Rebeldes. Cuando estaba terminando el tercer año de la carrera me comunicaron que los otros dos cursos tenía que hacerlos en la Universidad de La Habana y que al graduarme trabajaría como profesor en la Universidad de Oriente. ¿Qué hizo en la capital? Además de estudiar, empecé a trabajar en el Ministerio de Comunicaciones. Al producirse la Crisis de Octubre fui acuartelado. En esos momentos laboraba en la red costera que, posteriormente, sería el sistema móvil marítimo encargado de garantizar las comunicaciones con los buques en travesía. ¿En qué momento ingresó en las Fuerzas Armadas Revolucionarias? En 1963 cursaba el quinto año de la carrera cuando el 13 de marzo, Fidel hizo el llamamiento a los estudiantes universitarios para que nos incorporáramos al manejo de las armas estratégicas. Me encontraba de visita en Santiago cuando recibí una llamada de los compañeros de la dirección de la FEU, para informarme que me habían puesto en una lista para la especialización en el manejo de las armas coheteriles. Solo les contesté: estoy bien puesto. Díganme cuándo hay que empezar. ¿Cuándo empezó? En el mes de mayo partimos de la Universidad para el Quinto Distrito, donde pasé un curso de un par de semanas y de ahí nos trasladaron para la base de San Julián, en Pinar del Río. Era el Día de las Madres y también el cumpleaños de mamá. De los seis orientales seleccionados fui el único que quedó en las FAR. ¿Qué hizo en San Julián? Bajo la dirección de los soviéticos me preparé en la asimilación de la técnica coheteril antiaérea (TCAA) y ayudaba después al grupo con repasos de los materiales que nos impartían, manifestando cierta vocación profesoral que se extendió por varios años. Ahí permanecí hasta el mes de diciembre con salidas esporádicas de menos de 48 horas. Ya en esa fecha empezamos a visitar unidades combativas en Limonar, Bejucal y otros sitios cercanos al campamento de Managua. ¿En qué momento le asignaron alguna responsabilidad? En abril de 1964 me nombraron segundo Ingeniero Principal de las TCAA en el Estado Mayor de la DAAFAR. Hasta ese momento el único ingeniero que existía en ese tipo de armamento era Federico Bell-lloch, que fungía como Jefe. Desde ese momento se comenzaron a recibir las unidades de las tropas soviéticas y a hacernos cargo de garantizar la disposición combativa de los medios coheteriles que estaban distribuidos por todo el país. En 1966 me gradué. ¿Pasó algún curso en la URSS? Permanecí un año en Minsk, en un curso de asimilación de nuevas técnicas coheteriles antiaéreas. Al regresar me comunicaron que en unión de otros compañeros estaba designado para ir a Vietnam. ¿Con qué objetivo? Allí estuvimos entre octubre de 1967 y marzo de 1968 para adquirir experiencias relacionadas con el trabajo técnico y combativo de las tropas coheteriles antiaéreas ante toda la situación aérea que estaba ocurriendo en ese país y en especial, la guerra electrónica que estaban poniendo en práctica los norteamericanos. ¿En qué consistió dicha experiencia? Apreciar el desarrollo de la guerra, que en su primera etapa, se caracterizó por el empleo masivo de la interferencia de todo tipo por el enemigo, que obstaculizaba el trabajo combativo de las unidades vietnamitas.
Vivimos junto a los vietnamitas las oleadas de los ataques de los aviones F-105 D y E de la fuerza aérea norteamericana que acababan de entrar en acción y actuaban esencialmente dentro del territorio del norte de Vietnam. Los norteamericanos también empleaban aviones A-6 y A-4 provenientes de portaaviones que utilizaban en el bombardeo de las ciudades costeras y el puerto de Haiphong. Observamos el desgaste que producían estos medios y apreciamos la ingeniosidad de los vietnamitas, que desde el inicio de las hostilidades, demostraron una inteligencia muy creadora, lo que les permitía en esas condiciones de fuertes interferencias y gran masividad del enemigo, poder actuar con efectividad. Me impactó profundamente el amor y respeto que sentían el pueblo y los militares por su patria y por su líder Ho Chi Minh. A pesar de las grandes dificultades y limitaciones, siempre tenían la sonrisa a flor de labios. ¿Qué otras cuestiones le llamaron la atención? El empleo que hacían de la táctica, la capacidad de maniobra. En el enmascaramiento eran unos artistas hasta llegar al punto de montar posiciones falsas que el enemigo atacaba como si fueran verdaderas. Todas esas experiencias fueron transmitidas posteriormente a nuestras tropas. Pude palpar que sentían un gran odio hacia el enemigo y un tremendo cariño hacia Cuba y en especial a Fidel. ¿En qué otro país cumplió misión? Todas fueron en Vietnam, pero en realidad, no constituyeron misiones internacionalistas, sino intercambios. En total fueron cuatro. La segunda fue entre junio y agosto de 1969. Los norteamericanos estaban empleando nuevas formas de combate, como la utilización del cohete anti-radar y de armas más sofisticadas y con mayor poder destructivo. También comenzaron a lanzar las bombas de balines. Después pusieron en práctica el bombardeo masivo de los B-52 contra las unidades de combate. Nosotros permanecíamos junto con los vietnamitas en sus unidades en los momentos en que se producían esos ataques. Los vietnamitas son muy inteligentes y siempre buscaron una respuesta novedosa a los ataques enemigos. ¿Cuándo estuvo por última vez? La tercera fue en 1972 y la cuarta de julio a septiembre de 1975. Se acababa de producir la victoria de los vietnamitas. Viajé al sur. Fue una experiencia extraordinaria que nunca olvidaré. Esas cuatro estancias en Vietnam me sirvieron para conocer de cerca la guerra así como el tipo de acciones y armas que empleaban los norteamericanos y cómo los vietnamitas respondían bajo condiciones muy adversas con inteligencia y astucia, lo que finalmente los llevó a la victoria frente a un enemigo tan poderoso. ¿A qué se dedicó en Cuba? Seguí un tiempo en la DAAFAR en la actividad de desarrollo, hasta que se inició en las Fuerzas Armadas el sistema empresarial y me designaron para conducir el órgano que serviría de rector metodológico de esas actividades en las antiguas bases de reparaciones generales que pasaban a ser empresas militares industriales. Para mí constituyó algo completamente nuevo. Estudié hasta cuarto año de Licenciatura en Dirección de la Economía que me sirvió de complemento a la formación que recibí de ingeniero de Telecomunicaciones. Hasta que en 1992 fui trasladado a dirigir un nuevo frente. ¿Qué frente? El de Ciencia y Técnica de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en el que desempeñó un papel fundamental el desaparecido General Francisco Cruz Bourzac, quien fue uno de los máximos propulsores de nuestro desarrollo científico. ¿Cuál es la línea principal de esa dirección? Lograr el desarrollo técnico de nuestras FAR a partir del empleo del potencial científico y de la economía propia, en estrecha coordinación con las diferentes especialidades y órganos de esta institución. También atendemos los Centros de Investigaciones de las Fuerzas Armadas y promovemos el empleo del personal no profesional en el empeño del mantenimiento y mejoramiento de las cualidades del armamento que poseemos y aspiramos llegar a la creación de nuevos modelos y técnicas. Una vía importante en este propósito lo constituyó la utilización del Fórum de Ciencia y Técnica que sirvió para dar categoría al personal involucrado en la solución de los diferentes problemas agudizados con el periodo especial. La vía fundamental es actualmente el Sistema de Ciencia e Innovación Tecnológica. Nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias se están desarrollando profundamente en el campo de la Ciencia y la Técnica y no estamos de espaldas a la evolución mundial. |
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