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Coloquio Internacional
Memoria y Futuro: Cuba y Fidel Voces que
fueron volcanes MICHEL
HERNÁNDEZ Todavía se escuchan los ecos de tanta gente llegada de
tantos lugares. Las rutas de América Latina y África, y otras partes del
mundo, se entretejieron en un manifiesto de música, Revolución y activismo
político que estalló en la impresionante fuerza de un concierto histórico.
Todas las voces, todas Un rostro multiétnico se perfiló frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos. El indio, el blanco, el negro marcharon en la rosa y la espina de la Canción Protesta, en los rebeldes genes del rock, en la canción andina, el folclor y el son, que arroparon el canto de todos los artistas en un escenario devenido en Tribuna de América Latina en la noche del jueves. Las canciones del chileno Pancho Villa, los temas sociales casi premonitorios de los argentinos César Isella y Piero, Pueblo Nuevo (Ecuador), así como la potencia armónica del colombiano Cabas, ratificaron la energía de los afluentes de la canción latinoamericana, su compromiso político, de denuncia, paz, amor y libertad. Como lo comentó el dominicano Víctor Víctor a Granma: "Para mí es un honor hacerle llegar todo mi cariño y admiración al Comandante. Una persona que se ha pasado la vida dando muestras de amor. La historia nos está proporcionando otra oportunidad para con nuestra música acompañar a la gente de ideas progresistas que hoy ocupa algunos gobiernos. Vamos a tener que mojarnos los pies, pero hay que hacerlo porque si no nos vamos a quedar atrás lamentándonos siempre de lo que no pudimos hacer. Hay que jugársela y apoyar las cosas en las que el pueblo va a ser beneficiado sin comprometer la dignidad y hay que decirles a ciertos tigres que son unos mentirosos. Ya empiezan a presentar por los medios de difusión que lo de Venezuela es una locura y lo de Ecuador es otra." "Hacen falta muchos locos en este mundo", comentó alguien ya con la madrugada encima. Y con Cabas también encima del escenario, quien luchaba por mantenerse despierto en una de las carpas levantadas para los artistas a un lado de la tribuna. Su irrupción en el tablado con una fulminante banda provocó centelleantes haces de fuego desprendidos de su voz y de los contoneos de los cuerpos y los gritos de los miles de latinoamericanos y cubanos que estaban allí. Cascadas caribeñas de cumbia, rock and roll, jazz, y bullerengue inundaron el Malecón. La ecuatoriana Margarita Laso, protegida por un áurea de divinales nubes y una aterciopelada voz, dijo a este cronista: "El concierto me ha dado la oportunidad de ser parte de un coro gigantesco y de pertenecer a este continente que vive de la esperanza, de la fraternidad. ¿Y Fidel? Tiene un sueño tan grande que no deja dormir, que nos tiene despiertos a todos". Y también allí Mamá África. Miriam Makeba parecía una flor santa encima del escenario. Por instantes en sus profundos ojos danzaba todo un continente, cuyo centro de gravedad quedó grabado en la Tribuna en esta noche indómita. "Tocar aquí ha sido una experiencia maravillosa", nos comentó. Los cubanos prestigiaron una vez más nuestra cultura. Estaba por preguntar la última vez que Pablo —con su firme voz y su resuelto sentido de la poesía— y Silvio —con sus temas imprescindibles— cantaron en una misma velada que terminó con guaguancó y guantanamera, y NG la Banda y Los Van Van hasta el amanecer en un sueño de una larga noche de invierno caribeño con voces de todas partes llenas de simbolismo. Como la Internacional... "arriba los pobres del mundo... " en guaraní. Otro suceso histórico frente al Malecón habanero. |