Después del
desembarco Fidel en el Parque Central de Nueva York en abril de 1959 AL CONJURO DEL RECUERDO DE JUAN MANUEL MARQUEZ. En esta noche de hoy, noche de triunfo, noche que ha de quedar inolvidablemente grabada en nuestros corazones, noche de orgullo para la América entera, sólo un pensamiento triste nos invade, sólo un dolor nos estremece.
Al contemplar aquí, esta inmensa muchedumbre, al hablar aquí hoy, mi pensamiento se eleva hacia aquel que fue mi compañero de organización del Movimiento 26 de Julio en el exilio. Mi pensamiento se eleva a quien fue compañero de esta jornada, mi pensamiento se eleva a aquel orador formidable, a aquel compañero que hacía poner de pie la multitud con su palabra vibrante: Juan Manuel Márquez (aplausos). No estará presente hoy, pero la obra que inició está aquí presente. No está presente él, pero está presente su recuerdo. No está presente él, pero están presentes los frutos de sus sacrificios. Juan Manuel Márquez, otra vez nos hemos vuelto a reunir con los cubanos y los latino-americanos de New York, pero esta vez no son mil, sino decenas y decenas de millares; esta vez no hay latinoamericanos solo, hay también norteamericanos; esta vez no estamos hablando de sueños que habrán de realizarse, sino de sueños que se han realizado y de sueños que se habrán de realizar con el aliento de ver lo que se ha hecho. Esta vez no los reuniremos para iniciar una empresa guerrera, los reunimos y los convocamos para iniciar una etapa y una empresa de creación y de paz. No los reuníamos cuando todo estaba por delante, cuando solo contábamos con la fe nuestra y con la fe de unos cuantos, sino cuando contamos ya, gracias al esfuerzo de los que como tú han caído, con la fe y el respaldo de millones de latinoamericanos. Juan Manuel Márquez, a ti debemos dedicar hoy el mejor y el más devoto recuerdo y el más sentido homenaje porque aquí está tu compañero que siguió la lucha, aquí está tu compañero que te recuerda y te echa de menos. No se pondrá hoy de pie la multitud con tu palabra, pero se pondrá de pie con estas palabras que pronuncio al conjuro de tu recuerdo. (Gran ovación). |