La travesía
Desde una cáscara de nuez
Fidel, el líder y jefe de nuestro Movimiento, que con
su perseverancia, tenacidad, inteligencia y dotes de organizador, nos ha
preparado e inculcado la confianza y la seguridad en las posibilidades de
éxito de nuestra misión, ha despertado en cada uno de nosotros al guerrero
que aguarda el momento para medir sus fuerzas con el enemigo y derrotarlo…
Pensamos en la grandeza de este jefe que es capaz de arriesgarlo todo por un
combatiente. En esta empresa no habrá jamás abandonados, no habrá jamás
olvidados… Con la salida de México para Cuba se materializó otra vez la idea
comenzada en el Moncada, detenida en el presidio, alimentada en el exilio y
ahora puesta en práctica. Ha tenido que esperar, pero ya es realidad y se
empezará a desarrollar tan pronto se realice el desembarco
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Lo que brilla con luz propia, nada lo puede apagar
Cuando uno lee los testimonios de los sobrevivientes se
percata de que más de una vez la empresa estuvo al sucumbir, pero aun así en
aquellos difíciles primeros momentos las cosas se enfrentaron con
disciplina, cuando empezaron a marchar organizadamente como unidad militar
en campaña.
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A marcha forzada hacia la Sierra Maestra
Entre finales de enero y mediados de febrero de 1959, el diario Revolución
publicó el testimonio de Fernando Sánchez-Amaya, uno de los 82
expedicionarios del Granma, acerca de aquellos epopéyicos días de
noviembre-diciembre de 1956, de cuyo relato extraemos la parte relativa al
desembarco.
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